Compartir sacrificios

 

Es frase hecha del político cuando una crisis económica-financiera-laboral como la actual se le cruza en el camino. Así que en aplicación práctica del repartir sacrificios aprietan las clavijas fiscales, pero siempre a los mismos, a la maltrecha clase media, a quien cobra nómina y declara de oficio todos los ingresos. Aunque este compartir esfuerzos también suene a lírica buenista de discurso papal, no ha sido ni un político ni un abate desde su púlpito, sino el tercer hombre más rico del mundo, Warren Buffet, quien pide al gobierno americano que “deje de mimar a los super ricos” y les haga compartir sacrificios, porque mientras la clase media carga sobre sus espaldas la crisis y la mayor parte de la carga fiscal, los ricos no han notado nada en sus bolsillos. Parecería una paradoja en boca de quien tributó el pasado año 6,9 millones $, pero no lo es tanto cuando representa sólo el 17% de sus beneficios, mientras sus empleados cotizaron entre el 33-41% de sus ingresos. De hecho acordó darles un millón de dólares si legalmente tributaba más que ellos (en %); aún no ha tenido oportunidad de pagar. Hombre honrado y buen ciudadano americano, como solución compartida a la crisis no propone la filantropía, aunque done cantidades importantes, sino la justicia distributiva de la carga fiscal. Pide leyes más justas, porque con las actuales los ricos-ricos tienen acceso a fórmulas de exención como Sicav, “participación a cuenta”, acciones de futuro (tributan 15% del 60% de las ganancias)…, de las que difícilmente puede beneficiarse la clase media. El sr.Buffet cree que los ricos no deben ser “protegidos como especie en extinción” sino ser tratados con mayor justicia legal. Sería fantástico que este discurso proviniera de la boca de un spanishrichman, pero es bastante improbable. En el estado los grandes empresarios, deportistas de elite, latifundistas, banqueros… usan exenciones legales porque se lo permite la ley, pues si en justicia aquélla se estrechara, conocen bien el camino al paraíso fiscal. No sólo ellos, pues en país de pícaros y lazarillos, ¿quién factura todo?¿quién pide el IVA?¿quién declara todos sus ingresos: dietas, extras…?¿quién no trapichea con dinero B ”negro”? Así que entre nosotros se seguirá castigando fiscalmente el ahorro personal y el trabajo por cuenta ajena, lo único transparente. Compartir sacrificios bajo una ley fiscal más justa es cosa de discurso beatífico o de americano algo chiflado… y forrado.

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