Llegamos a Chiang Mai que es conocida como «La rosa del norte». Cuenta con más de 300 templos budistas y es considerada la ciudad mas importante del norte de Tailandia. Si llegas a Chiang Mai un domingo, no te puedes perder el Sunday Market, un maravilloso mercado de artesanía,pulseras, pendientes, cosas para la casa, ropa, pinturas, comida, …, se trata de una manifestación cultural en el que muchos de los vendedores fabrican ellos mismos lo que venden. Asisten a este lugar, no solo turistas sino sobre todo la gente local y los residentes.
La verdad es que ha estado muy bien, mucho colorido y los vendedores muy dispuestos, pero en ningún momento pesados.
En el entorno del mercado hemos recibido un toque urgente de nuestros depósitos que precisaban una apetitosa carga, dado que amenazaban en dejar de dar cuerda a nuestras piernas y sentarnos allí mismo. Hay que decir que esta mañana nos hemos levantado a esa hora que cuando pones el despertador, las agujas al alimon se colocan como si fueran una interrogación y al final tienes que dar un par de vueltas a la cebolla (sigo hablando del reloj), para que no se obcequen y te despierten. Ademas, en un acto heroico y sin precedentes, nos hemos dado una vuelta por el Parque histórico de Sukhothai en bicicleta (para las mentes perversas, …pesaban como condenadas, pero contaban con sillín) y luego tras saludar a todos los Budas de la zona, los sentados, los tumbados, los de pie, los enfadados y los sonrientes, prestas a coger el autobús que tras 6 horitas nos ha dejado (como nos ha dejado!!!)…, aquí. Así qué nos hemos sentado en el Daret’s House Restaurant y nos hemos revitalizado con unos platitos pero que muy ricos.
Repuestas ya nuestras fuerzas y pagar por esta cenita al cambio unos 6€, incluidos 3 botellines de agua, que veníamos con reseco, hemos cruzado la calle y de cabeza de nuevo al Market, con el único interés en quemar unas calorías entre tanto colorido.
Precioso el día y la noche. Seguimos.