Vaginal, anal y oral… ¿violación?

Muy, muy vergonzosa ha sido la condena de la justicia patriarcal a los cinco componentes de la manada que violaron a una mujer en los Sanfermines en 2016. Miren, según se lee en la sentencia, «la denunciante fue penetrada bucalmente por todos los procesados. Vaginalmente por dos de ellos (uno de ellos en dos ocasiones), otro la penetró por via anal. Dos de ellos llegaron a eyacular y ninguno utilizó preservativo».

¿Violación?, sin duda. ¿Abuso? eso piensan los magistrados.

Y ¿cuál es la diferencia entre Violación y Abuso Sexual? ambas están tipificadas como: «acceder al cuerpo de otra persona para una actividad explicitamente sexual»;  ambas son sin consentimiento. La diferencia está en que la violación conlleva la violencia o intimidación y el abuso sexual no.

Díganme después de oir el relato de la mujer violada, de ver los videos grabados con el móvil (claro, así era más divertido) y con el extracto de la sentencia que acaban de leer, si alguien puede tener dudas sobre lo que estamos hablando. Díganme si una mujer rodeada de cinco penes, porque es lo que eran, y penetrada vaginal, anal y oralmente ha sido o no ha sido violada.

Sí, los magistrados de la Audiencia de Navarra los cuales han decidido que no hubo violencia, incluso uno de ellos se ha atrevido a decir, y así consta en la sentencia del caso, que él incluso vió excitación sexual por parte de la mujer que estaba siendo violada. No tengo palabras para describir la rabia que siento ante los violadores y el asco que siento ante una justicia patriarcal que pone en duda incluso con hechos más que evidentes, la violencia, la humillación y el dolor que esa mujer tuvo que soportar aquella noche. Hay una campaña en change.org para inhabilitar a los magistrados y ha conseguido más de 260.000 firmas en menos de cinco horas.

Ellos se divertían, penetraban, grababan y aquello era una simple juerga de machirulos que tienen su cerebro lleno de semen. De hecho, así lo ha definido uno de los magistrados: el señor (no me da la gana ponerlo con mayúscula) Ricardo Javier González que dice que eran unos «actos sexuales en un ambiente de jolgorio y regocijo». Por supuesto, ha pedido la absolución para los imputados. Quizás lo que él esperaba es que ella hubiera sacado un puñal para defenderse. Claro que incluso en ese caso al final, la habrían condenado a ella en vez de a los cinco magníficos de la manada que hacían alarde de sus proezas sexuales allá por donde pasaban. Parece que en cada ciudad que pisaban tenían que dejar su huella de grandes folladores.

Ricardo Javier González, el juez discrepante del juicio de La Manada.

Y así nos hemos encontrado con una sentencia inadmisible. Nueve añitos que les permitirán estar bien pronto en las calles. Se quejan de que es robarles años de su vida. Yo me pregunto cuántos años le han robado a la víctima porque me temo que ella no va a poder ni recuperarlos, ni olvidar lo que pasó, en toda su vida.

Los abogados de ellos han dicho que van a recurrir. Lo que no han contado es que mientras ellos están profundamente dolidos en su orgullo machista se ha lanzado un grito de «todas a la calle» y las movilizaciones han sido masivas en todas las grandes ciudades. Verdadera marea feminista que no va a estar callada, que va a reclamar sentencias justas y que va a exigir de una vez por todas que el patriarcado y todo su sistema que no hace más que humillar a las mujeres, tenga los dias contados. Porque a todos los estamentos que lo sostienen, entre ellos el judicial, las mujeres les importamos cero, nada. Mientras, los que manejan los presupuestos siguen cambiando cromos y siguen recortándolos para que de esta manera esta lacra que es la violencia machista, se perpetúe. Al fin y al cabo son nuestras vidas, no las de ellos.

Esto como se ha gritado hoy, no es un abuso, es una violación. Y también hemos escuchado alto y bien clarito, «esta justicia es una mierda». Esta justicia que se fija más en lo que hacía y como reaccionaba la agredida que en lo que perpetraban los machotes con su pene en la mano. Esta justicia que con esta sentencia lo único que hace es fomentar la cultura de la violación y de la impunidad para ellos y continua poniendo así, la vida de las mujeres en peligro.

Yo desde luego, no tengo duda que hoy más que nunca #NosotrasSomosManada  y me pregunto como tantas mujeres, non dago justizia?

 

 

 

Por no hablar de penes…

Estos días varios diarios están haciéndose eco de lo que han venido en titular  Errores que cometen las mujeres al tener sexo. Algunos han «detectado», o mejor dicho sentenciado, nada más y nada menos que diez. Otros, los más remilgados, lo han dejado en seis, evitando eludir algunos temas que todavía deben ser tabú, como es el sexo oral.

