Txupinazo Morado

Hoy de nuevo se reproduce el ritual que dará comienzo a los Sanfermines. Será como todos los años pero con una brutal diferencia: desde hace dos, Pamplona ya no es igual el 7 de julio. Una salvaje violación colectiva a una mujer en plenas fiestas, cambiaron para siempre no sólo el devenir anual de las mismas, sino que también significó el inicio de una movilización ciudadana que continúa a día de hoy. Las mujeres salieron a la calle contra La Manada, cinco sinvergüenzas violadores y agresores que se dedicaban a estos menesteres cuando iban de fiesta. Parece que presuntamente también habían realizado su gran hazaña criminal y machirula en Pozoblanco (Córdoba) contra otra mujer sólo dos meses antes que en Iruña. Al fin y al cabo, como declaró uno de ellos a la jueza “fue una noche más”. Noches en las que violar, obligar a felaciones y golpear a las mujeres parece ser que es lo que más “les pone”.

Estos dos asuntos están todavía dirimiéndose en los juzgados. Vean, más de dos años con el agravante en este caso de que estos cinco elementos están en la calle campando a sus anchas y las mujeres tenemos que soportar ver en los medios de comunicación su soberbia, sus risas, sus ademanes; en definitiva la impunidad con la que se mueven sin un mínimo de vergüenza que es lo que todas esperamos ante los graves hechos acontecidos. Uno de ellos, encima se ha hecho el listo y quiso conseguir un pasaporte.  Un escándalo pero miren, sigue en la calle. Luego, hablen mal de las mujeres que no denuncian. Hagan caer sobre ellas la responsabilidad de los hechos que ellas mismas han sufrido en vez de culpar y señalar a los agresores. En definitiva, no es otra cosa que el patriarcado sobre nuestras espaldas, el patriarcado que arrasa nuestras vidas y nuestra dignidad, el patriarcado que nos dice cómo sentir, qué decir y qué hacer, sólo por una razón: por ser mujeres.

Así que esperen unos Sanfermines combativos y por ende el resto de fiestas, no sólo en Euskadi, espero que en todo el estado español. De negro, de blanco, con capuchas, con antorchas, con manos rojas, con pañuelos violetas con lo que haga falta para salir a las calles. Para recordar y no olvidar porque lo que más deseo sin duda alguna es que no haya ni una agresión más en ninguna fiesta, en ninguna calle, en ningún sitio. Ni toca tetas ni toca culos, ni insultos, ni violaciones y por supuesto ningún asesinato. Ya son 23 mujeres y una menor las que han perdido la vida a manos de sus asesinos machistas. Y son más de 150.000 las agresiones machistas sufridas por mujeres anualmente.

¿Me preguntan si hay que salir a la calle? Lo que no sé es como no lo hacemos más: sin miedo, pero combativas, sin alertar pero siempre alertas, porque aunque nos lo nieguen, la razón está de nuestro lado y el miedo ha cambiado de bando. #GoraBorrokaFeminista

#ErasorikEZerantzunikGabe #NiUnaAgresiónSinRespuesta

Huelga 8M: mil razones y un millón de motivos

Si nosotras paramos, el mundo se para. Por eso vamos a la huelga, porque hay mil razones y un millón de motivos y para demostrar que podemos detener el mundo. Este 8 de Marzo por unas horas pero es solo el comienzo.

La  huelga del 8M la hacemos las mujeres. Es una huelga contra la invisibilización a la que están sometidos nuestros trabajos de cuidados, nuestra doble (a veces triple) jornada laboral, la brecha salarial, las violencias machistas… Pero es una huelga que no podemos hacer en contra de un solo patrón porque quien es nuestro patrón es el propio sistema: el patriarcado.

Esta es una huelga para que se visibilice entre otras cosas, que realizamos trabajos no remunerados como el trabajo doméstico y los cuidados que son esenciales para la vida. Es una huelga para evidenciar nuestro papel fundamental en esta sociedad. Es una huelga de justicia social, ¿cómo no? Pero también, es una huelga para dejar claro que ese trabajo no remunerado de las mujeres, sufraga el costo en cuidados que sustenta a las familias, apoya a las economías y a menudo suple las carencias en materia de servicios sociales.

