Blanco o negro. La izquierda ante el conflicto del Medio Oriente

Jueves 19 de octubre de 2023

Acabo de sacar esta foto. Fíjense que la pancarta está firmada por Sortu, no por Bildu. Y que piden solo la libertad de Palestina, que está muy bien, pero no que los rehenes vuelvan a su casa. Y esa es una de las claves de este conflicto. O blanco o negro. No hay grises. El sorpresivo ataque de las milicias fundamentalistas de Hamas, dirigido deliberadamente a masacrar a centenas de jóvenes que se entretenían en un festival de música, a familias enteras de kibutzim –adultos viejos, niños– y a cuanto civil tuviese inadvertidamente la desdicha de estar a su alcance, desafía toda comprensión racional. Sus atrocidades contra la población civil suscitan el más absoluto horror. También el asedio a Gaza y dejar a la población sin agua ni electricidad.

Mas de 1.200 muertes inocentes en escasas horas, según las noticias, cuya única explicación es el odio visceral de fanáticos islamistas en guerra santa contra quienes, por el sólo hecho de existir como israelíes, deben ser exterminados o sufrir los más terribles tormentos. Es una guerra de aniquilación, reminiscente del horror nazi. Israel y los judíos deben desaparecer.

También hay que dejar muy claro que Hamas no es el pueblo palestino sino parte de él. ETA no eran todos los vascos.

Humberto García Larralde analiza este fenómeno de forma equilibrada:

“Lamentablemente, bajo los gobiernos más conservadores y de derecha, el Estado Israelí ha contribuido a incubar estos odios enfermizos. Al aupar la colonización de tierras conquistadas e imponerse por la fuerza a sus residentes palestinos, ofrece pretextos para la venganza fundamentalista. Toda acción discriminatoria, en un imaginario en que los judíos son proyectados como invasores que se apoderaron de territorio árabe para crear el Estado de Israel en 1948, alimenta la inquina del islamismo radical. Ello puede explicar la virulencia y ferocidad de estos fanáticos asesinos, pero jamás su justificación.

No es éste el lugar para profundizar en las dimensiones políticas detrás de esta monstruosidad. Mucho se ha dicho sobre las responsabilidades de la coalición ultraconservadora de Netanyahu en crear condiciones propicias para la ofensiva terrorista. Ahora surge la angustia por la suerte de población civil en Gaza, tan vulnerable ante la inminente invasión de las Fuerzas de Defensa Israelí.

Las esperanzas de que priven consideraciones humanitarias en esta operación, hasta donde sea factible, se estrellan contra posturas fanáticas también del lado israelí, exacerbadas ahora por las masacres sufridas. Hamas se aprovecha escudándose en la población civil para incitar represalias indiscriminadas por no ubicar a tan escurridizo enemigo.

Muchos analistas señalan que esto es, precisamente, el propósito buscado por los terroristas: llevar a la FDI a cometer salvajadas contra la población palestina para infligirle una derrota política a Israel, desatando el oprobio en su contra y minado la solidaridad que se manifestó desde el comienzo. Hace impensable, además, toda posibilidad de rapproachement con Arabia Saudita y/o con otros estados islámicos.

Algunos perciben un peligro aún mayor, en referencia a los intereses de la teocracia iraní, enemiga a muerte de Israel, dispuesta a alimentar esta conflagración para precipitar su aniquilación. El derecho del Estado de Israel a defenderse, que nadie debería objetar, enfrenta el desafío supremo de ejecutarse en forma tal que no comprometa su existencia futura.

Más allá de esta senda de reflexión interesa destacar las terribles consecuencias del fanatismo, del sectarismo y de la intolerancia del otro, que alimentan atrocidades como la comentada. Suele enraizarse en una verdad revelada, trascendental, que demanda ser impuesta, cueste lo que cueste y contra quien sea, para acabar con todos los males. Obvio que encuentra un sustrato nutritivo en fundamentalismos religiosos, tan propensos a la edificación de visiones maniqueas de lucha entre el bien y el mal, de Dios contra el diablo, o de la virtud contra el vicio.

