La saturación informativa beneficia al Duque

Lunes 27 de febrero de 2012

Parecería que la saturación informativa en el caso Urdangarin trabaja en su favor. El segundo día de comparecencia no se parecía al primero en casi nada. Ni huevos, ni colectivos, ni gritos, ni periodistas, ni paseíllo seguido con expectación como si de los Oscar se tratara. Suele ocurrir.

¿Quién se acuerda que Mario Conde estuvo en la cárcel cuando pontifica desde «El gato al agua»?. ¿Quién de los Albertos y de Alfredo Sáenz?. Eso es lo que tiene la sociedad mediática, que cada día necesita un nuevo manjar para devorarlo. Ahora lo noticioso sería verle a la Infanta, y no a Iñaki Urdangarin que tras darnos una buena semana de especulaciones por presiones de la Casa Real hizo lo que debería haber anunciado desde el principio en relación con su entrada en el juzgado de Palma.

Para mí todo ésto ha sido una experiencia.

Conté en mi libro «Una monarquía protegida por la censura» el por qué de mi postura crítica en relación con la monarquía. Eran tiempos de silencio y de que me tildaran de chiflado y buscador de un nicho informativo para salir en los medios. Las dos premisas que yo denunciaba, el cuento de ser la monarquía española la más barata y la institución más valorada, han caído por su peso y ya ahora en el Congreso de cien preguntas de ERC le admiten al diputado Joan Tardá cincuenta. En el Senado a Jordi Guillot, ninguna. Pero ya no estoy solo.

En el Senado, un equipo de la Sexta, me hizo un acucioso interrogatorio para su programa especial, y hace unos tres años una Historiadora catalana me entrevistó en Sabin Etxea sobre todo ésto. El programa se llamaba “¿Monarquía o República?”. Terminado el video  fue metido en el congelador. Era un muy buen trabajo donde aparecía hasta Sabino Fernández Campo, jefe de la Casa Real que decía cosas de interés antes de su muerte. Ha hecho falta que estallara el caso del yerno del rey para que éste programa, muy equilibrado, viera la luz. Y en él yo cerraba el trabajo haciendo votos para que este caso alumbrara una nueva época de claridad frente a la opacidad existente. El programa se hizo público el miércoles l5.

El jueves 23-F, Euskal Telebista ponía en antena un nuevo programa de Debate «De Boca en Boca”. Duró una hora y media. De Madrid vinieron la inevitable María Antonia iglesias y la directora del Siglo Inmaculada Sánchez. De Barcelona, Arantza Furundarena y de Euzkadi un buen penalista, Luis Urraza y quien ésto escribe, que defendió lo de siempre: la opacidad produce corrupción.

Conducía el programa una simpática sevillana de insólito nombre Reyes, que dio paso a la calle, a videos y a debate. El trabajo tuvo una muy buena audiencia. En Euzkadi estas cosas interesan. Pero María Antonia no está por la labor de que se toque con el pétalo de una rosa a la monarquía Juancarlista. Por eso causaron buena impresión las intervenciones de Inmaculada Sánchez, directora de una revista que en el desierto silencioso de la época sacó las primeras informaciones sobre la casa de Pedralbes.

Otra experiencia que he tenido ha sido con Claudio Landa. Una por teléfono desde el aeropuerto y tras haber saludado en el control al ex jefe de la Casa Real, el vizconde del castillo de Almansa. ¡Este si sería un personaje para entrevistar!. Y la otra el viernes en su programa en Miramón. Me llevé buena impresión de la soltura con la que manejaba Claudio sus fichas y de las intervenciones de Iñaki Martínez y de una publicista que hizo alusión a la crisis frente a la obscenidad del manejo del dinero en aquellos años zapateriles. Paloma Zorrilla en su línea y el jefe de informativos de Onda Cero me acusó de criticar la censura cuando yo publiqué el libro y me he puesto las botas opinando sobre el caso. Desde luego no en su emisora, pero el hecho de que un llanero solitario esporádicamente diga cosas no dice nada en favor de un sistema de libertad de expresión tan controlado. Si lo hubiera habido estoy seguro que Jaume Matas, Rita Barberá, Francisco Camps y todos los que cayeron en la trampa de hacer negocios con el Duque de Palma, no lo hubieran hecho. No hay nada como la luz para que Drácula se descomponga.

Estuve el sábado en el programa de Almudena Cacho en Radio Euzkadi. Me pidieron una canción para abrir el programa y les contesté que pusieran el Himno de Riego, himno de la República que no le gustaba a Pio Baroja por callejero. Es de 1820 y fue asumido por el teniente coronel Riego en su sublevación en Cabezas de San Juan contra el rey felón Fernando VII. Y lo pedí, no porque sea mi himno identificativo, sino en recuerdo de aquellos majaderos, el secretario de estado y el embajador español que en el año 2003, ante la entonación de este himno y no de la actual Marcha Real en la Copa Davis por un trompetista, se sulfuraron tanto y protestaron tanto, que es bueno recordar que la República llegó de la mano del voto popular, frente a esta monarquía que llegó tras una victoria militar consecuencia de una sublevación. Esa es la pequeña diferencia que conviene recordar.

