La Boda: Hay que mantener el negocio

Se casa este viernes el hijo de Carlos, príncipe de Gales, con Kate Middleton.  Algo normal convertido en un gran espectáculo de pompa, incienso y propaganda.  E inmensas meteduras de pata.  No invitar a este gran bodorrio, a cuenta del estado, a los ex primeros ministros laboristas  Blair y Brown es algo muy grave.  Y no por ser laboristas, sino por su significación y por lo que tuvieron que aguantar.  Uno a una reina insensible, gélida y ausente, ante la muerte de su nuera y el otro por seguir manteniendo una institución caduca y de opereta.  ¿Qué a la gente le gustan las bodas, los desfiles, las novias guapas y el glamour?.  Pues si.  De ahí el espectáculo para mantener el negocio y una institución no sometida a la voluntad popular.  Costará 45 millones de euros.

Como no podía ser menos, desde España viajan Sofía de Grecia y la parejita.  Me gustaría saber cuánto cuesta al erario público el viaje, la estancia, la guardarropía y los regalos de estos tres subvencionados, sin haber sido elegidos, asi como  el presupuesto de sus acompañantes y guardaespaldas.  Un pico.  Podía haber ido la buena señora sola, pero no. Va con la parejita a la que tratan de asociar con el nuevo matrimonio. Apuntarse a ganador para el marujeo. Porque el   intento de comparar a Kate con Leticia es de nota.  Todo por la Patria y para que la fiesta continúe.  Y ni una crítica.

Isabel II,  es una señora de 85 años que ahí sigue  como jefa de estado, manteniendo a su hijo sesentón al que no le da el menor chance. Y un recuerdo a la sinsorga de Lady Di que acabó la pobre como acabó por las infidelidades de su marido. Un gasto hipermillonario en plena crisis.  Unos comentaristas entregados, enviados y en plató de sonrojo ajeno.  Todo muy cutre aunque envuelto de papel de  celofán con  colores muy llamativos.  Una gran marujada.

Pero por lo menos los gastos en Gran Bretaña son controlados, los príncipes criticados y Carlos de Inglaterra tiene discurso propio  a cuenta del ecologismo.  Aquí no hay nada de eso.  La opacidad es total, la parejita no hace nada más que viajar, pasear y soltar discursos escritos por otros.  Felipe de Borbón no tiene opinión propia en nada y Leticia es una señora estirada, antipática y muy cara. En fin.  La fiesta continúa. Se lo pasan bomba.

Ana Pastor, una periodista muy parcial

Ana Pastor es una buena periodista pero muy parcial. El martes tuvo un rifi rafe con la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. No tenía razón ésta, sino Ana Pastor y el director editorial del Grupo Z, Miguel Ángel Liso cuando le preguntó a la manchega por la «dura campaña que el PP viene llevando a cabo en los últimos meses contra TVE, a la que acusa de manipular. De que manipula, manipula, pero menos que en los tiempos del nefasto Alfredo Urdaci. Y es en entre otras manipulaciones su estomagante tratamiento del Real Madrid. De vergüenza ajena.

Pero digo lo de Ana Pastor, que me gustó en su interrogatorio al presidente del Consejo de la Revolución iraní, pero me defraudó en el obsequioso tratamiento que le hizo a Javier Solana. Ahí se le vio su patita socialista. Peor entrevista no he visto en mi vida contra aquel jefe de la Otan que bombardeó Belgrado y que como ahora dice Gervasio Pérez, el gran fotógrafo, habla ex cátedra. No hay más que leer las memorias de quien fuera una de las secretarias de La Moncloa para conocer la catadura de éste personaje cuyo narcicismo es insoportable.

A mí el miércoles con Ana Pastor me pasó una cosa curiosa. El martes a la noche en el programa de Vicente Vallés «24 horas” de TVE, me preguntaron él y Justino Sinova, Eduardo San Martin, Miguel Larrea y Antonio Arráez, entre otras cosas, sobre la legalización de Bildu y yo contesté siguiendo mi leal saber y entender. Una de estas respuestas, aquella en la que dije que si no funcionaba la ley de partidos ésta tenía moviola retroactiva, fue considerada noticia y desde las siete de la mañana se reprodujo con las opiniones de Basagoiti y Rubalcaba pero al llegar a la Sra. Pastor a las 9 las demás se mantuvieron menos la mía. A la señora Pastor no le había gustado mi crítica sobre su entrevista a Solana y me censuró. Luego, Eduardo San Martin, en el coloquio de los “Desayunos” me aludió a cuenta de la bronca del Senado, pero la Sra. Pastor también me censuró.

