Una delicia, definitivamente un pecado, pero hoy es ese gran día que hemos decidido que nos lo vamos a permitir.
Una tacita de chocolate y unos bastoncillos muy especiales, de naranja y confitados.
Para ello contamos con una naranja estupenda que pelamos, nos la comemos ¡qué rica está! … y con la piel bien limpia vamos a confitarla para conseguir unos churros pero de fruta que nos vendrán muy bien para comernos un chocolate de los de recordar.
Si os apetece disfrutar de un capricho, este es el momento de colocarse el delantal y empezar.
INGREDIENTES (para 2 personas)
1 naranja
1 taza de azúcar
1/3 de la taza de agua
4 onzas de chocolate a la taza
1 vaso de leche
Confitamos la piel de la naranja
Pelamos la naranja haciendo varios cortes de arriba a abajo y retiramos la piel con cuidado.
Cortamos los trozos de piel en tiras y los metemos en una olla con agua fría.
Calentamos y cuando empieza a hervir escurrimos, enjuagamos y volvemos a cubrir con agua fría.
Repetimos 3 veces esta operación para conseguir quitar la amargura de la piel.
Luego escurrimos las tiras de piel y las reservamos.
Ahora toca el turno al almíbar y para ello en la misma olla ponemos el azúcar y el agua.
Calentamos, removemos y cuando empiece a hervir seguimos revolviendo durante unos 10 minutos, hasta que coja consistencia.
Incorporamos las tiras de piel de naranja y lo dejamos a fuego lento durante una hora aproximadamente.
Retiramos las tiras de piel de naranja de la olla y una a una las vamos rebozando en azúcar.
Las colocamos para que se sequen sobre papel de horno unas cuantas horas (en nuestro caso toda la noche) y a la mañana ya las tenemos preparadas para untar en el chocolate, que ahora mismo vamos a preparar.
Preparamos el chocolate
Ponemos 1 vaso de leche en el cazo, en nuestro caso desnatada (que hay que cuidarse, lo digo sin rubor, buena soy yo a estas alturas para el sonrojo) y antes de empezar a hervir retiramos.
Echamos las onzas de chocolate, 2 si te gusta ligero, 3 ó 4 si te gusta como a nosotras, bien espeso.
(el denominado «chocolate al taladro», hay que hacer fuerza para que entre el bastoncillo, pero la fuerza siempre nos acompaña)
Removemos hasta que se vaya deshaciendo y simultaneamos con el fuego o fuera de él, sin parar de mezclar hasta que esté todo bien integrado.
Cuando esté a nuestro gusto, lo echamos a la taza y a disfrutar de un desayuno bien rico.
¿Habéis disfrutado? … ahora toca la penitencia, inmediatamente paseo o carrerilla …, pero lo sé, ha merecido la pena.
Hoy hemos tirado la báscula por la ventana y nos hemos preparado unas palmeras de hojaldre, …que como no sabían nadar han desaparecido untadas en el chocolate.
Tremendo misterio, sólo hago más que preguntar por ellas y aquí nadie ha visto nada.