La psicodélica historia que hay detrás de la transferencia de carreteras

Uno de los acuerdos parlamentarios de investidura que hicimos con el PP en el año 2.000 fue el desarrollo del estatuto. Como siempre. Pero aquello duró muy poco. Mayor Oreja se ocupó de desbaratar el acuerdo, pero, en el ínterin, recuerdo las negociaciones que tuvimos no solo con Rato y Rajoy sino ya con el ministro de la época, Arias Salgado, que de ministro pasó a dirigir Carrefour. Tenía como su secretario de Estado a Joaquín Abril Martorell, hermano de Fernando. Hablar con él era hacerlo con un tipo muy inteligente y culto, pero que no se aclaraba mucho de lo que entonces tenía entre manos. Al ministro lo definían como otro tipo listo pero que lograba siempre «la parálisis por el análisis». Ese era el panorama.

De ahí que haber logrado en este último tramo de la legislatura tres nuevas transferencias y entre ellas la de carreteras, no es moco de pavo, porque veníamos del NO sempiterno y de los antecedentes expuestos.

El PNV arrancó el 6 un nuevo paquete de tres transferencias, las de autopistas, turismo y productos farmacéuticos, que suponen un paso más para el cumplimiento íntegro del acuerdo suscrito con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero durante la última negociación presupuestaria, uno de los hitos más relevantes en la consecución de mayores cotas de autogobierno. Estas materias llegarán a Euzkadi antes del día 26, fecha de disolución de las Cortes.

En plena agonía política del presidente español, los jeltzales enfrentamos una reunión en la que nos topamos con las reticencias socialistas al traspaso de las autopistas, un obstáculo que conseguimos finalmente vencer. Fue así:

Autopistas. Con el acuerdo firmado el 6, las administraciones públicas vascas pasarán a ser las titulares de todas las carreteras que transcurren por la CAV, completando así el mapa vasco de carreteras. El pacto contempla la firma de dos decretos, uno para descatalogar las autopistas AP-68 y AP-1 a su paso por Bizkaia y Araba de la red de carreteras del Estado, y otro para subrogar en favor de las administraciones vascas la posición del Estado ante las empresas concesionarias de estas autopistas.

Ahí queda eso.

Pesimismo antropológico en el PSOE en el cambio constitucional

Conté aquí  lo que dijo Peces Barba de los referendums. Los esencialistas españoles les tienen pavor. Los experimentos con gaseosa. Y lo comprobé este miércoles en el Senado, en el pleno extraordinario que aprobó la modificación constitucional. Grandes palabras en favor de la carta Magna. Grandes y retóricos discursos del PSOE y del PP hablando el mismo idioma. Y, lo de siempre. Las minorías  han quedado preteridas a cuenta de las prisas por el cambio, de la carta de Merkel y del temor reverencial a solicitar la palabra al pueblo. Rodillo a tope.

Y una intervención especialmente chirriante: la de la senadora de UPN. Al parecer la foralidad de Navarra a la señora senadora se la trae al pairo. Lo importante es la españolidad de la reforma. ¡Que intervención!. No sé como en Navarra siguen votando a UPN creyendo que es un partido navarrista. Ni Rosa Diez hubiera mejorado sus «prietas las filas».

Por su parte nuestro senador del Bloque, Pérez Bouza les dijo a los senadores del PP y del PSOE: «le sugiero una cosa. Preséntense juntos a las elecciones con la sigla PPPSOE. Según la argumentación que esgrimen aquí no es fácil distinguir a los dos partido».

Otra de las chirriantes tomas de postura fue la de la Entesa Catalana del Progrés. Esta plataforma está compuesta por el PSC, ICV y ERC. En el fondo esta alianza se montó para que CIU no tuviera senadores porque es que la Entesa no tiene un programa común salvo hacerle la puñeta al partido de Mas y de Duran. Y se ha visto en esta votación: El PSC votó  del brazo con el PSOE. Iniciativa en contra pero quedándose en la sala. Y Ezquerra saliendo de la misma después de protestar a modo.