Sin embargo, pocas veces se reconoce como “trabajo”. El valor del trabajo de cuidado no remunerado y del trabajo doméstico representa entre un 10 y un 3 por ciento del PIB de los países; puede pesar más en la economía de un país que el sector del comercio o el del transporte. En la C.A.E representó un 32,4% del PIB en 2013, unos 21.300M de euros que se dice pronto.

Esta es una huelga laboral, de cuidados, de consumo y estudiantil. Una huelga reivindicativa sí, pero sobre todo, es una huelga política porque apelamos a las instituciones a que pongan en marcha iniciativas transformadoras que acaben con la discriminación de la mitad de la población, nosotras las mujeres.

Es una huelga internacional y feminista y que emana por tanto, del movimiento feminista y cuyos motivos son entre otros: el derecho a unas vidas libres de las    violencias machistas, la reivindicación del propio cuerpo y su deseo, el derecho a decidir, el derecho a la identidad sexual, el reconocimiento de la diversidad de las mujeres, y la reivindicación de una transformación económica y social que genere nuevas formas de vida vivibles para todas y todos, reorganizando el sistema de cuidados, de forma sostenible.

Pero mientras tanto, calladitas y encerraditas en casa. Así nos tienen entretenidas, nos “gasean” con su propaganda de lo que debe ser y hacer una buena mujer, y  una buena madre, hija, esposa, compañera… es decir todo aquello que nos lleve a que nuestra identidad se construya a expensas de otrOs (siempre en masculino).

Esta es una huelga contra el ninguneo de las mujeres. Es una huelga contra la ignorancia del valor de las mujeres. Es una huelga por dignidad: la nuestra, la de nuestras hijas y del mundo que construirán en el futuro, es una huelga en definitiva, porque ESTAMOS HARTAS, MUY, MUY HARTAS.

Díganme, ustedes que me están leyendo, con sinceridad después de lo dicho y si reconocen todo lo que acabo de decir, una sola razón para no apoyar esta huelga. Díganme si están del lado de lo que las mujeres reivindican este 8 de Marzo. Díganme a qué lado de la pancarta están.

¿Creen que tanta injusticia no lo merece después de siglos de dominación masculina? ¿Creen que esto es una exageración? Eso también pensaban las personas que veían como las sufragistas se manifestaban a principios de siglo para pedir el voto para las mujeres: las apedreaban y las insultaban, pero sin ellas no habríamos llegado hasta aquí. Por ello, vamos a hacer esta huelga, y todas las que sean necesarias.

Por eso, porque somos feministas y estamos acostumbradas a resistir, pero también a combatir, vamos a hacer esta huelga para que el mundo se pare, y para que con ello a partir de ahora, y con el reconocimiento de todo aquello que se nos niega, vaya un poco más rápido, quizás no en velocidad, pero si para avanzar en todos los derechos que sistemáticamente se nos niegan.

Nos preguntan los hombres si pueden hacer huelga. Les decimos que esto es una huelga de mujeres para para decir miren, hoy no estamos y a ver si se las arreglan sin nosotras. Y si ellos quieren contribuir ese día que se hagan cargo de todas las tareas de las que ellas se hacen responsables a diario sin reconocimiento de ningún tipo, tanto en el trabajo asalariado como en el doméstico: que cuiden a menores y mayores, que hagan la comida, limpien los baños… todo eso que hacen día a día las mujeres y nadie lo valora.

Dejen a las mujeres y al Feminismo que este 8 de Marzo sea el día de sus reivindicaciones, y si quieren ayudar  a lo causa feminista tomen nota de lo que dice claramente  Kelley Temple, activista feminista del Reino Unido:

“Los hombres que quieren ser feministas no necesitan  que se les dé un espacio en el feminismo. Necesitan coger el espacio que tienen en la sociedad y hacerlo feminista”.