Imbuido de semejantes y absolutos moralismos, se libraron las Cruzadas contra los infieles en la alta edad media y se instaló el Daesh (ISIS) en territorios de Iraq y Siria a comienzos del siglo XXI. El antiguo testamento recoge el celo extremo de una tribu semita por imponer la voluntad de un Dios único a través de numerosas batallas contra quienes se oponían.

Como plantearía un sociólogo, estas visiones blanco-negro sobre lo que es justo se alimentan de la ignorancia respecto al otro, de la incapacidad –e indisposición—de meterse en su piel, es decir, de borrar, absolutamente, la legitimidad de cualquier noción de otredad.

Lo que es insólito es que este tipo de conductas, que uno pensaría constreñidas a prejuicios de colectividades primitivas, superadas en buena medida en el mundo moderno, hoy son alimentadas y asumidas deliberadamente por corrientes de pensamiento que proclaman conducir a la humanidad a estadios superiores de dicha y prosperidad.

El Nacional Socialismo les prometió a los alemanes un Reich milenario en el que florecerían los frutos de la supremacía aria. A pesar de haber sido repudiado por el mundo al desvelarse los horrores de su gestión, sus postulados parecen asomarse de nuevo en las banderas del Hamas y de otras agrupaciones fanáticas.

Luego está la prédica socialista que, inspirada en los escritos de Carlos Marx, derivó en estados totalitarios en nombre de un glorioso futuro comunista. Como señaló Jean-François Revel, adoptó la forma de una religión de Estado, con sus dogmas inmutables y herejías que debían ser aplastadas. Ante tal poder nadie podía escurrirse ni alegar neutralidad. O te sometías a las fuerzas que garantizaban el progreso de la humanidad o eras apartado por no aportar a que tan venturoso destino se plasmara. Y no ocurrió solo bajo el terror de Stalin. Luego de su muerte, el poder soviético se valió de los hospitales siquiátricos para recluir ahí a intelectuales disidentes. Tenían que estar locos al oponerse al paraíso socialista que se estaba construyendo.

Distorsiones tan perversas continúan vertebrando entre muchos que se autoproclaman ser de «izquierda». Por antonomasia, defienden los mejores intereses de la humanidad. Su enemigo es, desde luego, el imperialismo norteamericano y los resabios del colonialismo europeo, todavía muy presentes, y causa de las desgracias de muchos países pobres. La llamada civilización occidental, cuyo bienestar se cobija detrás de valores liberales basados en la convivencia y el respeto entre quienes profesan creencias disímiles sería, en realidad, una impostura hipócrita y falsa, pues le niega tal dicha a los necesitados.

La solidaridad de cierta «izquierda» lleva, por tanto, a aliarse con toda fuerza enfrentada a occidente. Para ello se absuelven las barbaridades y la cruel opresión contra las mujeres y los sexo-diversos de teocracias primitivas como la de Irán y se apoya cuanta dictadura tercermundista que insulte a los gringos. Desde esta óptica, las milicias del Hamas no son terroristas, pues luchan por el sufrido pueblo palestino. No se condena la masacre que perpetraron de manera indiscriminada contra israelíes inocentes, porque lo justo y «progresista» es manifestar apoyo a los palestinos en las calles.

Desde Venezuela el fascismo gobernante condena a Israel por acto reflejo, sin medrar en el sentido del ridículo puesto en escena. Maduro proyecta su ignorancia afirmando que Jesús era un palestino «antimperialista» –nunca escuchó aquello de «al César lo que es del César, a Dios lo que es de Dios»—y que había sido crucificado por el imperio español (¡!). Opacó a López Obrador en esta culpabilización.

De paso, estos disparates dejan muy mal a la Escuela de Cuadros del PC cubano, en el que se dice fue formado Maduro. Y luego vemos en un video al gobernador del Táchira, Freddy Bernal, disfrazado con un pañuelo-turban palestino, despotricando contra Israel por cerrarle el agua y la luz a Gaza, es decir, lo que viene haciendo el (des)gobierno chavo-madurista al pueblo venezolano por años.