Cospedal no tiene razón pero tampoco Ana Pastor, militante socialista de las ondas que hace un informativo, a veces, extremadamente parcial. Y es una pena pues tiene cualidades para ser una periodista de referencia.

Poderoso Caballero es Don Dinero

Esta semana tenemos pleno en el Senado. Tras la Junta de Portavoces el martes  con presencia de Ramón Jauregui, ministro de la presidencia para explicarnos el por que el gobierno ha destinado barcos y aviones a la guerra de Libia con un coste de 43 millones de euros, comparecencia hecha a petición nuestra, hemos tenido la visita del Emir de Qatar, demostrando en todo que no importa el tamaño del país si tienes petróleo y gas. La obsequiosidad ha sido extrema.

Nos ha venido  el jeque Hamed  Bin Jalifa  al Thani  sin su segunda mujer, la guapa jequesa Mozah Bint  Nasser, que todos esperábamos pues es mujer elegante e interesante y dicen que preocupada por los derechos de la mujer. De todas maneras ella es la segunda de las tres mujeres reconocidas del jeque.

El Emir es un tipo alto con mirada inquietante. Nos dio la mano, firmó en el libro de visitas y le escuchó a Rojo decir las bondades de la relación entre España y Qatar y lo mucho que une a los dos pueblos. Sobre todo los contratos. Ni una palabra al castigo corporal, la amputación, la pena capital y la discriminación de la mujer que mantienen en el Emirato, sede de la cadena de televisión  Al Yazira, que pretende dar una versión moderna e islamazida  de la actualidad al mundo árabe. Al Yazira se ha convertido en el medio más influyente, por delante de Facebbok y Twitter, en su tratamiento de lo que está ocurriendo en el norte de Africa. Pero el Emir no le contestó a Rojo. Se limitó a agradecer las medallas que Bono y el presidente del Senado  le dieron, de vil metal. La víspera Juan Carlos de Borbón le había condecorado con  el Collar de la Orden de Isabel la Católica  a él y la Gran Cruz a ella. Ridículo. Esta distinción fue creada por aquel rey felón llamado Fernando VII en 1815 y ya va siendo hora que se modernicen en algo con  estas inverosímiles distinciones. Meter lo católico en una condecoración a un líder musulmán tiene su cosa.

De allí a ver la Biblioteca del Senado que vale la pena conocer. Es de un gótico notable y parecería  que en esa sala se podía haber filmado la película de Harry Potter. Allí hemos estado Pio García Escudero, Carmela Silva, Jordi Vilajoana, Ramón Aleu, Pere Sampol y yo. Del Congreso solo nos ha venido Soraya Saenz de Santamaria que apenas conocía el Senado y que le ha gustado lo que ha visto.

Este Emir es un jeque bien visto en Europa ya que además de contratos  participa en la ofensiva internacional con cuatro aviones de combate. Pero también le han ayudado al rey de Bahrein a reprimir las justas revueltas de su pueblo. Siendo el país más pequeño del mundo  ha conseguido un Mundial de Fútbol y los lideres españoles, tanto políticos como empresariales, se pelean por sobarle el lomo. No en vano tiene el PIB per cápita más alto del mundo. Los partidos políticos no están permitidos, pero si se reconoce el derecho a la libertad de expresión y asociación. Los cristianos gozan de libertad de culto y las mujeres pueden conducir. ¡Que avances!.

Al leer su discursito le recordaba a Rojo presentando un informe anual sobre los países que todavía mantienen la pena de muerte. Hubiera sido una buena ocasión para recordarle  a este  Emir de mirada intranquilizadora que nadie es dueño de la vida de los demás. Pero no. Todo ha quedado en ser amables y obsequiosos. Poderoso, muy poderoso es Don Dinero.