YENDO Y VINIENDO

Domingo 26 de julio de 2015

En junio de 1986 Felipe González ganó nuevamente las elecciones legislativas  con mayoría absoluta mientras el PNV se dividía. Fui elegido diputado por Bizkaia, junto a Emilio Olabarria, diputado por Araba. Llegábamos los dos del Parlamento Vasco, donde me había tocado, desde 1980 iniciar ese nuevo parlamentarismo vasco, inédito en nuestro pueblo.

El Grupo Vasco en el Congreso lo formamos seis diputados pasándose, tres meses después, dos al Grupo Mixto. La novedad era EA y nosotros el pasado. Zubia, Olabarria, Echeverria y quien ésto escribe hicimos lo que pudimos para sobrevivir  en aquel océano que no daba un duro por nosotros.

Iñaki aeropuerto de Barajas(1)Veintinueve años y medio después ni Emilio ni yo estaremos en las Cortes Generales. Y aunque treinta años no son nada, como dice el tango, uno va aprendiendo ciertas cosas. Por ejemplo éstas:

 

 

1.-Hay que estar. Y el PNV lo está desde 1927. Junto al PSOE somos el partido decano siguiendo aquello que decía el Lehendakari Aguirre. ”Hay que ir hasta a un Congreso de Bomberos”. Mucho más si Madrid legisla para Euzkadi. Y ésto que es evidente  no lo era tanto en 1977. En la calle y en Txiberta, el mundo de ETA nos dijo que no debíamos ir a las elecciones de junio mientras hubiera presos en las cárceles. Les dijimos que íbamos para sacarlos. Y los sacamos con la ley de Amnistía. Ellos se ocuparon de llenar nuevamente las celdas. Allí donde hay un interés vasco, allí debe estar alguien que lo defienda. Treinta y cinco años después y toneladas de energía perdidas, Amaiur forma ya parte del paisaje de la Villa y Corte. Aciertan siempre cuando rectifican.

2.- Magnífico trabajo. Aquellos diputados y senadores nacionalistas  de las dos primeras legislaturas marcaron un hito. Los Irujo, Jauregui, Arzalluz, Unzueta, Zabala, Bidarte, Vizcaya, Uria, Aguirre, Monforte, Elosegui, Renobales,.. consagraron una matriz de actuación de la que vivimos. Nacionalidades, Disposición Adicional, Navarra Concierto, segundo estatuto de autonomía, regreso de Leizaola del exilio, y unas leyes orgánicas y de bases que había que parar y un estatuto que desarrollar, nos marcaron el camino. Fue un trabajo extraordinario y quien lo dude que compare con lo que está sucediendo en Catalunya. Los aldeanitos sabían hacer política. Y solo tenían un perchero para dejar la gabardina y un avión que casi nunca aterrizaba.

3.- Somos pocos. Euzkadi es pequeña y encima se está despoblando. Si el Gobierno Vasco no apuesta en serio por campañas de natalidad, van a quedar cuatro gatos. Y eso en política se nota. Si desaparece de una vez ETA, quizás con el tiempo yendo todos los abertzales juntos con un programa sensato  común, podíamos lograr trece diputados y doce senadores que en momentos de ser bisagra tiene su importancia. Y sobre todo que se visualice lo vasco. Nos llamamos Grupo Vasco. Y siempre hay que barrer para casa. Y ésto solo se logra si en el Bernabeu de la política estatal podemos estar con nuestro propio equipo en momentos en los que se quiere borrar con Ciudadanos y Podemos, lo que se ha hecho en estos 35 años en los que hemos sido, CIU y el PNV, el partido bisagra.

4.- La palabra no convence. Se llama Parlamento y son Cortes Generales, pero tú con tu palabra, con tu discurso, no convences a nadie. Las posturas de los partidos están prefiguradas. Solo en casos excepcionales cuando la calle, la prensa y la palabra trabajan al unísono el ejecutivo puede asustarse y negociar o retirar la iniciativa. Pero son casos muy excepcionales. Te pueden dar el premio al mejor orador, pero a éste le falta el complemento de “orador en el desierto”. Puedes aplastar una enmienda con el peso de tu lengua pero poco más.