Las posturas de odio, como bien sabemos los venezolanos, siempre han estado en el centro de la prédica chavo-madurista. Precisan de un enemigo –los que no somos chavistas–, responsable de las desdichas del pueblo, para enfilar en su contra resentimientos y frustraciones exacerbados usando un lenguaje de odio que allana el camino a su discriminación y a acciones terroristas desde el Estado para someterlos.

Se incorporan, así, a ese entramado de fuerzas represivas a nivel mundial alimentadas por sectarismos y/o verdades fundamentalistas, que se erigen hoy como las mayores amenazas de la humanidad: Hamas, la teocracia iraní, el carnicero Assad, el imperialista Putin, entre muchos otros.

Ahora la angustia está en la destrucción y las muertes de inocentes en Gaza por las represalias de Israel, así como por la posibilidad de que el conflicto escale, cobrando más víctimas de lado y lado. Esto es lo que busca Hamas, colocar al Estado de Israel como agresor para cercarlo internacionalmente. Los demonios de la guerra desatados por odios fundamentalistas suelen escapar de todo control. Y pensar que se aúpa a esta barbarie en nombre del antimperialismo y de la defensa de la humanidad.”

Humberto García Larralde es economista, Individuo de Número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas. Profesor (j) de la Universidad Central de Venezuela.

Hay que prevenirse de los flautistas de Hamelin

Miércoles 18 de octubre de 2023

El Papa Francisco ofreció  una entrevista en la que reconoció que queda pendiente su visita a Argentina, reflexionó sobre la política, defendió los derechos laborales y aclaró que no es comunista, una acusación realizada por el candidato presidencial Javier Milei.

“Todos fuimos jóvenes sin experiencia y a veces los chicos y las chicas se aferran a milagros, a mesías, a que las cosas se resuelven de manera mesiánica. El Mesías es uno solo que nos salvó a todos. Los demás son todos payasos de mesianismo. Ninguno puede prometer la resolución de conflictos, si no es a través de las crisis saliendo hacia arriba, y no solo”, analizó Francisco y agregó: “Manejar conflictos es sabiduría”.

En una entrevista brindada a la agencia Télam desde su hogar en la Casa de Santa Marta, el Papa aseguró que “faltan protagonistas de humanidad” y dijo: “Yo le tengo mucho miedo a los flautistas de Hamelin porque son encantadores. Si fueran de serpientes los dejaría, pero son encantadores de gente… y la terminan ahogando. Gente que se cree que de la crisis se sale bailando al son de la flauta, con redentores hechos de un día para el otro. No. La crisis debe ser asumida y superada, pero siempre hacia arriba”, insistió.

El Papa Francisco pidió que se mantengan los corredores humanitarios y sean liberados los rehenes en Gaza

De acuerdo al Papa, “las grandes dictaduras nacen de una flauta, de una ilusión, de un encanto del momento. Y después decimos ‘qué lástima, nos ahogamos todos’”. Además, postuló que “la vagancia es una enfermedad social” y que “explotar a la gente es uno de los pecados más graves”. Para el máximo  representante de los católicos, “el trabajo te confiere dignidad y de ahí que el trabajador tiene derechos concretos. Quien lo contrata para trabajar tiene que proveer servicios sociales, que son parte del derecho. El trabajo es con derechos o es esclavo”, diferenció.

“Verdugo no es solamente aquel que mata, sino también el que explota a una persona. Tenemos que tener conciencia de esto. A veces cuando me escuchan decir las cosas que escribí en las encíclicas sociales, dicen que el Papa es comunista. No es así. El Papa agarra el Evangelio y dice lo que dice el Evangelio. Ya en el Antiguo Testamento, el derecho hebreo pedía que se cuidara a la viuda, al huérfano y al extranjero. Si una sociedad cumple estas tres cosas anda fenómeno”, opinó.

