El pasado 26 de junio tomé parte en el Ironman de Niza. Para aquellos que no estén muy familiarizados con esta tipo de pruebas decir que se trata de un triatlón de larga distancia, consistente en nadar 3,8km, andar en bici 180km y correr un maratón 42km, todo seguido y en el menor tiempo posible. Así dicho parece mucho pero con calma y preparación tampoco es para tanto. Algunos dicen que es la prueba de un día más dura, no se…
Para los triatletas de larga distancia el Ironman es como para los estudiantes el viaje de estudios, con la excusa de la prueba haces un viaje con tus compañeros y/o familia, estas unos días inmerso en el mundo del tri, ves los últimos avances y pules los pocos ahorros que te queden en las ferias que se montan entorno a la prueba.
Me plantaba en la línea de salida de la que iba a ser mi tercera carrera de este tipo, después de Frankfurt y Roth. Atrás quedaban muchos meses de preparación y sacrificios para llegar en el mejor estado de forma que cada uno pueda. Preparar una prueba de estas características compaginandolo con trabajo y familia es complicado, sacas tiempo de donde no lo hay (la hora de la comida, madrugones, entrenar de noche…) pensando en que ese día D tengas tu mejor momento, algo que muchas veces no pasa. Tienes que trabajar muchos aspectos, desde la propia preparación física (que tu cuerpo sea capaz de rendir tanto tiempo), alimentación, alimentación del día de la prueba (no es lo mismo comer sentado, que a 160ppm), material… son muchos factores los que influyen en este tipo de pruebas y casi hay más probabilidades de no llegar al 100% que de hacerlo, pero sarna con gusto no pica. Con todo esto e intentando hacerlo bien siempre te plantas con dudas, igual que antes de un examen: me pasará esto, podré hacer tal cosa… las inseguridades y miedos son una constante los días previos.
Yo pensaba y pienso, que dentro de mis limitaciones llegaba en mi mejor momento de forma, no sé si está mal decirlo, pero es lo que pienso. Evidentemente no para ganar, pero si para llevarme una satisfacción personal. Llegaba con mucha ilusión ante el que iba a ser el Ironman más duro al que me había enfrentado. Los dos anteriores eran llanos en su parte ciclista y éste tenía dos puertos: uno de primera categoría de más de 1000m y otro de segunda, así como varios toboganes que no matan pero hieren. Y algo que comprobamos nada más llegar, el calor y la humedad. Se podría decir que estaba medio tranquilo, con miedo y respeto pero tranquilo, más no podía haber hecho. Necesitaba también un Ironman en el que no importe tanto el tiempo final si no que el mero hecho de terminarlo suponga un reto mayor a los anteriores.
Dicho esto metimos todo el materia en el coche y nos fuimos para la costa Azul… El viaje para olvidar, al final se hace pesado tanta hora de coche. Para otro año hay que valorar ir en avión, aunque viajar en avión con bicicletas no es muy fácil. Si ya una prueba de este tipo es dura como no facilites lo que rodea se hace complicado… para ti y los que te acompañan.
Los dos o tres días previos allí los pasas dando vueltas, aunque trates de estar tranquilo siempre hay cosas que hacer: coger dorsales, el brifing, ir a la feria, pasta party… sin darte cuenta te plantas a las 6 de la mañana en una playa del Mediterraneo con 2500 chalaos dispuestos a llegar los primeros a una boya… que si esto lo analiza un psicólogo tendría algo que decir: todo el año renegando de madrugar para ir a currar y ese día te levantas a las 4 de la mañana te pones un bañador y te tiras al agua con un montón de desconocidos con los que vas a compartir todo el día… eso hay que mirarlo jeje.
Un saludo,
Interesantísimo artículo. Eskerrik asko por compartirlo.
Un saludo de tu vecino de blog
Muga
Gracias vecino ;-D, espero que te guste también el desenlace.
Un saludo.
Ongi etorri! Espero que escribir este blog sea más placentero que correr tantos kilómetros…
Muchas gracias, voy a tratar de que así sea jeje.
Buen comienzo de aventura!, habrá que estar atento a próximos capítulos.
Te agrego a mi blog!!!.
Muchas gracias!!