Esta es una huelga internacionalista de mujeres para que se mueva el mundo, sí, pero para demostrar, como lo haremos el próximo 8M,  que también lo podemos parar. Yo como soy de la generación en la que te machacaban cuando decías que eras feminista, ver las calles llenas de ellas me produce tal emoción que este 8M será para mi un día histórico, porque ahora ya no hay marcha atrás. ¡Por fin ha llegado nuestro momento!.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El clítoris es político

“Conocer el clítoris es profundamente político y estratégico”. Con esta afirmación la activista y luchadora guatemalteca Lolita Chávez, dejaba impactado al auditorio de la sala Petra Kelly del Parlamento Europeoen el 25 aniversario del descubrimiento de su asesinato por violencia machista, el jueves 19 de octubre  en la conferencia “Justicia Climática: La Transición Energética con Perspectiva de Género” en Bruselas, con una sala al completo y que hasta a sus propios organizadores y organizadoras sorprendió el interés suscitado.

Lolita Chávez está nominada al Premio Sajarov de los Derechos Humanos que concede el Parlamento Europeo, y por ello  fue invitada para abrir la conferencia  y dar su opinión con respecto al tema que se iba a tratar. Y empezó a hablar, y nadie, absolutamente nadie, pudo abstraerse de las palabras de esta mujer que se pasea por el mundo vistiendo como indígena que es, como forma de reclamar la identidad que le quieren arrebatar, y a la que unos momentos antes de que empezara la conferencia tuve el honor de saludar: daba gusto ver cómo se movía  por la cantina del Parlamento Europeo entre trajes, corbatas y tacones. Todo un ejemplo de dignidad.

Había conocido a Lolita el día 8 de este mismo mes en el acto político, Reconocer la Verdad de las Mujeres celebrado en Bilbao,  para reflexionar desde las experiencias de diferentes tipos de violencia machista en los últimos 50 años, qué y cómo pueden aportar al proceso de Paz, organizado por el Foro Social/Foro Soziala. Escuchamos a diversas mujeres con testimonios muy duros, violación, torturas policiales, lesbofobia, racismo… pero cuando Lolita cogió el micrófono fue cuando se nos encogió el corazón, con su sabiduría, con su dulzura, con su rabia, con su acumulación de sufrimiento por haber y seguir sufriendo la violencia en su carne por ser luchadora, por ser indígena, y sobre todo por ser mujer. Lloramos en silencio, sufrimos con ella y nos correspondió con una lección de tenacidad en la lucha, de no dejarse vencer, en  pocas palabras,  con una lección de esperanza. #NikSinistenDizut

Pregúntense qué tiene que ver el clítoris con la Justicia Climática, pero si la hubieran escuchado lo hubieran entendido. Lolita habla de las mujeres como motor del cambio y para ello defiende el empoderamiento de las mismas. Empoderamiento que no puede darse si no hay una lucha continua contra el patriarcado y sin una “revolución” desde lo íntimo a lo público. Y es ahí, cuando las mujeres son capaces de romper la barrera invisible entre ambos espacios, cuando se vuelven poderosas, pero también peligrosas. Nos contó que ella no supo lo que era el clítoris hasta estuvo en la universidad, y al decirlo se le notaba la rabia contra quienes ocultan y privan a las mujeres de armas poderosas para su lucha: el conocimiento y control de su cuerpo. Nada nuevo dirán, y esto lo aporta la autora de este post, nada que no deja de pasar. En la derecha es sabido pero en la izquierda, el machismo y el patriarcado se cuelan por  todas las rendijas para privarnos de lo que nos da poder.

Este pequeño análisis con el que comenzó la conferencia tiñó de morado y verde toda la tarde en Bruselas. Se habló de muchas cosas, y se puso en evidencia a través de las ponentes, la mayoría mujeres como no podía ser de otra manera, que las mujeres y las niñas son las que más sufren a causa del cambio climático y sus consecuencias, no sólo económicas porque de partida son más pobres, también a causa de las violencias machistas después de todos los desastres.

