Aún estoy tratando de aterrizar de mi estancia en África, en el plano deportivo. En el personal ya aterricé hace tiempo. El viaje fue duro… Si los dos post anteriores iban sobre la parte más humana y deportiva de la carrera, hoy toca algo más terrenal.
Llegué el martes a Bilbao tras 28h de viaje. Salí de Lesotho el lunes a las 9:30 y llegué a casa para comer el martes. Es lo que tiene la gente como nosotros que vas con el tiempo justo, por no poder permitirte ni mejores vuelos, ni quedarte unos días más en Sudáfrica. Llegué agotado pero con las pilas cargadas, algo que parece contradictorio.
La carrera se disputó el sábado. Llegué el jueves a la noche después de salir el miércoles a las 13:30. Otro viaje maratoniano. Viernes lo dediqué a acudir al colegio de Maliba. Y el domingo organizaron otra carrera, un km vertical. Como ven, no me aburrí…
Pero la experiencia lo compensa todo. Una vez aquí tocaba cambiar el chip y volver a la normalidad. El miércoles (pasado) a las 8 tocaba volver al trabajo y con ello la rutina. Cuando haces una carrera así cuesta volver a carburar, son muchas horas a intensidad muy baja y el corazón se adormece un poco. Carrera continua para ir activándolo y subir poco a poco la intensidad. Ahora tocan otros objetivos: 10km de Portugalete el Domingo, 800m, 3000m en pista, los crosses…
Os dejo la entrevista que me hicieron en Tele 7contando esta aventura:
No es fácil resumir más de 9h en una entrada. No es fácil resumir lo que viví y lo que sentí en esta carrera en una sola entrada. No es fácil explicar cómo se siente una persona cuando está 4h a casi 4000m de altura sola. No es fácil que pueda plasmar por escrito todos los recuerdos que me vinieron a la cabeza durante la carrera.
Nada más llegar a la meta le dije al organizador: probablemente uno de mis peores resultados, probablemente mi mejor carrera. Quédense con esta frase y arranco. Si tienen la posibilidad, dejen de fondo la canción que al final del post he dejado.
El día amanecía pronto, 3:30 de la mañana y un frío propio de la altura. Desayuno con uno de los más grandes corredores Scott Jaime, definimos el plan de carrera, un viaje (o dos al WC) y prepararnos para la carrera. Aún me acuerdo de las palabras de Scott (ganador de Hardrock entre otros ultras…): Sonríe, disfruta y vive el momento porque seguramente nunca más estarás aquí otra vez. Y así lo hice.
La carrera consistía en dos bucles. El primero muy pequeño, de entorno a unos 10km y el segundo ya más amplio de unos 30km. Que con sus enlaces hacen los más de 50km que al final tuvo la prueba. Si entramos en detalles: el corto era un carrera semi plana, sencilla, de sendero y para disfrutar. El segundo, era un trapecio y un triángulo. Se subía, se llaneaba, se bajaba, se subía y se bajaba… La «gracia» de estas subidas era el desnivel. Estamos hablando de que para ascender 1200m-1500m tenías 3km. Por ejemplo para subir a un monte aquí de unos 500m tienes al menos 5 o 8 km. Subíamos y bajábamos paredes.
Salida a todo lo que daba… yo no miento nunca. Dije que iba a por todas y a por todas fui. Paso los primeros kms en segundo lugar mano a mano con Scott y Iain Don-Wauchope (uno de los mejores, si no el mejor corredor Sudafricano) que me quiten lo bailado. Si me permiten un símil: jugar la final de champions y salir al ataque… luego te pueden meter 7, pero hay que atacar siempre. Esta situación duró unos 3 o 4km no más. Luego me instalé en un grupo entre los 15-20 primeros.
Comienza el gran bucle… Subida dura, dura… me limito a andar rápido, queda día. Pongo un ritmo constante, de panzer. Como y bebo. Paso y me pasan. Me siento corredor. Domino la situación.
Hemos llegado arriba. Y lo blanco se vuelve negro, lo bonito duro y lo alegre triste. Me empiezo a encontrar mal. Me paro en el control, como un barrita y bebo una coca-cola. Estamos a casi 3600m o pasados, no lo recuerdo. Comienza el espectáculo. Desde este punto hasta la bajada, todo se vuelve confuso. Voy a tratar de ser lo más objetivo posible, créanme lo que les digo, no tengo ni la más mínima intención de mentir.
