Seguimos recorriendo la Ruta´l Quesu y la Sidra en el emblemático paraje de Asiegu en Cabrales. Después de conocer todos los secretos del queso azul que da estas tierras, nos apetecía maridarlo con otro producto muy típico de este rincón que mira a los Picos de Europa y también de toda la región. Ya os estaréis imaginando de que bebida os estoy hablando, … Asturias no se entiende sin su sidra ¡y viceversa! Esta bebida ha sido desde siempre un producto de gran tradición en los pueblos de la costa atlántica y aquí sin duda se ha convertido en todo un símbolo de identidad.
Acompañamos a Manuel a uno de sus verdes manzanos para ver de primera mano como va creciendo la materia prima de la sidra, la manzana.
Para elaborar su sidra utilizan la variedad la regona, autóctona de Asturias, pero también otras manzanas que van aportando distinto sabor. Variedades que van desde las ácidas, pasando por las amargas y hasta las dulces. Nos cuenta Manuel que para este árbol es un buen año. En parte se debe a que el manzano o la pumarada como lo llaman aquí, se elabora como producción ecológica. Y está muy bien atendida ¡¡por estas grandes cuidadoras!!
Y es que estas ovejas pastan libremente por el manzano, así abonan, siegan y cuidan el terreno.
¿Os habéis fijado que casi todas son negras? No, no es porque en este rebaño todas sean unas rebeldes, es porque en esta raza que los asturianos heredaron de los pueblos celtas, predomina este color. La oveja xalda da poca leche, lana y escasa carne pero esta tiene muy poca grasa y es muy sabrosa. Sin duda estamos en una pumarada muy bien atendida! Y eso se nota aquí, en el llagar.
Aquí Manuel nos enseña todos los secretos de su sidra Pamirandi y también diferentes formas de escanciar sidra. www.rutalquesuylasidra.com
Aunque parezca sencillo ¡tiene su técnica! Todos los detalles os lo contamos en el video, no os lo perdáis porque Manuel tiene una técnica patentada de escanciar que seguro os dejará de piedra. Más tarde nos espera Clara con su menú que incluye uno de sus platos típicos, sus famosos tortos de maíz.
Aquí os dejamos el video de la segunda parte de la Ruta´l Quesu y la Sidra
Nada más llegar a este vergel natural no puedes dejar de preguntarte, ¿como he podido tardar tanto en venir? Las altas cumbres de los Picos de Europa chocando con los profundos cañones nos dan la bienvenida a Cabrales, uno de los más orientales concejos asturianos. Cabrales,… Os suena, ¿verdad? Su queso azul es uno de los más afamados. Aunque sus bonitos paisajes parecen querer hacer sombra a este gran producto.
Pero antes de nada, no podemos resistir la tentación de recorrer su naturaleza. Uno no puede venir a esta bonita comarca a los pies de estos picos y no visitar un pueblo ligado como ningún otro a estas imponentes montañas. Dicen que Bulnes es uno de los rincones más curiosos de la península, … ¿Os imagináis como sería vivir en un sitio donde solo se puede llegar andando por la montaña o como mucho en mula? Pues así era Bulnes hasta hace escasos quince años. Y no creáis que la cosa ha cambiado mucho porque hoy día para llegar hasta esta aldea asturiana solo lo podemos hacer en este funicular.
Desde este pequeña de aldea de poco más de treinta habitantes parten varias rutas, incluida la del sendero al Naranjo de Bulnes o como prefieren los asturianos que le llamemos, el Pico Urrellu.
Un rincón de lo más curioso y pintoresco, a cada lado que mirásemos encontrábamos estampas de montaña, de esas que no puedes dejar de grabar. Más abajo os dejo el link del programa, Agroviajeros TV.
Nuestra siguiente parada, Asiegu. Un pueblo que ha sabido sin duda conservar la esencia y la arquitectura de las aldeas asturianas. Este rincón cobijado por los Picos de Europa va a ser nuestro sitio elegido para meternos de lleno en la vida rural asturiana. Y es que vamos a recorrer aquí la Ruta´l Quesu y La sidra. (www.rutalquesuylasidra.com)
Y comenzamos con su producto estrella. Estamos en los términos de uno de los quesos azules más afamados. ¡Y claro! Estando aquí no podíamos dejar de saber como se elabora. Nos colamos en la casa de Raquel para aprenderlo todo sobre este gran producto.
