RAMÓN RABANERA NOS DESPIDE

Viernes 2 de octubre de 2015

Rabanera y el resto_1Ramón Rabanera es un buen tipo. Y se ríe a carcajadas. Deja como yo el Senado. Acumula mucha experiencia. Ha sido en esta legislatura presidente de la Comisión de Interior y secretario segundo de la Mesa del Senado. Le gusta la política pero más el Ejecutivo que el Legislativo y además en Araba tiene unos jóvenes lobos que se lo llevan todo: Alfonso Alonso, Javier Maroto, Iñaki  Oiarzabal, Jorge Ibarrondo….

Hace años, con él y con Roberto Lertxundi, íbamos una vez por semana a ETB al programa de Urrusolo y posteriormente hemos estado en tertulias y en debates de todo tipo. Me ha comentado que el sábado que viene irá al homenaje que le hace el PSE a Txiki Benegas y luego se va a dar un homenaje. Lo creo.

Ha tenido el detalle de organizarnos una despedida en su despacho a miembros de la Mesa y Portavoces de la Comisión de Interior. Y allí hemos estado todos. Por supuesto, con vino el de Rioja alavesa. Es la foto que ilustra este post. Allí hemos estado  senadores  de todos los pelajes: desde ERC, Convergencia, PNV, PSOE y PP. Y le hemos puesto un poco pringando al ministro Jorge Fernández, que tiene aversión por comparecer en la Cámara. Y hemos hablado de muchas cosas en sintonía humana. Son tiempos de despedida y de nostalgias. Y de acordarse de los que no están. La vida es efímera.

En su día, en El Correo, le hacían una entrevista a Ramón Rabanera. Decía ésto:

«Reivindico la honestidad de la política. No quiero ser ejemplo de nada ni de nadie, pero me crea desasosiego que ahora te miren con recelo por la calle por ser político, por algo por lo que me jugué la vida». Ramón Rabanera Rivacoba (Vitoria, 1948), ex diputado general de Álava entre 1999 y 2007, senador del PP y uno de los dirigentes con menos enemigos en Álava, atesora experiencia y habla alto y claro sobre casi todo. Nunca ha dejado de hacerlo y menos ahora, cuando acaba de conocer que al «Txapote ese», uno de los líderes más sanguinarios de ETA, ha sido condenado a otros 24 años de cárcel por ordenar su asesinato con un coche bomba que debía activarse al paso de su vehículo. Corría abril de 2000. «Hubo un fallo eléctrico. Ya me dijo el Ministerio del Interior, ‘Ramón, se te ha aparecido la Virgen’», relata en declaraciones a EL CORREO.

El ‘caso Bárcenas’ ha llevado a sus niveles más bajos el prestigio de la política. En este contexto de casos de corrupción, en medio de la peor crisis económica en décadas y cuando los niveles de afección ciudadana están bajo mínimos, le llegó el miércoles la noticia de la sentencia a Javier García Gaztelu, ‘Txapote’, «símbolo de una etapa sangrienta y muy dura que no podemos olvidar», señala.

«Yo no exijo revancha, sólo pido memoria. Parece que estamos sumergidos en una especie de amnesia colectiva», apostilla el senador con cierto sabor agridulce. Y es que Rabanera es de los que piensan que el relato, la forma en la que se transmita a las generaciones futuras lo ocurrido, es vital. «Aquí hay una batalla que se ha ganado por la firmeza de mucha gente y eso no podemos olvidarlo», recalca.

En lo personal, el ex diputado general recuerda aquel episodio de abril de 2000 como si fuera ayer. «Serían las 14:30 horas. Salía de la Diputación. Era aquí al lado, donde el garaje Goya. Pasó dos veces, en un primer momento funcionó el inhibidor pero en la segunda, cuando idearon un sistema para evitarlo, se me apareció la Virgen, porque se produjo un fallo eléctrico. Pues sí, que te voy a decir», rememora en el tono campechano que le caracteriza.

No le pilló por sorpresa. «Cuando fui nombrado diputado general, lo primero que hice fue acudir al notario para hacer testamento. Lo comentaba muchas ocasiones con Fernando Buesa, que estos de la ETA nos tenían muchas ganas, que éramos dos piezas demasiado apetecibles. Fernando, por desgracia, no tuvo tanta suerte». Y pese a todo, sigue manteniendo que «mereció la pena».

