Entre la necesidad y la huelga

Toda  la vida regalando en rosa como manifestación de la realidad femenina y hasta de la propia feminidad, de la primavera y del amor, para que ahora unos asépticos científicos nos chafen el arquetipo asegurando que el rosa como tal color no existe: es mezcla cromática del rojo y violeta. Así que el rosa sólo reside en nuestras mentes, mera construcción de nuestros ojos y cerebro.

En la ciudad china de Changsha la constructora Broad Sostenible Building ha levantado en 15 días -exactamente 360 horas- con materiales prefabricados de acero/vidrio y hormigón, un rascacielos-hotel de 30 pisos con 500 habitaciones. Es el nuevo exponente del bazar chino de 24 horas/día, siete días/semana, 52 semanas/año. Ni un minuto para la relajación. Muestran orgullosos la obra terminada, pero no mencionan a los operarios y su tipo de contrato laboral, sueldos, horarios, seguridad, derecho al descanso nocturno, semanal y anual, derechos a baja por accidente o enfermedad… estos aspectos del camino aparecen como minucias sin valor en el logro final.

La promotora asegura que sus métodos de construcción son baratos, ecológicos y seguros, añadiendo que en un próximo futuro se construirá bajo estos parámetros. Lo intranquilizador para nuestros lares es que en la aldea global esta filosofía de actuación no es algo de la China remota y del Extremo Oriente, sino el modus operandi con el que tendremos/ya tenemos que competir.

Al parecer, así lo entienden/asumen los conmilitones del inquilino monclovita en la nueva Ley de relaciones laborales, mucho más cercana a las realidades del trabajador/a de las riberas del Yangtzé o del Huang-ho que del Rhur. Si ya el mero cambio de horario de verano o de turnos provoca un «incremento» de incidencias laborales, imagínense las consecuencias de este sismo laboral.

La necesidad de enfrentarse a esta ley claramente cercenadora de derechos laborales básicos es imperiosa; pero sus convocantes legales, unos sindicatos -léase CC.OO./UGT- que han vivido al plato y a la tajada con embolsillamiento personal incluido, no pasan por ser los más fiables para ser seguidos como guías.

A lo que debemos sumar que el seguimiento huelguístico, exitoso o no, será irrelevante en el futuro de la ley. Parece demostrado que el color rosa no existe en el mundo globalizado. Aunque, por supuesto, a muchos/as nos quede la certeza absoluta de que el rosa existe, sea o no onda pura del espectro de luz visible.

El sueño real

En Madrid fue dura la movida sindical por las horas que se añadieron al calendario académico de los profesores; en Cataluña además de fichar 37,5horas semanales, a los funcionarios les reducen el jornal; el mes de julio en Valencia trabajarán obligados todos los profesores.

Casi como el clamoroso rechazo de los suizos -66,5% de los votantes- a la propuesta «seis semanas de vacaciones para todos», incluso en los cantones latinos. Los helvéticos han debido reflexionar a fondo para concluir que algo tan atractivo a priori puede traerles a corto plazo más desventajas que beneficios.

Es la sexta ocasión (ya dieron calabazas vacacionales en 1958, 1976, 1985, 1988 y 2002) que votan «no» a la ampliación del asueto. Son consecuentes, 9 de cada diez de sus empresas son pymes con menos de diez trabajadores y ampliar vacaciones además de irresponsable sería una auténtica temeridad; tal vez también por esto, su PIB/habitante sea de 44mil dólares frente a los 32mil del Estado y su tasa de paro del 3%, mientras que aquí nos codeamos con el 23%.

Claro que ellos pueden votar y decidir directamente en referéndum sobre casi todo, hasta para ampliar una acera, mientras que aquí… Admiten que en su apego al trabajo -45 horas/semana-, está la explicación al porqué la sociedad suiza goce de buena riqueza sufriendo al tiempo de estrés y ansiedad, causas del 40% de prejubilaciones involuntarias.

Casi en el otro extremo, en nuestros lares vacacionamos mucho más y, al decir de los expertos, dormimos una media de 2 horas menos que el resto de europeos, seguramente por lo apetecible del gaupasssa. Pero el trasnoche continuado además de alteraciones, estrés y demás debacles psicológicas puede producir otras derivas indeseadas como obesidad y diabetes. Y lejos de aliviarse, con la crisis omnipresente parece que el insomnio está agudizándose, porque el paro, la incertidumbre y la inestabilidad social reinantes asaltan nuestra almohada produciéndonos duermevela creciente, además de pesadillas reales de tan vívidas.