Todos y cada uno responden a estereotipos sexistas. No salvo ni uno. Y ninguno, a mi entender, responde a la realidad de las mujeres. Lo que ocurre es que están definidos desde una perspectiva absolutamente machista y androcéntrica. Por supuesto, estrictamente heterosexual ya que todo el discurso que leemos, está todo supeditado a lo que les gusta a ellos. No quiero ser desagradable, pero da un poquito de ganas de vomitar. Sobre todo viendo el montón de “me gusta” que ha clickado el personal.

 Yo por resumir, los he agrupado por estereotipos. Vean:

  • Las mujeres son pasivas: se tumban en la cama y dejan que el hombre “lo haga todo”, son ellos los que compran los preservativos y se niegan a tener sexo con estúpidas y trasnochadas excusas.
  • A las mujeres no les gusta el sexo: prefieren hacerlo a oscuras porque se avergüenzan de su cuerpo y ponen cara de asco en el sexo oral (que practican ellas).
  • Tienen que estar siempre perfectas para ellos: si hacen un striptease tiene que ser sólo para gustarle a ellos, tienen que estar siempre depiladas y ponerse las bragas más sexys que encuentren en su cajón…
  • Dañan el “orgullo masculino”: hablan de su pene comparándolo con otros… Touché!

Sinceramente me pregunto ¿han leído alguna vez más gilipolladas juntas? Pero ¿de qué mente calenturienta (y nunca mejor dicho) han salido esta sartas de chorradas trufadas de tópicos sexistas que no se atienen para nada a la realidad de una sociedad del siglo XXI?. Algunos, por lo que se ve, son unos nostálgicos y disfrutarían si siguiéramos funcionando bajo los parámetros de opresión y falta de libertad a los que las mujeres han estado sometidas durante siglos con un único fin: complacer y dar placer al varón.

Pero vayamos más allá. Por un lado, me pregunto quién, y si es periodista  todavía más, puede escribir esta serie de sandeces sin ningún rigor excepto el de “ser gracioso” y encima creerse que está sentando cátedra. Por otro lado, qué periódico con un mínimo de rigor y responsabilidad frente a la información que ofrece, se hace eco de una información tan dañina para las mujeres ahondando en los estereotipos machistas que ya debieran estar superados y ayudando a perpetuarlos, en vez de ofrecer una información responsable sobre un tema en los que los propios medios tienen mucho qué hacer y más por dejar de decir.

Podría hablar extensamente de la responsabilidad que los medios tienen en este asunto: los medios y también la publicidad, pero de este tema ya he hablado varias veces en otros posts de este blog: Te operas y te dan una escoba, ¡Se les ha ido la …olla! entre otros. Emakunde, que está celebrando estos días el  XI Foro de Igualdad,  ha puesto en marcha una iniciativa implicando a los medios de comunicación y publicistas de Euskadi para actuar por una comunicación no sexista. Ha habido mucha receptividad al parecer, pero este tema me suena a repetitivo y hasta ahora siempre ha quedado en agua de borrajas. Me temo que nos queda mucho por ver… y por leer.

Mientras, abogo por no dar pábulo a este tipo de noticias (y que si se hacen se critiquen abiertamente como es el caso) y que se creen referentes, tanto en la publicidad como en los mass media, de mujeres empoderadas, mujeres que saben lo que quieren, que toman la iniciativa porque lo desean y no por “imperativo sexual”, que saben decir NO y celebrar un SI, que hablan de penes (si es el caso) como algo normalizado, que son fans del sexo oral (como la que escribe) y desde luego, se ponen cuando quieren y como quieren las bragas que les da la gana… ¡Sin complejos!

Concurso de felaciones!

En Mallorca ya no saben qué inventar para atraer a la clientela. Y qué mejor, si falta la imaginación, que echar mano de los estereotipos del verano. Así tenemos un amplio catálogo para la época estival: las camisetas mojadas, los concursos de belleza, la más guapa en tanga, en bikini, etcétera, etcétera… pero fíjense que la inmensa mayoría de las veces todo gira en torno a tratar a las mujeres como meros objetos sexuales.

Ahora, como decía, en Mallorca se han inventado el «mamading» tal y como explica el mallorcadiario.com. Esto es: las chicas tienen que hacer un número «x» de felaciones y les regalan las copas. Les voy a dejar el video, que es tremendamente fuerte (pornográfico), y desagradable por vejatorio, para que vean la escenografía. Y sobre todo, si clickan en el link de la noticia no se pierdan los comentarios que hace el personal.

Conclusión: las mujeres siempre son las culpables, ellos simplemente hacen un ejercicio de lo que consideran sus «derechos». ¿Que una mujer está dispuesta a hacer «mamading»? «Sería tonto si no me aprovechara» pensarán muchos de los energúmenos que fomentan este tipo de abusos. De nuevo, una forma más de explotación «más legalizada», pero una verguenza en el fondo, porque no todo vale. Ya sabemos la respuesta que darán: lo hacen porque quieren. Claro, como las prostitutas lo son porque así lo desean, las maltratadas algo habrán hecho, las violadas van provocando y las chicas sobeteadas en San Fermin que no se ponga a tiro… en fin, este si que es el catálogo interminable del sexismo, pero brutal!

https://www.youtube.com/watch?v=wKEdGgq8gtw&oref=https%3A%2F%2Fwww.youtube.com%2Fwatch%3Fv%3DwKEdGgq8gtw&has_verified=1

Un buen polvo!