Su composición puede ser a partir de leche cruda de vaca, cabra y oveja. Aunque en los últimos años se elabora prácticamente de leche vaca.
Una de las características de los quesos de la DOP queso de Cabrales es que no puede madurar en cualquier lugar, sino que lo tiene que hacer en cuevas naturales. En estas aberturas naturales nace y crece el Penincillium Roqueforti. Este popular moho se caracteriza por su color verde-azulado y su capacidad de crecer incluso con muy bajos niveles de oxígeno. Aunque destaca sobre todo por el sabor intenso y complejo que le otorga a los quesos.
¿Queréis saberlo todo sobre este rico producto gourmet? Pues no os perdáis nuestro paso por los términos de este queso con sangre azul.
En breve os contamos todos los secretos de la rica sidra que también degustamos en la Ruta´l Quesu y la Sidra.
Nos encontramos en la parte sur de Sicilia. Hemos dejado atrás el deslumbrante volcán Etna y las verdes laderas que se funden en el Mediterráneo para llegar a Siracusa. Aquí la isla más grande de Italia nos muestra su cara más marinera y urbana. Las grandes civilizaciones europeas que llegaron hasta este rincón, y fueron muchas, pronto se enamoraron de este pedacito de tierra que da al mar. Los viajeros griegos que arribaron hasta sus costas la describieron como la ciudad más bella del mundo, por delante incluso de Atenas. También se rindieron a sus encantos fenicios, árabes, normandos, aragoneses y venecianos. Os podéis imaginar la combinación de estilos que se pueden ver en poco más de doscientos kilómetros cuadrados.
Pero sin duda los que dejaron una impronta mayor fueron sus vecinos los griegos. De hecho, Siracusa es conocida como la ciudad griega clásica más grande fuera del país helénico. Es increíble la de obras de arte muy bien conservadas que nos encontramos. Sin menospreciar a los romanos y su arte, tras conocer Siracusa y toda Sicilia, aprendes a valorar la arquitectura y filosofía helena. Su arte, pensado para fusionarse con la naturaleza, además de ser estéticamente sorprendente, es, a mi entender, de lo más sostenible e incluso actual.
Nos damos un paseo por la Neopolis o el «barrio nuevo» de la antigua polis griega. Toda una ciudad clásica. Y claro, una urbe griega no se entiende sin su teatro. Pero no cualquier teatro, estamos en uno con una de las cáveas más grandes construidas por los griegos, tiene una capacidad para 15.000 espectadores. Aún hoy día se utiliza para representar teatro clásico y otros espectáculos. Los asistentes además de ver la obra, pueden contemplar al fondo el Mediterráneo. Nada era dejado al azar por los griegos.
En esta gran urbe clásica también nos encontramos anfitetatros romanos, una fuente donde dicen se aparecían las musas,… Por si acaso mejor pasar por allí, no se pierde nada,… y otras muchas obras arquitectónicas. Y también lugares sorprendentes como la oreja de Dioniosio.
Es esta gran gruta de piedra calcárea que antaño habitantes de la ciudad ensancharon y habilitaron. Verdaderamente su peculiar forma se asemeja a una oreja, pero ¿por qué precisamente la de Dionisio? Cuentan que en el año 413 A. C., este famoso tirano de Siracusa encerró aquí a los prisioneros atenienses para obligarlos a trabajar la piedra. Dicen que Dionisio se escondía entre sus paredes y aprovechando la buena acústica de la gruta, escuchaba las conversaciones de los prisioneros. ¡Desde luego que a este tirano seguro que no se le escapaba una!
Todo mi periplo por tierras sicilianas lo he hecho junto al Coro eibarrés Goruntz. Además de cantar en iglesias y actos en Euskadi, una vez al año viajan por el mundo para actuar. Este año tocó la costa de Catania. Tuve la oportunidad de acompañarles y no lo dudé un instante! Una maravilla viajar junto a estas grandes cantantes, es como poner banda sonora a un viaje increíble, sobre todo cuando cantan «Txoria Txori» de Mikel Laboa. Y claro, estando en la oreja de Dionisio, famosa por su gran acústica, imposible resistirse.
