En 1932 en Lizarra-Estella Manuel de Irujo junto al alcalde Fortunato Agirre y una serie de padres de Estella pusieron en marcha la ikastola de Lizarra. En 1936, falangistas, carlistas y militares sublevados la cerraron, persiguieron a sus promotores y asesinaron al alcalde Agirre asi como quemaron todos sus libros y mobiliario en pira pública como hacían los nazis. En 1970, con mucha prevención, tímida pero decididamente padres corajudos convirtieron aquellas cenizas en una ikastola con 24 alumnos y todo un ambiente en contra. Hoy la ikastola es un hermoso edificio con frontón en el centro de la ciudad y 634 alumnos. Se Imponía pues que a esta Ikastola en el XX aniversario del Premio Irujo se reconociera este ingente esfuerzo. Y eso fue el domingo 3 de octubre en el patio de la ikastola ante el Presidente del Parlamento navarro Unai Hualde, el Consejero Mikel Irujo, el alcalde de Estella, el presidente del EBB Andoni Ortuzar, la secretaria y presidenta de la Fundación Mireia Zarate, y distintas personalidades, padres, alumnos, y algunos premiados como Arantza Amezaga y Josu Txueka que estuvimos aplaudiendo en un acto entrañable, sencillo, de muy buenos discursos y con actuaciones musicales y de bailes francamente estupendo. La ikastola de Lizarra es hoy toda una referencia en la zona no sólo por una educación puntera sino por la recuperación de esa historia, del euskera, de celebraciones como el Olentzero y los carnavales así como con sus planes de futuro. El alma del premio, el incansable Koldo Viñuales y el concejal Gómez Segura entregaron la talla y la medalla al director de la ikastola Joseba Tristan y Unai Gardoki. Fue un acto necesario que nos reconforta con liquidar una historia de persecución ante esa Ave Fénix que es la ikastola de Lizarra. Zorionak equipo!!!!!
Europa nos interesa. Es nuestro horizonte. Europa son las elecciones alemanas y también el debate sobre un ejército europeo. Y también lo que se dice. A mediados de septiembre el Papa Francisco viajó a Hungría y Eslovaquia. Al volver en avión habló con los periodistas de su experiencia viajera y de Europa. ”La Europa del futuro tiene que prender los sueños de los padres fundadores de la Unión Europea. La UE no es una reunión para hacer cosas, hay un espíritu en la base de la Unión, un espíritu con el que soñaron De Gasperi y Schumann, hay que volver ahí. No puede ser solo una oficina de gestión” les dijo a sus acompañantes. De Gasperi y Schumann, dos personalidades católicas con las que estuvieron codo a codo los dirigentes del EAJ-PNV en los albores de la puesta en marcha de aquella ilusión mientras los antecesores de la IA miraban a Argelia, Cuba, Nicaragua y a todas las revoluciones mundiales. Hoy no lo reconocen y te dan lecciones europeas, pero para ellos solo era un supermercado. En 1977, el PNV salió de la clandestinidad. Previamente trabajó en cuatro ponencias: organización, cultura, economía y política. EI borrador de la ponencia política lo redactó Xabier Arzalluz, que había vivido en Alemania y visto en Berlín un muro divisor. El socialismo real no quería que sus habitantes eligieran otro lugar para vivir y le pusieron un muro a su cárcel. Recogía asimismo el impulso del pasado del PNV. Ajuriaguerra, Irujo, Jauregui, Leizaola, Lasarte le habían hablado del Aberri Eguna de 1933, con el lema Euzkadi-Europa, la creación en 1947 en Chaud Fontaine (Bélgica) de los Nuevos Equipos Internacionales, antecedente inmediato de la democracia cristiana en el continente en su apuesta europea con criterio federal y subsidiario. Le hablaron de la presencia del lehendakari Aguirre y de Landaburu en La Haya cuando se creó el Movimiento Europeo y de cómo en la Delegación vasca de París se formó el Consejo Federal del Estado español de dicho Movimiento. Arzalluz