Quizá por ello, porque también apareció en otros papeles de ETA en 2008, con datos de su vida privada muy detallados, se rebela ante quienes le dicen por la calle o tomando un pote que los políticos son todos unos corruptos. «¡Es que parece que tienes que esconderte y más yo, que soy senador¡», ironiza. «Pues no. La mayoría somos buena gente e incluso algunos estuvimos a punto de perder la vida por serlo», remacha.

 

DESPEDIDAS

Jueves 1 de octubre de 2015

La décima legislatura se acaba. Tras las elecciones de mayo se han renovado parte de los escaños de los senadores representantes de las Comunidades Autónomas. En este pleno una senadora de Podemos que representará a Navarra, Idoia Villanueva. Sustituye a Pedro Eza de UPN. Y gentes que han estado ahí desde siempre, desaparecen sin ruido. Seguramente no les veremos más en la vida. La política es así. Personas con las que has compartido comisiones, discusiones y se esfuman. Y te hace pensar sobre lo efímero y lo trituradora que es la política. A fin de cuentas hecha por seres humanos que se ubican en tus antípodas ideológicas e identitarias pero que a la hora de la verdad son como tú con sus familias, sus enfermedades, sus limitaciones.

Tras las elecciones catalanas del domingo tres senadores van a formar parte del parlamento catalán. Uno del PSC y dos de Convergencia. Con los tres he tenido una intensa relación.

Montse CandiniMontse Candini es además alcaldesa de Calella, pueblo costero catalán del Maresme barcelonés que me invitó, en la anterior legislatura, para participar en un debate en su municipio para hablar del derecho a decidir y del derecho de autodeterminación en discusión con alguien que no propiciaba estas tesis. La sala estaba llena y la máquina en Catalunya comenzaba a moverse. Mujer de arranque y de verbo contundente es persona vinculada al president Mas y al Consejero Felip Puig y éste ha sido su último pleno.

Jordi SendraComo lo ha sido el de Jordi Sendra, un nacionalista catalán como un armario que se siente orgulloso de formar parte del legislativo de su pueblo en mentos rompedores e históricos como éstos. Con él he trabajado en la Comisión de interior y en una ponencia sobre la protección a los menores en las redes sociales. Nos pusimos de acuerdo para que él invitara a los Mossos de Escuadra a hablar de este espinosos tema y yo a miembros de la Errtzantza. Y viajamos a León para ver como trabajaban en un centro que zapatero ubicó en esta ciudad.

Rafaél BrugueraEl tercero es Rafaél Bruguera, senador del PSC y antiguo alcalde de La Escala. Buen tipo, coincido con él en la Asamblea Parlamentaria de la OTAN y estuvo en Arrigorriaga cuando este ayuntamiento organizó unas jornadas sobre personas desaparecidas. Ha sido un impulsor de este trabajo.

 

Con cada una de las personas de la Cámara hemos tenido algún tipo de vivencia. Por ejemplo, la semana que viene estaremos el martes en la entrega del premio Carandell al periodista de Radio Nacional Miguel Ángel Domínguez.

 

Somos tres los que cada cierto tiempo manteníamos en Radio Nacional una tertulia sobre la política de la semana en el senado y fuimos nosotros quienes propusimos el premio Luis Carandell a este periodista que por lo menos se ocupa de lo que ocurre en esta Cámara: José Miguel Camacho, de Talavera, un castellano que repite y que ha sido secretario general del Grupo Socialista y va al Congreso, Antolín Sanz, actual secretario general del Grupo Parlamentario del PP y que repetirá por Avila y que nos lleva invitando a visitar su ciudad desde el inicio de la legislatura.

Decía Fernández Ordóñez que la ideología cabía en la punta de una servilleta y lo demás eran relaciones personales. También hay aspectos identitarios pero a fin de cuentas somos seres humanos y tras la refriega lo que queda es esa condición.

El Sáhara Occidental ¿puede esperar algo del Estado español?

Miércoles 30 de septiembre de 2015

Urko Aiartza e Iñaki Anasagasti (Senadores de Amaiur y de PNV)

Al pueblo Saharaui no le queda más que continuar en su heroica labor sin esperar nada del Estado que primero lo invadió y colonizó y luego lo abandonó a su suerte en manos de un nuevo ocupante.

???????????????????????????????Hace escasos días tuvimos la oportunidad, como miembros de la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado, de reunirnos con representantes de Naciones Unidas, así como con embajadores acreditados ante las mismas en un viaje breve a su sede en New York. La visita se llevaba a cabo a consecuencia de la inminente Presidencia del Consejo de Seguridad de NNUU por parte del Reino de España, durante el mes de octubre.

