Republicanas: las «rojas» rapadas

Mi abuela fue republicana, tengo el gran honor de decirlo… Algo que ella, en el largo periodo de la posguerra y hasta que llegó la democracia, tuvo que ocultar y quizás olvidar. También era compañera de republicano. Durante la guerra, mi abuelo fue apresado varias veces en el frente y encerrado en una cárcel. Cuando el bando nacional ocupó Málaga, mi abuela fue rapada y estigmatizada comomujer de un rojo”. Así y todo, tuvo el valor de ir andando y “luciendo” su condición de republicana, kilómetros y kilómetros para visitar a mi abuelo. Muchas veces llegaba y no le dejaban verlo!

X la tercera Rep

Ambos eran una pareja de republicanos a quienes la guerra partió en dos sus vidas y sus almas, unos jóvenes que no creían en el matrimonio y vivían juntos como compañeros. Su único hijo, mi padre, nació apenas un año después de haberse declarado la guerra. Cuando esta terminó, mi abuelo por alguna razón que ya nadie recuerda, volvió a su casa… Apenas unos días después, entraron en la casa y se lo llevaron delante de su mujer y de su hijo a la tapia del cementerio y allí lo fusilaron. Nunca se encontró su cuerpo. Yace seguramente para gloria de la memoria histórica que nos quieren arrebatar, en alguna cuneta, en algún barranco, porque recuerdo que allí en su pueblo de la serranía de Ronda había muchos, o vete a saber… Nunca lo buscaron!

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Imagínense a mi abuela, soltera que fiel a sus principios no se había casado ni siquiera cuando ya era madre, con un bebé de apenas dos años en la España fascista y vengativa de los años posteriores. Me imagino lo que tuvo que sufrir  para sacar a su hijo adelante y que nadie le señalara. Así que durante muchos, muchos años, todo fue silencio. Todo mutismo. La historia que les estoy contando, ni siquiera me la contó mi padre. Es probable que a él ni siquiera se la contaran para que no sufriera. Pero el dolor que sentí una tarde de verano cuando alguien del pueblo me contó todo lo ocurrido, fue como si leves alfileres de cristal se clavaran en cada poro de mi piel: todo el dolor acumulado durante años de silencio, afloró de golpe en apenas unos minutos.

Hoy de nuevo 14 de abril, Día de la República, quiero hacer un especial homenaje a esas mujeres anónimas, que lucharon por y para mantener la República y tuvieron la suerte de vivir en libertad hasta que el fascismo acabó con todos aquellos logros tan revolucionarios que se habían impuesto en una España en la que las mujeres apenas tenían derechos y necesitaban para todo, el permiso del padre o marido. Con la II República la situación de las mujeres comenzó a cambiar y además de conseguir el voto para ellas, se eliminaron privilegios que hasta entonces sólo tenían exclusivamente los hombres: se reconoció el matrimonio civil, el derecho de las mujeres a tener la patria potestad de los hijos e hijas, se suprimió el delito de adulterio aplicado sólo a la mujer y se permitió legalmente el divorcio por mutuo acuerdo. Curiosamente, durante este periodo republicano, se aprobó la equiparación salarial para ambos sexos.

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Así que sin dejar de nombrar aquellas valientes políticas que tuvieron el valor de enfrentarse a sus compañeros masculinos, que no por ser republicanos habían dejado de ser machistas, como Margarita Nelken, Victoria Kent, Clara CampoamorDolores IbárruriFederica Montseny, María Lejárraga y tantas otras, quiero hoy recordar especialmente a aquellas republicanas que lucharon fervientemente por unos derechos que tanto les costó conseguir pero que tan poco tardaron en perder cuando el fascismo y el machismo (que siempre van juntos), irrumpieron en sus vidas a golpe de fusilamientos y estigmatización, encerrándolas en casa a cal y canto durante más de 40 años.

Por ellas, hoy algunas estamos aquí escribiendo este relato. Por ellas…para que no caigan, aún más si cabe, en el olvido…

Mujeres valientes

 La auténtica Republicana: 

http://blogs.deia.com/xsermujer/2014/02/23/725/

Pasionaria, la gran olvidada: 

http://blogs.deia.com/xsermujer/tag/dolores-ibarruri/

Gerda Taro: «detrás» de Robert Capa:

http://blogs.deia.com/xsermujer/tag/gerda-taro/

La auténtica Republicana!

