Concurso de felaciones!

En Mallorca ya no saben qué inventar para atraer a la clientela. Y qué mejor, si falta la imaginación, que echar mano de los estereotipos del verano. Así tenemos un amplio catálogo para la época estival: las camisetas mojadas, los concursos de belleza, la más guapa en tanga, en bikini, etcétera, etcétera… pero fíjense que la inmensa mayoría de las veces todo gira en torno a tratar a las mujeres como meros objetos sexuales.

Ahora, como decía, en Mallorca se han inventado el «mamading» tal y como explica el mallorcadiario.com. Esto es: las chicas tienen que hacer un número «x» de felaciones y les regalan las copas. Les voy a dejar el video, que es tremendamente fuerte (pornográfico), y desagradable por vejatorio, para que vean la escenografía. Y sobre todo, si clickan en el link de la noticia no se pierdan los comentarios que hace el personal.

Conclusión: las mujeres siempre son las culpables, ellos simplemente hacen un ejercicio de lo que consideran sus «derechos». ¿Que una mujer está dispuesta a hacer «mamading»? «Sería tonto si no me aprovechara» pensarán muchos de los energúmenos que fomentan este tipo de abusos. De nuevo, una forma más de explotación «más legalizada», pero una verguenza en el fondo, porque no todo vale. Ya sabemos la respuesta que darán: lo hacen porque quieren. Claro, como las prostitutas lo son porque así lo desean, las maltratadas algo habrán hecho, las violadas van provocando y las chicas sobeteadas en San Fermin que no se ponga a tiro… en fin, este si que es el catálogo interminable del sexismo, pero brutal!

https://www.youtube.com/watch?v=wKEdGgq8gtw&oref=https%3A%2F%2Fwww.youtube.com%2Fwatch%3Fv%3DwKEdGgq8gtw&has_verified=1

¡Méteme mano que me dejo!

Una se queda sin palabras ante la supina torpeza sexista que ha cometido Loterías del Estado en su anuncio “1 de cada 3 quiere tocarte. Déjate”. Me pregunto yo todos los días viendo la televisión, oyendo la radio, viendo los medios impresos o en internet, cómo las empresas anunciantes siguen saltando a la palestra por poner en marcha campañas que hasta la mujer menos concienciada como feminista, se siente no respetada.

Y pasa tan a menudo que no me queda más que pensar que los cabestros que no sólo hacen los anuncios (las agencias, creativos, etc.), sino que algunas personas responsables de aprobar las campañas, o viven en los mundos de Yupi o son idiotas.O que se les va la olla (pongan delante la consonante que prefieran). Lo siento, pero no se me ocurre otra justificación. Bueno si, machistas en esencia. Y en el caso de una institución pública, como ha sido esta vez, yo creo que es de juzgado de guardia. Y miren que es fácil el filtro. A ti, responsable de comunicación, te presentan la campaña y sólo tienes que preguntarte si a tu hija, tu compañera o a tu madre les ofendería, o si a ti te gustaría verlas en el lugar de la mujer que protagoniza  el spot. Tendría que ser obligatorio pasarlos por una comisión de igualdad, ya que visto lo visto, “per se” no hay manera.

Y así, día tras día, hora tras hora, vemos repetirse los estereotipos patriarcales sin que a casi nadie le “chirríe”. Sólo al grito de los colectivos feministas y grupos de mujeres que velan porque no se reproduzcan en la publicidad, en el cine, en las empresas y en las casas, cualquier tipo de ataque que menoscabe los derechos de la mujer y el avance hacia la igualdad, se consigue algo, poco, pero algo. Imagínense sin dichos movimientos.

Y a mí, que como a muchas mujeres nos ofende todo este tipo de desatinos y además, como soy mal pensada, muchas veces creo que son hechos a conciencia, me siento como si me estuvieran metiendo mano hasta donde nadie se puede imaginar. Y mira que me gusta tocar y que me toquen, y mucho. Pero ni me dejo, si no me da la gana, y menos si alguien sin ningún tipo de impunidad lo da por hecho, como que el cuerpo de las mujeres es un bien común y aquí todo el mundo pilla y nosotras sumisas, nos dejamos. Pocos son los anuncios que se retiran y muchos los que ofenden, y sobre todo nadie da la cara, excepto unas disculpas efímeras y condescendientes que a nadie convencen y nadie se las cree. Bueno si, los que quieren seguir metiendo mano sin pedir permiso. Sinceramente, que les den!