Si de algo puedo presumir, o eso creo, es de haberme pasado internet dos veces…como si de un juego de arcade se tratase. No corro muy bien y escribir tampoco es mi fuerte, pero son muchas horas las que he pasado por la red y descubro perlas que les suelo ofrecer aquí. Además retomo una sección que tenía olvidada: Gente con clase.
Todo este preámbulo viene para invitarles a que vean este vídeo. De un tiempo a esta parte, el seguidor a este blog (mi padre y dos más, esto no es Gran hermano, es un blog indie), habrá notado una deriva hacía una nueva forma de ver el deporte y la competición. Que ya traté de explicar cuando presentaba el proyecto 5 carreras 5 continentes. Supongo que será algo propio de la edad, del ensayo error o de mezclar productos de marca blanca con cerveza. Nunca se sabrá. El hecho es que ahora me apetece hacer otras cosas o hacer solo lo que me gusta. Es cierto que en una época me sentí un poco prostituto (este tema da para varios post, pero mi vida le interesa a aquellos que tienen mi número de teléfono y a Montoro) y hacía cosas que a lo mejor no me gustaban tanto o lo hacía por gustar.
Por esta incapacidad mía a transmitir lo que pienso, creo que no lo expliqué bien en su día. Pero ayer re-descubrí esta perla en Youtube. Creo que si cambia el deporte en sí, el trasfondo es exactamente lo quiero hacer y lo que quise explicarles. Me encanta la filosofía que transmite Alberto Iñurrategi, me parece que es digna de estudiar en primero de la vida. Y no tengo más que envidiar y admirar su forma de afrontar los retos, en su caso la montaña, en el mío otros. Sabedor de mis limitaciones y respetando mucho las distancias. No se trata de copiar si no un pequeño detalle de admiración a uno de los más grandes (él y toda su cordada).
https://www.youtube.com/watch?v=zi-PJ6Tp_kw