Las conclusiones a las que se llegaron fueron importantes, como la transcendencia de definir y visibilizar el rol que las mujeres juegan en la Transición Energética hacia energías limpias, y en la mitigación del cambio climático, porque ello beneficiaría a las mismas en primer lugar.

Sin duda, una de las ideas centrales es que para llevar a cabo esta transición hay que poner en el centro los cuidados de la vida: creo que ya nadie discute que somos interdependientes y ecodependientes, o lo que es lo mismo, todas las personas necesitan cuidarse entre ellas (sin que esto sea responsabilidad de las mujeres únicamente) y cuidar del planeta. Un planeta al que como dijo Nerea Ramírez de Ecologistas en Acción en vez de cuidarlo, le hemos declarado la guerra y no dejamos de hacerle daño.

Es por tanto prioritario, como conclusión final, reconocer que las mujeres son agentes imprescindibles en la Transición Energética y ahí las políticas locales juegan un papel importantísimo. Queda mucho por hacer, y la clave es saber cómo se van a implementar dichas políticas en todos los programas a nivel europeo, estatal, autonómico y local. Es difícil, pero es cierto que conferencias como estas ponen el debate en la agenda política y de paso se cuela el clítoris en la misma. No me quejo: me parece un triunfo.

Nota: La Conferencia estaba organizada por los Verdes/Ale del Parlamento Europeo. Gracias a Florent Marcellesi y Linnéa Engstrom por organizar debates en torno a la necesidad de la participación de las Mujeres en temas de gran calado político.

Hay política #MásAlládeCatalunya

Las farolas tienen género, y es política

Hace unos días estuve en Croacia en el Seminario «Good city for all» organizado por una plataforma denominada “Zagreb is our” de cara a las elecciones municipales que van a tener lugar en mayo en dicho país, para hablar de la transformación de las ciudades. Yo en este caso, como era de esperar, centré mi exposición en Bilbao, su desarrollo y transformación digna de admiración pero también las miserias que todo desarrollo deja a su paso.

Cartel Croacia con camisa blanca

Sin embargo, no pude resistirme a realizar un análisis feminista de la ciudad. Sí, porque aunque no se lo crean las ciudades pueden y deben ser feministas. Así que me permití el lujo, o quizás sólo me atreví ante un público variopinto e internacional, a sacar a la palestra este tema. Hice una reflexión sobre el papel de la mujer en el desarrollo urbanístico de las ciudades evidenciando como  hecho innegable que la experiencia de las mujeres en las ciudades ha sido subestimada dentro de la planificación urbanística.

Mujeres y hombres tenemos distintas posibilidades de acceder a bienes y recursos y sin duda alguna, distintas aspiraciones y necesidades respecto al territorio y al espacio urbano debido a los roles y a los condicionantes de género. El urbanismo no es neutro desde el punto de vista de género, y puede mejorar y también perjudicar según como se utilice, el modo en el que se desarrollan las actividades, tanto las relacionadas con el trabajo productivo o las vinculadas al trabajo reproductivo realizado en su mayoría por mujeres, impactando por tanto de diferente manera a las personas que habitualmente se encargan de dichas tareas.

Croacia 2

Como dice Esperanza Jiménez[i], «incluso una farola tiene género, y esto es política» y por ello, las ciudades deben desarrollarse teniendo en cuenta la perspectiva de las mujeres y el papel que ejercen en la ciudad. Las razones son claras, creo que nadie es ajeno o pone ya en tela de juicio que las ciudades han sido configuradas priorizando el sistema patriarcal y por tanto se han obviado las necesidades relacionadas con el sostenimiento de la vida. El urbanismo feminista o con perspectiva de género, trata por tanto de transformar la sociedad repensando los espacios para reconfigurar las realidades.

Dice Izaskun Landaida, Directora de Emakunde: “que si no se consideran desde un principio dichos condicionantes, es muy probable que la propuesta de desarrollo urbanístico perjudique a las mujeres en las múltiples actividades que estas lleven a cabo en la esfera pública y privada. Y afirma que los proyectos urbanísticos deben llevar una mirada de género desde su origen”.