Y por la noche en Madrid en Tele Cinco en el Gran Debate, me topé de nuevo con la artillería de María Antonia en un panel descompensado donde brilló de nuevo Inmaculada Sánchez y la abogada de Manos Limpias, una Asociación que no me gusta un pelo, pero lo que decía la letrada tenía sentido. Iglesias la descalificaba por pertenecer a una plataforma de extrema derecha pero si en ese momento Jack el Destripador dice que son las diez de la noche, pues son las diez de la noche, dígalo quien lo diga, y lo que decía la abogada sobre la culpabilidad de la Infanta tenía mucho sentido.

Anunciado Luís María Ansón, no fue y envió en su lugar a Carrascal. Siempre supe que no iría. Este tipo de personaje nunca da la cara en debates. Se ocultan en la trinchera de sus escritos donde ponen de vuelta y media a todo el mundo. Pero sí estuvo Alfonso Rojo al que le tocaba coincidir con María Antonia Iglesias y aunque no estaba muy convencido de su papel, lo hizo.

A pesar de la buena conducción de Jordi González, este tipo de programas caóticos, impiden fijar la argumentación y es difícil que la gente se quede con una idea clara en la cabeza. Se vio en la encuesta que publicaron. Paralelamente el público decía que Urdangarin era culpable y casi el mismo número de encuestados pedía la presunción de inocencia. Normal. Tras años de silencio el atiborre de información deja a la gente noqueada.

De este debate, Ferrán Monegal, en el periódico de Catalunya comentaba lo siguiente:

“La noche del sábado y madrugada del domingo estaba justificado que El gran debate fuera alrededor de la figura del yernísimo, pues acababa de producirse su primera declaración frente al juez, y era efectivamente noticia. El debate que Jordi González moderó fue interesante por las múltiples lecturas que nos ha permitido. De entrada la elección de debatientes fue ilustrativa: todos los allí sentados en semicírculo, en el centro del plató -todos menos uno- se transformaron en admirables defensores de la monarquía. Se cuidaron mucho de pintar y enmarcar la figura del yerno en clave de tunante, de díscolo, de trapisondista y, sobre todo, se esforzaron en separarlo, aislarlo, para que ni una gota de sus presuntos delitos salpicase a la regia familia. En este sentido fue un debate coral monocorde, de armonioso sonido, y muy bonito. Solo uno de los allí reunidos, Iñaki Anasagasti, se atrevió a lanzar notas que no estaban en la partitura y a decir cositas que provocaron la más tremenda y airada excitación de María Antonia Iglesias, que se puso más guerrera que Rambo en Acorralado 2. Se atrevió Anasagasti a entonar sonidos peliagudos como: “En relación a los delitos fiscales prescritos, alguien debe tener alguna responsabilidad. Si el Rey ya sabía en el 2006 lo que estaba sucediendo, y se aparta a Urdangarín y se le manda fuera, y no se le denuncia ni se le pide que devuelva el dinero, y pasan los años y el delito prescribe… ¿Quién es el culpable de esta situación?”. Y seguidamente se lamentó de la opacidad que rodea a la monarquía, y puso como ejemplo las preguntas que el senador de ICV Jordi Guillot acaba de formular al Gobierno, y que no han sido admitidas a trámite. Entonces, María Antonia se revolvió, encendida”. Ahí queda.

Y el miércoles en ETB, un programa especial de Iñaki López sobre este asunto que me devuelve al principio. Se está llegando a la saturación informativa y esto solo se puede activar por un careo entre Diego Torres y Urdangarin, o por la comparecencia de Cristina de Borbón, o por alguna alusión al rey o que alguien desbarre. De lo contrario se hablará tanto del caso que al final dará lo mismo si le condenan o le absuelven por prescripción de los hechos. Toda una estrategia.

2 comentarios en «La saturación informativa beneficia al Duque»

  1. Señor Anasagasti: Alcocer y Cortina han sido absueltos en cuatro sentencias y 25 años después de crear riqueza y empleo con sus operaciones objeto de demanda siguen con la «pena de telediario» que les aplican de vez en cuando usted y varios desinformados o malintencionados que intentan seguir sacándoles dinero por via judicial

  2. Querría hacer dos apuntes sobre el caso.Ya estábamos avisados de la campaña mediática a favor de la casa real para desviar la opinión y limpiar la cara de cierta gente.Pues bien,»el Pais» ya ha publicado un artículo «imprescindible» según ellos en ese sentido.Se titula «Todos los hombres del Rey»,y en realidad no es mas que un panegírico de la vertiente humana del susodicho.
    El otro apunte va en relación de las prescripciones.Hace unos años,muchos,monté un negocio familiar.Con el divorcio se rompió familia y negocio.Las deudas siguen siendo mías,y 15 años después el banco sigue reclamándome el pago y unos intereses del 27%.Eso,mientras reclamen,no prescribe,¿y lo del yernísimo prescribe en tan pocos años?

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