El problema de sustentar «los resultados» sobre el entrenamiento duro y no sobre el talento, es que cuando el primero se va, no queda nada.
Quién no conoce al típico amig@ que según se pone las zapatillas después de dos semanas ya se pone a rodar a 4 pelao. O aquél que coge un balón por primera vez desde COU y le mete 40 toques. Pues ése, no soy yo.
Lo poco que he conseguido ha sido con mucho esfuerzo, en ocasiones con demasiado. Ahora, que el nivel de entrenamiento (por lo que sea) ha descendido, qué queda?: el nivel cultural de un concursante de gran hermano, nada. Pero nada es nada. Y hasta que te das cuenta es duro. Piensas que con bajar a correr 2 días vas a hacer tal o cual cosa… y de eso nada. Por mucho que tu mente tenga los impulsos de antaño, tu cuerpo tiene el entreno de ahora, y algunos años más.
Supongo que será normal, que a todo el mundo le pasa. Pero cuando lo único que te sacia es aquello que proviene del trabajo duro y este no llega, no te sacia nada. Y es complicado, créanme.
Llegados a este punto, tienes que pensar qué hacer. Está claro que todo este circo es un hobby y que (gracias) no vivimos de esto. No vivimos económicamente, pero si nos hace vivir. Muchos pensarán que a otro nivel, se puede hacer el mal llamado: deporte salud. Las carreras populares, las cicloturistas… O simplemente volver a la casilla 1 y estar donde empezamos: el último de las clasificaciones. Pero el vacío está ahí. Y no se llena de manera fácil.
Son reflexiones que seguro que a alguno le han pasado alguna vez y si no pues igual le pasará, o no que se yo…
Les dejo un vídeo, que como siempre digo, es lo mejor del blog:
Estás pasando por un momento de transferencia.
Estás pasando todo tu sistema vital deportivo a tu hijo
Estás en la parte más importante de tu vida
Estás construyendo otra vida
Estás construyendo la mejor vida de las posibles!