5.- Las mayorías absolutas son esterilizantes. Las viví con González y la las he vivido con Aznar y con Rajoy. A pesar que en la Investidura los candidatos te digan que el Parlamento va a ser el centro de su acción política, no es verdad. Mandan los funcionarios y los abogados del estado y los diputados y senadores   que apoyan al gobierno son meras correas de transmisión de su pijotería no política. Un Grupo como el nuestro revive en el dribling que te permite jugar  y meter goles cuanto más débil es el partido de gobierno en España. Y habrá que estar atentos a Ciudadanos obsesionados frívolamente con cargarse el Concierto y el Convenio.

6.- No hay una prensa especializada. Parte de la mala imagen de la política es producto de la exageración de  ciertos  medios, la ausencia de un seguimiento profesional, elevar a categoría anécdotas, silenciar lo bueno y lo eficaz, solo quedarse con la espuma de la cerveza, buscar obsesivamente el debate de nombres y los enfrentamientos personales y mostrar hemiciclos vacíos. No digo que los escándalos de corrupción y un bipartidismo estéril no son responsables, pero se carece de una prensa que siga en serio los temas como ocurrió en la transición. Kepa Bordegaray en Deia y José Luis Torres Murillo  en el Correo hicieron muy atractivo el seguimiento político de los temas y cuando llegamos a Madrid estaba en el palco de prensa Luis Carandell, Gregorio Bartolomé y otros cronistas hoy desaparecidos para dar paso, en algunos casos, a becarios a los que se le pide busquen sangre y no análisis y seguimiento de los temas  en un lugar donde el aire no solo está formado de hidrógeno y oxígeno sino también de propaganda.

7.- Nos encasillaron con la violencia. ETA nos ha acompañado  25 de los 29 años en Madrid. Y nada define menos a Euzkadi que la violencia y el terror. Pero  el resto de nuestra vida  nunca ha sido noticia y romper la barrera del sonido que rodeaba lo vasco violento era casi imposible. Y eso tenía repercusiones personales. Cuando ETA mataba era un problema salir por las calles de Madrid. Todavía hace cuatro meses yendo con Bildarratz un tipo haciendo footing me escupió a la cara, pero ha sido lo menos. El vasco es valorado y apreciado, pero ETA con sus atentados  lo ponía todo patas arriba. Y logramos que en 1987, al año de llegar, aprobáramos el Pacto de Madrid que fue el partero del Pacto de Ajuria Enea. Manifestaciones, minutos de silencio, miradas oblicuas, ley de partidos, ofensiva  Aznar, Pactos, y sobre todo, el 80% de la información de EITB de Madrid centrada en la Audiencia Nacional. ¡Que pérdida de valores, trabajo, energía y de información!.

8.- Parlamento Vasco y Cortes Generales. Te das cuenta que el Parlamento Vasco es un Parlamento  muy demediado y no por voluntad propia sino por falta de competencias. Somos una autonomía y se nota. Seis años en Gasteiz, dieciocho en el Congreso y once en el Senado me permiten comparar. Y estamos en segunda. En cuanto a lo que se  dice que el Senado no sirve para nada no es verdad, pero  bien  quisiera un Parlamento en Vitoria legislando de todo y sobre todo y con controles más ágiles.

El Congreso sigue teniendo en su frontispicio las estatuas de los Reyes Católicos, padres de la unidad española que Castelao quería quitar, y el Senado, mejor que siga siendo lo que es, porque si les da por hacerlo una Cámara de representación territorial como está pautado, nos laminan. Como Cámara de segunda  lectura nos permite tener senadores  controladores del gobierno y cámara para presentar iniciativas y, aunque no se sepa, se eligen en listas abiertas.

9.- Decía el president Tarradellas que para dedicarse a la política hacían falta tres cosas: Una salud de hierro, una mujer que te aguante y…¡no dimitir nunca!”. Lo decía él. Se olvidaba de que te tienen que elegir los ciudadanos y tener la confianza de tu partido. Y en estos años he visto de todo. Quebrantos de salud, separaciones y dimisiones  sonoras. Pero la salud mental te debe acompañar. No creerte más que nadie a pesar de vivir encapsulado. Bilbao-Madrid, Madrid-Bilbao y así treinta años y 2.400 horas de vuelo, dos rayos y un aterrizaje de emergencia, vida de hotel sin  tus cosas imprescindibles y haciendo maletas, viendo a los que salen en la tele haciendo pipi al lado tuyo  en la M-30 del Congreso y de vez en cuando tus hijos diciéndote: ”Aita, ¿Por qué no estás más en casa?”.

