8 de Marzo en las calles!

Aunque no nos cansemos de repetir que 8 de Marzo debieran ser todos los días del año, hay que reconocer que al menos un día al año se pone en marcha la maquinaria para celebrar el Día Internacional de las Mujeres, menos VOX que en vez de reconocer la larga lucha y avances de las mujeres en su lucha por la igualdad entre mujeres y hombres se le ha ocurrido proponer que desaparezca este día y que se sustituya por el Día Nacional de las Víctimas del Coronavirus. Mira que no hay días en el año. Pero su antifeminismo y su defensa a ultranza de actitudes machistas es tan firme que no se les mueve una pestaña en proponer este tipo de delirios. La ultraderecha no ceja en su empeño.

Porque somos muchas las mujeres, muchísimas las que creemos que este día al es un día importante mientras se sigan cometiendo injusticias contra nosotras y sigamos siendo consideradas ciudadanas de segunda. Un día para la celebración y la reivindicación. Un día marcado en morado en el calendario que desde 1911 se viene conmemorando en múltiples países en todo el mundo con mujeres saliendo a la calle a reivindicar sus derechos, a empoderarse, a festejar y a gritar hasta que se queden sin voz para que se deje de vulnerar sistemáticamente los Derechos Humanos de las mujeres. De todas.

Un día para congratularnos de los avances pero sobre todo, para evidenciar que queda mucho por hacer en todos los ámbitos de la vida: en los cuidados para que dejen de ser solo responsabilidad de ellas, en el empleo con su eterna brecha salarial y con los trabajos más precarios para las mujeres, en el deporte, en las empresas y en la política que no cuentan con liderazgo femenino, en la diversidad sexual… pondría mil puntos suspensivos. Y sobre todo, para seguir rechazando las violencias machistas que acaba con nuestras vidas y nuestra dignidad día tras día, minuto tras minuto.

Una violencia que en tiempos de pandemia se ha visto incrementada, no en las calles pero si en el interior de las casas donde ellas se han visto obligadas a convivir a todas horas con sus agresores y donde el aumento del uso de internet y redes sociales ha incrementado el ciberacoso y la ciberviolencia, es decir, las violencias digitales de género. Un tema este importante que hay que abordar inmediatamente para su prevención a nivel educativo y con normas de autorregulación para evitar la generación nociva de estereotipos de género y la asociación del sexo con violencia.

Así que si ya teníamos deberes por delante porque lamentablemente no dejamos de constatar día tras día que el patriarcado se cuela por todas las rendijas usurpando nuestros espacios, expandiéndose e intentando arrebatarnos nuestros espacios conseguidos a fuerza de muchos ochos de marzo y por ello debemos estar alerta a todo tipo de violencias y combatirlas. El patriarcado no cesará, pero nosotras tampoco.

Por eso es importante salir a las calles respetando todas las medidas sanitarias preceptivas y con máxima responsabilidad. Este empeño para que no se vea la fuerza del movimiento feminista es muy sospechoso. Se han realizado multitud de manifestaciones y a nadie se le ha ocurrido dar consejos para que no se lleven a cabo. Pero con las mujeres el rasero es diferente: se nos infantiliza y se tiene miedo a que demostremos públicamente nuestra fuerza. Por eso, en las calles o de mil maneras diferentes seguiremos. Nadie va a quitarnos lo conseguido por las que nos precedieron y nadie va a impedir que el feminismo avance. ¡Hay relevo!

GORA BORROKA FEMINISTA!

¡Ni Fátima ni Mariano!

Muy a pesar de Fátima Báñez que dice lo contrario o de M. Rajoy que no quiere ni hablar del tema, la desigualdad salarial es literalmente “el mayor robo de la historia”. Así de rotunda ha sido Naciones Unidas en su afirmación al respecto de la brecha entre salarios de hombres y mujeres, en la celebración del Día de la Igualdad Salarial que se celebra anualmente cada 22 de febrero. Para más inri, la brecha salarial no es que solo sea un lacerante problema en pleno siglo XXI, es que además, lejos de desaparecer sigue aumentando. A Rajoy lo que le debe dar vergüenza es reconocer que los empresarios se ahorran 42.000 millones en nóminas por efecto de «birlibirloque», que en este caso  no es magia sino la brecha salarial.

Y es que un mismo trabajo debe tener un mismo sueldo, así de sencillo… y así de complejo. Lo contrario  es ilegal y por tanto, profundamente antidemocrático. Está prohibido y que la ley no se cumpla es responsabilidad de quienes tienen que velar por su cumplimiento y en este caso, poniendo recursos para que a través de las inspecciones se pueda sancionar de forma taxativa a las empresas que cometan dicha ilegalidad. No hay leyes que sean efectivas sino van acompañadas de sanciones por su no cumplimiento. Y para ello hace falta una decidida voluntad política.

