Llegando ya a mitad de semana, siempre es de agradecer un pequeño empujoncito que nos ayude en el sprint final. Si como es el caso asumo tal responsabilidad, entiendo que nadie se va a sorprender si el gesto de ánimo surge desde mis fogones y a ello me pongo, así que por favor a partir de aquí leer con atención.
Propongo una ensalada extraordinaria, con unos protagonistas exquisitos, preciosa de color y además templada. Necesitamos para que la propuesta nos quede perfecta tener unos hielos preparados para cubrir los brotes tiernos y que nos queden tiesos (siempre anima), con un color intenso y frescos, … y luego a las ciruela las retiramos el güito y cortamos en rodajas, freímos en la sartén con un chorrillo de aceite y el almíbar de los higos. Además en este plato se pasean otros actores principales y cuando llegue el momento de reunir a todos en torno a la ensaladera, garantizo que van a conseguir que todos los comensales «sufran» un subidón.
Llega el momento de colocarse el delantal y situar sobre el fogón a todos los actores de reparto, a modo de claqueta damos con el cazo un golpe seco y seguido empezamos.
INGREDIENTES (ensalada para 3 personas):
200 gr de brotes tiernos
4 higos en almíbar
2 ciruelas
100 gr queso roquefort
60 gr queso emmental
100 gr. tacos de jamón ibérico
9 nueces
60 gr piñones
1 chorrete de aceite
1 toque de crema de vinagre balsámico
1 chorro de almíbar
hielo
ELABORACION
Limpiamos los brotes y en una ensaladera les dejamos con un poco de agua y cubiertos de hielo hasta que sea el momento de emplatar.
Limpiamos las ciruelas, las cortamos por la mitad y sacamos el güito y seguido las cortamos.
Colocamos la sartén a fuego alto con un chorrete de aceite y echamos las ciruelas.
Bajamos el fuego a temperatura media y vertemos cuatro cucharadas soperas del almíbar de los higos.
Revolvemos continuamente para que se frían bien y echamos las nueces.
Controlamos la salsilla y si vemos que reduce mucho, echamos más almíbar.
Cuando las ciruelas estén hechas, sacamos y reservamos.
Sacamos la salsa y la mezclamos en un frasco de cristal con un chorrete de crema de vinagre balsámico y aceite.
Agitamos bien fuerte para que emulsione la salsa.
Tostamos los piñones en una sartén con un a pizca de aceite y cuando estén retiramos.
Emplatamos:
Sacamos los brotes, escurrimos bien y preparamos un lecho con ellos en el plato.
Seguido cortamos los higos en almíbar por la mitad y colocamos sobre los brotes.
Ahora toca el turno a las ciruelas con las nueces.
Luego salteamos unos taquitos de queso emmental y de jamón ibérico.
Un chorrete de la salsa que tenemos emulsionada en el frasco y por último, el queso roquefort y una lluvia de piñones.
Empezamos a comer. ¡Chist!; ¡chiss!; ¡chsss!…. no se habla hasta que aparezca el «THE END».