Aunque parezca que es quejarse de vicio, lo cierto es que después de recorrer la Neopolis, una puede llegar a agotarse, y más con un sol abrasante sobre nuestras cabezas. Así que un paseo por Ortigia, apetece. Aquí es donde verdaderamente se siente el aroma a mar y se nota el carácter marinero de Siracusa. Es una pequeña isla que se adentra en la bahía de esta ciudadela. Así que por mucho que nos perdamos por sus callejuelas empedradas, tarde o temprano siempre damos con las calmadas y cristalinas aguas del Mediterráneo central. Sin olvidarnos de su Piazza del Duomo de carácter barroco e infinidad de muchos otros monumentos.
Aunque de estilo moderno, el Duomo esconde en el interior estas columnas del siglo V a.c.. Y es que el monumento se eleva sobre los restos del antiguo templo dórico dedicado a Atenea. Así son estas tierras cargadas de historia y de huellas de antiguas civilizaciones. Impresiona el tamaño ¿verdad?
También estamos en un rincón de curiosidades naturales únicas. Recorriendo uno de los paseos que dan la orilla del mar, repleto de terrazas y bares, nada nos hace pensar que nos vamos a encontrar con este manantial de agua dulce. ¿A que resulta sorprendente? Es la Fuente de la ninfa Aretusa. A pocos pasos del mar, el agua dulce emerge de la tierra y da forma a este manantial. Antaño era la fuente más importante para los siracusanos. Hoy día es refugio de fauna y flora.
Porque en estos escasos metros cuadrados que ocupa el manantial, podemos encontrar la única plantación de ¡papiros de Europa! Sí, esa famosa planta en donde los antiguos egipcios escriban sus manuscritos. ¡Increíble!
Sin duda, Siracusa da para más de un post, imposible resumir su arte y belleza en unas palabras. Un viaje a este rincón de Sicilia suscita sensaciones profundas, es como viajar al confín del tiempo en un transporte de primera clase y con las mejores vistas al Mediterráneo. Y no nos podíamos olvidar de sus habitantes. Pocas veces he conocido a un guía que muestre tanto entusiasmo y amor por las obras de arte. Fue un placer dejarnos orientar por este arqueólogo siracusano, amante de la historia, el arte y la naturaleza.
Hablar de Taormina es hablar de su teatro griego y viceversa. Quizás esta obra clásica, situada en la parte nororiental de Sicilia, sea uno de los teatros más bonitos de su época, y no por la edificación, sino porque se encuentra en un emplazamiento tan idílico que incluso parece querer hacer sombra a la obra que se vaya a representar en sus tablas. Los griegos pensaban que no había mejor escenario que la propia naturaleza, ¡no puedo estar más de acuerdo! Siempre he pensado que el mejor teatro o plató de televisión está al aire libre. En este caso el marco no podía ser más bonito, el esplendoroso volcán Etna con sus impresionantes 3.323 metros de altura. La bahía de Naxos, redondean la estampa. ¿Se puede pedir un telón de fondo más bonito?
Pero recapitulemos, he dicho teatro ¿griego? ¿No estábamos en Sicilia? Sí, es cierto, pero si vienes hasta aquí no pararás de escuchar anécdotas sobre las edificaciones y la cultura helenística. Aunque a priori pueda chocar, la razón es muy sencilla. Sicilia fue una de las primeras y más importantes colonias griegas en la época clásica, sobre todo en esta zona oriental, formó parte de la Magna Grecia junto con el resto de la Italia meridional. Además esta gran isla, situada en el centro del Mediterráneo, fue un bien muy preciado tanto por su posición estratégica como por sus tierras fértiles. Con la introducción de olivos y vides los griegos crearon aquí un intenso y provechoso comercio. Así, la cultura helénica se instauró en toda la isla y su legado se aprecia a día de hoy en toda Sicilia.
