La proximidad a un Lehendakari

Viernes 31 de agosto de 2018

Un día de octubre bélico, en el «espacio vital» de la Alemania nazi, interroga la Gestapo:

– ¿Usted es Juan de Aguirre?, ¿no es así? -Sí, señor.- ¿Usted no es José Antonio de Aguirre? -No, señor-. ¿Ya lo hemos podido comprobar?. ¿Dónde está su hermano? -No puedo decírselo porque no lo sé. -¿No tiene usted noticias de él, desde que salió de París y atravesó la frontera franco-belga?. -Estuve con él en la frontera pero a fines de mayo se marchó y desconozco dónde pueda encontrarse ahora exactamente. -¿Es que lo sospecha usted?. ¿Dónde cree que puede encontrarse?. -Probablemente en Inglaterra.

Le presentan el retrato de un individuo en mangas de camisa con el pelo alborotado. No, no es ese. Saca de su cartera la verdadera imagen de José Antonio.

Y éste comenta explicándolo: «Se trataba de una foto que hice a nuestras tropas en el frente, durante la guerra. Vestía boina, botas altas, chaqueta de cuero con correaje y arma corta. De aquella figura, a la del Dr. Álvarez (su disfraz en la Alemania nazi) mediaba un abismo.

Juan María de Aguirre, murió el 28 de agosto de 1987. Fue el tercero de los diez hermanos del lehendakari, los otros, Ignacio, María Teresa, Encarna, Tomás, Mari Cruz, Teodoro, un segundo Ignacio y Ángel.

José Antonio es consciente, que todos, absolutamente todos han pagado las consecuencias de su vínculo sanguíneo. No con el furor de la Edad Media o de la Inquisición, manchando a los hijos de un padre culpable. En el caso de estos atentados habría que ver qué historias nos contaría cada uno de ellos si le interrogáramos.

-¿Y por qué?.

Sin una sola queja darían su apoyo moral y aún material al hermano a la hora del poder responsable, deslizándose a su lado como sombras. Después perderían sus bienes, más, tomarían la ruta del destierro detrás suyo, alguno, Encarna, sucumbiría en un bombardeo. Los demás seguirían la suerte del gran hombre en desgracia como encadenados a un destino que otros habían elegido en su lugar.

Quizá al desterrado le falten amigos o los rechace por no comprometer. Nada puede hacer con los de su sangre. Mora en un lugar su cuerpo, su espíritu en otro. Donde está se la desconoce, en su lugar de origen empiezan a guardarle luto en vida En este caso concreto, si le preguntan la razón de su persecución, ¿qué va a decir?. Que persiguen a otro a su través. Es insufrible estar ausente de la patria, nos dice Séneca y con razón.

A Juan María acudí para conocer noticias de J. A, y conservo en mi archivo las respuestas al cuestionario. Fue uno de sus últimos escritos, lo que quiere decir, que la sombra del hermano no se le apartó ni en sus postreras horas. Pude haberle preguntado algo de su vida después del tránsito de aquel. En absoluto. Son 70 preguntas sobre José Antonio. Colegial. Universitario. Político. Hombre de relaciones públicas. Profesional. En familia. Con referencia a sus costumbres, amigos, gustos, inclinaciones, ¡qué sé yo!, pero ni por asomo sobre su propia personalidad, condenándole de antemano al anonimato. Y cuántos habrán acudido a él con idéntica demanda. Mutismo para su vida particular. Si triunfó se pensaría que de algún modo se lo debería a . . Y si le nombran (y esto es en general y sirve para otros muchos) le nombran con este título: es el hermano de . . ?. Y se llama?. Pues no lo recuerdo.

En mi cuestionario evoca al hermano mayor, una especie de padre al faltarle el verdadero. Cómo la madre le abraza pidiendo que cuide de los otros ante el cadáver del padre. En el colegio: «A mi entrada en Orduña con cuatro años menos que él me di cuenta de que tanto profesores, inspectores, condiscípulos y demás alumnos, todos le querían, a pesar de que se le consideraba del grupo de alumnos nacionalistas”. En el deporte: José Antonio futbolista en olor de masas. El, Juan Mari, sería su espectador. ?. Después?…

Donde debió ser importante Juan María fue en su gestión como dirigente de la empresa familiar. Ya en otro lugar transcribí los Estatutos de esta empresa ejemplar. Chocolates Aguirre se fundó en la segunda mitad del siglo XIX, en Matico. Triunfó en el mercado. En 1920 se fusionó con Martina Zuricalday La Dulzura y Caracas con un capital inicial de un millón. «Produjo el conocidísimo Chobil. Juan María seguiría después su vida empresarial por Europa.

Pero esto es ya salirnos del objeto de mi artículo. Quede constancia, pues, de que Juan María de Aguirre se fue anónimo, lejos de su patria, en silencio, como diciéndonos que aquel 28 de agosto de 1987 abrió la liminar página del Libro de su Vida. Elías Amezaga.

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