La gula es ese vicio del deseo desordenado por el placer con la comida y en casa es uno de los pecados que más nos toca combatir. Por cierto hoy en nuestra mesa, vamos a tener exceso de gula si bien, no vamos a pecar porque se trata de esos trampantojos gastronómicos que nos hacen olvidar a las originales que ya no se ven ni en las pescaderías. A estas pecadoras las vamos a rodear de unos canónigos, que maridan de miedo y no va con segundas ¿o sí? y por fin el «detallito» que nos permite ese toque especial, nos preparamos una crema de queso con albahaca y tomate seco que está deliciosa. Una ensalada que nos la tomamos templada porque las gulas nos las hacemos en un pis-pas y de la sartén aliñadas con aceite y un toque de vinagre las volcamos en el aro para que la presentación nos quede bien bonita.
Es un plato sabroso, si os apetece a ponerse el delantal y seguido empezamos.
ELABORACION Crema de queso Incorporamos en un bol los quesos, los tomates secos, la albahaca, un toque de pimienta negra y batimos hasta conseguir una crema.
Reservamos en el frigorífico.
Preparamos las gulas En una sartén echamos 1 chorrete de aceite, 1 diente de ajo y calentamos.
Cuando el aceite está caliente, incorporamos las gulas y removemos todo con suavidad, que se cocine durante 5 minutos hasta que se hagan.
Retiramos la sartén y volcamos las gulas en el plato.
Preparamos la ensalada Lavamos los canónigos y los dejamos en el escurridor de verdura y reservamos.
Colocamos los canónigos alrededor, cortamos los tomates en tiras y los esparcimos encima de la ensalada.
Preparamos un aliño en un frasco, con 1 cucharada de aceite, 1 chorrete de vinagre balsámico y 1 toque de sal. Cerramos el frasco y agitamos fuerte para que emulsione bien. Abrimos y rociamos la ensalada.
Echamos una cucharada de la crema de queso y a disfrutar.
Acompañamos la salsera a la mesa con la crema por si queremos «hidratar» de nuevo la ensalada.