Todo legal

 La puerta giratoria es la metáfora de una realidad pública-política española que nada tiene de poética sino de prosaica ambición personal.

El año pasado el consejero de sanidad de Madrid sr. Lamela inauguró un hospital público del que concedió su explotación privada a la empresa Assignia Infraestructuras en cuyo consejo de administración entró él mismo cuando salió (o le catapultaron) del cargo público. Salto con red en pocos meses, con conflicto espurio de intereses entrelazados.

J.M. Benito, alto cargo en Sanidad de Castilla la Mancha, adjudicó contratos por 36millones de euros a la empresa CLECE-ACS, en la que comenzó a trabajar como asesor ocho semanas después de su cese en el cargo público.

Los ciudadanos/as no sabemos a ciencia cierta si Enagás es una empresa privada, pública o según, pero sí que las exministras Tocino y Palacios, el expresidente de Alianza Popular, Hernández Mancha, el expresidente del Tribunal de Defensa de la Competencia del Gobierno de Aznar, Gonzalo Solana, y el hasta hace unos días director general de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa, Luis Valero, serán del consejo de administración de esta empresa “privada” con unos ingresos superiores a 70.000 euros al año, una nadería comparado con lo que cobrará como consejero delegado Marcelino Oreja(jr), tras su paso por responsabilidades públicas… sí, lo han acertado, en áreas de energía. 

No se apuren, no pasa nada, todo legal, como ha sentenciado el Tribunal Supremo, que no ve delito en que 60 diputados cobren por gastos de alojamiento y manutención 1.823,26 euros al mes pese a contar con vivienda propia en la capital del reino.

No extraña que el Consejo de Europa critique  la ‘puerta giratoria’ de los  parlamentarios y en general de los políticos españoles, no tanto cuando están en ejercicio sino especialmente cuando cesan en sus cargos, desde los que giran su puerta sin solución de continuidad a empresas privadas relacionadas con los ámbitos de su anterior actividad pública.

Podría rastrearse algún indicio de incompatibilidad e irregularidad, pero en general en todos estos giros de puerta no existe ilegalidad comparable al terrible delito del parado que arregla grifos.

El Consejo insiste en la total falta de códigos éticos que controlen estos trasvases en España, pero en el país de Roldán/Armada, Gürtel/Filesa, Gal/fondos reservados… hablar de códigos éticos y deontológicos es pedirle a Rinconete, Cortadillo o al Lazarillo de Tormes que paguen el metro o que no sisen a los amos que les roban a ellos.

Pero claro todo es legal, faltaría más. 

 

Todos somos suizos

Aunque  seamos de segunda, porque en realidad nuestra íntima ambición inconfesada es que quisiéramos ser suizos, confederados de la Helvetia feliz con fuentes manando leche y miel. Y entre sorbos de esa fuente degustar chocolates, llegar puntuales con precisos relojes, esquiar en interminables pistas blancas, encontrar trabajo seguro y bien remunerado, disponer de 70.000euros de PIB, depositar nuestros ahorros en bancos fiables (junto a las grandes fortunas mundiales), pasear por calles impolutas… bueno, no es un sueño sino una realidad suiza algo edulcorada. En la Confederación Helvética viven 8millones, pero a nosotros/as nos gustaría ser de los 6,2millones con ciudadanía suiza, no de los dos millones que allí habitan sin serlo y que saben de las leoninas condiciones administrativo-legales para acceder a la ciudadanía. Claro que no todo es pan y edelweiss en el país alpino, el 7,6% vive bajo el umbral de la pobreza (maticemos: menos de 2.200 francos suizos/mes) y el 9,3% de los niños sufren esa misma pobreza, pero esto no resta un ápice de intensidad a nuestra ambición del dorado helvético.

Quizá por ello nos haya caído como un cántaro de agua helada su decisión de controlar la inmigración, incluso la de UE: aeropuertos, carreteras, contratos, beneficios sociales… todo bajo estricto control; ha sido decisión mayoritaria adoptada en una votación democrática a las que tan habituados están los suizos, no como en estos lares, donde posturas como éstas las adoptan cuatro en un gabinete de viernes correquetepillo. Por eso mismo pueden adoptar decisiones que otros muchos desearían y no se atreven, como fue no dejar instalar minaretes. Y nos afecta, porque con 25 años, los estudios terminados y paro en vigor, siempre quedaba la recámara: “hago la maleta y emigro…” a Suiza, a Bélgica, Inglaterra, Dinamarca, Alemania… pero todos estos países, de una u otra forma, están constriñendo la entrada y engrasando la salida: la invitación-invectiva es perentoria.

