UnidOs Podemos ¿quién?

“El lenguaje crea imágenes y para cambiar las imágenes hay que cambiar el lenguaje” esto decía el insigne escritor y humanista, José Luis Sampedro.

En estos últimos años el movimiento feminista ha reclamado una “reflexión política” sobre el lenguaje, un lenguaje que no es neutro, como dice Francesca Graziani “la impronta patriarcal se ha inscrito en la estructura gramatical y ha influido en gran medida en los usos lingüísticos de mujeres y hombres (…) la estructura sexista de la lengua es el resultado más de hechos de orden cultural que estrictamente lingüístico…”

Mafalda

Es cierto que una lengua, en este caso la que nos ocupa el castellano, no es machista pero el uso que hacemos de la misma puede serlo y como sí que es cierto que el lenguaje refleja a la sociedad que lo habla, es hora de que reflexionemos sobre la utilización del mismo de forma que no discrimine, para que también las mujeres seamos  visibles y protagonistas.

En la Política, en general, se hace poco esfuerzo por utilizar un lenguaje inclusivo de género, y como resultado tenemos discursos cansinos donde sólo se habla en masculino. A mi evidentemente me chirría. Es verdad que últimamente se hace un poco más de esfuerzo, sobre todo algunas fuerzas entre las que nunca está el PP, por decir por ejemplo: trabajadores y trabajadoras, compañeras y compañeros y terminología parecida que son el «abc» de cualquier mitin que se precie pero poco más, de forma que podemos afirmar que en el lenguaje hablado poco se ha avanzado. Sin embargo, en el escrito se tiene más cuidado, sobre todo en los programas de los partidos ya que me temo son revisados con tiempo por expertas en lenguaje inclusivo para no meter la pata y que las feministas no pongamos el grito en el cielo. Pero en el discurso diario, queda mucho por hacer.

cartel

Reconozco que no es una tarea fácil y a todas se nos escapan de vez en cuando, sobre todo en el lenguaje oral, términos poco inclusivos (han sido demasiados años de colonización machista) pero es cierto que esto ya no es admisible. Ya no hay justificación para que esto no se cuide y se trate con rigurosidad. Hay que exigir que se nos nombre. No hay otra.

UNIDOS PODEMOS

Por ello hoy más que nunca no es de recibo y es absolutamente criticable que partidos de izquierda hayan elegido un nombre para su coalición que sólo hable de ellOs: en masculino. Desde esta tribuna lo criticaría de cualquier formación pero es que para más inri, si alguien está todavía en deuda con el movimiento feminista esa es la izquierda en su totalidad: siempre ha habido cosas más importantes que la lucha de las mujeres, siempre se nos ha dicho aquello de «ahora no toca», siempre en segundo lugar… Y la hora de la reparación de todo ello no es que haya pasado, es que si seguimos así, no va a llegar nunca. Deuda histórica, creánme!

felpudo

Lo sabemos, hay resistencia al respecto: argumentos tan simples como “pero si siempre ha sido así” o algo peor “pero si cuando hablas en masculino es porque es genérico y ya se entiende que se refiere a las mujeres”, son utilizados muy a menudo. Sinceramente me río para ridiculizar estos argumentos… ¡reír por no llorar!

Dice Mercedes Bengoechea, figura internacional en el estudio del lenguaje y su relación con el género,»dado que la lengua es el medio por el cual se transmite y comunica el pensamiento, al estar nuestra sociedad construida sobre estructuras de carácter jerarquizador y discriminatorio contra las mujeres, es inevitable que transmita y comunique, como lo hace, tácticas para preservar dicha jerarquización, es decir la invisibilidad, la exclusión del género femenino y el manifiesto afán de que esté implícito, a la hora de hablar y escribir, el masculino.»

Por todo ello, critico muy a menudo en este y otros foros que mientras la política siga tan masculinizada es difícil que las mujeres formen parte de la misma, y peleo día a día para que se feminice y para que los hombres dejen  paso a las mujeres olvidando sus privilegios. Pero este «zas en toda la boca» solo me hace reafirmarme en que no es posible una democracia sin feminismo y que no es posible luchar si de una u otra forma se sigue invisibilizando a las mujeres y tratándolas de «segundonas». Y esto cuando se elige un nombre o un discurso es vital.

Ahora sí, unidas, juntas e ilusionadas para de una vez por todas dejar de preguntarnos ¿dónde están ellas?