Ibon Areso, el sobrino de Bruno Mendiguren

353.14Sábado 29 de marzo de 2014

 

 

 

 

 

 

 

Si uno lee el libro “El Árbol de Gernika” del periodista inglés George L. Steer, verá como aparece en su relato la figura de Bruno Mendiguren colaborador directo del lehendakari Aguirre en su papel de encargado de las relaciones exteriores de su gobierno. Una especie de ministro del ramo como lo era en otra dimensión Sir Anthony Eden. Steer lo describe de esta manera con su abrigo azul exaltando su valía. Por eso siempre me ha llamado la atención que de todos los gobiernos que hemos tenido desde 1980 el silencio sobre esta figura y que nunca se haya hecho alusión a Bruno Mendiguren que exiliado y viviendo en Argentina falleció como consecuencia de un accidente de aviación. Hace tres años, cuando estuve en Mar del Plata, hablé con su hermano de aquella tragedia y de su familia argentina uno de cuyos miembros había sido ministro del gobierno de aquel país austral como experto en economía.

Pues bien, Ibon Areso es sobrino de Bruno Mendiguren, hermano de su ama con quien acudía a muchos actos. Simplemente anoto la pincelada.

También me gustó el discurso de toma de posesión de Areso cuando aludió a los alcaldes democráticos que ha tenido Bilbao desde 1979. No se entiende la limpieza de la ría sin hablar de Castañares, ni de Robles y los barrios, ni de Gorordo y la Alhóndiga, ni de Beti Duñabeitia, ni de Ortuondo con el Metro y la Alhóndiga, finalizando con Azkuna. Y es que este trabajo no ha sido obra de una persona en particular sino una larga cadena, sostenida por equipos y en un tiempo en el cual el PNV ha sido el sostén de dicha acción a través del Gobierno y la Diputación.

Por tanto, un discurso que ha tenido en cuenta el trabajo de equipos anteriores es un buen discurso que he de decir echaba en falta. Afortunadamente Areso, respetando y exaltando el trabajo de Iñaki Azkuna, ha querido hacer justicia con quienes le han precedido y eso está bien. Honrar, honra.

Asimismo ha sabido elegir el equipo que le va a acompañar hasta el final del mandato, destacando en dicha elección la figura de Ibone Bengoetxea como Portavoz y Primer Teniente Alcalde, todo un acierto.

 

Comunicado de María Corina Machado

Corina con banderaViernes 28 de marzo de 2014

El pueblo de Venezuela me eligió diputada en el año 2010 por mandato de la Constitución y en ejercicio de su poder soberano. ¿Cómo puede terminar ese mandato popular?.  La Constitución establece que el mandato de un diputado a la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela solo puede terminar cuando se produzca una de cuatro situaciones: la primera, la muerte. La segunda, la renuncia. La tercera, a través de un Referéndum Revocatorio. La cuarta, a través de un tribunal de justicia, mediante una sentencia condenatoria posterior a antejuicio de mérito en el Tribunal Supremo de Justicia y allanamiento de la inmunidad parlamentaria, tal como establece el artículo 200. Ninguna de estas condiciones tiene lugar en mi caso.

El Presidente de la Asamblea Nacional y la Directiva de la misma, no tienen potestad alguna para destituir a un diputado de su cargo. Solamente podría la Plenaria de la Asamblea, separarme de mi cargo temporalmente, por una decisión mayoritaria de las dos terceras partes de sus integrantes, como establece el artículo 187 de la Constitución. Como el oficialismo sabe que son minoría, dentro y fuera de la Asamblea Nacional, no buscan cumplir este requisito. En todo caso, la separación que se contempla nunca sería definitiva. La separación absoluta no está contemplada en la Constitución y nunca podrá emanar del Presidente de la Asamblea Nacional, y mucho menos, del Presidente de la República.

Argumenta el Régimen que haber tomado la palabra en la silla de la Delegación de Panamá ante la Organización de Estados Americanos trae consigo la pérdida de mi investidura parlamentaria. Quieren ignorar que sólo se trata del ejercicio de un derecho de palabra inherente a mi ejercicio como parlamentaria venezolana. La facilitación para un derecho de palabra a un ciudadano de otra nación es un mecanismo para defender la democracia y el sistema de libertades que ha sido utilizado varias veces en la historia de esta Organización. Es una función absolutamente accidental, cuya aceptación está expresamente permitida por el artículo 191 de la Constitución. Como Diputada no soy funcionaria de la Administración Pública. La actuación del régimen en mi contra es un burdo pretexto. Significa un abuso del poder que busca silenciar mi voz, obviar mi inmunidad, las prerrogativas parlamentarias y poder detenerme sin la garantía del debido proceso y del derecho a la defensa, violando todo lo contemplado en la Convención Americana de Derechos Humanos.

¿A qué le teme Nicolás Maduro? ¿Por qué el empeño en silenciarme? Le teme a la verdad, le teme a la denuncia, le teme a la protesta pacífica. No soporta Maduro el que mi voz sea la voz de aquellos que él pretende silenciar. La inmensa mayoría de los venezolanos queremos la reconciliación y el diálogo. Pero el diálogo sólo es posible cuando media el respeto y el reconocimiento. El gobierno venezolano pretende mediante la represión, el asesinato, la tortura y la cárcel, callar a esa mayoría del país que rechaza sus prácticas y con quien afirma querer dialogar. Su comportamiento dictatorial solo logra darnos más razones y fuerza para nuestra lucha cívica, pacífica y firme hasta conquistar la democracia y la libertad.

María Corina Machado

 

Sin Paraísos

Jueves 27 de marzo de 2014

Por: Rosa Montero

Venezuela ha ganado una fortuna con el petróleo, pero esa riqueza no repercutió en la gente. En la década de los ochenta, tras años de especial bonanza petrolera, los índices de pobreza ascendieron hasta devorar al 80% de la población. O sea que la oligarquía actuó de un modo miserable. De aquellos polvos vienen estos lodos.

El chavismo dio esperanzas a los desesperados y sin duda ha hecho cosas buenas. Pero eso no lo justifica todo, porque puede haber avances hasta en dictaduras (Franco creó la Seguridad Social); el peligro es el precio que acabas pagando. En Venezuela hay muchos problemas: desabastecimiento de productos básicos, una criminalidad espeluznante… ¿Acaso no tiene derecho la gente a protestar? Da miedo un Gobierno que reprime las manifestaciones con tal ferocidad; que causa al menos ocho muertos y 137 heridos; que amordaza a los periodistas; que utiliza el casposo recurso de acusar a la oposición de ser agentes imperialistas.

“El Gobierno ha adoptado abiertamente las tácticas habituales de los regímenes autoritarios y ha encarcelado a opositores, censurado medios de comunicación e intimidado a la sociedad civil”, dice la prestigiosa Human Rights Watch. ¡Por no hablar de ese Ministerio de la Suprema Felicidad Social del Pueblo que parece sacado de Corea del Norte!. También me sorprende el apoyo ciego que cierta izquierda española parece ofrecer a Venezuela, como si volcaran en ese país la emocionalidad acrítica que antes dieron a Cuba. Lo hacen con la mejor de las intenciones, pero también, me temo, con la pereza intelectual y ética de no querer saber. Con el anhelo de encontrar un nuevo paraíso de la izquierda. Pero yo pienso, como Gramsci, que la verdad es revolucionaria; y que los paraísos de la Suprema Felicidad Social no existen en la Tierra. Cuando alguien los proclama, acaban siempre llenos de sufrimiento y sangre.