Nina Simone: “La gran Sacerdotisa del Soul”

“Es un nuevo amanecer, es un nuevo día, es una nueva vida para mi… y me siento bien”, cantaba Nina Simone hace ya casi 50 años.

https://www.youtube.com/watch?v=D5Y11hwjMNs

El 21 de abril  se cumplieron  11 años de su muerte, así que la dedico este post y  nuestro espacio radiofónico “No somos recién llegadas” de esta semana en La Galería de Radio Euskadi.

Nina Simone fue cantante, pero también compositora y pianista. Con su voz calificada de tenor se caracterizó por su pasión cuando cantaba jazz, rhythm blues y soul. Se la llegó a llamar la Gran Sacerdotisa del Soul.

Creció rodeada de música. Ella y sus siete hermanos tenían un don innato para la música y todos tocaban algún instrumento sin haber tomado nunca clases. Empezó tocando el órgano tan pronto como pudo sentarse en el banco, a los tres años; a los 6 recibió sus primeras clases de piano y a los diez años dio su primer recital, en la librería de su pueblo. Fue allí donde tuvo su primera toma de contacto con el racismo porque durante aquel recital sus padres fueron desalojados de la primera fila para que sentaran los blancos. Para ella fue traumática y el punto de partida de su compromiso en la lucha por los derechos civiles. Poco después fue rechazada en una escuela de música por ser negra.

Cuando tenía 21 años consiguió un trabajo en Atlantic City, Las Vegas de la costa Oeste. Se llamaba realmente Eunice, pero adoptó su nombre artístico de la actriz francesa Simone Signoret. Poco después grabaría su primer disco del que vendería un millón de ejemplares en EEUU con la versión I love you Porgy.

De esta manera le llegó el éxito y durante diez años publicó muchísimos discos. Entre sus canciones se encuentran algunos furiosos alegatos contra la discriminación racista, ya que fue una activista del Movimiento de los Derechos Civiles, cuya lucha en aquel tiempo lideraba Martin Luther King:

También puso la música a varias bandas sonoras de películas entre ellas, el tema Sinnerman de Simone apareció en la película de Norman Jewison, El caso de  Thomas Crown con Steve Mcqueen y Faye Danoway, pero 31 años después también se incluyó en el remake protagonizado por Pierce Brosnan y René Ruso.

Tras el asesinato de Martin Luther King, abandonó los EEUU hastiada de la segregación racial contra los afroamericanos. Aunque vivió en diferentes países y decía que tenía alma africana, se instaló en Francia, país al que siempre se sintió muy vinculada. Allí grabó con su inconfundible voz  Ne me quitte pas, de Jacques Brel.

Regresó a los Estados Unidos en 1978, cuando era buscada por evasión de impuestos ya que se había negado a pagarlos durante varios años como protesta a la participación de EEUU en la Guerra de Vietnam. Y cuando parecía que había caído en el olvido, una de sus canciones la llevó a la fama porque un prestigioso perfume francés utilizó, para su spot en tv, la canción Baby Just Care for me que había sido editada en uno de sus primeros discos, 30 años antes. Así volvió a la luz pública.

Realizó  conciertos y en  algunos cantó a dúo con su hija Lisa Celeste.  Fue invitada de honor en la fiesta del 80 cumpleaños de Nelson Mandela y recibió numerosos premios a su carrera.

Fue una mujer complicada, muy temperamental y dicen que tan apasionada como arrogante, pero cuando cantaba todo el mundo sucumbía ante su mezcla de susurro, grito y lamento. Murió en Francia a los 70 años mientras dormía: aquel 21 de abril de hace 11 años, Nina Simone no pudo volver a ver amanecer. Hizo una maravillosa versión de Here comes the sun de The Beatles con la que despido este post, porque cada vez que se escucha su voz, es como si el sol saliera de nuevo en nuestras vidas.

https://www.youtube.com/watch?v=xr8ol8ufSRg

María de Maeztu: Volver…

 

Soy feminista; me avergonzaría no serlo, porque creo que toda mujer que piensa, debe sentir el deseo de colaborar como persona en la obra total de la cultura humana. María de Maeztu. 