Cuando levantaban sus teatros los griegos aprovechaban la geografía de los terrenos, como aquí. Nos encontramos en la parte más alta de Taormina bajo el monte Tauro que da nombre a la villa. Sobre la pendiente de este lugar se edificaron los peldaños y escalinatas, algunas incluso fueron pulidas directamente sobre la roca.
A este teatro también le llaman el greco-romano. La razón es que cuando sucedió la dominación romana en la isla, el teatro sufrió modificaciones, sobre todo en la zona que tiene que ver con la estructura de la escena. Los restos de aquellos cambios son el ladrillo rojo que se ve en todo el teatro. Hoy día esta restaurado y se pueden escuchar conciertos de música clásica, representaciones de teatro clásico y festivales. ¡Dicen que tiene una acústica espectacular! Aquí os dejo la web para que echéis un ojo a la agenda. www.teatrogrecotaormina.com
Pero Taormina también tiene otros muchos atractivos. Para mi es uno de los rincones con más atractivo de la isla. El teatro griego, las callejuelas, casitas con mucho encanto, pero también la parte natural es impresionante; los acantilados, las pequeñas playas de arena fina,… Escritores como Bartlett o Goethe que viajaban por Europa para buscar inspiración, hicieron una parada en Taormina. Este bonito lugar también fue elegido por escritores más contemporáneos como Truman Capote, Tenessee Williams o Thomas Mann para descansar, y artistas como Greta Garbo, Cary Grant, Dalí, Orson Welles o Rita Hayworth. ¡Y no nos extraña! Hoy día pasar desapercibido en este rincón es más complicado, ya que es un punto turístico muy importante.
Este mirador situado en la Piazza IX Aprile, le sigue muy de cerca en belleza al teatro, es uno de los lugares que más me gustó de Taormina, parece un balcón sobre el mar. Es el lugar de encuentro preferido de los lugareños y un sitio ideal para descansar en una de sus muchas terrazas. El casco histórico está en la parte alta de Taormina, ¡de ahí sus vistas! Para llegar hasta aquí podéis hacerlo a pie o en teleférico, los coches están totalmente prohibidos, os lo recomiendo, merece mucho la pena.
En la zona de las playas os encantará Isola Bella (Isula Bedda en siciliano). El nombre lo dice todo. La isla se convierte en península cuando la marea está baja, es como nuestra isla de Garraitz de Lekeitio, solo se puede llegar a ella con bajamar. Nosotros encontramos a Isola Bella convertida en península. Hoy día es una reserva natural. No obstante, este pequeño oasis natural fue un bien preciado por la nobleza, la adquirió en 1890 Lady Florence Trevelyan, sobrina de la Reina Victoria I del Reino Unido y mujer del filántropo alcalde de Taormina, profesor Salvatore Cacciola. Tanto les gustó el islote que pasaban temporadas en una casa que construyeron colgada de sus rocas.
Tuvimos la suerte de comer en el Ristorante Villa Antonio un típico menú siciliano, regado con vino del Etna y acompaño con estas fantásticas vistas. Mucho más no se puede pedir.
Próximo destino, Siracusa, la ciudad más importante de la Magna Grecia.
Si te dicen que tienes la posibilidad de recorrer la isla más grande del Mediterráneo, lugar donde dejaron su impronta las culturas europeas más importantes de todos los tiempos, no lo dudas, haces la maleta y ¡te pones en marcha! Y más si te cuentan que el viaje incluye conocer el volcán activo más grande de Europa. Sicilia tiene muchas caras pero una que a todos enamora es la de la bella silueta del Etna, con sus más de 3.300 metros de altura. Sicilia debe su relieve en gran parte a esta gran chimenea natural. Debajo de las aguas de este rincón del mediterráneo se encuentra el choque de la placa africana y la eurasiática. Africa se mueve hacia el norte y se levanta de frente contra Europa. Como resultado, la tierra se revuelve en este punto geográfico exacto, dando lugar a esta gigante montaña de lava. Un volcán que sigue en activo y que no parece que tenga pensado echarse a dormir. Aunque en alguna ocasión da algún susto que otro a sus habitantes, lo cierto es que se porta muy bien. No en vano le llaman el volcán bueno.