Es aquí cuando empiezo a sufrir el mal de altura. Empiezo a oír voces, realmente no las oía, pero me hablaban. Notaba que alguien se quería ponerse en contacto conmigo y lo consiguió. A casi 4000m de altura y tan cerca del cielo pude despedirme de alguien. Por momentos le pedía ayuda y él me daba fuerzas. Este tramo duró como 4h. 4h a esa altura, corriendo sin apenas fuerzas y solo… se hace duro créanme. Los kms pasaban y no veía el momento de bajar. Me empecé a hinchar y a retener líquidos. Tal era la situación que el anillo de boda se me incrustó en el dedo y en la otra mano el reloj me cortaba la muñeca. Los labios se me hincharon y comer y beber fue imposible. Tocaba sufrir. Se sufrir. Me gusta sufrir.
Mi estancia ahí arriba terminó con otro episodio de alucinaciones. Esta vez era «un demonio» el que me seguía por mi derecha. Obviamente yo sabía que no era nada, sabía que estaba sufriendo alucinaciones y sabía que había que estar tranquilo. Cabeza fría y culo duro. Apretar para bajar. En este momento tengo un caída y tengo que pedir ayuda a esas voces interiores. Si no me creen me da lo mismo. Una vez recobro las fuerzas de nuevo y doy gracias, el pájaro que lleva un rato siguiéndome abandona mi presencia. Se que no era real, se que era casualidad. Y muy probablemente esto sea un mecanismo de mi cerebro para que no me viniese abajo. Pero es lo que pasó.
Una vez abajo, quedaba otro problema. Llegar a la meta. Estamos a mitad de ese segundo bucle y aun me queda el triangulo que les comentaba. El trapecio estaba resuelto. Subir hasta arriba otra vez. Pero esta vez por la otra cara. La subida era un delirio. Ayudado de manos y pies y cual mono, trato de subir lo antes posible. Ahora se me añade un nuevo problema. La carrera la estimé para 7h y en ese momento llevaba 7:30h y aún me quedaba lo más divertido… Como puedo alcanzo la cima y consigo un móvil. Llamo a Lucía y le pongo al día de los cambios en las previsiones. Más tranquilo, una larga bajada me espera.
Se huele la meta. Toca acabar con dignidad y llegar hasta la meta. Más de 9h de carrera en soledad. Saben ustedes las vueltas que puede darles la cabeza durante tanto tiempo y en esas condiciones. Disfruto, me siento corredor otra vez. Lo hemos conseguido otra vez.
Una carrera que me ha cambiado la forma de ver los ultras. Que me ha dado mucho y que me ha quitado poco. En la que he sufrido como nunca, he llorado, he reído y he crecido como persona. Porque no se engañen, la vida es esto, tropezar y levantarse, sufrir y apretar, ser fuerte y no rendirse.
Vine a hacer una gran carrera y me llevo una de las mejores experiencias que el deporte me ha dado. Gracias Maliba, gracias Lesotho.
Imposible describir en palabras lo vivido aquí. África es un continente fascinante que te permite conocer otras culturas, otras lenguas… pero sobre todo a personas. Lo cierto es que en Sudáfrica estuve pocas horas y todo lo vívido ha sido en Lesotho.
Lo primero que te encuentras a la llegada a Lesotho es que… bueno la verdad que nada de lo que traes de europa vale aquí. La estructura de los pueblos no tiene nada que ver con lo que conocemos y cualquier pensamiento preconcebido no vale para nada… Es increíble. A veces no somos consciente de lo que tenemos. Y quizás ese pensamiento hace que nos planteemos la vida de una manera artificial. No quiero ponerme filosófico pero habría que darle una vuelta al modelo social y de pensamiento que tenemos en la vieja europa.
Uno de los objetivos de nuestra presencia aquí fue traer ayuda a una escuela local. Era algo que queríamos hacer y que íbamos a comunicar una vez hecho. No se trata de autoproclamarnos héroes, ni ser los salvadores de nada. Gracias a mi cuñada Elena conseguí material sanitario, material de gran calidad y que aquí seguramente pueda salvar vidas. También traje conmigo material escolar, aquí no hay tiendas y ni mucho menos pinturillas de colores, se tiene lo básico. Así que un poco de color en los cuadernos no les vendrá mal. Soy consciente de que se podía hacer mucho más, pero bueno cada uno llega hasta donde puede. Mis compañeros canadienses la verdad que hicieron mucho más.