sabía que aquella vía democristiana nacía como tercera vía, entre la derecha conservadora y un socialismo no totalitario con el prestigio de liderazgos de los que habían luchado y muerto contra el nazismo y el fascismo. El jefe de la resistencia francesa, tras el asesinato de Jean Moulin por los nazis fue George Bidault, quien fuera luego presidente del Gobierno francés, personalidad frecuentada por el Lehendakari. De hecho la última visita que recibió en vida se la hicieron Uzturre y Arzalluz. Uno de aquellos pioneros nombrado por el Papa hace quince días fue aquel trentino llamado Alcide de Gasperi, considerado como uno de los padres de Europa junto a Adenauer, Monnet, Schuman y Spack. Con todo ese mundo de experiencias, Arzalluz redactó aquella ponencia, que ha sido y es hoy una magnífica brújula para la actuación política. En aquel año mágico de 1977, saliendo de la clandestinidad y con una guía para planificar el futuro, ningún partido dio importancia a la idea de la construcción europea. El PNV en Iruñea, sí lo hizo. Repito, el único. De Gasperi había nacido en Trento, que entonces formaba parte del imperio austrohúngaro y por esta razón inició su carrera política como diputado en el Parlamento austríaco en 1911. Esta experiencia le aportó una visión más global de la vida política y de Europa ya que, después de la Primera Guerra mundial, Trento fue anexionada a Italia. Elegido diputado de Trento en 1921, planta cara a Mussolini, quien lo encarcela por actividades antifascistas, de modo que cuando el fascismo se derrumbó, De Gasperi era la única figura importante que no estaba manchada y que podía ofrecer al pueblo italiano una alternativa ética. El 3 de abril de 1981, junto a Xabier Arzalluz y Gorka Agirre, estuve en Roma en la celebración del centenario del nacimiento de Alcide de Gasperi. Fue toda una experiencia. Y no solo por la visita a Juan Pablo II, en el Vaticano, sino por todo el debate europeo de aquellas jornadas en las que el presidente del EBB brilló con luz propia y fue reconocido por ello. En el viaje de vuelta decidimos la edición de un sencillo libro para que constaran aquellos debates y no se olvidara un dato del que nos sentíamos orgullosos y que pusimos en Roma encima de la mesa. Fue nuestra presencia como partido cuando la Democracia Cristiana Italiana, tras la guerra mundial y bajo el liderazgo de Alcide de Gasperi, salió a la cancha pública tras 20 años de persecución por parte del fascismo. Fue en 1946 y en aquel congreso de salida solo estuvimos nosotros. Las relaciones con Maritain y Dom Sturzo, nuestra vieja lucha, y el entramado de relaciones nos otorgó aquel privilegio. En la fotografía que acompaña este artículo aparecen los tres delegados. Landaburu, en la mesa al lado de la Sra. De Gasperi; Teodoro Aguirre (hermano del lehendakari) y Pepe Eizaguirre, tolosarra, exdiputado y exmiembro del Tribunal de Garantías Constitucionales. Si una imagen vale por mil palabras, ahí está el PNV en los albores de la Unión Europea, codeándose con sus promotores y marcando su impronta. Y no fue fácil. De Gasperi era primer ministro de Italia en 1946 y en ese congreso de la DC italiana uno de los temas importantes del orden del día fue decidir si apostar por la República o por la Monarquía. Unos veían con interés la figura de Humberto, hijo del rey Víctor Manuel, que había colaborado con Mussolini; pero a pesar de los argumentos para mantener la monarquía en Italia, en aquel congreso se decidió que la DC votaría en el referéndum en favor de la República. Y salió la República. Lo que en España no se hizo, en Italia los mandaron al exilio con prohibición de pisar el país. La embajada franquista maniobró para que los vascos no estuvieran en dicho congreso pero fue el propio primer ministro