Hace poco más de un mes que acaba de publicarse una nueva biografía ‘Vida de María de Maeztu’, y es una muy buena noticia porque no se ha escrito mucho sobre esta gran mujer. Dicen que el Instituto de la Mujer tiene una que la guarda como “oro en paño” y que es muy difícil acceder a ella. Por ello, en mi afán por visibilizar a las mujeres a lo largo de la historia además de este post le he dedicado también nuestro espacio radiofónico “No somos recién llegadas” en La Galería de Radio Euskadi.

A la vasca María de Maeztu se la considera la primera pedagoga y gran impulsora de la educación de las mujeres. María formaba parte de la ”prestigiosa y dura” familia de los Maeztu. Durante muchos años estuvo olvidada detrás del personaje polémico de su hermano Ramiro de Maeztu, y dedicó toda su vida a la educación persiguiendo un objetivo: la dignificación de la mujer. 

María de Maeztu Whitney nació en Gasteiz en 1881. Su padre era un hacendado cubano de origen vasco y su madre una señorita inglesa, afincados en Gasteiz. María vivió allí una infancia rodeada de opulencia y recibió una educación moderna, cosmopolita y liberal, con profesorado en casa impartiendo clases de todas las materias incluidos los idiomas y hasta de esgrima!

Pero a la muerte del padre la fortuna se desvaneció y su madre se estableció en Bilbao donde fundó una residencia de señoritas, primero en la calle Berastegi y luego en Obispo Orueta, en el magnífico edificio donde ahora está el Departamento de Promoción Económica de la Diputación Foral de Bizkaia.

Empezó a dar clases en una escuela pública bilbaina del barrio de Las Cortes, donde rodeada de pobreza y prostitución estuvo 10 años, llegando a ser directora y donde pudo poner en poner en práctica sus ideas innovadoras apostando por una educación laica. Hay que pensar que a finales del siglo XIX la educación sobre todo la de las mujeres dejaba mucho que desear: recluidas en el hogar su formación estaba encaminada a ser buena madre, esposa y cuidar de la casa. Las cifras hablan por sí solas: en 1900 un 74,1% de las mujeres eran analfabetas.

Así que en su afán por remediarlo fundó la Residencia Internacional de Señoritas, en estrecha colaboración con la Institución Libre de Enseñanza. No “sólo” eso: en línea con su militancia feminista fundó un Lyceum Club Femenino donde dirigió la formación de jóvenes universitarias. Una de sus ex alumnas, Carmen de Zulueta, la escritora Josefina Aldecoa y otras intelectuales de le época nos cuentan cómo era y qué pensaba María de Maeztu de las mujeres que por allí pasaron para formarse, en el programa Mujeres para un siglo que TVE le dedicó hace ya un tiempo.

lyceo club

El Lyceum fue creado con las mismas características de los ya existentes en Europa. Allí María de Maeztu organizaba todo tipo de actividades e invitó a dar cursos y charlas a todas las personas relevantes de la época. Pasaron Margarita Nelken, Alberti, Unamuno y Garcia Lorca.… Es posible que allí Lorca recitara su Pequeño vals vienés de su poemario Poeta en Nueva York que tan bien supo aprovechar Leonard Cohen en su maravillosa versión en inglés, Take this Waltz.

Como era y es habitual, el Lyceum fue muy criticado sobre todo por la Iglesia: era la primera asociación de mujeres que no estaba bajo el poder de las «sotanas» y por ello las llamaban excéntricas y desequilibradas y llegaron a proclamar que “la sociedad haría muy bien recluyéndolas como locas o criminales, en lugar de permitirles clamar en el club contra las leyes humanas y las divinas”. María tuvo entonces la oportunidad de viajar por todo el mundo para compartir sus experiencias educativas y llegó a ser nombrada profesora extraordinaria de la Columbia University de New York.

