Ya tenía ganas de volver al blog. Durante este tiempo de pandemia y posterior “nueva normalidad” le he dado muchas vueltas a la cabeza. Algo normal en mí, para no llegar a nada, más normal aún… Pero este blog es eso: el lugar donde se plasman divagaciones varias.
Lo he pasado mal. No lo voy a ocultar. ¿Qué hay gente que lo ha pasado peor? Muchísimos más. Y que en comparación con ellas, no tenga razones para quejarme, no implica que no pueda pasarlo mal. Que haya alguien peor, no implica que tu debas estar feliz. Han sido muchas las razones, pero esto no es blog personal (en el sentido de la hablar de Iker como persona si no como “deportista”) ni un blog político, ni el blog de los seguidores de Miguel Bosé… Pero por muy diferente que me crea o incluso más duro que la media, que en algún post me he referido a mí mismo, estar meses (meses ojo, que no días) teletrabajando, tele formando a los hijos, angustiados por no saber si vas a poder hacer tal o cual cosa…agota. Agota.
Como decía le he dado vueltas a muchas cosas. En lo que afecta a este blog, mi visión para con el deporte y para con los retos… Antes, aquel que hubiere seguido este blog, habrá leído historias de correr un ironman, un ultra y una travesía en el mismo mes. No había límites. No sé porque, no necesariamente la merma física, pero de un tiempo a esta parte estoy eligiendo los disparos. Hombre, sinvergüenza, si no ha habido carreras. Es cierto que no ha habido carreras, pero podría haberme apuntado a varias (que luego se suspendieron) y no lo hice. Y no es por ganas…es porque creo que estoy empezando a intentar hacer las cosas medio bien. Y alguna vez lo he dicho, con 40 años que cumplo el sábado, ya no me llena correr 5 maratones al año si estas se van a las 4h. No se si es pretencioso, se que es la realidad. Creo que tengo una bala en la Ultra distancia y no la voy a malgastar.
Dicho esto, el que siga el blog o mis redes sabe que lo mío con Tailandia es de ir al médico. Como la canción aquella, no es amor es obsesión. Por muchas razones, quizás la primera es que no vea mi espacio aquí, ni en Portugalete, ni en Euskadi, España, Europa… Por lo que intento unir mis viajes con carreras chulas que me permitan visitar algún rincón desconocido, correr o simplemente comerme unos pinchos de pollo y una Chang enfrente del seven eleven, sin más pretensiones. Viajes (o intención de ello), que cada vez se acercan más a la terapia y menos al turismo.
Al hilo de estos dos argumentos, me han invitado a un 200millas en el norte de Tailandia. Lo que viene siendo 320km. Antaño ya estuviera inscrito. Ahora tengo dudas. Que coño dudas, miedo. Miedo a la distancia, al dolor, a que me pase algo… cuando has corrido mucha distancia, sabes lo que cuesta, me sorprende la gente que se apunta a un ironman sin entrenar a un ultra con 50km a la semana…por el hecho de hacerlo. Yo sé lo que me cuesta, se lo que me duelen las piernas y tengo miedo. Honestamente.
Puede que lo haga o puede que no, puede que corra 200 o 100 millas o 100km que ofrecen desde la organización. No lo sé… la verdad que me gusta la opción de las 200millas porque recorres todas las aldeas del norte y las tribus más auténticas. Evidentemente me lo tomaría tipo por etapas, descansando o medio durmiendo o algo así. No creo que al menos yo, pueda correr 320km sin parar, ni andando…
Yo creo que el devenir del blog desde ahora irá por estos derroteros. Cómo lo afronto, qué sensaciones tengo… porque, aunque no tenga nada claro que vaya a ir, si que tengo claro que me voy a preparar como tal, como si lo fuese a correr al 100%. Porque yo al menos, vivo de ilusiones.