quien dijo: «Entre unos y otros, me quedo con los vascos». Contaba Landaburu: «En tres ocasiones tuvimos el honor de conversar con De Gasperi. Desde el primer momento lo hizo con la intimidad y la confianza de los viejos amigos. Él ha conocido también las persecuciones (cuatro años de cárcel) y las miserias de una dictadura de veinte años. Y en un tono fraternal nos decía: «¡Que bella es la libertad cuando se ha vivido en la opresión!». «El problema de la reconstrucción patria es más que un problema de la reconstrucción de edificios, puentes o carreteras, es un problema de reconstrucción moral y es un problema de construcción de la nueva clase dirigente». Otro de los asuntos fue la base doctrinal. Del personalismo, del humanismo de inspiración cristiana.”No es necesario y quizás preferible que el calificativo de cristiano aparezca en el rótulo, con tal de que sea el inspirador”. Se recordaron un par de frases de Maritain. ”Trabaja en pro de la democracia libre y personalista y, el cristianismo se te dará por añadidura”. Y esta otra. ”La democracia es la cara profana del ideal cristiano”. Se notó que el término cristiano era más amplio que el de católico y que el término “de inspiración cristiana” lo es aún más, pues engloba a creyentes y no creyentes siempre que se inspiren en la moral cristiana. El personalismo es aún más amplio, pues puede ser defendido por gentes que aceptan una simple moral humana, sin intervención de lo sobrenatural. Fue lo que se aprobó en la Asamblea de Iruña en 1977, dejando de ser el EAJ-PNV un partido confesional. El lema JEL encierra muchas cosas. Y somos jelkides. A muchísima honra. De aquel congreso salió la matriz de la política italiana y europea para los siguientes treinta años. Y lo repito y repito y repito. El EAJ-PNV estuvo ahí. Y es que lo europeo está en nuestro ADN de partido. Con De Gasperi, Adenauer, Schuman y Monnet. ¿Qué organización política puede presentar semejante historial?. Pues eso.
El viernes en la Capilla Gótica de la Universidad de Deusto tuvo lugar el funeral de su antiguo Secretario general, José Ramón Scheifler Amezaga, fallecido en Loiola a los 101 años. Celebraron la misa ocho jesuitas entre ellos el Rector de la Universidad. Su familia, jesuitas, Carmen Torres Ripa, Begoña Loroño, Javier Batarrita, Iñigo Camino, Rosa y su marido, fueron las únicas personas a las que conocí, sin que esto signifique que no hubiera muchas más de su entorno. Ningún diputado y eso que la capilla de la Diputación la misa de San Ignacio la celebraba él. Ningún concejal, ningún parlamentario, ningún senador, ningún burukide y eso que Mario Onaindia en sus intervenciones parlamentarias no había día en la que no se la dedicara al jesuita que más ha escrito en Deia sobre todos los temas Y es que Scheifler fue una personalidad única en su sabiduría y en su compromiso. Era viernes y los mentados tendrían cosas más importantes que hacer. Por ejemplo romper el pacto de respeto intergeneracional.
Hace menos de un año cuando le visité escribí lo siguiente:
“De la mano del gran Javier Batarrita he ido a visitar al P. José Ramón Scheifler en su cuarto-estudio de la Universidad de Deusto. Allí estaba con una lupa leyendo un libro en una habitación que tiene atmósfera de hombre ilustrado. Nos ha agradecido la visita porque cuando se van a cumplir cien años significa que casi todos los de tu generación, de la anterior y de la siguiente han desaparecido por ley de vida. Y salvo problemas auditivos, el hombre está con la cabeza lúcida y deseando seguir la realidad. Bilbaino de 1920, exiliado en 1937, jesuita, profesor de Ciencias Bíblicas de la Facultad de Munster, Roma y Jerusalen, profesor invitado en las Universidades de Mexico, Guatemala y San Salvador. Todo un lujo de sabiduría concentrada.