Acoso

Hoy, tomando un café con una amiga nos hemos acordado de algunos momentos que nos han ocurrido en nuestra trayectoria profesional y los entornos machistas que hemos tenido que superar. Estoy segura de que muchas mujeres se van a sentir identificadas con algunos de estos momentos.

Me contaba que cuando empezó a trabajar como secretaria del director de una institución, tuvo que organizar una reunión a la que asistían cuatro hombres. Al empezar la reunión, y ya en la sala de reuniones, había que enchufar uno de los cables del ordenador por debajo de la mesa para poder ver una de las presentaciones en una pantalla. Cuando llegó el momento de enchufar el cable, todos la miraron como diciendo “tú eres la que lo tienes que hacer”. Ella se agachó, se metió debajo de la mesa y lo enchufó. La sorpresa es que cuando se levantó, se encontró con que todos estaban riéndose y gesticulando entre ellos. No es muy difícil adivinar la de chorradas machistas que se les ocurrió mientras ella estaba debajo de la mesa: algo así como “ y ahora que aproveche y nos haga una mamadita”, o algo similar entre ese tipo de fantasías masculinas de colegueo que vejan a las mujeres, pero que a ellos les hace más machitos. Supo reaccionar: ahora os agacháis uno de vosotros y me rio yo también, les espetó!

Yo recordaba que tuve un director en una gran empresa de este país que tenía a su cargo un equipo de directoras y directores, pero a las primeras nos masacraba. Lo que tantas veces hemos oído de que a las mujeres se nos exige el doble, con aquél me quedo corta. Todo lo que hiciéramos nosotras era insuficiente para él. Mientras, con los hombres del equipo colegueaba (otra vez la palabrita) y transigía hasta límites que sonrojaban a cualquiera. Un día, tenía una reunión con él para revisar los datos de mi departamento. Fui a su despacho y me senté enfrente de él. Como siempre. No había pasado ni un minuto y casi sin venir a cuento me saltó: “es que yo creo que las mujeres no pueden ser directivas, tienen hijos y ya no rinden como tienen que rendir”. Por supuesto él sabía perfectamente que yo soy feminista y buscaba la bronca. Le encantaba gritar al personal. Cuando lo oí sentí una patada en el estómago y ganas de pegarle a él otra patada en otro sitio, como sin querer, por debajo de la mesa. Pero tuve un momento de lucidez y le contesté: «tienes una hija acabando la carrera, cuando un hombre le diga lo que tú me estás diciendo a mi, a ver qué te parece». Se calló, se dio la vuelta hacia el ordenador y entramos al trapo con nuestro análisis. Salí bien parada, pero podía haber sido todo lo contrario. Tuve suerte en aquella ocasión.

Me pregunto cuántas mujeres tienen que aguantar esto todos los días. El reciente estudio [Enlace roto.][Enlace roto.] elaborado por varias universidades, entre ellas la UPV-EHU y Deusto, denuncia abiertamente como con la crisis este tipo de actuaciones “aumenta la vulnerabilidad y la discriminación específica de las mujeres en las relaciones de trabajo”. En una palabra, que las cosas parece que no mejoran… Y es que este tipo de lo que alguien podría denominar “anécdotas”, no son tales. Ocurrieron en el pasado y es el pan nuestro de cada día. No hace ni 48 horas que he tenido que escuchar a un tío en el trabajo: “esa lo que necesita es un buen polvo”. Como si un pene arreglara el mundo. Claro, desde el punto de vista masculino y para muchos, seguro que así es: un buen polvo (a saber qué es lo que entienden ellos por eso), lo soluciona todo…

Añadan a todo esto los chistes que día a día tenemos que escuchar y son contados delante de nosotras como si las mujeres no existiéramos, ignorándonos y teniendo que aguantarlos como si nada. Si te quejas, o eres una estrecha, o volvamos a lo mismo, necesitas un buen polvo. Si eres feminista además, y lo denuncias, lo que necesitas son dos polvos…como poco!.

Así, entre tanta majadería y tantos mamarrachos seguimos adelante. Yo, miren, pienso que como ya no se puede resetear el cerebro de nadie y cada cual es como es, lo que si pido ante la incapacidad de algunos varones de no respetar a las mujeres ni en el trabajo, ni en casa, ni en la calle, es que al menos cuando tengan que coleguear, contarse chistes machistas y hablar de sus fantasías sexuales, lo hagan en sus txokos, queden los jueves para tomarse unas copas o que coincidan todos a la misma hora en la máquina de café. Y se desahoguen… entiéndanlo como quieran. Pero de nosotras, a las que nos repatean, molestan, ofenden y cada vez toleramos menos todo este tipo de actuaciones, de nosotras, repito, olvídense sino es para respetarnos y tratarnos como iguales. Miren que es fácil!