Una de las grandes dificultades que tiene la gente, es tener claro lo que realmente quiere en la vida y tenemos miedo por eso, yo animo a la gente a intentar hacer lo que realmente quiere, porque es una oportunidad única en la vida, y esta pasa rápido… O algo así, oí una vez a Kepa Acero. La idea era esa, no se si con esas palabras. Hoy toca uno de esos post tipo puré, de meter muchas cosas en el vaso y darle a la batidora.
El otro día lanzaba la idea de un nuevo proyecto o idea o equipo o forma de ver el deporte o … denominado Pottoka, no la especifiqué mucho, no por dármelas de interesante, si no porque tampoco se muy bien, cómo plasmarlo en palabras. Es complicado unir la dualidad diversión y competición. Aunque nos digamos que lo importante es participar, cuando compites (en ese instante) estás sufriendo y estás al límite. Luego en ese preciso instante diversión poca… Y si vas a una competición de jiji jaja, no estás competiendo, estás haciendo deporte, pasándolo genial, disfrutando… pero no estás compitiendo al 100%. O al menos a mí no me gusta denominar lo así. Repito, complicado a veces separarlo.
Para mi el deporte es la vida, fuera de mi familia y de un reducido círculo, es lo más importante. Luego, es diversión y es frustración, es alegría y es tristeza. Partiendo del hecho de que no concibo el deporte sin la competición, y cada día me exijo más, con los preceptos anteriores, podríamos pensar que para mi la vida es competición. Y es algo que no es así. Nunca he querido competir con nadie sin un dorsal. Es difícil de explicar o de entender como no se tiene interés por tener el mejor coche, la mejor casa, la mejor ropa… y eres capaz de llegar vomitando en un 1500m o dejarte las rodillas bajando de una montaña sudafricana por ganar 3seg.
Creo que he llegado a un punto, en el que he encontrado el equilibro entre disfrute y competición. Hubo una época en la que estos dos conceptos chocaban y no disfrutaba o no competía. Hay muchos ejemplos en este humilde blog, pero ha habido más malos ratos en casa. Cuando se apaga la luz y empiezas a darle vueltas a las cosas. No a los métodos de entrenamiento (que también) si no a cómo resolver esa ecuación, esa dualidad. Será la edad, la paternidad, mi episodio alucinógeno en Lesotho o la ingesta de productos de marca blanca, pero creo que he llegado a ese punto de equilibrio que me da una paz cojonuda muy buena.
Con estás reflexiones y alguna más intentaré explicar lo que tengo en mente. Buscar la simplicidad del deporte para encontrar la diversión y de ahí a la felicidad haciendo lo que nos gusta. De ahí parte la idea del Pottoka, de disfrutar de cada instante porque será el último, de los premios y de los mareos en las series, del barro y de la cerveza. De ser feliz.
Se puede practicar deporte por puro disfrute.
Se puede practicar deporte con el fin de superarse a si mismo y disfrutar.
Y se puede practicar deporte para competir contra el resto, superarse a si mismo y disfrutar.
Es difícil explicar que el día antes de una carrera no sales de fiesta sabiendo que costara entrar entre los 100 primeros. Pero tu solo sabes, la de series bajo la lluvia que has hecho, la sensación del ácido láctico en las piernas, y la satisfacción tras cruzar la meta con el objetivo cumplido de la clasificación.
Joder escribes mucho mejor que yo… eso es… así de claro. Ni un punto ni una coma. Chapeu
Ni de palo….pero si alguna vez te haces rico y famoso me puedes contratar para escribir tu biografía, jajajaja!!
había pensado en el biografo de los Gemeliers, pero te apunto.