Como os podéis imaginar, la lava humeante saliendo a borbotones de las entrañas de la tierra ha dado para muchas leyendas durante siglos. Sicilia fue una de las colonias más importantes de los griegos y su cultura está muy presente en toda la isla. Es conocido por todos la gran imaginación de los griegos a la hora de narrar su mitología así que no tardaron en buscar una explicación mística a la vida de este volcán. Decían que en el Etna se encontraban las fraguas de Hefesto, dios del fuego y la forja. Él era el responsable de fabricar muchos de los accesorios que lucían los dioses. Allí trabajaba en compañía de cíclopes y gigantes. Los terremotos y sacudidas de tierra eran en cambio provocados por el monstruoso Tifón que yacía debajo de esta montaña.
Los sicilianos temen y aman al mismo tiempo a su montaña. Ello se debe a que a pesar de vivir a los pies de un volcán, las erupciones están muy controladas y lo que es aún mejor, las cenizas aportan riqueza a su suelo, especialmente a las tierras situadas a las faldas del Etna. Es asombroso ver como se entremezclan bosques y huertos con los antiguos ríos de lava y cenizas.
Esto permite que los productos de la tierra crezcan con mayor brío e incluso con más sabor. Aquí se elabora uno de los vinos más preciados en Italia. También estamos en la tierra del famoso Limoncello. Os podéis imaginar qué maravilla de paisaje. Los pueblos a los pies del Etna están cargadas de bosques, viñedos, limoneros y de una huerta excepcional. Ya alrededor de los 1300 metros el paisaje va cambiando y se sustituye por pinos, encinas, castaños, hayas y abedules.
Tras subir sus lomas poco a poco vamos dejando atrás el verde para ir entrando a las tierras de lava y piedra volcánica. Ya hemos llegado a las fraguas del Dios Hefesto. Decían que estaba trabajando por la zona aunque no tuvimos el placer de conocerlo. Existen varias rutas y puntos de subida, nos hubiera encantado alcanzar la cima pero el calendario apretaba y nos tuvimos que conformar con conocer el Crateri Silvestre, que se encuentra a casi 2.000 metros de altura.
El cráter fue creado en una erupción del año 1892 que duró la friolera de 173 días. Se puede recorrer su contorno, las vistas son espectaculares. Desde aquí se ve la cara sur de la isla, desde más arriba nos cuentan que incluso se puede avistar la isla de Malta.
Lo cierto es que andar sobre este paisaje lunar de arena negra sabiendo que el volcán está activo da cierto respeto. Es una sensación de los más extraña.
A esta altura y con la lava más reciente, la naturaleza también se abre paso. Son solo unas pocas plantas las que pueden sobrevivir, adaptándose a las difíciles condiciones ambientales. Una de ellas es la Saponaria o Jabonera. Una planta que da espuma y antiguamente se utilizó como un sustituto del jabón. ¡Qué curioso! Sus flores son blancas, violetas o rosadas y se puede utilizar para elaborar jabón natural.
El cráter se encuentra en el Refugio Sapienza, muy cerca está el teleférico del Funivia dell’Etna que sube hasta los 2.500 metros de altitud. Arriba existe la oportunidad de tomar uno de los vehículos 4×4 que suben hasta el refugio de la Torre del Filósofo (2.920 m.). ¡Nos lo apuntamos para la próxima vez!
Si os acercáis a la Ribera del Duero no podéis dejar de pasaros por su corazón, Peñafiel. Y no solo lo es porque estamos en el centro de esta zona vinícola que comparte varias provincias sino porque además se siente en cada rincón que estamos en tierra de vinos. Este lugar está cargado de historia, ya que en esta villa vallisoletana el tiempo un día decidió detenerse allá por el siglo X-XII o por lo menos así lo parece paseando por sus callejuelas. Si sois amantes del medievo y de los buenos vinos este es un sitio ideal para escaparos.
Fotos: Anaí López Ballesteros
Penafiel te dará la bienvenida con una panorámica excepcional, su castillo. A medida que vamos descendiendo por la meseta castellana encontramos vestigios de las duras luchas y contiendas que sucedieron en la llamada reconquista. El castillo de Peñafiel de edificaciones sobrias y defensivas se alzó en pleno siglo X, durante muchos años las fronteras cristianas terminaban aquí. En aquellos tiempos Castilla era aún un condado y Peñafiel constituyó junto con su castillo un punto fundamental en la línea defensiva del Duero.