Y de vez en cuando  también logrando sacar una enmienda, una inversión, un desarrollo estatutario, una apuesta, una denuncia sonora, una explicación de lo que somos, una conducta a fin de cuentas. Y sin lograr que saquen a Franco del Valle de los Caídos, nos devuelvan el edificio de la Av Marceau, sabiendo que en la Comisión Gal no iban a acudir los verdaderos responsables, aguantando crispados  una justicia corrupta y una pésima financiación de los partidos, no logrando que lo republicano emerja, dándote cuenta que la política tiene una parte cruel y trituradora y otra hermosa y positiva….En definitiva, viviendo.

Y tengo otras ocho reflexiones. En el siguiente artículo.

 

Parlamentarios del mundo por la democracia en Venezuela

Sábado 25 de julio de 201

Iñaki firma Declaración de Caracas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La delegación internacional de senadores que se encuentra de visita en Caracas invitada por la oposición de este país suscribió hoy la creación de la figura «Parlamentarios del mundo por la democracia en Venezuela», que fue presentada en esta última jornada de la visita que se inició el pasado miércoles.

La alianza opositora venezolana Mesa de la Unidad Democrática (MUD) informó del lanzamiento de este grupo que forma parte del manifiesto firmado hoy por los senadores llamado «Declaración de Caracas» en el que se pide, en primer lugar, la liberación de los que consideran «presos políticos».

En esta formación, que ya fue suscrita por cuatro senadores españoles, cuatro uruguayos y un peruano, se hace un llamado «a todos los parlamentarios» a incorporarse «para servir de interlocutores a favor del entendimiento entre todos los actores de la vida política venezolana».

«Nosotros, parlamentarios elegidos democráticamente en nuestros respectivos países, reunidos en la ciudad de Caracas, acordamos constituir Parlamentarios del mundo por la democracia en Venezuela, con el fin de promover la libertad de los presos políticos, la defensa de los valores democráticos», dice el documento difundido por la MUD.

En el escrito se indica que esta organización se crea para impulsar «el respeto a los Derechos Humanos, la vigencia de las libertades civiles y políticas, el respeto del fuero parlamentario y del estado de derecho».

Asimismo, se resalta que la democracia «es incompatible con la existencia de exiliados y presos políticos» y que la inhabilitación de ciudadanos para ejercer cargos públicos «por mecanismos ilegales» realizada «con el fin de excluir a las fuerzas opositoras de los espacios de representación popular constituye un atropello».

También se señala que la realización de elecciones libres, «conducidas por una autoridad electoral imparcial y justa, con la presencia de observación internacional calificada es la garantía fundamental para la paz ciudadana».

Parlamentarios del mundo por la democracia en Venezuela está integrado, por ahora, por los senadores españoles Dionisio García, del Partido Popular (PP), Iñaki Anasagasti, del Nacionalista Vasco (PNV), Ander Gil, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Josep Maldonado de Convergència i Unió (CiU).

Lo conforman también los legisladores uruguayos, Pablo Mieres y Daniel Radío, del Partido Independiente (PI), Jaime Trobo, del Partido Nacional (PN) y Ope Pasquet, del Partido Colorado, así como el senador peruano Mauricio Mulder, del Partido Aprista.

Ya Dionisio García manifestó su satisfacción de parte del grupo español por haber suscrito el manifiesto y anunció que la delegación se comprometía a luchar, desde su país, por la democracia venezolana.

 

HOMENAJE A MANUEL DE IRUJO, UN HOMBRE VASCO

Viernes 24 de julio de 2015

829.15En noviembre de 1999 estuve en Lizarra (Estella) con Josu Erkoreka copresentando el libro de Arantza Amézaga sobre Manuel de Irujo. Y dije ésto:

Es un auténtico honor estar hoy aquí con Vds. en casa de Don Manuel, tributándole parte del necesario homenaje de reconocimiento hacia una de las personalidades más importantes de la política nabarra, vasca, española y europea. La guerra, el largo exilio y las necesidades de una transición que decidió no mirar atrás, hacer justicia, pasar factura o recordar el pasado inmediato ha hecho que nos hurtaran nuestra propia memoria.