Pero la laxitud de las leyes a este respecto y su carácter meramente declarativo, entre ellas la Ley Vasca para la Igualdad entre Mujeres y Hombres de 2005, es un claro ejemplo: buenas intenciones pero poco cumplimiento, y es que el caso que nos ocupa, ni siquiera nombra en su extenso texto, la  brecha salarial. Acaba de cumplir 13 años y como otras similares cumplieron su misión hace unos años pero esa Ley, como otras muchas, debe ser actualizada para que pueda ser efectiva y para que de verdad se cumpla. Ya es hora de que haya voluntad política de transformación y sobre todo, se pongan los medios para ello.

La proposición de la Ley de Igualdad Retributiva presentada por Unidos Podemos en el Congreso ha salido adelante con el apoyo de todos los partidos excepto el Partido Popular, porque tal y como expuso su diputada Celia Villalobos (¡portavoz de Igualdad del PP!) en el debate para aprobar su trámite “es una iniciativa voluntariosa pero carece de realidad”. Sinceramente, creo que hay mucha gente que vive  en los mundos de Yuppi. De todas formas, y muy a su pesar ha salido adelante.

En el Parlamento Vasco a petición de Elkarrekin Podemos y esta vez sí, con el acuerdo de todos los partidos del arco parlamentario, se ha aprobado una resolución para que  el Gobierno Vasco  elabore en un plazo de seis meses un plan de acción con medidas específicas para combatir la brecha salarial. El miércoles pasado se celebró una Mesa de Diálogo convocada por el Gobierno y que ya ha empezado con problemas por la negativa de algún agente social a acudir. Hay desconfianza.

Veremos qué da de sí y si de verdad hay voluntad política efectiva para que la brecha salarial desaparezca de una vez por todas,  porque es posible. Es posible evitar que el 67% de los empleos menos remunerados de Euskadi estén ocupados por mujeres… es posible porque es nuestro deber hacer lo imposible para remediarlo, con leyes, con sanciones, con recursos… porque si hay algo cierto, es que la discriminación salarial lo que provoca es que se perpetúe la desigualdad entre mujeres y hombres… ¿queremos estos para las mujeres del futuro?

Miremos en este sentido a Islandia que desde enero ha prohibido por ley la ilegalidad de las diferencias salariales decretando que un mismo trabajo debe obtener una misma remuneración sin importar el sexo, la identidad de género, el grupo étnico, la identidad sexual, la nacionalidad o la religión.

Mientras, tenemos que seguir aguantando a los negacionistas, que ponen el grito en el cielo y en tela de juicio una verdad que los datos, no hacen más que corroborar. A nivel global, las mujeres ganan de media un 23% menos que los hombres, “No hay un solo país, ni un solo sector en el que las mujeres ganen los mismos salarios que los hombres”, afirma con rotundidad la asesora de ONU Mujeres, Anuradha Seth.

En Euskadi la brecha salarial se estima en un 25%.  Las trabajadoras vascas cobraron 7.500 euros menos que los hombres. Así que las mujeres a partir de noviembre, trabajaremos gratis.

¿Razones?, una: sólo por ser Mujeres. No busquen más. No se me ocurre ningún adjetivo lo suficientemente contundente para describir tamaña inmoralidad.

Trabajemos por tanto sin descanso para contribuir a la desaparición de esta injusticia discriminatoria, que mina nuestra empleabilidad, precariza nuestros empleos, recorta nuestros derechos y esquilma nuestras pensiones.

 

 

 

 

 

 

#8M: Tiran más dos tetas…

“Nos gustan las copas grandes. Amamos los grandes partidos”. Así de chulos se ponían los del Bayern para anunciar el partido de Eurocup que van a disputar esta semana contra el Unicaja de Málaga. Siempre lo digo, cuando la testosterona invade el cerebro de algunos (en este caso los que han diseñado y aprobado la campaña) el resultado es un anuncio como este, absolutamente vergonzoso por sexista y ofensivo para nosotras.

