El clítoris es político

“Conocer el clítoris es profundamente político y estratégico”. Con esta afirmación la activista y luchadora guatemalteca Lolita Chávez, dejaba impactado al auditorio de la sala Petra Kelly del Parlamento Europeoen el 25 aniversario del descubrimiento de su asesinato por violencia machista, el jueves 19 de octubre  en la conferencia “Justicia Climática: La Transición Energética con Perspectiva de Género” en Bruselas, con una sala al completo y que hasta a sus propios organizadores y organizadoras sorprendió el interés suscitado.

Lolita Chávez está nominada al Premio Sajarov de los Derechos Humanos que concede el Parlamento Europeo, y por ello  fue invitada para abrir la conferencia  y dar su opinión con respecto al tema que se iba a tratar. Y empezó a hablar, y nadie, absolutamente nadie, pudo abstraerse de las palabras de esta mujer que se pasea por el mundo vistiendo como indígena que es, como forma de reclamar la identidad que le quieren arrebatar, y a la que unos momentos antes de que empezara la conferencia tuve el honor de saludar: daba gusto ver cómo se movía  por la cantina del Parlamento Europeo entre trajes, corbatas y tacones. Todo un ejemplo de dignidad.

Había conocido a Lolita el día 8 de este mismo mes en el acto político, Reconocer la Verdad de las Mujeres celebrado en Bilbao,  para reflexionar desde las experiencias de diferentes tipos de violencia machista en los últimos 50 años, qué y cómo pueden aportar al proceso de Paz, organizado por el Foro Social/Foro Soziala. Escuchamos a diversas mujeres con testimonios muy duros, violación, torturas policiales, lesbofobia, racismo… pero cuando Lolita cogió el micrófono fue cuando se nos encogió el corazón, con su sabiduría, con su dulzura, con su rabia, con su acumulación de sufrimiento por haber y seguir sufriendo la violencia en su carne por ser luchadora, por ser indígena, y sobre todo por ser mujer. Lloramos en silencio, sufrimos con ella y nos correspondió con una lección de tenacidad en la lucha, de no dejarse vencer, en  pocas palabras,  con una lección de esperanza. #NikSinistenDizut

Pregúntense qué tiene que ver el clítoris con la Justicia Climática, pero si la hubieran escuchado lo hubieran entendido. Lolita habla de las mujeres como motor del cambio y para ello defiende el empoderamiento de las mismas. Empoderamiento que no puede darse si no hay una lucha continua contra el patriarcado y sin una “revolución” desde lo íntimo a lo público. Y es ahí, cuando las mujeres son capaces de romper la barrera invisible entre ambos espacios, cuando se vuelven poderosas, pero también peligrosas. Nos contó que ella no supo lo que era el clítoris hasta estuvo en la universidad, y al decirlo se le notaba la rabia contra quienes ocultan y privan a las mujeres de armas poderosas para su lucha: el conocimiento y control de su cuerpo. Nada nuevo dirán, y esto lo aporta la autora de este post, nada que no deja de pasar. En la derecha es sabido pero en la izquierda, el machismo y el patriarcado se cuelan por  todas las rendijas para privarnos de lo que nos da poder.

Este pequeño análisis con el que comenzó la conferencia tiñó de morado y verde toda la tarde en Bruselas. Se habló de muchas cosas, y se puso en evidencia a través de las ponentes, la mayoría mujeres como no podía ser de otra manera, que las mujeres y las niñas son las que más sufren a causa del cambio climático y sus consecuencias, no sólo económicas porque de partida son más pobres, también a causa de las violencias machistas después de todos los desastres.

Las conclusiones a las que se llegaron fueron importantes, como la transcendencia de definir y visibilizar el rol que las mujeres juegan en la Transición Energética hacia energías limpias, y en la mitigación del cambio climático, porque ello beneficiaría a las mismas en primer lugar.

Sin duda, una de las ideas centrales es que para llevar a cabo esta transición hay que poner en el centro los cuidados de la vida: creo que ya nadie discute que somos interdependientes y ecodependientes, o lo que es lo mismo, todas las personas necesitan cuidarse entre ellas (sin que esto sea responsabilidad de las mujeres únicamente) y cuidar del planeta. Un planeta al que como dijo Nerea Ramírez de Ecologistas en Acción en vez de cuidarlo, le hemos declarado la guerra y no dejamos de hacerle daño.

Es por tanto prioritario, como conclusión final, reconocer que las mujeres son agentes imprescindibles en la Transición Energética y ahí las políticas locales juegan un papel importantísimo. Queda mucho por hacer, y la clave es saber cómo se van a implementar dichas políticas en todos los programas a nivel europeo, estatal, autonómico y local. Es difícil, pero es cierto que conferencias como estas ponen el debate en la agenda política y de paso se cuela el clítoris en la misma. No me quejo: me parece un triunfo.

Nota: La Conferencia estaba organizada por los Verdes/Ale del Parlamento Europeo. Gracias a Florent Marcellesi y Linnéa Engstrom por organizar debates en torno a la necesidad de la participación de las Mujeres en temas de gran calado político.

Hay política #MásAlládeCatalunya

¿Quién la tiene más larga?