Cuando se proclamó la II República llegaron avances importantes para las mujeres: el sufragio universal, el matrimonio civil, el divorcio… Pero los buenos tiempos no duraron mucho y en 1936 estallaría la Guerra Civil española y su hermano Ramiro, un intelectual de derechas que pertenecía a la Generación del 98 fue fusilado. María sufrió mucho por ello y evolucionó políticamente hacia posturas más conservadoras.

La guerra destruyó todo lo que encontró a su paso, también la obra de María de Maeztu y tuvo que ser testigo de cómo lo más querido de su trabajo pasaba a otras manos: la Residencia se convirtió en el Colegio Mayor Santa Teresa y el denostado Lyceum fue confiscado por la Falange y se trasformó en una sede del Club Medina de la Sección Femenina.

María se exilió a Buenos Aires y aunque jamás se le prohibió su regreso a España, no se le permitía retomar su trabajo anterior, lo que para una mujer como ella fue inaceptable. Regresó sólo una vez para asistir al funeral de su madre, pero volvió a marcharse. Murió en Buenos Aires a los 67 años y sus restos están enterrados en Estella. Se la recuerda diciendo que LA EDUCACIÓN SIEMPRE ESTARÁ EN DEUDA CON ELLA.

Y con ese recuerdo y sabiendo que sufrió mucho siempre envuelta en la nostalgia de volver desde aquel Buenos Aires querido de los años cuarenta, le dedicamos un tango del argentino Carlos Gardel en la emocionante versión de Estrella Morente: VOLVER.

Violencia machista: 48=5×10=658

Violencia de género

Las ecuaciones a veces, no dan los resultados que deseamos. En esta ocasión me he tenido que inventar una nueva, a mi manera, para poder decir en cifras lo que a menudo nos cuesta reconocer en la crueldad de los datos reales que la violencia machista nos escupe a la cara, últimamente casi a diario.

Así que nos encontramos que en 48 horas han sido asesinadas cinco mujeres en el estado español, una de ellas en Euskadi, y que en diez años han sido 658 las mujeres que perdieron su vida a manos de sus asesinos: ex novios, novios, maridos, ex maridos. Me da igual, todos aquellos que consideraban que la vida de esas mujeres estaba en sus manos, y con las mismas las mataron.

Son ya 21 mujeres las víctimas de la violencia machista en lo que va de año, es decir en menos de 3 meses. A este ritmo hagan cálculos, porque en este caso, me temo que la ecuación dará unos números certeros que ponen los pelos de punta.

Pero lo lamentable es que sigue ocurriendo, que está demostrado que las políticas puestas en marcha no son suficientes y sin embargo poco hace el entramado institucional para evitarlo. La educación es un factor clave para la erradicación de la violencia de género y sin embargo no se articulan programas transversales en las escuelas, institutos y universidades de una forma seria y estructural. A nadie parece importarle o es que igual alguien cree que cuesta mucho dinero: ¿más que la vida de estas mujeres? Me temo que eso no tiene precio. Y me pregunto que si las 658 hubieran sido hombres en vez de mujeres, si ya se hubiera puesto freno a este lacra social.

En todo caso, hoy  para no dejar a estas mujeres en el olvido, quiero citar aquí la web Tonalidad Emocional que recoge una a una los nombres de las mujeres asesinadas (faltan las últimas) y también los de aquellas que no han sido consideradas como víctimas de la violencia de género y que sufren una doble invisibilización al no aparecer en las cifras oficiales. Pero no acaba aquí: aún hay 115 mujeres en extremo riesgo de sufrir la violencia machista. Es decir, en peligro de muerte. A ver si de una vez por todas, el contador se para aquí….

El Segundo Sexo

beauvoir

A veces me he sentido irritada en una discusión cuando un hombre me dice:`usted piensa tal cosa porque es mujer´; yo sabía que mi única defensa era contestar: `lo pienso porque es verdad´, eliminando así mi subjetividad; no podía replicar: `usted piensa lo contrario porque es hombre´, pues se da por hecho que ser hombre no es una singularidad”. Simone de Beauvoir. 