«Explotar a la gente es uno de los pecados más graves” dijo el Papa Francisco

Para el Papa, hay que hacerse cargo “de las situaciones límites de la sociedad” y expresó: “Cuando se empieza a contratar en negro para no pagar los aportes y negociar el futuro de esa gente a la esclavitud, ahí empieza a enfermarse el trabajo. Y en vez de dar dignidad, el trabajo confiere esclavitud. Tenemos que estar muy atentos a esto. Aclaro que no soy comunista, como dicen algunos. El Papa sigue el Evangelio”, recordó.

La acusación sobre el comunismo fue realizada por el candidato a presidente de La Libertad Avanza, Javier Milei, en la entrevista brindada al estadounidense Tucker Carlson, en la que lo catalogó como “el representante del maligno en la Tierra”. “Tiene afinidad por los comunistas asesinos”, “ha demostrado una gran afinidad con dictadores como Castro o Maduro” y “es condescendiente con todos los de izquierda, aunque sean verdaderos asesinos”, son algunas de las frases que lanzó Milei en septiembre. En sus redes sociales, además, lo ha insultado y lo llamó “imbécil comunista”.

Si bien la entrevista fue realizada antes del sábado 7 de octubre, cuando la violencia entre Israel y Palestina escaló de manera inusitada en Gaza, luego del ataque de Hamás y el inicio de la contraofensiva, el Papa también había advertido sobre la guerra: “Uno no puede hablar de una seguridad social si no hay una seguridad universal. Creo que el diálogo no puede ser sólo nacionalista, es universal. Por eso hablo de diálogo universal, de armonía universal, de encuentro universal. Y claro, el enemigo de esto es la guerra”.

«Las guerras son siempre una derrota», insistió el Papa.

“Desde que terminó la Segunda Guerra Mundial hasta ahora, hubo guerras en todos lados. Fue lo que me llevó a decir que estamos viviendo una guerra mundial a pedacitos. Ahora nos damos cuenta porque se acercó esta guerra mundial”, dijo Francisco y añadió: “Hay guerras que parecen infinitas, que nacen por motivos culturales, pero en el fondo son por dominio de territorio. Yo creo también que las guerras son fomentadas por las dictaduras”, indicó.

«Las guerras son siempre una derrota», insistió el Papa y, ya una vez estallado el nuevo conflicto con Hamas, pidió en diferentes oportunidades “que los ataques y las armas se detengan”. En la audiencia semanal del miércoles 11, redobló su exhortación por la paz: «El terrorismo y los extremismos no contribuyen a lograr una solución al conflicto entre israelíes y palestinos, sino que alimentan el odio, la violencia y la venganza, y hacen sufrir a unos y otros», declaró.

Guerra y paz

Martes 17 de octubre de 2023

Me alegro mucho que Julio Ibarra vuelva a su casa, a ETB. Recuerdo una comida en Larruskain, donde se ofrecía el mejor rape del mundo, con Xabier Arzalluz y Javier Vizcaya. Eran tiempos duros del llamado Plan Ibarretxe. Es un gran profesional cuyo oficio, un ente público como EITB no puede dilapidar. Si me ha extrañado el elenco de entrevistados que ha escogido para su vuelta. Hay un evidente desequilibrio para un ente público, pero él sabrá. Creo que se ha equivocado. Hay mucha gente en este país que puede hablar en otra clave.

En relación con la guerra desatada el 7 de octubre no quiero repetir los tópicos de unos y otros. Conocí a Yasser Arafat en Gaza y conozco a Benjamín Netanyahu en su oficina de primer ministro, en un viaje parlamentario. Me decepcionaron los dos, pero el más peligroso por su agresividad, en ese momento, y por ver la vida en blanco y negro fue Netanyahu. ”O ellos o nosotros nos dijo”. ”Ni lo uno ni lo otro. Dos estados que vivan y se respeten” le contestamos. Casi nos saca del despacho.

Siempre hemos tenido una gran admiración por Israel. Incluso ETA en su libro blanco ponía el ejemplo judío para lograr un estado tras el atentado del hotel Rey David. Y no quisiera que esa inmensa admiración se empañe por acciones de exterminio. Ya sé que Hamas es el culpable del cruel ataque del 7 de octubre, pero sigo sin entender cómo pueden tener semejante infraestructura y tan eficaz viviendo en la pobreza como viven, pero lo iremos sabiendo.