Estas inspiradoras reflexiones están sacadas de la interesante jornada a la que asistí en octubre pasado, bajo el título de «Perspectiva de género en la ordenación territorial y el urbanismo» organizada en el marco del Berdintasunerako Gunea/Foro para la Igualdad organizado por Emakunde.

Algunas arquitectas expertas en el tema apuntan que se trata de tener en cuenta a las mujeres, que son la mitad de la población (en Bilbao somos algo más: el 53%) y aplicar una perspectiva interseccional en la que el género se cruza con características como la edad, el origen, la posición socioeconómica o la identidad sexual, para observar cómo se cruzan y, a partir de ahí, trabajar para eliminar las desigualdades.

Afirma la experta Inés Sánchez de Madariaga que “los fundamentos disciplinares del urbanismo actual se configuraron hace ya más de cien años y están basados en la asunción de funciones de la ciudad que se formularon en la Carta de Atenas en los años 20 del siglo pasado, dividiendo el espacio en cuatro funciones básicas: residencial, productiva, ocio y transporte,  y que si miramos todas ellas desde el punto de vista de género, realmente veremos que están pensadas desde la experiencia vital masculina convertida en norma para aquellas personas que conciben la ciudad como un lugar donde hay actividades de ocio y desplazamientos a los lugares de empleo, y no desde la experiencia vital de aquellas personas que tienen que conjugar en la vida diaria las múltiples actividades que son necesarias para el mantenimiento de la vida y el cuidado de otras personas«.

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En Bilbao estamos en estos momentos en plena revisión del Plan General de Ordenación Urbana y sin duda alguna, es un momento que no podemos desaprovechar para introducir este tipo de políticas con el objetivo de aumentar la calidad de vida de sus habitantes, porque una ciudad sensible a las necesidades  de las mujeres es una ciudad que beneficia a todas las personas.

Es necesario aportar e introducir nuevos enfoques para mejorar una ciudad de distancias cortas, y compacta. En definitiva, una “ciudad feminista” que garantice el derecho a la ciudad a todo tipo de personas, entendido este derecho como la libertad de utilizar y disfrutar de cualquier espacio de la ciudad tanto por cuestiones de seguridad y accesibilidad, como del desarrollo de actividades cotidianas o de la forma de compatibilizar las diferentes esferas de la vida (productiva, reproductiva, personal y comunitaria-política).

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El urbanismo feminista no trata sólo de la seguridad para las mujeres, sino que consiste en aplicar transversalmente la perspectiva de género, ya que afecta a una interminable lista de espacios relevantes para las mujeres: movilidad, urbanismo, vivienda, educación, actividad económica, ámbito laboral… Una ciudad feminista es en definitiva, una ciudad mejor para las mujeres, y por ende una ciudad mejor para todas las personas que en ella viven.

Quizás por contar todo esto, recibí muchos aplausos al término de mi intervención en Zagreb, pero sobre todo y lo más gratificante fue recibir las felicitaciones  de la gente que se me acercó: todas ellas eran mujeres.

 [i] Esperanza Jiménez es una de las agentes del área de Equidad del Ayuntamiento de Madrid encargadas de realizar el primer informe de Impacto de Género sobre los presupuestos.

Los «besos de las guapas»

Los Ayuntamientos han empezado, ahora toca a Parlamento y Congreso.

No son pocas las veces que aún a día de hoy, somos testigos de cómo las mujeres son utilizadas como meros objetos sexuales en multitud de aspectos de nuestra sociedad: la publicidad por ejemplo está en el punto de mira continuamente por los continuos usos y abusos de las mujeres como reclamos sexuales y objetos de consumo de forma vejatoria e indignante.

dolce and gabana

Sin embargo, si tenemos que hablar de un ámbito donde la mujer además de estar invisibilizada, su utilización como objeto sexual y por ende su cosificación raya la “indecencia”, es en el mundo deportivo, gueto “testosteronizado” por excelencia, donde el acceso femenino no es que siga estando restringido de una forma evidente, es que además, y para más inri, muy a menudo en determinados deportes sobre todo de alto nivel como el motociclismo, ciclismo, automovilismo, tenis e incluso en los JJOO, las mujeres aparecen como meros ornamentos.