Simone de Beauvoir  (puedes escuchar el programa radiofónico «No somos recién llegadas» que le hemos dedicado, clickando en su nombre) fue una escritora y filósofa feminista francesa. Nació en 1908 y ha sido una de las figuras claves de la cultura contemporánea junto con el padre del Existencialismo J.P. Sartre, junto al que pasó 50 años de su vida. Pareja fuera de lo común, intelectuales  y fieles a sus ideas, vivieron siempre independientes y en casas diferentes, desde aquel día que la brillante Simone se cruzó en un pasillo de La Sorbona con Sartre. Tenía 21 años, y a pesar de que le consideraba “malvado y borracho y el que peor y más sucio vestía”, se enamoraron y estuvieron juntos toda su vida. A su manera.

En aquellos maravillosos años veinte, en Francia había surgido un estilo de mujer “garçonne” que quería actuar como los hombres “mi vida me pertenece a mi misma” proclamaban… En aquella época Simone de Beauvoir ejerció como profesora de filosofía y recorrió Francia durante la II Guerra Mundial dando clases. En plena ocupación de la Alemania nazi, se instaló en París a escribir su primera novela “La invitada”. Tiempos difíciles aquellos. Edith Piaf escribió entonces la letra de una canción que, durante la posguerra, se convertiría para las y los franceses en un himno de regreso a la vida, “La vie en rose”:

 

Al acabar la guerra, Simone de Beauvoir fundó junto con Sartre la revista Tiempos Modernos y poco tiempo después, La Liga de los Derechos de la Mujer, para luchar contra toda discriminación sexista. Como auténticos revolucionarios de la época, Beauvoir y Sartre estaban ligados al partido comunista, a movimientos de base y al maoísmo que se hizo con el poder en 1949. Eran los auténticos intelectuales de izquierda. La gente peregrinaba en los años sesenta a Paris para comprar sus obras o simplemente participar en una manifestación que estuviesen ellos.

Y 1949 fue un año importante porque Simone B. escribía El Segundo Sexo, obra clave del Feminismo, donde se analizan todos los pormenores de la vida de una mujer. En él, Simone B. concibió la célebre fórmula que ha pasado a ser una de las frases de la historia, “la Mujer no nace, se hace”.

Sin embargo, el libro tuvo muchísimas críticas: Camús lo acusó de haber ridiculizado al “macho francés”. Algunas librerías se negaron a vender la obra. El Vaticano la condenó. El Partido Comunista decretó que “esto” no interesaba a las obreras. Pero se vendieron 22.000 ejemplares en la primera semana. Y es que el libro fue una bomba, y esto no era de extrañar: la obra desvalorizaba la función maternal de las mujeres, cuando en Francia reinaba una política familiar y maternalista, lo mismo que en España, bajo la batuta de la Sección Femenina. El propósito de Beauvoir en El Segundo Sexo era denunciar la opresión generada por la tradición y por los mitos que los hombres han forjado alrededor de las mujeres. 

Pero es en los años 70 cuando la escritora se radicaliza materializándose su influencia y convirtiéndose en la inspiradora del renacer del movimiento feminista en lo que que se ha denominado la tercera olaEl Segundo Sexo es hoy un texto de referencia fundamental en los estudios de género, ha vendido millones de ejemplares y es considerado la «Biblia del feminismo».

Si somos iguales, seremos más libres”, escribió Simone de Beauvoir. Valiente, coherente e independiente luchó contra una sistema que relegaba a las mujeres al papel de madre, esposa e hija y tratándolas como ciudadanas de segunda. Hoy “El Segundo Sexo”, 65 años después, sigue estando de plena actualidad.

Falleció a los 78 años. Casi 5.000 personas se acercaron al cementerio de Montparnasse donde fue enterrada junto a Sartre. “Mujeres, le deben tanto” se gritó sobre su tumba. Mujeres te debemos tanto…!