27-S

Decía yo hace poco que a las feministas no se nos da tregua y que por tanto, es muy difícil quitarse las gafas moradas aunque sea un ratito, porque la realidad se muestra cruel con nosotras y nuestras reivindicaciones día a día, minuto a minuto.

Ayer estuve dando una charla de corte político en una ciudad cercana. Antes de aceptar, pregunté cómo era la composición de la mesa en la que iba a participar como ponente: dos hombres y una mujer. Me hubiese gustado al revés, pero no me voy a poner exquisita. El caso es que cuando llegué, me presentaron a mis compañeros y tomamos asiento: en la mesa había además, un moderador y una persona de la organización (?) que también era hombre. Total, me encontré con que yo era la única mujer y cuatro hombres me rodeaban.

Miren, no tuve más remedio que denunciarlo nada más abrir el micrófono. La situación era tragicómica si me lo permiten: estábamos allí como parte de la nueva política y cuando oí hablar a mis compañeros diciendo “estamos aquí para transformar la sociedad”, no pude reprimirme: “mal vamos si queremos cambiar algo reproduciendo los esquemas de todo aquello que queremos vencer” reclamé. Lo dije sin acritud pero con mucha firmeza. Veía a las mujeres desde esa tribuna en la que nos habían colocado, sonreír apoyándome con un gesto afirmativo con la cabeza.

Les puedo asegurar que se hablaron de cosas muy, muy interesantes, pero al final de la charla tuve que soportar una avalancha de hombres que no estaban de acuerdo con lo que había dicho, con argumentos tan manidos como: “las mujeres no quieren participar”, “es que no hay mujeres” y retahílas del mismo índole que no voy a detallar porque sería infumable. Conclusión: autocrítica cero porque la culpa la tenemos nosotras.

Cebrian

Yo y tantas mujeres que denunciamos continuamente este tipo de actitudes, hemos dejado claro que la escenificación de cómo se hacen las cosas y la visibilidad que se da a las mujeres, ni es trivial ni forma parte de una obsesión nuestra por contar mujeres y hombres en los miles de eventos, elecciones, en los mítines, en las tertulias, en los consejos de las empresas y un largo etcétera que nos invaden cada día. Esta acción premeditamente reivindicativa, no es un simple conteo: es la punta del iceberg de este sistema patriarcal del que todos y todas somos corresponsables en la lucha por erradicarlo. En política, como en otros aspectos de nuestra sociedad, la clave está en reconocer y poner medios para combatir todo aquello que signifique no tener en cuenta a las mujeres, si es que realmente creemos en la Democracia real y no la hecha e impuesta por el género masculino. ¿Tenemos mucho que hacer las mujeres a este respecto? Sin duda. Pero que los hombres tienen que asumir su parte de responsabilidad es innegable. Y responsabilidad no es culpabilidad aunque a muchos les guste llevarlo a ese terreno.

Las mujeres participan poco porque estamos hartas de aguantar la lógica y formas de hacer masculinas. Y estamos muy hartas de esa lucha continua (apoyada y magnifcada por la hegemonía mediática que ayuda a normalizarlo) de egos masculinos que lo único que denotan es una guerra para demostrar “quien la tiene más larga”. Nosotras «estamos hasta allí» de tanta masculinización, y esta no puede ser atajada si los hombres no reconocen de una vez por todas que viven en un sistema -el patriarcal- que les dota de privilegios. Esto es difícil porque reconocer que se es un privilegiado pasa por empezar a dejar de serlo y ahí entra el quid de la cuestión: reconocer que las mujeres parten de una condición de desigualdad significa que para alcanzar la igualdad los hombres tienen que dar paso a las mujeres y eso en una frase significa sin más rodeos: “yo me tengo que quitar para que estés tú”. Y ahí hemos tocado hueso. Por eso hay tanta resistencia, por eso seguimos siendo invisibilizadas y por eso, siempre somos menos allí donde el dominio masculino es patente.

40 años sin mujeres

Todos estos argumentos y la forma en la que hay que actuar, solamente pueden ser entendidas desde una clara postura feminista y por tanto, el desarrollo e implementación de las políticas feministas en la política, y con ello en los partidos políticos es imprescindible. Sobre todo en los de la izquierda, que ya van tarde en poner fin a esa deuda histórica que tienen con las mujeres. Lo demás son parches y es tener un enfoque reduccionista de lo que significa la participación de las mujeres en todos los ámbitos de la vida. Si el problema es que las mujeres tienen una baja participación, la respuesta no se «es que no quieren», la respuesta es otra pregunta bien clara: ¿qué hemos estado haciendo hasta ahora para que puedan participar?. 

Nosotras no queremos más peleas de gladiadores egocéntricos donde lo importante es el pulso del poder alentado por el exceso de testosterona. Entendemos el poder (y lo queremos) como una potente herramienta para cambiar las cosas. Pero no el poder como está definido desde el patriarcado. Contra eso luchamos y por ello nos dejamos la vida. Y por ello vamos a seguir denunciando y gritando hasta quedarnos sin voz. A no ser que nos la quiten antes.

#SinMujeresNohayDemocracia

#LaDemocraciaSeráFeministaoNoSerá

Foto: candidatOs a elecciones Catalunya 27-S. Una mujer.