Clara Campoamor sello

Clara Campoamor fue una política pionera del feminismo y defensora de los derechos de la mujer,  entre ellos, el derecho al voto por el que luchó hasta conseguirlo. También abogada, fue una de la mujeres que consiguió situarse entre los personajes más destacadas de la segunda y tercera década del siglo XX.  Hija en una familia humilde siempre quiso estudiar, pero empezó siendo modista a los 13 años y después de muchos trabajos para pagarse sus estudios, se licenció en Derecho a los 36, realizando la carrera en dos años lo que demuestra su brillantez intelectual. Comienzó entonces a ejercer como abogada, algo inusual en aquella época, siendo la primera mujer que actúó ante el Tribunal Supremo, lo que le dio una gran relevancia en su momento.

Republicana convencida, (puedes escuchar el espacio radiofónico «No somos recién llegadas que le hemos dedicado clickando aquí) proclamaba ella misma: República, República siempre, me parece la forma de gobierno más conforme con la evolución natural de los pueblos. Objetivamente considero a la República superior a cualquier otro régimen”.

Formó parte, siendo la única mujer, del Comité que redactó la Constitución de la II República. Los periódicos de la época dicen que el 14 de abril de 1931 celebró la llegada de la República desde el balcón del Círculo Republicano de San Sebastián, cuidad en la que pasó muchas temporadas y a la que se sentía muy unida. Fue elegida diputada por el Partido Radical siendo una de las primeras diputadas, junto con Victoria Kent, y precisamente fue con ella con quien protagonizó una de las polémicas históricas por su divergencia en la defensa del voto femenino.

Clara defendía a ultranza el derecho al voto de las mujeres como parte de los derechos fundamentales de las mismas. Victoria Kent, también feminista, negaba el derecho al voto a las mujeres porque argumentaba que todavía no estaban preparadas y que cuando votaran lo iban a hacer aconsejadas por sus maridos y por sus confesores, con lo que su voto iría a la derecha. Simplemente, una defendía los intereses de su partido y Campoamor el derecho de las mujeres por encima de todo. Hay que tener en cuenta que en aquellos debates por el derecho al voto de las mujeres que tuvieron lugar en el Congreso, no sólo la derecha, sino también la izquierda, se oponían con diferentes argumentaciones. Llegaron algunos diputados a pedir que se concediera el voto a las mujeres a partir de los 45 años!  Y argumentaban que las mujeres no podían participar en política porque “se produciría una crisis cada mes”!

Pero afortunadamente y con una diferencia de sólo 40 votos se aprobó el derecho al voto femenino. Aquel 1 de octubre de 1931, el 40 % de los diputados no asistieron a la votación. En 1933 la derecha ganó las elecciones y la izquierda en vez de hacer un ejercicio de autocrítica debido a su propia fragmentación, echó la culpa al voto femenino. Clara perdió su escaño. Poco después estalló la guerra civil y se exilió. Murió en Lausana de cáncer a los 84 años. Pasó casi la mitad de su vida en el exilio.

Hasta hace muy pocos años apenas existía alguna biografía editada sobre su figura. Dicen que el Instituto de la Mujer tenía una que la guardaba como oro en paño. Últimamente se está reivindicando su personalidad y visibilizando la vida de esta insigne y brillante política y abogada, siguiendo la estela de lo que ella también hizo durante su vida. Clara realizó una gran labor para que quedase constancia del paso de las mujeres por la historia y criticó que a cualquier hombre, por poco que hubiera hecho, se le perpetuaba en una estatua de bronce y que sin embargo, a ninguna mujer se la homenajeaba así. Ella ha llegado a tener su propio busto en bronce pero además, muchísimas asociaciones de mujeres, casas de cultura y centros cívicos llevan su nombre... estoy segura de que ella estaría más orgullosa de todo esto, pensando que esa es la verdadera estela que nos ha dejado!