He leído algunos comentarios a mi post sobre la rueda de prensa de Hugo Chávez el lunes en Caracas valorando las elecciones legislativas del pasado domingo a las que asistí como “Acompañante» invitado por el CNE (Consejo Nacional Electoral). En estos comentarios críticos se valora positivamente al presidente Hugo Chávez por su coherencia combativa. No coincido con ésta apreciación.
La democracia es un régimen de opinión pública, y además de respeto a las minorías, suponiendo que haber obtenido la mitad del resultado electoral sea propio de una minoría. Todo lo contrario. Pero mi crítica, entre otras, es a las formas utilizadas. Chávez desconoce al adversario al que ni respeta.
La oposición está nucleada alrededor de la llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) a la que Chávez llama la Mesa de la Ultraderecha sin el menor atisbo de respeto. Pero no fue solo eso. Había que verle con el chándal de la bandera venezolana puesto, delante del cuadro de Simón Bolívar y de otra bandera, con todo su gobierno que de manera sumisa le reía las gracias como si en lugar de ministros tuviera junto a sí a mayordomos.
Y además solo permitió cuatro preguntas. Tres a medios cautivos y una a una periodista de un medio francés que se le ocurrió preguntar el por qué habiendo tenido el mismo resultado Chávez tenía treinta diputados más. En mala hora. Le reprendió, se rió de ella, y al final no le contestó, tras faltarle al respeto. Si esto es la síntesis del socialismo bolivariano, me quedo con los que él llama “escuálidos”.
Frente a eso, tenemos el caso del presidente de Uruguay, José Mujica, antiguo Tupamaro encarcelado y curtido en mil batallas. Éste dijo a Veja que los gobernantes no deben responder a las críticas de la prensa, sino «soportarlas», porque «si reaccionan, pierden dos veces».
En su opinión, también «los periodistas deben intentar actuar con honor» para que «después cada lector o telespectador» interprete «lo que vio o leyó», desde su propia «subjetividad».
Según Mujica, «cuando un Gobierno se muestra más tolerante con la diversidad, ayuda a formar una prensa respetuosa», pero si opta por «radicalizar sus políticas, se va todo al diablo» y «la cosa se pone peligrosa»
Me quedo pues con este presidente civil ex Tupamaro y su concepto de la democracia que con un Chávez tan falto de educación democrática.