Bayer

Este 8 de Marzo, traigo este ejemplo a colación porque es  sólo uno más de las miles de formas en que la #ViolenciaMachista se manifiesta día a día, minuto a minuto, vejando a las mujeres, cuando no asesinándolas. Recuerden que este 8 de Marzo del 2017 carga con 20 mujeres asesinadas en España en lo que va de año (cifra oficial), la peor cifra desde 2008. Más de dos mujeres por semana. Según un informe que ha realizado feminicidio.net, entre 2010 y 2015 se han contabilizado 681 feminicidios en el estado español, incluyendo entre otros, los asesinatos a mujeres por prostitución, transfóbicos, infantiles… Un informe que pone los “pelos de punta” pero que les animo a consultar para ver la realidad invisibilizada más allá de los datos oficiales.

Mapa Feminicidio

Este 8 de Marzo, tenemos que poner sobre la mesa la invisibilizada violencia machista que sufren las mujeres que se dedican a la política, y hay que hablar sin pelos en la lengua de la brecha salarial, porque aunque una corriente negacionista quiera desviar la atención, en Euskadi las mujeres ganamos un 26% menos que los hombres.

Este 8 de Marzo, denunciamos también la escasa participación de las mujeres en los puestos de responsabilidad y poder en todos los ámbitos: económico, político, empresarial, académico, artístico, cinematográfico, científico… Todos menos en uno: el de la precariedad laboral, ahí y en el de la pobreza nuestra «participación» gana de lejos. Así lo denunciamos el pasado 1 de Marzo en la Casa de Juntas de Gernika donde tuve el honor de leer un párrafo de la Declaración del 8 de Marzo consensuada por todos los partidos políticos vascos y Eudel.

Este 8 de Marzo, llevaremos muy cerca de nuestros corazones a las mujeres y niñas refugiadas víctimas de explotación y acoso sexual, poniendo al límite sus ya deplorables condiciones de vida en su viaje en busca de una vida mejor.

Este 8 de Marzo, vamos a salir a la calle por todo esto y por mucho más que escribo en este blog de vez en cuando y que estos días nos cansaremos de oír en todos los medios. Vamos a salir a reclamar que ya vale de tanta pasividad institucional y que si todo lo aquí expuesto les sucediera a los hombres, otro gallo cantaría. Por ello, un movimiento organizado de mujeres a nivel mundial ha organizado el Paro Internacional de Mujeres 8M contra los feminicidios, la desigualdad salarial y la explotación económica.

Por todo ello, repito, porque es inadmisible, y porque no se puede estar impasible ante un sistema que maltrata, humilla, discrimina y mira para otro lado la mayoría de las veces ante las injusticias que se comenten con la mitad de la población. Saldré para reclamar justicia y una apuesta sólida, decidida e inequívoca por parte de las instituciones para acabar con la desigualdad entre hombres y mujeres. A las instituciones y a cada una de nosotras, porque como dijo Emma Watson en su discurso ante las Naciones Unidas, «Si no soy yo, ¿quién? Si no es ahora ¿cuándo?». 

8M paro  bilbao

 #YoParo. Heteropatriarkatuaren aurkako nazioarteko enplegu, zaintza eta kontsumo etenaldia.

Emprendimiento Femenino: ¿Truco o Trato?

En la UE parece que existe una gran preocupación por la situación precaria de las mujeres en el mercado de trabajo. Por ello, cada poco tiempo aparece a modo de  denuncia alguna noticia sobre la Brecha Salarial de género que se sitúa en la UE (según Eurostat 2012) en una media del 16,4%. En el Estado Español es del 17,8%. Pero sorprendentemente países referentes en Igualdad entre hombres y mujeres, como son los nórdicos, no están muy distanciados de esa media: en Suecia la brecha salarial es de un 15,8%, en Noruega 15,1% y en Finlandia un 19,4%. ¡Tomen nota! Es verdad que se ha ido reduciendo, pero mucho menos de lo que nos imaginamos, por lo que lleva camino de perpetuarse: en el Estado español en 10 años, sólo se ha reducido en 2,4 puntos. Un avance a todas luces demasiado lento.

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No creo que nadie, a estas alturas y con los datos en la mano, pueda decir lo contrario a pesar de todos aquellos que les gusta decir eso de “pero estamos mejor que antes” y sobre todo “las cosas no cambian de hoy para mañana”. A este paso ni para dentro de un siglo… otro más! La Brecha salarial de Género es uno de los indicadores que reflejan más claramente la discriminación y la desigualdad de género. Los números no engañan y acallan ese tipo de banalidades y simplezas que no son más que frenos al avance por la Igualdad.

