Siempre digo que el atletismo y por extensión el deporte son cifras: minutos, kms, kg, consumo de Vo2Max, watios… pero también son letras, son historias que hay detrás de cada minuto y de cada vuelta al parque. Lo único importante del deporte, al menos del DEPORTE, es descubrir y ver esas historias.
Cualquier persona que siga este blog con cierta asiduidad, se habrá percatado que soy un veleta. Un día hago una cosa y al día siguiente la contraria, me pasa como a los chungitos cuando entran a un biblioteca, que me vuelvo loco. Los que me conocen de verdad saben cómo soy, de qué trabajo, dónde he trabajado, con quién he colaborado y con quién he podido estar ayudando, digo los que me conocen, porque no hace falta decir constantemente lo que uno hace o publicarlo aquí. Pero les será útil para entender esta entrada. Este fin de semana he disfrutado de lo que más me gusta, de correr. De correr como hacía tiempo que no lo hacía, de rápido? No, de largo? No… pues de qué? de correr sin más y de lo que vi o sentí.
El menú era variado. Sábado fui a Fadura, que la federación organizaba unas PLP (pruebas de libre participación). Es como un campeonato pero sin nada en juego, la federación pone los árbitros y cronos. Te apuntas a las distancias o carreras que te apetezca correr. Gratis. Nada más llegar estaban corriendo la marcha, ese deporte de masas. Ahí estaba un chaval con más ilusión que talento, con unos pantalones de futbol y unas zapatillas de calle… me recordó mucho a cuando empecé en aquella santurce a bilbao con unas deportivas de mi cuñada. En una época en la que hasta el más paquete de los futbolistas lleva las botas de CR7, ahí estaba él… olé majo si señor.
Mientras calentaba, yo corrí el 1500 y el 800, estaban las series del 200. Me acerque a animar a las chicas del Santurtzi y una pareja centró mi atención. Estaban en la curva contraria. Juraría que había dos personas juntas, pensé que era un fallo de apreciación. Pero según se iban acercando, no precisamente despacio, se confirmaban que eran dos. Se trataba de una pareja de invidentes. Me acerqué a animarles al acabar la carrera y eran padre he hija. Atados, el padre guiaba a la hija. Si es difícil criar a un hijo adolescente, si es difícil convivir con un atleta, si ya es difícil correr el 200… solo tengo palabras de admiración y respeto, pero máximo. La verdad que por razones que no vienen al caso, siempre he sentido mucha admiración por el deporte discapacitado, mucha más que por el élite. Y no se si porque eran padre e hija y me pude ver a mí con mi hijo o lo que sea… me emocionó mucho. Solo por aplaudirles merecía la pena haber ido hasta allí.
La tarde pasaba y tocaba correr. Primero era el 1500 y luego el 800. En la carrera de 800 un chico llamó mi atención. Perfectamente podía ser yo a su edad. No especialmente alto, no especialmente delgado. Con dos cojones. En la salida de la que puede ser la prueba más dura del atletismo (junto con el 400 vallas, bajo mi punto de vista). Sin referencias de salida, corriendo solo, acabó bastante lejos de la cabeza, último. Al acabar todos nos fuimos a darle la mano, no como signo de compasión, si no como señal de admiración por el esfuerzo realizado. Grande chaval, le dije y así lo pienso. Estos detalles seguro que le ayudan más, que palabras vacías desde una grada cuando gane.
El domingo era la cita del 5000m de Laredo, otra prueba gratuita, organizada por los mismos que organizan el 10.000m del 21 de marzo que sirve como test. Organización exquisita, sin regalos, sin dorsales… solo asfalto y ganas de correr. Lo que viene siendo atletismo. La gente muy amable, la verdad que estas carreras merecen mucho la pena. Con tu padre y con tu hijo…
En lo deportivo poco que señalar. Me sirvió como test para el año que viene. Si quiero correr tres pruebas en veteranos tendré un calendario similar. Y tras haber parado 15 días en enero/febrero por enfermedad, pues milagros a Lourdes. Contento por lo vivido más que por el crono.
Os dejo el programa del viernes de Correr no es de cobardes de Tele 7. Atentos que hay sorteos y todo… ya no es que no cobremos, es que regalamos… Hablamos de la preparación de la media maratón del puente de Bizkaia.