Cosas del azar, esta Presidencia se produce durante el 40 aniversario de los vergonzosos acuerdos llamados de Madrid, donde el Estado español procedió a abandonar a su suerte ante Marruecos a la otrora provincia del Sáhara Occidental, Colonia del Reino. Ciertamente, durante estos 40 años, el que es de iure todavía la potencia administradora del territorio saharaui conforme a la legalidad internacional, España, no ha hecho más que dejación absoluta de sus deberes morales e internacionales, fuese cual fuese el partido en el Gobierno, con lo que albergábamos alguna esperanza de que ante la notoriedad de la situación (presidiendo el Consejo cuando se cumplen 40 años de la traición) alguna actuación cabría esperar durante estos meses.

Debemos decir que la decepción no podía ser mayor. El vicesecretario general de Naciones Unidas y jefe del Departamento de Asuntos Políticos, Mr. Jeffrey Feltman, nos manifestó claramente que la situación se encuentra totalmente bloqueada ante NNUU. Si bien la ONU y su enviado especial, así como el propio secretario general, Ban Ki-moon, han tratado de promover la negociación entre las partes, Marruecos únicamente desea hablar sobre su plan de autonomía. Obviamente, el Frente Polisario se niega a tratar solo sobre ello y recuerda, con tino, que la misión de las Naciones Unidas para el Sáhara, Minurso, tiene una R relativa a referéndum y que el proceso saharaui es un proceso de descolonización. El representante de la ONU claramente nos manifiesta que mientras los estados no fuercen a cambiar la situación, el proceso está bloqueado y poco puede hacer el organismo.

¿Y qué responden los representantes de los estados? El embajador ante NNUU del Reino de España fue bastante claro. Francia, como aliado de Marruecos, no va a hacer nada para que el tema del Sáhara esté en la agenda del Consejo en este 40 aniversario, y tampoco los Estados Unidos. La pregunta clave, sin embargo, no se responde (o más bien sí lo hace) con la falacia de que no se puede hacer nada ante el posible veto de Francia a cualquier iniciativa siquiera referida a los derechos humanos. Y es que la pregunta clave es qué piensa hacer el Estado español cuando presida el Consejo de Seguridad con respecto al Sáhara. Y la respuesta es que el Estado español no piensa hacer nada de nada durante su presidencia del Consejo. Ninguna iniciativa respecto al Sáhara en su cronograma. Nada. Hablarán de Libia, de Siria, de Afganistán, de la Resolución sobre la participación de las mujeres en la resolución de los conflictos… pero ni una palabra sobre los 40 años de ocupación ilegal marroquí en el Sáhara. España no desea molestar a su amigo marroquí ni a su amigo francés. Las referencias sobre los Estados Unidos no creemos que sean ciertas. Hay un cambio de actitud y posición por parte de la Administración estadounidense en este tema, aunque sea tenue. Una actitud diferente por parte del Estado español podría incidir más en esos cambios, pero claro, ya sabemos que últimamente al Ministerio del Sr. Margallo únicamente le preocupa obtener declaraciones vacías de apoyo a la unidad de España, y conseguir eso pesa más en la balanza, por ejemplo, del acuerdo militar sobre el uso de la base de Morón que la cuestión saharaui.

Lo más rocambolesco del asunto viene cuando a nuestra pregunta de si lo único que vale para que el Consejo de Seguridad trate el tema es una situación de violencia que altere la tan cacareada paz y seguridad, no se nos responde que no.

Pero ¿cómo pedir a los demás estados del Consejo que trabajen por la cuestión saharaui si el mayor responsable histórico del tema y presidente del Consejo se hace el Poncio Pilatos? Por suerte, hay otras voces que claman en este desierto. El mismo día que el embajador español señalaba que no se podía hacer nada (o, mejor dicho, que no quieren hacer nada), el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, manifestaba antes de partir a NNUU que es hora de que se ponga fecha al referéndum del Sáhara y conminaba al Consejo a tratar las violaciones de Derechos Humanos y la explotación ilegal de los recursos naturales en los territorios ocupados. Y es que ya son años que los saharauis, como nosotros los vascos o los catalanes, se dieron cuenta de que no hay nada que hacer con los principales partidos del Estado español. Esperar algo de ellos es condenarse al fuego eterno.

Al pueblo saharaui no le queda más que continuar en su heroica labor sin esperar nada de aquel Estado que primero lo invadió y colonizó y luego lo abandonó a su suerte en manos de un nuevo ocupante. Tampoco ahora cuando presida el Consejo de Seguridad.