Mientras Suiza decreta cerrojazo al emigrante con votos, leyes y sutiles controles, por aquí también echamos el cerrojazo a nuestro modo, con vallas, concertinas, balas de fogueo, pelotas de goma, mucho tricornio, internamientos denigrantes, expulsiones indignantes… y de camino mucha declaración política con cúmulos de mentiras y verdades a medias, “digo Diego, aunque antes quise decir digo”, explicaciones y desmentidos inverosímiles.

Somos, o pretendemos ser suizos, pero ejercemos de segunda, de suburbio, sólo en lo menos bueno, porque nadie quiere conocer lo que de verdad queremos.

Como diría mi alter ego, en Berna separtenlacaja con nuestra cutre forma de copiar su xenofobia.

 

 

 

Timo popular

 Ahora  que según los expertos-oráculos económico-financieros tenemos la prima de riesgo en niveles razonables, algunos se preguntan si no habría llegado el momento de salvar no sólo a la etérea-deletérea prima de riesgo, sino a los hermanos afectados de carne y hueso, ciudadanos/as en paro, sin prestaciones y con menos futuro que un manco calígrafo o a jubilados con pensión menguante proporcional a su edad creciente, o estudiantes que necesiten becas, o a preferentistas que anhelan recuperar lo que les birlaron quienes dispararon la prima de riesgo, o a jóvenes bien preparados… de maletas, camino de cualquier lugar que les acoja con trabajo. Pero el Estado mariano no tiene alma de Olentzero o rey mago.

Quizá por ello losdeapie agarremos la esperanza que crean manifestaciones de protesta como la movida en Gamonal-Burgos ante la alcaldada municipal; tal vez porque sean resquicio para colar la voluntad popular entre los vericuetos de las decisiones gubernamentales impuestas. Ver dar marcha atrás en una decisión que poco antes parecía inamovible e inexorable congratula al ciudadano. Veo la última manifestación de Bilbao, recuerdo los movimientos-15M y otras manifestaciones. Esperanza.

Pero el frontispicio de la marcha atrás del alcalde burgalés no puede engañarnos sobre la rebotica interior, porque los constructores reclamarán sus derechos… y quizá consigan construir el impopular boulevard por la puerta trasera. Del mismo modo que se ha hecho tras tantas y tantas manifestaciones: oídos sordos y respuestas contradictorias a las clamorosas demandas.

Sin ser nihilistas como el cómico-cantautor Albert Pla, es razonable que nos atraiga su cinismo ácrata anti-sistema y por supuesto su escepticismo, “no sirve de nada manifestarse, el rey es un hijoputa, los políticos roban y los bancos son una mierda y todos participamos cuanto podemos en el timo”. Según el cómico catalán, este gobierno et al, no es que mientan, roben y sean injustos, sino que nos timan porque nos hacen creer ricos, buenos y justos cuando no lo somos, coparticipando así de su tocomocho.

No es nuevo saber que todos contribuimos al sainete con el juego del timo que nos plantea el gobierno mariano/zapateril/aznariano o guerrista, pues adulamos al rey, elegimos a los gobernantes y trabajamos con los bancos. Y si podemos-pudiéramos hacemos-haríamos lo que ellos, ¿O no es así? Así que las denuncias por corrupción tienen tan poco recorrido, igual que las reclamaciones cívicas: van al archivo redondo.

Ojalá que la manifestación burgalesa tenga éxito, pero me temo que como en casos urbanísticos anteriores, “el Golpe” no ha hecho sino empezar.

Pañales para viejos

Ancianos, viejos, mayores, terceraedad, jubilados, pensionistas, clases pasivas, adinekoak… términos para suavizar la realidad del inexorable declinar del tercio crepuscular de la vida hacia el colapso final. El pañal es el pálido reflejo del retorno hacia la infancia, aunque en los niños su uso se elimina en dos/tres años, mientras en los mayores la dependencia puede durar décadas. En consecuencia, en Japón el negocio de pañales para adultos ha crecido un 100% anual con beneficios de 1.500millones euros/año, va viento en popa y ha desbancado al menguante mercado del pañal-bebé.

Me pregunto por qué y para qué utilizaban casco los kamikazes japoneses. Japón es el país con mayor expectativa de vida, el más envejecido y sin niños/as suficientes que den el relevo poblacional. En 2050 serán 27millones menos los nipones del sol naciente, y menos si no cambia el sesgo sexual de los jóvenes japoneses, que ni se ennovian, ni se casan y menos aún practican sexo, porque el amor es un obstáculo en su carrera. El «[Enlace roto.]» afecta al 60% de jóvenes, que se declara carente de apetito sexual. Prefieren el sexo virtual de internet sin problemas emocionales.