De esta experiencia me quedo con las personas. Ha sido sin duda (salvo experiencias muy personales) la experiencia más importante de mi humilde vida. No creo que nada de lo que haya vivido me haya enseñado tanto. Tenemos tanto que aprender…
Yo me encuentro alojado en Maliba Lodge, la verdad que es un oasis en medio de Lesotho. Se encuentra dentro de una reserva natural y está enfocado al turismo de alta montaña. No es un hotel como los que conocemos del caribe, pero sus vistas y su emplazamiento son increíbles. El paisaje es espectacular. Las fotos no hacen justicia. Se trata de mastodontes de casi 4000m que surgen unos al lado del otro como si se tratase de un laberinto cerca del cielo. Se lo recomiendo si tienen la posibilidad de venir hasta aquí. A diferencia de las montañas del país vasco que para acceder a la cumbre hay que dar un rodeo aquí la subida es vertical. De ahí su dureza.
Otro día hablaremos de la carrera de ayer y de la de hoy (al final hemos corrido dos). De la experiencia deportiva, de correr a 4000m, de sufrir, de sudor y de lágrimas. Pero permítanme que hoy me centre en lo personal, que para mí ha sido y será lo más importante de este viaje.
Aún recuerdo las tardes en casa, cuando iba al colegio y tenía que estudiar. Siempre deseaba que el examen no llegase nunca, ojalá lo muevan pensaba (nunca lo movían). El sábado llegará el examen, nos vamos para Sudáfrica, Lesotho nos espera.
Todo comenzó un 19 de junio con un mail de Alfonso García:
Otro tema. ¿Quieres ir a Sudáfrica? Yo no puedo. En principio se suponía que era de jueves a domingo, pero por el tema de vuelos, traslados y demás, me tengo que ir un miércoles por la mañana y vuelvo al martes siguiente, es una semana entera. Si te interesa, lo propongo
Una mañana de teléfonos a mi círculo de confianza (Mi mujer y Gustavo) y al cabo de unas horas:
CHavalote, creo que te vas a Sudáfrica:
Morning Alfonso, absolutely…that sounds good
please have a chat to him and let me know
I will be away until Monday
but email me the details if you need to
Desde entonces una carrera contra el reloj. Había mucho que hacer y poco tiempo que perder. Había dos planos que cubrir: el logístico y el deportivo. En ese momento estaba lesionado y no me veía con fuerzas para correr un 10km, ni mucho menos correr un ultra… Y el logístico, ir a Sudáfrica no es ir a Basauri, ni en distancia ni en euros. En este último aspecto hice un par de sondeos y vi que no había posibilidad de sacar financiación sin dar el paso a una prostitución deportiva. Hay lineas rojas que no quiero pasar. Si una persona no es capaz de quitarse de sus gastos de ocio el dinero para acudir a una carrera así, quiere decir que no es lo suficientemente importante como para ir.Y así lo hice, a poquitos fui reuniendo lo necesario para cubrir el vuelo y los gastos. Agradecer a Reebok, Victory Endurance, Bioiberica y Multióptica Elías por ayudarme con el material, de no ser por ellos, seguro que hubiese sido imposible, muchísimas gracias.
En lo deportivo se libraría otra batalla. Empezar de cero para llegar en noviembre a correr un ultra… en noviembre!! y en julio aún sin correr. Como no vivo de esto y no tengo intención, la primera quincena de agosto me fui con mi familia a Tarragona. Necesitaba un estímulo y estar con los míos para volver a coger fuerzas y asumir una preparación de este calibre. Ahí empezó todo… horas de la siesta al sol entre melocotoneros, vueltas a un campo de futbol 7 a las 23:00 mientras ellos dormían, vueltas a un parque mientras mi mujer paseaba con el carro…
Ya en casa inicié los entrenos con mi nuevo club el Atletismo Santurtzi. Esto me ayudó bastante. Necesitaba alguien que tirase de mí en esa época y nadie mejor que ellos. En este periodo hemos competido, me gusta competir y me viene bien: 10km del puente colgante, Mello Saria, Reebok Spartan Race, XTrem Finaga, Milla de Berango, Cursa Hospitalet del Infant, Hiri Krossa… Con mejores o peores sensaciones.
Necesitaba más, sabía que con esto no iba a llegar. Un ultra es otra cosa, no es correr rápido, es correr mucho. Estos entrenos en la pista debían de ser completados con más… en septiembre y octubre recurrí a buenas sesiones en el gimnasio (noviembre ya no, de ahí lo de ahorrarse unos euros) y a doblar entrenos en el rodillo a las noches. Pero a pie necesitaba más…aquí surgen dos figuras que me han ayudado mucho: Rober Sagastuy mi compi de curro que hacía de las mediodías un entreno de los que suman y Gotzon Solaegui que hizo de los sábados un tortura agradable. Cuando trabajas 8h, tienes una casa, una familia y entrenas 2-3h es difícil sacar fuerzas si estás solo. Capítulo aparte merece mi mujer. Siempre me ha apoyado en estas aventuras (por disparatas que fueran), tanto para iniciarme, como para que pudiese entrenar para intentar llevarlas a buen puerto.
