Dando la nota

Es la sabiduría del azulejo de tasca. Hace un día estupendo; ya verás cómo viene alguno y lo jode. Tal cual, oigan. Prácticamente todo el arco ideológico —cómo pica, ¿eh?— con la emoción aún a flor de piel por el bello homenaje al heroico y pluralísimo primer gobierno vasco, y tenían que venir las excrecencias tiñosas a montar el lío. Me apresuro a aclarar que no me refiero a los sindicatos que, creo que con bastante razón, mostraron su malestar por no haber sido invitados.

Hablo, por ejemplo, de quienes, con dos bemoles, se arrogaron la continuidad histórica de algunos de los partidos presentes en aquel ejecutivo. El hilo entre la Izquierda Republicana de Azaña y la minúscula camarilla que lleva hoy el mismo nombre es puro choteo. Y en cuanto al PCE-EPK, lo que me iba a reír si los fundadores se levantaran de la tumba y se encontraran lo que han hecho con sus siglas. Por cierto, unas y otras (IR y EPK) integradas en una coalición llamada en la CAV Ezker Anitza, que ha concurrido a los dos últimos comicios con Podemos. Pues miren ustedes que en Gernika sí estuvo el viernes su candidata a lehendakari, Pili Zabala. ¿Es que no la reconocen como representante?. No hace falta respuesta: esto va de fulanismo, de estar en la foto, o si no, me enfado y suelto que todo es una peneuvada, aunque en el acto vimos a Garaikoetxea, Otegi, López, Mendia, la citada Zabala y hasta Carmelo Barrio.

Eso, sin mentar el trato infame que dio el EPK ortodoxo de Ormazábal a su consejero. Lo expulsó tachándolo de traidor. No por casualidad, Juan Astigarrabia murió en 1989 como militante de Euskadiko Ezkerra. Leamos más.

Lehendakari, sí; portavoz, no

Una noticia despistada en la maraña de la actualidad: Lander Martínez será el portavoz de Elkarrekin Podemos en el Parlamento vasco. Enunciada como afirmación, casi cuela. Pero esta vez  el mensaje está en la parte que queda en sombra. Es la versión negativa la que habla: Pili Zabala no será la portavoz parlamentaria de la coalición que la presentó como candidata a lehendakari. ¿A nadie le sale de ojo? Después de intentar convencer a la ciudadanía de que era la persona indicada para asumir la presidencia del Gobierno Vasco, se decide que entre quienes le acompañaban en las listas, hay alguien más idóneo para ejercer la portavocía.

De entrada, se me ocurre que era una información que se debía haber suministrado a los votantes: “Miren ustedes, para Ajuria Enea, sí; para la tribuna de oradores, no”. Pensaba uno que en la inmaculada nueva política no se estilaban ni el ocultamiento ni el culebreo. Todo a la cara. Ya vemos que no. Algún pie para la suspicacia ya da. Máxime, cuando ante lo que los miopes vimos como un incumplimiento de expectativas del carajo de la vela, se nos explicó con tono de institutriz cabreada que estábamos ante una irrupción sideral en la cámara vasca. Bonita forma, entonces, de recompensar a quien ha puesto rostro y alma a ese éxito sin precedentes: relegarla a un puesto ornamental y, en lo sustantivo, a poco más que un dedo que apriete un botón. ¿Que tomará la palabra en las cuestiones de paz y convivencia? No me cabe la menor duda, y será el modo de confesar sin tapujos el tipo de razones a que obedeció su elección, y en el mismo viaje, que se trató de una decisión fallida.

¡Campaña y se acabó!

Al final, tampoco ha sido para tanto. La campaña que se acaba hoy, digo. Estaba el miedo a la contaminación del pifostio español, y la cosa se ha quedado en casi nada. Cierto, no porque no lo hayan intentado los recalcitrantes visitantes de las cuatro franquicias españolas. Para nota, de hecho, el intento a la desesperada de Pedro Sánchez, en fase regresiva a Ken y copiando el tono no se sabe si a Félix Rodríguez de la Fuente o a DJ Pablo, postulándose desde Portugalete como alternativa al que le suda el yameentienden que haya o no terceras elecciones. Y aun así, poco parece que va a rascar entre nosotros, más allá de unos titulares de aluvión y unos blablablás de los todólogos de guardia. Que le aproveche.

Por lo demás, y quizá habla por mi una suerte extraña de síndrome de Estocolmo, no ha faltado entretenimiento a esta quincena de veda abierta para la caza del votante. Las gildas como mejor oferta, el euskera convertido en asustabobos, el desempoderamiento más descaradamente empoderado (o viceversa), los desahucios trucados para el selfi de rigor,  y la letanía falsaria que asegura que lo que importa es la economía. Queda todo eso como tachuelas coloreadas de las que empezaremos a olvidarnos en medio rato.

Venga, va, y también el momentazo del debate, ese silencio torpón que se tornó en Pili, levántate y anda. Pena que no tuviéramos ocasión de asistir a la recíproca porque hay cosas que todavía no se pueden decir. Y como argamasa para dar sentido a todo, esas encuestas que han sonado a peligroso canto de sirenas para la fuerza señalada obstinadamente como vencedora de largo. Cualquiera se fía.

Errejón vuelve a palmar

Qué pena más grande, Iñigo Errejón representando su propia caricatura, la del niño gafapasta al que le quitan los cromos y el bocata en el patio del colegio. Con qué docilidad lamelibranquia bajaba la cabeza ante los micrófonos y decía que el abusón de la clase no le había pegado, que solo estaban jugando a Tarzán y Chita. O, entrecomillado del modo en que lo recogen las crónicas incluso de los medios menos sospechosos de antipodemismo: “A lo mejor los españoles tienen que acostumbrarse a que se contrastan ideas en abierto y somos compañeros”. Guau, guau, guau, le faltó añadir. Buen chico, de nuevo a palmar, como cuando hace medio año el líder destituyó sumariamente a Sergio Pascual, su hombre de confianza, y después de pasarse dos semanas de morros sin aparecer en público, volvió un día a su escaño a recibir las carantoñas para la cámara de su dueño.

Lo divertido y a la par revelador es que esta vez Iglesias Turrión se ha superado en egolatría y perversión. Ha atizado ante los focos a su saco de las tortas por haber osado opinar que quizá la formación morada debería dulcificar el discurso. Con dos narices, Pablo se mofó de Errejón en un mitin en Vigo: “Podemos construir un torpe silogismo según el cual hay que parecerse a los partidos tradicionales para que te vote la gente”. Servidor, que tiene una gota de memoria, recuerda que fue él mismo quien dijo el pasado 3 de julio en El Escorial lo que sigue: “Entramos en una fase en la que nos tenemos que convertir en un partido normal”.

Desde el córner, la candidata digital Pili Zabala trata de que la bronca no le salpique: “Es cosa de ellos”.