Siempre es una maravilla visitar nuestro litoral pero sobre todo en esas zonas donde las rocas y colinas se topan con el fuerte mar y nos muestran su cara más salvaje y accidentada. En esta ocasión vamos a recorrer Barrika, un lugar protegido por acantilados de formas imposibles.
Y es que este lugar es sin duda un enclave privilegiado para la vida. Tanto es así que se considera a Barrika como uno de los municipios más antiguos de Bizkaia. Su origen está ligado a la casa solar de Barrika fundada por Sancho Vela en el año 496.
A pesar de encontrarnos en plena costa, Barrika no es el típico pueblo marinero como se podría esperar. Este lugar que mira a la mar, ha sido un sitio eminentemente rural. Hoy día se entremezclan antiguos caseríos y chalets. Y es que en los últimos años este lugar ha vivido un aumento de su población ya que se encuentra a pocos kilómetros de Bilbao. Un lujo vivir aquí sin duda!
Estamos rodeados de acantilados de formas imposibles adornados a cada rato de pequeños matorrales y arboles. Todo un espectáculo miremos donde miremos
Si nos acercamos hasta aquí tendremos tres playas donde elegir. La playa de Barrika situada a los pies de un abrupto acantilado; la playa de Meñakotz que se encuentra en el limite con Sopelana y la de Muriola (o de la cantera). Nosotros nos decantamos por esta última.
Atravesamos un bosque cubierto de enredaderas donde a cada rato se asoman eucaliptos y encinas para llegar hasta la playa de Muriola donde curiosamente también va a morir este pequeño arroyo.
Esta situada a un lado de la bahía de Plentzia y protegida por escarpados acantilados. Curiosamente esta playa se generó a partir de los depósitos de una cantera de arena silícea que se encuentra junto a ella. Este pequeño arenal es como un remanso de calma en medio del bravío Cantábrico. Pero cuidado si venís en un día de olas! Las que logran alcanzar la bahía chocan con fuerza con los acantilados más expuestos al mar!
Estamos en un lugar de playas, naturaleza pero también de asentamientos arqueológicos. El yacimiento de Kurtzio situado en este municipio testimonia presencia humana desde la prehistoria. Es uno de los yacimientos de silex más importantes del Cantábrico. Este mineral ha sido vital durante miles de años ya que tiene una gran dureza (raya el vidrio) pero a la vez es fácil de tallar. Con este material se fabricaban hachas de mano, raederas, raspadores, buriles,…).
Si nos tenéis planes para la próxima excursión os aconsejamos que toméis nota de este lugar, no os defraudará!