Todo lo que estaba en mi mano está hecho. Esta vez estoy con la conciencia súper tranquila, más no se puede hacer con tan poco. Voy muy bien, estoy muy fuerte y tengo la cabeza más fuerte que nunca. No me gusta ni la falsa modestia, ni las bravuconadas, pero yo voy a Lesotho a por todas, que quedaré el último? pues puede ser, pero no me voy a esconder. Voy a estar ahí hasta que pueda, dando la cara, el que quiera ganar un puesto me tendrá que pasar por encima. Sabiendo de mis limitaciones.
El miércoles parto al que puede ser el viaje personal más importante de mi vida, tengo cosas en las que pensar y puertas que se abren y cierran. El miércoles se me abre una puerta, espero no cerrarla en falso.
Os dejo unas fotos que me han llegado desde Lesotho… no es para daros envidia pero lo parece. La siguiente comunicación será desde allí.
Nunca juzgues a primera vista. Con esta frase arrancamos el test de estas All Terrain Super de Reebok. Zapatillas diseñadas para correr fuera de pista y en especial para carreras tipo Spartan Race. Pero que dan para mucho más. Vamos a tratar de definirlas y ayudar a la gente a encontrar su uso adecuado.
El test lo he desarrollado por pistas compactadas, hierba, terrenos con piedra suelta, barro y algún tramo por asfalto. También las he probado en carrera para ver cómo responden a ritmos un poco más altos que los de un entrenamiento. Cómo sabemos en una carrera siempre apuras un poco más el agarre, arriesgas un poco más en las bajadas e intentas ir lo más rápido posible.
Se trata de una zapatilla bajita, con muy poco drop y muy poca amortiguación, un poco más en el talón. Una zapatilla honesta que no regala nada, no hay artificios. Lo que ven es lo que hay. Con una suela que vale oro, repito vale oro. He probado muchas zapatillas y ninguna tenía un agarre como esta. En barro, con piedra suelta y con zonas de asfalto húmedo.
Como se ve en la foto, los tacos del ante-pie son más pronunciados para facilitar el agarre. Y los de la parte posterior son un poco más anchos para facilitar la frenada en bajada. Cuenta con la parte media algo más reforzada para evitar que nos clavemos piedras, pero sin restar flexibilidad.
Esta Reebok All terrain Super, son de corte minimalista, sin mucho artificio y con una media suela que proporciona algo de amortiguación necesaria para correr por fuera de pista pero sin la sensación de que cada vez que pisas, pisas sobre una superficie inestable.
Hasta aquí la parte baja de la zapatilla. Vamos con el upper. Muy transpirable en su conjunto con la puntera reforzada (evitar golpes en las uñas) y con un tejido de duragrip. Esta parte suele ser la que más sufre de durabilidad y no está de más que vaya reforzada. El resto está formado por una tejido que permite la salida del agua o barro. A mí, y ya es opinión personal, me gustan más estos tejido que los impermeables (gore-tex) ya que en un terreno con barro y lluvia es imposible que no te entre agua. Dicho esto, es mejor facilitar la salida que evitar la entrada. Ya que también evitas correr con un chubasquero en los pies: exceso de sudoración, pies mojados, ampollas…
Ya hemos tratado de definirla, ahora toca encasillarla o explicar que uso creo yo que es más correcto. Suelo decir que no hay zapatilla mala o buena si no uso incorrecto/correcto.
La Reebok All Terrain Super, se trata de una zapatilla muy ligera, con gran agarre y con una amortiguación mínima. Ideal para carreras cortas en terrenos complicados, no he visto un comportamiento igual en barro. Para kilómetros verticales en los que prima la ligereza y la tracción. Para crosses, un uso para el que igual no estuvieron diseñadas pero que me parece ideal, será la zapatilla que use yo en este tipo de carreras. Para entrenos sobre hierba o o arena compacta. Obviamente son perfectas para carreras de obstáculos tipo Spartan Race. Podríamos calificarlas como unas voladoras de montaña.
A mi me han sorprendido mucho. El problema puede venir cuando se le da un uso para el que no han sido pensadas. Estas zapatillas no están pensadas para carreras muy largas en las que hay que darle un plus a la amortiguación, para eso están las All Terrain Trail. Esto es un fórmula 1. Lo digo y lo repito, esta suela para mi vale su precio 110€. Da mucha seguridad sobre todo bajando y ayuda mucho a evitar pisadas inestables en terrenos resbaladizos, da seguridad y la seguridad ayuda a la velocidad.
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