La auténtica Republicana!

Clara Campoamor sello

Clara Campoamor fue una política pionera del feminismo y defensora de los derechos de la mujer,  entre ellos, el derecho al voto por el que luchó hasta conseguirlo. También abogada, fue una de la mujeres que consiguió situarse entre los personajes más destacadas de la segunda y tercera década del siglo XX.  Hija en una familia humilde siempre quiso estudiar, pero empezó siendo modista a los 13 años y después de muchos trabajos para pagarse sus estudios, se licenció en Derecho a los 36, realizando la carrera en dos años lo que demuestra su brillantez intelectual. Comienzó entonces a ejercer como abogada, algo inusual en aquella época, siendo la primera mujer que actúó ante el Tribunal Supremo, lo que le dio una gran relevancia en su momento.

Republicana convencida, (puedes escuchar el espacio radiofónico «No somos recién llegadas que le hemos dedicado clickando aquí) proclamaba ella misma: República, República siempre, me parece la forma de gobierno más conforme con la evolución natural de los pueblos. Objetivamente considero a la República superior a cualquier otro régimen”.

Formó parte, siendo la única mujer, del Comité que redactó la Constitución de la II República. Los periódicos de la época dicen que el 14 de abril de 1931 celebró la llegada de la República desde el balcón del Círculo Republicano de San Sebastián, cuidad en la que pasó muchas temporadas y a la que se sentía muy unida. Fue elegida diputada por el Partido Radical siendo una de las primeras diputadas, junto con Victoria Kent, y precisamente fue con ella con quien protagonizó una de las polémicas históricas por su divergencia en la defensa del voto femenino.

Clara defendía a ultranza el derecho al voto de las mujeres como parte de los derechos fundamentales de las mismas. Victoria Kent, también feminista, negaba el derecho al voto a las mujeres porque argumentaba que todavía no estaban preparadas y que cuando votaran lo iban a hacer aconsejadas por sus maridos y por sus confesores, con lo que su voto iría a la derecha. Simplemente, una defendía los intereses de su partido y Campoamor el derecho de las mujeres por encima de todo. Hay que tener en cuenta que en aquellos debates por el derecho al voto de las mujeres que tuvieron lugar en el Congreso, no sólo la derecha, sino también la izquierda, se oponían con diferentes argumentaciones. Llegaron algunos diputados a pedir que se concediera el voto a las mujeres a partir de los 45 años!  Y argumentaban que las mujeres no podían participar en política porque “se produciría una crisis cada mes”!

Pero afortunadamente y con una diferencia de sólo 40 votos se aprobó el derecho al voto femenino. Aquel 1 de octubre de 1931, el 40 % de los diputados no asistieron a la votación. En 1933 la derecha ganó las elecciones y la izquierda en vez de hacer un ejercicio de autocrítica debido a su propia fragmentación, echó la culpa al voto femenino. Clara perdió su escaño. Poco después estalló la guerra civil y se exilió. Murió en Lausana de cáncer a los 84 años. Pasó casi la mitad de su vida en el exilio.

Hasta hace muy pocos años apenas existía alguna biografía editada sobre su figura. Dicen que el Instituto de la Mujer tenía una que la guardaba como oro en paño. Últimamente se está reivindicando su personalidad y visibilizando la vida de esta insigne y brillante política y abogada, siguiendo la estela de lo que ella también hizo durante su vida. Clara realizó una gran labor para que quedase constancia del paso de las mujeres por la historia y criticó que a cualquier hombre, por poco que hubiera hecho, se le perpetuaba en una estatua de bronce y que sin embargo, a ninguna mujer se la homenajeaba así. Ella ha llegado a tener su propio busto en bronce pero además, muchísimas asociaciones de mujeres, casas de cultura y centros cívicos llevan su nombre... estoy segura de que ella estaría más orgullosa de todo esto, pensando que esa es la verdadera estela que nos ha dejado!