Fue con Sancho Gracia, hijo de García Fernández y su mujer Ava de Ribagorza y nieto del conde de Castilla y de Álava, cuando Penna Fidele o Peñafiel adquirió una posición privilegiada al albergar un castillo de frontera.
Desde todos los puntos se puede divisar su silueta en forma de gran barco. Es un castillo roquero, se adapta perfectamente a la forma del cerro a lo largo de más de 200 metros. Dicen que esta fortificación parece estar anclada en la meseta castellana, esperando a que alguien la navegue. Desde luego que es una de las siluetas más espectaculares que os podéis encontrar en Castilla.
Otro sitio que seguro que os sorprenderá es la Plaza del Coso. Otro de esos lugares que siguen intactos desde la Edad Media, ¡qué gozada! El recinto lo forman las propias casa, son 48 edificios de dos y tres plantas construidos en adobe, piedra y madera. Los balcones son una maravilla, están decorados con motivos florales muy bonitos. Las casas forman un espacio rectangular con dos accesos, uno en el norte y otro en el oeste. La plaza está siempre cubierta de arena, se le denomina plaza urbana y hace las veces de plaza de toros pero también se celebran otros festividades. ¡Sorprende lo bien conservado que está todo!
Nosotros decidimos quedarnos a pasar aquí la noche. Lo bueno que tiene viajar por la meseta es que las noches son espectaculares, raro es el día que no nos encontramos el cielo así. Si os acercáis hasta aquí os recomendamos que os subáis al castillo a ver el atardecer. No os olvidéis la cámara o el móvil, no váis a poder dejar de fotografiar.
Escogimos un lugar muy bonito y medieval para hospedarnos, un antiguo convento reconvertido en hotel. Dormir entre muros de piedra de un convento de la orden de las hermanas Clarisas construido en 1.606, desde luego que es una experiencia distinta, se respiraba mucha tranquilidad. Si lo visitáis en estas fechas además podrías utilizar su piscina con vistas al castillo. No se a vosotros pero a mi me encanta chapotear cuando el clima es seco y continental. www.hotelconventolasclaras.com
¡Y no! ¡No me había olvidado de sus vinos! Si queréis hacer un recorrido rápido por los caldos de la Ribera del Duero, lo mejor es que visitéis su museo que además está ubicado en un ¡sitio excepcional! En el mejor lugar de Peñafiel,… ya os habréis imaginado en que lugar se encuentra ¿verdad? Está en el castillo, ¡claro! La fortificación alberga el Museo Provincial del Vino, uno de los más visitados de la Comunidad Autónoma. Si os gusta el mundo del vino, no podéis dejar de visitarlo. Valladolid aglutina cinco denominaciones de origen: D.O. Tierra de León, Ribera del Duero, Cigales, Toro y Rueda. A ellas se añade la mención de calidad Vinos de la Tierra de Castilla y León. Y si contáis con más tiempo no os olvidéis de hacer enoturismo por sus decenas de bodegas repartidas por todo el territorio. Aquí os dejo un enlace con las bodegas que se pueden visitar:
Hay lugares que por su situación estratégica están cargados de historias y anécdotas. Uno de esos sitios es el túnel de San Adrián, también llamado de Leizarrate. Se encuentra en la sierra de Aizkorri, es un pasadizo natural horadado en la roca caliza, que une a la verde Gipuzkoa con la llanada alavesa y que está sorprendentemente cargado de historias. ¿Sabíais que el emperador Carlos V que nunca se agachaba ante nadie, tuvo que hacerlo ante el alcaide de este antiguo paso?
¿Queréis saber por qué? Os lo contamos más adelante. Primero os hablamos de como llegamos hasta este lugar de montaña situado a unos 1.000 metros de altitud. Nos dirigimos a Zegama para después subir al alto de Otzaurte. Dejamos atrás un pequeño bosque y riachuelo, nada nos hace pensar que en este rincón, repleto de naturaleza, nos vamos a encontrar un lugar tan curioso cargado anécdotas.