Hablar de Scheifler no es solo hablar de los jesuitas sino también de Deia. No menos de 123 editoriales fueron escritos de su mano y más de mil trabajos publicados en sus páginas con su firma, trabajo que ahora trata de recopilar un familiar. Yo les hice entrega de una serie de ellos en los que desde Sabino Arana, hasta la acción de los jesuitas en el mundo, la división del PNV, la valoración de los distintos gobiernos, todo era analizado minuciosamente con ojos de taxidermista y una cultura y vivencias enciclopédicas. No en vano Mario Onaindía cuando subía a la tribuna del Parlamento Vasco nos decía que era la inteligencia del PNV. Hoy se lo he contado y se ha reído.
Le he preguntado por el P. Arrupe y me ha dicho que le conoció siendo muy joven y que en Roma estuvo con él manteniendo dos encontronazos a cuenta de la biblioteca de los jesuitas de Oña que él quería traer a la Facultad de Teología de Bilbao donde fue decano y acabó en Comillas. ”Todo no se puede ganar” le debió decir el Prepósito General y, tras su fallecimiento, Scheifler escribió una ponderada biografía donde resumía su existencia diciendo que había nacido para profeta y había acabado de mártir. Yo le he contado lo que nos dijo el P. Barturen cuando recibió el premio Sabino Arana de Cooperación en sus palabras de aceptación del premio en Donosti.
“El P. Arrupe visitó las comunidades jesuíticas de América desde Canadá a la Tierra de Fuego. De regreso a Roma salió desde Brasil y les visitó en la ciudad de Bahía. Al ir a tomar el avión, Arrupe le pidió a Barturen le acompañara al avión y en el camino le dijo que había visitado a los jesuitas de América y que había constatado que donde había una obra social que funcionaba había un vasco”. Bonita vivencia.
Hemos recordado su última entrevista en Deia donde hablaba en ella desde su sabiduría y lo hacía sin mucho protocolo así como de su último artículo a raíz del fallecimiento de Xabier Arzalluz con quien mantuvo una larguísima y fraterna amistad. La semana pasada le visitó su viuda Begoña Loroño.
Y allí le hemos dejado con sus libros y recuerdos deseando recibir visitas que le acerquen a una realidad que él ha vivido tan intensamente.
P. José Ramón Scheifler, toda una personalidad y todo un referente.
Este es su último artículo escrito a raíz del fallecimiento de Arzalluz:
“¿Recuerdas Xabier, cuándo y cómo nos conocimos?. Hace más de sesenta años. Todavía eras estudiante jesuita. Comencé mi curso bíblico. Te presentaste para seguirlo. A las tres o cuatro clases, te llamé y te dije: “Xabier, vete a Alemania y empápate del espíritu centroeuropeo. Después, enséñalo a nuestro pueblo. Somos un pueblo antiguo y singular, pero europeo”. Y me hiciste caso.
Un día me dijiste que dejabas la sotana. “No tengo fe suficiente para ser un profesional de la fe”. Y te dije: “Te entiendo, en tu caso, yo haría lo mismo. Pero nada se ha roto en nuestras almas”. Y todo siguió igual entre nosotros.
Hemos vivido mucho juntos desde puestos muy distintos. Pero siempre nos mantuvimos muy cercanos. ¡Cuántos años y ratos juntos, como cuando teníamos dieciocho años! ¡Los mismos, pero tan distintos!
Recientemente te presentaste en mi despacho. ¡Qué ilusión Xabier! ¡Como en los viejos tiempos! Pues todos son buenos para hacer el Bien y solventar problemas, Xabier. Y me dijiste: “Es lo que quiero hacer hoy, óyeme en confesión”. Y lo hicimos, allí mismo, casi sin palabras, pero no sin lágrimas. Llorar no es de mujeres, ni de cobardes.
No, no le esperaba: “Me encuentro bien, y ahora muy bien, por habernos encontrado”, me dijo. Yo también le veía bien. Ni la menor sospecha, y yo soy mayor. Pero ¡se fue!, y parte de mí con él. ¡Éramos tan distintos y tan cercanos! ¡Hasta siempre compañero!”
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