Algo que afecta a todos de modo más o menos directo; bueno, a todos menos al gran funcionario-timonel Borbón que se puede permitir cabezaditas a pierna suelta en cualquier momento y lugar sin miedo a un ERE, a despido sin indemnización, reducción de sueldo o a una supresión del puesto de trabajo, y porque él trabaja -es un decir-, trasnocha y vacaciona como aquí, pero cobra (como) en Suiza. En realidad el sueño real que todos tenemos.

Lo que las palabras ocultan

Entre los primorosos juegos de enigmas, adivinanzas, acertijos y metáforas sobre lo que las palabras deben decir, quisieran decir y lo que realmente terminan diciendo que Lewis Carroll relata en A través del espejo y lo que Alicia encontró allí, es interesante la cuestión que los gemelos Tweedledum/Tweedledee (Tararí-Tarará) en su fútil discusión le plantean a Alicia de si sería mejor celebrar el cumpleaños o el no-cumpleaños.

 No está nada mal que cada 8 de marzo la celebración/recuerdo/dedicatoria a la «cuestión mujer» (la mitad de la población) sea objeto de análisis, reportajes, editoriales… y controversia. Es importante que hablen de una, aunque sea bien. O aunque exista un línea de pensamiento entre los que se dedican al brillo y esplendor del castellano (hoy, 93% hombres; en la historia de la RAE sólo ha habido 7 mujeres miembros/¿miembras?) que niegue que el feminismo y la gramática española no parecen llevarse muy bien.

Frente a las mujeres que se quejan de que no existen si no son nombradas o de que figuren en peyorativo (paradigma zorro-zorra) argumentando que «el lenguaje está creado por el hombre, para el hombre y tiene como objeto el lenguaje del hombre» como consecuencia de una historia en la que lo femenino ha pintado poquito, están quienes como el profesor Ignacio Bosque intentan poner «lascosasensusitio» argumentando que el lenguaje no es sexista y que han de respetarse las normas sin el estrafalario miembro/a.

Es posible que si así fuera, el tratamiento a la mujer en el lenguaje mediático fuera más respetuoso y tal vez el número de mujeres directivas fuera mayor, la ayuda maternal más generosa, la consideración social menos paternalista, no tendríamos que trabajar más para ganar como ellos, la pobreza no sería femenina, las víctimas de violencia de género no serían mayoritariamente mujeres… y por supuesto, en la RAE habría bastante más ellas-miembros.

Las academias legislan sobre el lenguaje, pero las reformas de verdad las hacen la mayoría hablante sin consultar a los lingüistas antes de abrir la boca; será entonces, cuando el lenguaje oficial no oculte lo que sus hablantes quieren, cuando el número de ellas-mediocres en puestos de responsabilidad sea al menos tan alto como actualmente el de ellos-mediocres. Por esto, en cada 8 de marzo desde 1911 es seguro que la respuesta de la mayoría de las mujeres a Tweedledum/Tweedledee fuera, sin duda alguna, la opción de celebración del no-cumpleaños.

Reservado el derecho de admisión

Trasteando en las ondas es posible toparse con un programa bastante jacarandoso y ziriquero donde, con solemne seriedad burlona, proponen un referéndum para que la ciudadanía vote si quiere democracia o no. El resultado sería bastante engorroso, porque ambos deberían someterse a votación posterior sobre si la primera era vinculante o no, en una concatenada matrioska de decisiones.

Para el experto en psicología política David Dunning de Cornell University, la democracia depende de la capacidad del pueblo para reconocer al candidato político adecuado o la mejor idea política, y según las más recientes investigaciones el proceso democrático que seguimos propicia que el liderazgo y las decisiones políticas sean mediocres.