Es esta la razón por la que hay que felicitar a Arantza Amézaga por romper el muro de silencio y escribir esta magnífica biografía cuyo título es toda una invitación: “Manuel de Irujo, un hombre vasco”, editado por la Fundación Sabino Arana.

Arantza no ha escrito un libro sobre un político. Ha escrito fulgores de la vida de Estella, de una familia, de una causa. El pase del carlismo al nacionalismo de Daniel de Irujo, defensor de Sabino Arana y amigo del padre de José Antonio Aguirre. Nos cuenta cómo era la Nabarra de principios de siglo y sus luchas políticas. Nos describe delicadamente al Irujo mozo y sus amores y tristezas, al Manuel diputado en Cortes, la lucha por el Estatuto, la guerra civil y la valiente vivencia del Cuartel de Loyola. El Irujo, precio del primer Estatuto Vasco y el Irujo ministro, hombre de paz y justicia en la guerra. El político republicano y ministro en el exilio. El hombre de partido y de acción. La Democracia Cristiana y el Movimiento Europeo, el Consejo Nacional en Londres y el hombre de las mil cartas, los artículos y la oratoria vehemente. El amigo de Castelao y el compañero de Aguirre, Landaburu, Leizaola y Rezola. Bittori, Gamarra, Doxandabarantz, Fortunato Aguirre. La vuelta del exilio y el ejemplo para las nuevas generaciones de la coherencia ideológica y la consecuencia con ideas de un hombre que como diría Alberti: “era un hombre de madrugada, comprometido con la luz primera”.

El libro de Arantza termina de una forma bellísima y delicada haciendo un canto a la paz, la concordia, al trabajo y al amor, en el día trágico del asesinato de Tomás Caballero que cuando Don Manuel llegó del exilio, le recibió en el ayuntamiento como alcalde accidental y le dijo:

“Cuando anteanoche le saludé me hizo una pregunta, que comprendí la hacía en tono recriminatorio. La pregunta fue por qué reñíamos tanto en el Ayuntamiento de Pamplona. Yo entendí la pregunta como un consejo, de quien habiendo reñido mucho cuando era joven, ha comprendido y sufrido las consecuencias de la intolerancia y la incomprensión de las razones de los demás. Luego en su discurso, fuerte y vibrante, impropio de un hombre de su edad, dijo que venía sin ganas de revancha, y sus palabras se dirigieron más a resaltar lo que une y marginar lo que separa.

La verdad es que tanto la pregunta como el discurso están en la línea de la imagen que nos habíamos forjado de aquel hombre que tuvo que nadar en unas aguas excesivamente turbulentas, en situaciones sumamente difíciles y que supo siempre mantenerse sin renunciar a ninguna de sus ideas. Por eso, en este acto que realizamos, quisiera que se viera por encima de las idas que unos y otros profesamos, y que podemos o no compartir, el recibimiento a un gran navarro, que ha servido a los demás.

Arantza no ha escrito un libro. Ha volcado en quinientas páginas los desvelos, anhelos, alegrías y tristezas, planes y fracasos de tres generaciones de vascos perdedores que al final ganaron por su perseverancia y terquedad y por una jerarquía de valores bien puesta en su sitio.

El propio Don Manuel escribía sobre el padre de Arantza, aquel insigne polígrafo vasco: “Amézaga esuno de esos valores intelectuales a los que el régimen franquista ha forzado a vivir y morir en el exilio, privando a su país de origen, de los servicios que una vida normal pudiera haberle rendido. Quien necesite alientos vitales de humanismo –escribía Don Manuel- que lea el “Hombre Vasco” de Amézaga. Verá cómo aún alientan en Edmundo espíritus nobles, que preocupados de que entre la bomba atómica, los cerebros electrónicos, y la tecnocracia no se marchite el sentido humano de la vida y de la historia”.

Me da la impresión de que Arantza, recordando a Irujo, homenajea a una generación irrepetible, entre ellas, la de su aita, cuyo busto, vigila hoy desde el Abra de Bilbao, los barcos que nos unen con los siete mares.