La ermita y los restos que nos encontramos a la entrada ya nos hace pensar que estamos en un lugar especial.
Esta pequeña cueva fue nada más y nada menos que el paso de la península ibérica a la Europa continental. Este hecho estratégico puso a San Adrián en el mapa durante muchos siglos. Además estamos en el camino de Santiago del Norte que con el túnel de San Adrián, fueron declarados en 2015 como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.
Las excavaciones arqueológicas nos cuentan que la ocupación de la cueva se remontan hasta hace 14.000 años. Debió de estar habitada a finales de la última glaciación por cazadores-recolectores, seguramente también era atravesada por los pastores y sus rebaños que se dirigían a las verdes praderas de Urbia en la Edad de Bronce. Dicen que la calzada originaria que atraviesa la cueva y que sigue a través de los bosques de hayas fue trazada por los romanos. Este paso une la meseta y el norte de Europa así que seguramente por aquí entró al occidente del continente todo lo relacionado con el mundo latino: el aceite, el vino, el latín, la fe cristiana. ¡Qué de cosas para un lugar tan pequeño!
La calzada que hoy nos encontramos en cambio es de la Edad Media, quizás la época más interesante. Y es que este lugar se convertió en un paso muy concurrido, no solo porque es camino de Santiago, sino porque aunque ahora nos parezca imposible, este camino de piedras fue la principal via de comunicación entre Castilla y Francia. El camino medieval cruza la Sierra de Aizkorri y entra en Araba por Zalduondo. Por aquí transitaron ejércitos, comerciantes, peregrinos e incluso reyes. Imaginaros la de anécdotas que se sucedieron entre estas piedras calizas incrustadas en el corazón de la montaña guipuzcoana. Para recibir a los que en ocasiones eran tan ilustres viajeros, se construyó toda una fortaleza.
Había un castillete, una cuadra para los caballos, una herrería (muy importante en aquella época) y una posada donde descansar. Todo ello protegido por guardias y gobernado por un alcaide, un personaje que fue muy importante en el medievo. Tanto era así que dicen que la única vez que el emperador Carlos V agachó la cabeza fue ante él. La realidad es que sí debió de agacharse pero no por agradar al personaje en cuestión sino porque la boca trasera de la cueva era y es muy estrecha.
La calzada se debía encontrar repleta de ladrones. Imaginamos que en plena Edad Media en pocos lugares de Europa se podía encontrar un número tan alto de comerciantes y viajeros. Todo un caramelo para los asaltantes. Un lugar difícil de transitar en el medievo. A ello se le sumaban las inclemencias del tiempo y que se trata de un camino de montaña. Algunos de los viajeros que atravesaron este lugar dejaron para la posteridad historias de lo más rocanbolescas.
Un tal Jean Muret así lo dejó escrito en 1666 «Nunca he visto nada tan espantoso, …, durante la subida hemos dejado las nubes debajo de nosotros». Guillaume Manier aseguró en 1736 que «esta montaña de San Adrián es una de las más altas del mundo. Una vez llegados a San Adrián, veis una piedra tan gruesa y tan grande, toda una pieza, como el más grande de los palacios que puede imaginarse, en cuyo centro hay un agujero horadado que se llama Agujero de San Adrián, dentro del cual hay una capilla y una taberna».
O
Otros en cambio fueron más realistas con sus descripciones, el renano Von Harff (s.XV) la describe así: “se sube a la montaña del puerto y hay una ermita o pasaje en el alto sobre la montaña, a través de una roca horadada, donde habitan los hombres que la guardan”.
Si no os han entrado ganas de venir después de leer estas historias seguro que lo hará el paisaje. Siguiendo la calzada podéis llegar a las verdes campas de Urbia o bajar a la llanada alavesa. Lo cierto es que este lugar está lleno de contrastes sobre todo si os decidís a cambiar de provincia. De los verdes pastos y bosque de hayas puedes pasar a los campos de secano en pocas horas. Lo que queda claro es que nuestra geografía sorprende a cada paso, ¡qué de historias albergan nuestras piedras y caminos!
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