Seguramente hayan leído en algún local público el Reservado el derecho de admisión y hasta es posible que lo hayan sufrido ante algún portero-gorila controlador de puerta que les haya dejado extramuros por ir mal vestido, ser ruidoso, llevar perro o más alcohol en sangre que un alambique o por ser fumador activo. La lista sería larga, pero difícilmente podríamos imaginar la prohibición por ser médico, profesor, soldador, socialista o vendedor de tebeos…

Por esto es más llamativo que en plena campaña electoral para la presidencia-USA, Jeremy Colby, propietario de un restaurante en Portsmouth (New Hampshire), haya colgado el cartel Queda prohibida la entrada a políticos, sin excepciones. Como también sucede aquí, los políticos americanos en campaña son muy dados a zascandilear y entrometerse en tu negocio, en el mercado, el taller, el hospital y en el bar-restaurante donde tapeas/comes tranquilamente.

El propietario estima que molestan a sus clientes y que para comunicar sus propuestas ya tienen bastante con la intromisión televisiva casera sin permiso. Es imaginable su estupor y hasta enfado al verse tratados como vulgares parrandistas, mal vestidos, fumadores o portadores de perritos… pero en auténtica democracia, ninguna persona/personaje podría interrumpir tu comida sin permiso.

Aquí, las últimas encuestas del CIS recogen que la clase política es vista como el principal problema, inmediatamente después de la economía y el paro. GAL, Roldán, Naseiro, Gürtel, Malaya, Scala, Fabra, EREs de Andalucía, Urdangarin-Camps-Matas-Palma Arena… y un largo rosario de descuideros políticos que podría alargarse sine die. Con estas referencias, ¿cómo quieren ser valorados? Lo raro es que aún se les vote con carta blanca para hacer y deshacer. A lo mejor cunde la iniciativa de Jeremy Colby o la solemne seriedad burlona de un referéndum científico protodemocrático.

Todo por la pasta

Pelotazo público, desconfianza en las instituciones democráticas. La imputación a Urdangarin por fraude, malversación, evasión de capitales… por al menos 5,8millones de euros da qué pensar sobre el “compromiso  real”  con el todo por la patria.

El mismo que el de directivos de la CAM, que tras esquilmarla cobraron cuantiosas ayudas públicas y como la ex directora Amorós blindaron su jubilación de 370.000 euros, además de reclamar indemnización por dos millones. Teddy Bautista, pillado con las manos en la masa  de los impuestos públicos succionados por la SGAE, cobrará una pensión de 23000 euros/mes y una indemnización de 1,3millones por despido.

 En Valencia, los directivos-responsables políticos de la sociedad pública de aguas Emarsa la han saqueado 180000 euros/mes desde 2002, no menos de 25 millones. Así pues no extraña el habitual pudor/prevención al hablar en alto de nuestros ingresos. Cuando conocemos los sueldos de los directivos de BBK/GK y Vital Kutxa también se nos levantan las orejas, pero al menos éstos gestionan con eficiencia saneada sus sociedades.

Como es casitabú que te midan por lo que ganas preferimos circunloquios, de modo que decir que todo es por la patria, por amor o por servir al pueblo está mejor visto que aceptar que todo es por la pasta, tabú-tabú aunque sea lo único cierto en el mangoneo del dinero público. Lo supimos con el socialista Roldán robándoles los depósitos a huérfanos beneméritos. 

Porque aquí es habitual ser sindicalista de CCOO tipo Nogales y embolsarse una prima de jubilación –que los profesores ya no cobran– por dejar un puesto que no ocupa y además seguir trabajando. Podrá ser legal, pero… claro, también Urchuegia llevaba a Somoto pólvoradelrey en su bolsillo. Como los responsables valencianos de cooperación, que adquirieron viviendas con los 2millones destinados a realizar saneamientos en Nicaragua, a donde llegaron 78000 euros.

Ahora estos mismos gestores públicos hablan de crisis y nos piden ‘austeridaddecopago’ a los no “listillos”,  bajan el sueldo, suben el IRPF, cercenan derechos laborales… mientras los sindicatos amamantados a los pechos del poder, ven con desasosiego que les mueven el pesebre y convocan huelgas generales que puede que tengan mayor razón de ser que nunca, pero que aparentan ser mero apoyo a esos entramados sindicales UGT/CCOO, además de no servir para nada salvo para perder el propio sueldo. Cuando los gestores públicos asaltan nuestra puerta corriendo hacia la pasta como balonmanistas reales, la confianza en las instituciones democráticas salta por la ventana.