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Dicen las expertas, que “el deporte sigue siendo un reducto muy acusado del machismo” y es habitual utilizar a las mujeres de forma reiterada, como reclamo publicitario y de consumo, generando con ello la perpetuación de los roles de género y estereotipos sexistas. En general, se trata de mujeres que las empresas organizadoras, o las que financian los eventos deportivos, colocan en lugares visibles para promocionar sus productos o captar la atención del público, aunque su presencia esté totalmente desvinculada de la actividad deportiva y del producto en cuestión. Así, aparecen mujeres jóvenes de belleza estereotipada, en líneas de salida /meta, podios y promociones antes, durante y después del evento.

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En Bilbao esta semana se ha aprobado por unanimidad una iniciativa en el Pleno para prohibir la utilización de las mujeres como ornamentos en los podios o en cualquier otra actividad deportiva que las cosifique a través de su cuerpo. Antes, Zarautz, Eibar, Gasteiz y también Mallorca lo hicieron a partir de que fuera Australia en una de sus competiciones ciclistas más importantes, la primera que tomó la iniciativa.

Quedan muchas, muchas ciudades que tienen la obligación de oponerse de manera efectiva a estas actuaciones, además de porque lo exige la ley, porque no pueden ser cómplices de ahondar en la discriminación de las mujeres y quedarse de brazos cruzados. Y más que eso, estaría bien que este tipo de iniciativas se replicaran en los Parlamentos autónomos y en el Congreso español porque simplemente es una vergüenza que a estas alturas del siglo XXI sigamos viendo shows machistas de este cariz!

cheers leaders 2

La organización de la Vuelta Ciclista al País Vasco-Euskal Herriko Itzulia, ha decidido que en la edición de este año que está teniendo lugar esta primera semana de abril, no se lleven a cabo este tipos de actos. Una decisión que hay que reconocer sin duda, pero que no es suficiente porque a día de hoy, hay cientos de pruebas deportivas y cientos de lugares donde se celebran infinidad de pruebas utilizando a las mujeres en la forma más vejatoria y denigrante que pueda imaginarse: usando su cuerpo.

Voley Playa Femenino

Miren en la última entrega de los Premios a Mejores Deportistas 2016 de un importante medio de comunicación impreso se entregaron 13 premios y sólo dos fueron para mujeres. Sentada y horrorizada de lo que estaba pasando se me ocurrió preguntar a un alto cargo de la organización que estaba a mi lado por qué no había más mujeres premiadas, y ni corto ni perezoso me contestó “a nosotros no se nos puede acusar de nada, porque si no hay más premios es porque no hay mujeres a quien dárselos” Y se quedó tan feliz, ¿saben por qué? Porque no era una excusa, era mucho peor: estaba totalmente convencido de que era así.

Hoy en una entrevista en la radio, un alto cargo deportivo de la Vuelta, ha dicho que esto de querer quitar a las mujeres de los podios es una «moda», afirmando rotundamente que no es sexista.  Otro cargo deportivo de la Federación Ciclista también ha afirmado que es una intromisión de las instituciones y que le extrañaba que ahora la gente se haya puesto de acuerdo para defender a las mujeres (¡¡¡¡) Pues menos mal señores, porque esto no es una moda y si es una costumbre es simplemente una costumbre machista. No tiene más nombre, y mientras no haya una clara voluntad para acabar con todo este montaje patriarcal, lo único que se está haciendo es provocar que el orden social desigual establecido, siga perpetuándose.

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Dice Matilde Fontela que el «deporte es una de las grandes bazas del patriarcado» pero vamos consiguiendo que ya no haya «besos de las guapas», ni txanpan que moje camisetas. ¡Pequeñas victorias, grandes avances!