Durante este verano, en las universidades de estío hemos escuchado a Hugh Thomas, Castilla del Pino, Paul Preston, Stanley Payne y recientemente a Günter Grass quejarse de lo poco que se ha estudiado nuestro pasado reciente. Reivindicaban que se pusiera fin a la amnesia colectiva sobre los años de la República, la Guerra Civil, el exilio y la persecución franquista, recuperando la memoria anónima de quienes vivieron una etapa marcada por la figura más nefasta en la historia reciente, porque de lo contrario, nada de lo que ocurre hoy se podrá entender sin estas claves silenciadas.

En momentos como los que vivimos, sobre todo de esperanza, a pesar de las mil dificultades de cada día, reconforta recordar la gallardía y hombría de bien cuando estalló aquella inmensa locura de la guerra y a él le tocó ser nada menos que Ministro de Justicia de un gobierno legítimo asediado dentro y fuera: “Como hombre yo soy católico, demócrata y republicano. Como Ministro yo he venido a respetar y hacer respetar la ley. La independencia de la función judicial es, para un Ministro de Justicia, un principio fundamental. Yo no seré Ministro de Justicia, más que en tanto pueda garantizar que los Tribunales de Justicia aplicarán la ley sin que la conciencia del juez actúe bajo la presión de cualquier poder”.

Julio Jáuregui, su colaborador, contaba cómo Irujo era el encargado de llevar al Consejo de Ministros los expedientes de los condenados a muerte para que éste decidiera o no, proponer al Presidente de la República el ejercicio de la gracia o el indulto.

Jáuregui cuenta que invariablemente defendía la causa del reo y proponía la aplicación o conmutación de la pena de muerte.

“Siempre, digo bien, siempre, votó en contra de la ejecución de la pena de muerte y siempre se pronunció por el indulto”.

No me corresponde extenderme más aunque podría hacer un apunte sobre el viaje que le organizamos a Caracas en 1974, que fue todo un éxito y para mí la mejor clase de política práctica que he recibido en mi vida. Podía apuntar una larga conversación con su sobrino Pello, en la Fuente de Soda de Las Mercedes sobre el papel que Don Manuel tenía que jugar tras la muerte de Franco o la larguísima conversación en casa de Mari Ló Irujo hablándonos de Juventud Vasca de Bilbao, Galeuzka, el proselitismo, las incomprensiones de la vida de un partido o su amistad con una Aguirre del que decía que su forma de mirar, de dar la mano, su frescura directa y su cara limpia cautivaban y creaban confianza.

Irujo es oceánico y el tiempo escaso. Sólo deseo apuntar un dato sobre su regreso del exilio, aunque a él le hubiera gustado haber vuelto acompañando a Leizaola, el Lehendakari.

Hablando con su sobrino Pello, pensamos que Don Manuel no podía regresar del exilio como uno más, e hicimos coincidir su regreso con la Asamblea celebrada en el Pabellón Anaitasuna. Eran días del regreso de La Pasionaria, Alberti, Carrillo, y le propusimos volver en una avioneta alquilada.

A Don Manuel aquello no le gustó nada. “¿Ustedes no creen que eso es hacer el ridículo?”. “No, Don Manuel, le dijimos. Usted tiene que volver del cielo, como le corresponde y allí abajo estará su gente, recibiéndole, como usted se merece”.

“Cuarenta años de exilio os saludan”, dijo al llegar. Cuarenta años de consecuencia en la lucha por unas ideas. Cuarenta años de dignidad y lealtad política, se cerraron el 24 de marzo de 1977.

Y vinimos a Estella. A las seis y cuarto llegó a la basílica del Puy donde fue recibido con aplausos. En la puerta de esa iglesia que domina el pueblo había una ikurriña y una pancarta que decía: Ongi etorri etxera. Lizarrakoak”. Allí ocupó el lugar de preferencia junto a sus hermanos Pello Mari y Josefina y la viuda de Eusebio Irujo.

El párroco de San Juan Bautista, Don Esteban Irigoyen, comenzó la misa concelebrada mientras los txistularis de su pueblo interpretaban piezas vascas. A las siete, desde un balcón que da a la explanada, Irujo se dirigió a la gente sin megáfono que rechazó. Agradeció la presencia de la gente y afirmó que “se debe andar por el mundo con los brazos abiertos para querer y amar, para forjar un nuevo mundo en la paz”. Hizo hincapié en que su presencia era “la de un estellés más”.

