¡Aquí huele a Varón Dandy!

No sé si os está pasando a vosotras, pero últimamente a mi todo me huele a colonia testosterónica, de esa que si tienes la mala suerte de que si te toca alguien al lado con ella puesta en un largo viaje, prefieres no respirar a morir oliendo tales efluvios. No exagero. Últimamente huele mal, muy mal porque hay demasiadas malas noticias para las mujeres: un rebrote espectacular de la violencia machista se está convirtiendo en el pan nuestro de cada día y un sarpullido continuo de micromachismos cotidianos nos deja el corazón lleno de ronchas. No, no creáis que estoy exagerando. Estos últimos meses se han convertido en una pesadilla para las mujeres y niñas como así lo demuestran las cifras que atañen a la violencia de género y que crecen sin parar.

INVISIBILIZADAS

Las buenas noticias, ésas que debieran hablar de los logros de las mujeres, o simplemente de mujeres que trabajan y ponen en valor su talento, son muy escasas. Y cuando hablo de trabajo no sólo me refiero al ámbito profesional. Hay actividades que se desarrollan en la sociedad civil que tienen que ver con el asociacionismo, con el voluntariado, con la política de base y con tantas y tantas cosas en las que las mujeres desarrollan un trabajo invisibilizado y de las que apenas se habla. No digamos ya el trabajo doméstico y de los cuidados en los que ellas siguen, desafortunadamente, siendo las dueñas y señoras, porque mientras ellas limpian la casa y cuidan a toda aquella persona que entra por la puerta, la corresponsabilidad salta por la ventana.

Y no exagero, sólo hay que hacer una pequeña búsqueda en las estadísticas del INE, en un apartado que se denomina Encuesta de Empleo del Tiempo y te saltan los datos a la yugular: “las mujeres dedican cada día dos horas y cuarto más que los hombres a las tareas del hogar y sigue habiendo una diferencia de participación en el trabajo no remunerado de 17 puntos porcentuales a cargo de las mujeres (74,7% los hombres y 91,9% las mujeres)”. Sírvanse profundizar ya que estamos en la cocina.

PASEMOS A LA ACCIÓN

Presidentas no princesas

Pienso que a lo largo de la historia si alguna vez ha tomado relevancia el Feminismo y han resurgido con más fuerza sus reivindicaciones, ha sido en los momentos de transición hacia formas sociales más justas y liberadoras. Éste es uno de esos momentos históricos que no podemos dejar pasar. De lo contrario, me temo que el olor a Patrick, a Varón Dandy y a Brummel se quedará impregnado para siempre en nuestras vidas. Así que abramos las ventanas, respiremos, salgamos a la calle, tomemos los puestos de decisión y seamos protagonistas de la revolución social… Sin nosotras, me temo, ¡no es posible!

Este artículo es parte de una publicación de esta autora en Doce Miradas @docemiradas