Plegando el mapamundi, en Euskadi encontramos demasiadas similitudes demográficas como para no preocuparnos. No diría que aquí la libido juvenil —al menos el blablablá— esté menguante, pero la primera maternidad ronda los 32años, con natalidad en rango japonés, con defunciones y nacimientos en marcha inversa hacia la confluencia en 2017, para luego intercambiar sus trayectorias actuales. Como además la crisis ha cortado el flujo de inmigrantes jóvenes en edad fértil…

Si a los actuales datos poblacionales sumamos la aplicación de la medicina personalizada y regenerativa vía células madre… nacerán menos, pero la esperanza de vida puede rebasar pronto los cien y … más.

En 2050 serán 2.000millones en el mundo con más de 65 años. Para la mayoría será un quebradero de cabeza, pero abre una  gran oportunidad para otros: pensiones, farmacia, hospital, residencias, consumo… pueden ser cosas públicas… pero también privadas. A ello se aplican con denuedo desde algún tiempo los gobiernos de feroz liberalismo-neocom, tipo mariano español. Los datos demográficos cambian las expectativas y modifican el objetivo-diana de consumo del joven al anciano: pañales más grandes… así que privatizando los servicios para tantos ancianos, el negocio será redondo. Queda el consuelo de poder ser matusalenes, aunque seamos negocio redondo para los mismos que ya lo hicieron con nuestra juventud. Pañales para niños o para viejos, da igual, business is business.

El punto dulce de la felicidad

Este «punto dulce» está exactamente en 26.561 euros/percápita/año. Vamos, solo puede comprarse la felicidad hasta este punto-clímax económico al que nuestra felicidad va in crescendo, pero a partir de tan paradisíaco guarismo nuestra satisfacción decae. Diríamos que a mayores aspiraciones económicas, mayor insatisfacción. Aunque Nicolás Maduro tenga lapsus de verdad «los capitalistas especulan y roban como nosotros», los políticos honestos (¡qué los hay!) tratan de conseguir desarrollos económicos que satisfagan a sus conciudadanos.

Por esto, tras descubrir que la satisfacción está cayendo entre los habitantes de países ricos, los economistas han descubierto la medida de bienestar material de la felicidad: 26.561euros. A partir de ella las personas empiezan a sentirse desgraciadas ante unas expectativas de vida más exigentes.

El gozoso cálculo que publica la revista científica PLOS one es la conclusión de una investigación realizada por las universidades de Warmick(GB) y Minnesota(USA). Felices referentes bibliográficos, ahora sabemos que los ricos además de la riqueza también buscan la felicidad. En Reino Unido, con 27.299 euros de PIB, están comprobando que la felicidad ciudadana va en declive: «A más dinero, más consumo, expectativas de vida más altas y en consecuencia personas más desgraciadas», concatenan los investigadores.

Al párroco de Borja le han detenido acusado de apropiación fraudulenta de 210.000 euros. Uno más entre miles de robos, fraudes, astillas, prevaricaciones, blanqueo de capitales… aún estamos a la espera de que devuelvan los dineros del Gal, Roldán, Naseiro, Gürteles, o los de los ERE andaluces… Tanto trajín para pringarse con dinero a cualquier precio choca de bruces con la investigación angloamericana, porque quien más tiene, al menos aquí, más quiere.

En el Estado con 22.300 euros, se está en situación de merecer, pero ¡ojo! en Euskadi con 30.829 euros/per cápita estaríamos empezando el declive gozoso. Chungo, porque este estudio refuta la idea economicista de que con más dinero-PIB, cualquiera estaría más contento. Se olvida el estudio de aclarar que el PIB es una media entre ciudadanos, por lo que imagino la infelicidad/media de Bárcenas, del rey Borbón y apegados, de Fabra, de Botín, o la inmensa no-felicidad de los deportistas de élite, porque claro con «22.300 euros de media» no alcanzan el «feliz» clímax.

De todos modos la felicidad existe, incluso alejada de este guarismo económico. Desde luego, para saber que el dinero no da la felicidad bastaba con el vademécum de proverbios populares o pensar junto con Isaac Asimov, «lo más triste de hoy es que la ciencia avanza más rápidamente en conocimiento que la sociedad en sabiduría».