En este contexto, leo una noticia cuyo antetítulo se refiere a la Brecha de Género y cuyo titular es: La UE apuesta por el empleo parcial de calidad para reducir la desigualdad de género y después de unas líneas, que a mi entender son sólo una declaración de intenciones sin aportar nada nuevo, me quedo sorprendida cuando se alude a que “Las conclusiones recuerdan, además, que el emprendimiento y el autoempleo pueden ofrecer a las mujeres una manera de compatibilizar las responsabilidades familiares con el trabajo y abogan por el apoyo de iniciativas para ayudarlas en ese ámbito”. Me preocupo.

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Hace un par de meses fui invitada a exponer en el Parlamento Europeo en Bruselas, una ponencia acerca del emprendimiento femenino desde una perspectiva de género. La titulé: Emprendimiento femenino, ¿truco o trato? En ella mostraba mi preocupación sobre si el emprendimiento, que ahora está tan de moda, pudiera ser una “burbuja” para maquillar las cifras de paro. Cifras en las que las mujeres, en estos años de crisis, han salido tremendamente perjudicadas.

Cuando la UE se muestra “preocupada” por el trabajo parcial de calidad es porque el empleo precario es netamente femenino: en jornadas, en salarios y en cualificación. La discriminación laboral tanto vertical (pocas mujeres en puestos de decisión) como horizontal (mujeres en “actividades femeninas” que perpetúa los estereotipos sexuales), están a la orden del día.

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Me pregunto entonces, ¿por qué esa presión a redirigirnos hacia el emprendimiento? Y sobre todo, tal y cómo se está enfocando, ¿no es un nuevo escenario que puede enmascarar y perpetuar “la doble jornada” para la mujer, entrando en el círculo más que viciado de la desigualdad? Si las mujeres, cansadas de trabajar en empresas dirigidas generalmente por hombres en las que muy a menudo poco reconocidas y discriminadas, sin unas políticas de conciliación igualitarias y con un techo de cristal irrompible, deciden ser emprendedoras, esto puede llevar a que, y esto es una hipótesis, muchas mujeres al final lo hagan para poder soportar esa “doble jornada”: la de seguir haciéndose cargo del trabajo doméstico y de los cuidados, eludiéndose así que se pongan en marcha políticas de corresponsabilidad, acompañadas de argumentos hacia una nueva mentalidad, que hoy son más urgentes que nunca.

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Por todo ello, creo que es imprescindible enfocar el tema desde una perspectiva de género y sobre todo desde lo que me parece una herramienta vital, si se tiene en cuenta dicho enfoque: el empoderamiento económico. Cada vez hay más estudios que avalan los beneficios que tendrían para las economías mundiales, una participación equitativa de mujeres y hombres en el mercado de trabajo, y esto se traduce en que en algunos países podrían disparar su PIB (GDP en inglés), hasta un 45%, como vemos en el cuadro que muestra los países de la UE:

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Más datos para que no me acusen de poco objetiva: esta Matriz de la Igualdad* pone de manifiesto, a nivel mundial, que a mayor empleo de mujeres, incluyendo los puestos de alta responsabilidad y de decisión, el soporte financiero y la educación, los países alcanzan una mayor riqueza económica.

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El empoderamiento económico es vital para conseguir la autonomía y el desarrollo personal de las mujeres. Ya sea desde el trabajo asalariado o desde el emprendimiento. Pero si somos conscientes de las cifras expuestas con respecto a la situación de la mujer en el mercado laboral, y conscientes del carácter cíclico de las políticas de igualdad, que en tiempos de crisis se estancan o involucionan, debemos afrontar todas las políticas a implementar en el mercado laboral desde una perspectiva de género seria.

Y creo sinceramente que esto hay que ponerlo sobre la mesa. Para que las mujeres alcancen ese empoderamiento económico es necesario, por tanto, que participen en igualdad en el mercado laboral, y en política, y en todos aquellos entornos donde puedan adquirir importantes cotas de poder y capacidad de decisión. Porque el emprendimiento no es la varita mágica, pero tampoco lo es la conciliación tal y como se está enfocando en muchas empresas e instituciones, ya que ambos términos pueden esconder precariedad, inseguridad y empobrecimiento para nosotras.

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Las mujeres ya hemos aprendido de otros errores que nos han querido vender y que supuestamente “eran nuestra salvación” en lo que al ámbito laboral versus doméstico se refiere. Por eso, todo ello puede ser una trampa, por eso también, hay que tomar conciencia de lo que está ocurriendo. Hay que distinguir muy bien cuando nos ofrecen algo, entre si es un truco o un trato…de otra manera volveremos a reproducir los mismos errores que generan desigualdad. La cuerda sin fin… Mucho cuidado!

 *Fuente: Empowering the third billion: Women and the world at work in 2012. Booz&Company. GDP data from the World Bank. 