Muchísimo periodista, muchos ministros aunque no Zapatero, y muchas caras largas. El PSOE está muy tocado. Me ha impresionado. Es un taller sin dueño. El ex presidente de la Rioja que ha arremetido en su intervención  contra CIU, se ha despedido. Su secretario general lo manda al paro. Una senadora de Huesca nos ha dicho que en su partido no valen el mérito, la capacidad y el ser mujer. La retiran para dar acomodo a un ex presidente de Diputación. El aparato. Un senador de Castila La Mancha, después de catorce años se quedaba en su casa «porque como va a Barreda al Congreso, mueven todo y además se van a perder las elecciones y hay mucho ex alto cargo en paro». Mucha frustración, mucha resignación, mucho pesimismo. Me preocupa, tras ver esto, una mayoría del PP. Con ese espíritu no sacan ni 120 diputados.

Fin de ciclo, cambio constitucional en una semana, crisis económica, un PP  crecidísimo y una sensación de fin de  la historia  tremenda.

Es lo que hemos vivimos hoy miércoles en el Pleno del Senado.

Un patético Peces Barba

Gregorio Peces Barba fue diputado en representación del PSOE en 1977. Como tal formó parte de la ponencia constitucional, ponencia que excluyó al PNV por cálculo del PSOE que no quería que un profesor de derecho constitucional de la talla de Tierno Galván formara parte de aquella ponencia en representación de su entonces partido el PSP. Posteriormente fue presidente del Congreso de los Diputados y rector de la Universidad Carlos III.

Peces Barba no hay ocasión en la que hable en la que no nos meta un rejón incluso sin venir a cuento. La última en el programa de TVE «Informe Semanal» del pasado sábado.

El programa dedicaba una de sus partes a glosar la maravilla del «Cambio express Constitucional» hecho de un viernes a otro viernes. En una semana, la intocable, la hicieron añicos. ¿Y cuál era el argumento de Peces Barba?. Decía el otrora orondo diputado que bajo el régimen de Franco se organizaron varios referéndums que obtenían a veces más del ciento diez por ciento de votación y que ellos, los ponentes ante eso decidieron fortalecer a los partidos políticos. Que un demócrata y un profesor de derecho constitucional argumente de semejante manera es como para echar a correr. Pues lo dijo y se quedó tan pancho el patético Peces Barba que cuando le nombraron la palabra autodeterminación casi le da un soponcio España es una y el que no está de acuerdo que se aguante. Este buen señor me recuerda al mariscal Hermann Goering que decía que cada vez que oía la palabra cultura echaba mano del revólver.

En el debate y desde el estrado de oradores, el diputado del PNV Josu Erkoreka afirmó que «ya que no nos dejan defender nuestras enmiendas, déjenme al menos explicar la enmienda vetada». Denunció que «ha sido inadmitida con argumentos pseudojurídicos que no tengo empacho en calificar de peregrinos», aunque «lo importante es la voluntad política que se oculta» tras este rechazo, que según él era «vetar esta enmienda». Se trata, concluyó, de «un atropello más de los muchos que salpican el carrusel de arbitrariedades en que se ha convertido esta reforma. El PSOE y el PP nos aplican la ley del embudo, la parte ancha para ellos y la parte estrecha para los demás».

Poco importó, toda vez que, ya durante la celebración del pleno, las 19 enmiendas que pasaron el corte fueron decayendo, una detrás de otra, de nuevo a causa del rodillo constitucionalista. Entre ellas, la iniciativa del PNV que pretendía “explicitar en la Constitución la singularidad de los territorios forales vascos, ya que en el mapa que han dibujado PP y PSOE solo se habla de comunidades autónomas y entes locales». Así lo explicó Josu Erkoreka, quien, una vez confirmado el portazo del Congreso, dijo no entender cómo «los diputados vascos de PP o PSOE pueden oponerse a esta enmienda». Lamentó, por tanto, que «a partir de esta reforma, no sabemos qué régimen o reglas se van a aplicar a los territorios forales, causándoles una grave inseguridad y perjuicio».

Bueno, pues esto es lo que hay. Una modificación chapucera, cerrada y antidemocrática de una Constitución que va a dejar a los ayuntamientos sin un euro para invertir. Pero no importa, que ¡Viva España!. De eso se trataba.