Refugiadas: violencia sexual invisibilizada

Estamos asistiendo a uno de los más lamentables y vergonzosos actos que un ser humano con un mínimo de conciencia solidaria puede vivir: el ya denominado «Pacto de la VergUEnza» (con este nombre pasará a la historia), entre la Unión Europea y Turquía para expulsar a este país de forma masiva a migrantes y personas refugiadas desde las islas griegas. Es decir, expulsarlas como si no importaran a nadie, como si no fueran nada, a cambio de dinero. Tratadas por tanto, como si fueran mercancía que se vende entre fronteras.

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Más de 1.000.000 de personas llegaron a Europa el año pasado sólo por mar. Se calcula que murieron 35.000 (el 20% menores). En lo que va de año han llegado más de 100.000. Cifras que nos hablan sólo de una cosa: el sufrimiento inimaginable de tantas y tantas personas  que habiéndolo perdido todo, huyen de la guerra, de la miseria, del miedo a perder su vida y la de sus hijas e hijos.

Europa en un alarde de cobardía a todas luces inexcusable, en vez de poner en marcha políticas de asilo y reubicación de las personas refugiadas, hace mutis por el foro y las trata de forma más que humillante: como si fueran muñecos de trapo a los que dar una patada y mandarlos a un país donde todavía está por demostrar si es seguro y si se van a respetar sus derechos, algo harto complicado porque cuando las expulsiones son masivas ya se sabe de antemano que los derechos individuales van a brillar por su ausencia.

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Para añadir más dramatismo a esta durisima realidad, la vulnerabilidad de las mujeres y menores en situaciones como esta es brutal pero a menudo pasa desapercibida o por lo menos no atendida, más allá de fotografías que nos arrancan las lágrimas y nos pegan un gran pellizco en el corazón. Un ejemplo, es que del escaso número de personas acogidas en la UE, la mayoría son hombres cuando en estos momentos según UNICEF mujeres y menores son mayoría: el 60%  de las personas desplazadas.

La extrema vulnerabilidad de las mujeres y niñas no es un asunto reciente. Es bien sabido, aunque no por ello se toman medidas, que la violencia sexual ejercida contra ellas es un arma utilizada en todas las guerras y en las situaciones de crisis como es el caso del éxodo que nos ocupa. Las cifras de las mujeres y niñas que son violadas en los conlictos bélicos, incluso los más recientes, ponen los pelos de punta y es una consecuencia más del sistema patriarcal que a través del machismo utiliza a las personas del género femenino como objetos de usar, forzar, tirar y también matar. Además de múltiples violaciones y vejaciones, las refugiadas están sometidas junto con el resto de privaciones y sufrimiento del resto de refugiados, al acoso, agresiones de todo tipo, matrimonios a edades tempranas y se ven obligadas en numerosas ocasiones a la práctica de sexo por supervivencia.

open the borders

Una situación extrema (Ver video) que se está produciendo a las puertas de la sacrosanta Unión Europea que con su indiferencia y actitud pasiva nos ha hecho sentirnos hasta ahora, muy en desacuerdo con sus políticas pero en este momento con este pacto mercantilista que acaba de firmar con Turquía donde no se garantizan los derechos básicos de las personas refugiadas me llena, a  mi al menos, de una profunda vergüenza por la actitud más que condenable de este macroente europeo que tan alejado está de la ciudadanía y que se ha convertido en un nido de burócratas más atentos a las necesidades de los lobbys que a las de los y las europeas.

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Hoy, banderas de la UE están siendo arriadas en muchas instituciones públicas. Un gesto sencillo y cargado de valor simbólico. Pero hoy, a esta hora, en este minuto, en este mismo segundo, miles de refugiados siguen con sus vidas rotas, y miles de mujeres y niñas además de esto, viven (si se le puede llamar vida) «muertas de terror». Un terror del que poco se habla, un terror que a mi como mujer me duele en el alma. Por eso es necesario reivindicar que esta crisis humanitaria ha de ser abordada inexcusablemente desde una perspectiva de género para visibilizar los altos nivles de violencia sexual y de género que se producen es situaciones como esta.

VergUEnza

Desde esta pequeña tribuna denuncio hasta quedarme sin palabras, lo que la UE está haciendo. Y hoy, como no tengo muchas más armas que las que escribo, arrío banderas que quizá nunca podamos volver a izar. Y grito alto por ello!

Con Ali

 

Publicado por

Carmen Muñoz

Feminista. On Fire!

2 comentarios en «Refugiadas: violencia sexual invisibilizada»

  1. Por supuesto, hay que oponerse a las políticas de la UE y a la UE en sí misma. Pero lo de la «perspectiva de género» resulta un tanto falaz. En la guerra de Siria (como en todas), en su batiburrillo de bandos, el 99% de los combatientes son hombres. En ese contexto de locura que es la guerra, las mujeres tienden a estar más protegidas. Si eres una chica siria de 18 años, quizás puedas sobrevivir. Si eres un niño de 3, quizás también. Pero si eres un chico sirio de 18 años, lo tienes crudo. ¡Pero que muuuy crudo! La violencia bélica es total: no entiende de teorías de género. Pero si yo fuera un chaval combatiente en el frente de Homs, no me importaría ser «un objeto sexual propiedad del patriarcado» si con eso salvo mi pellejo. Son los soldados rasos, todos varones, el 100%, los que son «objetos de usar, forzar, tirar y también matar». En una guerra, como en un incendio o naufragio, las mujeres y los niños primero. Por eso hay más refugiadas, y por eso los varones que hay se refugian como desertores. Hacer de «x ser mujer» una especie de agravante victimista en una guerra total como es la de Siria en la que todos sangran (los primeros, la carne de cañón que está en el frente) me resulta un tanto obsceno.

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