“Hay momentos –continuó diciendo- de hablar y de sentir. Este para mí, divisando San Pedro y Montejurra, es un momento de sentir. Sea cual sea la situación que hayáis tenido en la guerra vuestra presencia me dice que estoy en casa”.

Recordó después a todos los muertos por sus ideales, refiriéndose en especial al que fuera alcalde de Estella, Fortunato Aguirre. Volvió a insistir de nuevo en la alegría que le daba estar en su ciudad. “Quiero la paz en la democracia social que nos permita avanzar por el camino de la justicia sin vencedores ni vencidos. No busco el diálogo de las pistolas, sino de las gentes, porque hablando logran entenderse”.

Interrumpido en varias ocasiones terminó diciendo que “llevo con mucha honra y satisfacción la medalla de la ciudad que me han entregado”.

Finalmente un último comentario.

A Don Manuel sólo lo retiró de la política, la salud. Logramos convencerle para que fuera candidato en aquellas primeras elecciones a senador. Y para ello, organizamos un Frente Autonómico con el Partido Socialista y ESEI. Por el partido socialista iba Ramón Rubial y por ESEI Goyo Monreal. Don Manuel salió elegido con 56.820 votos. Y aquel frente autonómico hizo que los primeros pasos preautonómicos vascos se hicieran conjuntamente entre alaveses, gipuzkoanos, vizcaínos y nabarros, cuando todavía no estaba ni contemplado el famoso acuerdo de Lizarra. PSOE, PNV y ESEI fuimos juntos a las elecciones en el Senado y no pasó nada. Aquello fue un Frente por la democracia y la normalización política. Y allí estuvo Irujo. Preocupado fundamentalmente por Nabarra. Por una Nabarra que el veía haciendo política conjuntamente con sus hermanos.

Era el Don Manuel de siempre. Nacionalista, nabarro, humanista, demócrata. Vasco. Abogado sin bufete. Con garra de dirigente, dedicación absoluta, madera de líder, curiosidad y erudición histórica, carisma natural. Cultura humanística. Elegancia con las damas. Suavidad en el trato. Don de mando, y poder persuasivo para convencer y hacerse seguir. Y lo que es importante en un político de raza: ideas claras, facilidad de palabra, pensamiento con sindéresis, poder comunicativo, y un cosa importante tras un largo y amargo exilio: sentido del humor.

Todo esto es lo que se recoge en el libro. Si en su día Arantza escribió un cuento dedicado a los niños titulado “Chispas de felicidad” que mientras yo leía el libro de Irujo, daba a mis críos el de Arantza, ésta ha sido de verdad, todo un fogonazo de felicidad encontrarme de nuevo con Don Manuel, con la familia Irujo, con Lizarra, con la buena gente que creyó, como dijo el sacerdote en su funeral, que hombres como aquel justificaban toda una generación. A pesar de ser muy tópica y muy manoseada y además muy conocida, permítanme que recuerde no solo lo que repita Arantza recordando al Fuero, que el tronco vuelva al tronco, y la raíz a la raíz, sino lo que dijo Gabriel Aresti sobre la Casa de su padre que parecía escrita por Don Manuel.

Defenderé la casa de mi padre.

Contra los lobos,

contra la sequía,

contra la usura, contra la justicia,

defenderé la casa de mi padre.

Perderé los ganados,

los huertos,

los pinares,

los dividendos,

pero defenderé la casa de mi padre.

Me quitarán las armas,

y con las manos defenderé la casa de mi padre.

Me cortarán las manos,

y con los brazos defenderé la casa de mi padre.

Me dejarán sin brazos,

sin hombres y sin pecho,

y con el ama defenderá la casa de mi padre.

Me moriré,

se perderá mi alma,

se perderá mi prole,

pero la casa de mi padre seguirá en pie.

Eskerrik asko!

Don Manuel defendió la casa de su padre. Esta casa, y las ideas que defendió siguen en pie, mientras crece su recuerdo que se alarga con el tiempo, como crece la sombra, cuando el sol declina.