En tiempos de Aznar éste nos quiso unir a ETA. Era una estrategia dañina pero bien pensada. Ahora se quiere unir Hamas a la causa Palestina. Y no es así en un conflicto muy complicado en el que Israel tiene todo el derecho a defenderse, como Ucrania, pero respetando las leyes internacionales que para eso están. Si son la única democracia de Oriente Medio, que es verdad, también lo son para esto. Y no entiendo que la IA ataque a Israel por sus excesos y no lo haga con Hamas. El dilema de siempre que siguen sin resolver éticamente.

Ya sé que en términos geo-políticos este nuevo conflicto en Medio Oriente forma parte del ajedrez bélico en curso desencadenado con la invasión rusa a Ucrania. Por un lado, EEUU/OTAN y aliados y por el otro Rusia, Irán y sus aliados. Detrás de todos los golpes de Estado en los últimos 2 años en África Central ha estado Rusia y su brazo operativo: El Grupo Wagner. En el conflicto actual Palestino-Israelí los brazos ejecutores son Hamás y si hay escalada, Hezbollah, talibanes e iraníes.

Volviendo al conflicto Palestino-Israelí, esta es una guerra abierta y en fases que comenzó en 1948. Ambos pueblos han pagado un alto costo y lo siguen pagando. Lo racional sería la convivencia en función de la realidad, los palestinos tienen derecho a ser un país e Israel también. La guerra no es un juego, muchos sufren y muchos mueren, civiles y combatientes y al final gana, no el que tiene razón sino el más fuerte.

En Ucrania los rusos le quitaron a ese país Crimea y actualmente el 20% de su territorio y casi el 80% de sus costas. Cuando la guerra termine y si no hay cambios significativos, Ucrania queda amputada, como lo fue México en el siglo XIX y ambos pueblos pagarán un alto costo. Las guerras siempre son trágicas e insensatas, pero la humanidad todavía no ha aprendido a evitarlas, de allí el valor supremo de la PAZ aunque a veces parece una ilusión.

En la actual escalada palestina contra Israel, esta tiene el argumento supremo «del derecho a la defensa», igual que los ucranianos y si las cosas suceden como es previsible, la respuesta israelí va a ser feroz. La paz en el Medio Oriente mucho va a depender de los acuerdos chinos-norteamericanos y la conducta de los gobiernos de la región en particular Irán, Arabia Saudita, Turquía y la Comunidad europea.

El resto del mundo, fuertemente condicionados por las ideologías y la propaganda asumirá su simpatía por uno u otro, más allá de lo real y lo racional.

El experto venezolano Ángel Lombardi nos dice algo sensato:

En lo personal condeno el terrorismo y la violencia y la responsabilidad de los dirigentes y gobiernos. Pero no soy ingenuo y respeto la realidad de los hechos y he tratado de comprender las guerras. Para el mundo griego la guerra era lo real-inevitable y por ello la palabra «paz» significaba «tregua» un periodo entre dos guerras y eso no ha cambiado pero con las nuevas armas, como ya dije, hay paz o estaremos convocando el apocalipsis.

El gobierno venezolano alineado con una de las partes, por razones ideológicas y políticas, comete un grave error geo-político. Somos un país plural y pacífico y por razones históricas, culturales y geo-políticas nos conviene NO militar en ninguno de los bandos chinos-rusos-norteamericanos, no hay imperio bueno ni imperio malo y cada país defiende sus intereses. Defendamos lícitamente los nuestros que son los intereses de todos los venezolanos y de la Nación y del Estado. A nivel personal, cada uno piensa y cree en lo que quiera, pero un gobierno debe representar a la Nación y al Estado y no a una parcialidad ideológica y política.

Ángel Lombardi Lombardi es licenciado en Educación, mención Ciencias Sociales, con especialización en la Universidad Complutense y la Universidad de La Sorbona. Fue rector de la Universidad del Zulia y rector de la Universidad Católica Cecilio Acosta.