Joan Crawford: Bisexual en Hollywood

Joan Crawford

“Deseaba ser famosa sólo para que los que se habían reído de mí se sintieran estúpidos. Deseaba ser rica para no tener que realizar los horribles trabajos que mi madre hizo y no tener que vivir nunca en lo peor de lo peor. Y deseaba ser bailarina porque adoraba bailar… Quizás las ilusiones, los sueños hicieron mi vida más tolerable, pero siempre supe, lo mismo si estaba en la escuela o trabajando por unas monedas de diez centavos en alguna maldita tienda, que lo conseguiría. Extraño, porque nunca tuve la ambición de llegar a ser una actriz” Joan Crawford

El pasado 23 de marzo fue el aniversario de su nacimiento, hace ya 99 años, por ello y porque también este año se cumple el 60 aniversario del estreno de la famosa película Johny Guitar, que ella protagonizaba, he dedicado este post y también nuestro espacio radiofónico «No somos recién llegadas»,  a la gran Joan Crawford y siempre me pregunto si esta película hubiera sido posible sin ella… igual si, pero no hubiera sido lo mismo. Nicholas Ray eligió muy bien cuando puso a Joan Crawford al frente del personaje de Vienna. ¿Recuerdan su mítico e inolvidable diálogo con Johny?

 

Sin ser la más guapa ni la mejor actriz, fue adorada por el público, especialmente el femenino, que vio en ella la encarnación de la lucha de la mujer por su independencia. A menudo interpretó papeles de mujeres independientes y con mucho carácter como por ejemplo en  Bajo la lluvia: 

Joan empezó su carrera como bailarina. A los 20 años se fue a Nueva York para actuar en Broadway como corista y poco después debutó en el cine que por aquel entonces todavía era mudo…En 1929 se casó con Douglas Fairbanks Jr., y pasó a formar parte de la aristocracia de Hollywood. Pero ocurrió algo inesperado para los actores y actrices de la época: nació el cine sonoro y con El cantor de Jazz  llegó la primera película hablada. Muchos y muchas de ellas se quedaron en el camino y no pudieron poner voz a sus carreras.  Pero ella fue una de las pocas superestrellas de la época muda en adaptarse al cine sonoro en Hollywood, siendo además muy prolífica: protagonizó 82 películas,actuando hasta poco antes de morir. Fue nominada tres veces a los Oscars, pero sólo ganó uno como actriz protagonista por Alma en suplicio.

Joan Crowford tuvo una vida muy “interesante” y una de las más intensas de Hollywood. Tuvo relaciones con hombres y mujeres y se rodeó de «El círculo de costura», que era como se denominaba al grupo privado de mujeres homosexuales y bisexuales de Hollywood. A este círculo pertenecieron ídolos y leyendas del cine como Greta Garbo, Marlene Dietrich y Bárbara Stanwyck y los actores más destacados, que tenían que demostrar su hombría como supergalanes y seductores, como Errol Flynn. Pero tuvieron que mantener su existencia en secreto, pues Hollywood no permitía la aparición de la homosexualidad en el cine, ni que fueran conocidas públicamente o trabajasen en la industria. Se prohibía mediante clausulas redactadas al respecto en los contratos.

Y dentro de esta intensa vida se contabilizan sus cinco matrimonios. Su quinta boda fue a los 50 años, con un alto ejecutivo de Pepsi Cola. Cuando este murió ella se incorporó al Consejo de Dirección de la firma. Fue una de las primeras mujeres que accedía a un puesto de alta dirección en una gran compañía. Quisieron quitarla de en medio, pero no pudieron. En el biopic sobre su vida «Queridísima mamá» basado en el libro que su hija adoptiva escribió y donde ciertamente la critica abiertamente, se recoge este episodio:

A pesar de que su trabajo en la compañía de refrescos le apartó del cine por un tiempo, fue con ¿Qué fue de Baby Jane? cuando realizó otra espectacular aparición con su enemiga de toda la vida, la gran Bette Davis. Se odiaban a muerte en la vida real, y Aldrich supo explotar esa rivalidad en la película. El resultado fue una truculenta película de terror que ha quedado para los anales de la historia del cine y relanzó la carrera de las dos actrices.

Murió en 1977 de cáncer. En sus últimos años había hecho algunas películas poco relevantes…En aquel año de su muerte se estrenaba una canción que se haría mundialmente famosa y que estaba dedicada a todas aquellas personas que querían y quieren triunfar en la ciudad que nunca duerme… la misma en la que ella empezó… y lo logró: New York, New York cantada por Liza Minnelli.