Dulce de gelatina de café con virutas de fruta

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Lo prometido es deuda y ha llegado el momento de presentar un postre delicioso, con un aspecto muy goloso que podemos comer sin miedo.
Además si apostamos por realizar una comprobación empírica de la virtudes de este postre, nos podemos aupar en la báscula al tiempo que saboreamos esta delicia.
Subidos pues y en la mano izquierda tu gelatina, lógicamente en la otra la cuchara o cazo, en el caso de apostar por raciones más importantes, si detectas que tu sistema de pesado tiene el valor de hacer el tonto indiscriminadamente con las agujas o con los dígitos (en los que confían su cuidado en romanas más modernas, con I+D que no sólo te describen el número de kilos, sino que te analizan la masa adiposa e incluso si la fuerzas, la retención del IRPF en la próxima declaración…), … cuando te dispones a la cata de esta maravilla y ese peso pretende vapulearte la conciencia …, VALOR y ni caso, que hay veces que estas máquinas del diablo dependiendo de las horas de pesado, te movilizan unas flotas (de grasilla) que por la mañana tras ducha y jaboneo saltas al peso y ya verás cómo no da cuenta de la ingesta.
Por cierto ¿sabíais que hay básculas que hablan? ó neveras, que al abrir la puerta te insultan, … tremendo, voy a dejar el tema porque se me ponen los jugos gástricos como escarpias… Concretando: la propuesta, reducir el peso no reduce, pero ayuda a no sumar, ¡ vamos que es un chollo!.
Así que ponte ese delantal para los días “sin remordimiento” y toma nota, que hoy cuando llegue el postre vas a tener que decir: Siiiiiiiiiii.
¡Que quede claro! Adelante, empezamos.

INGREDIENTES
1/2 Litro de leche desnatada (en casa hemos puesto de soja)
1 sobre de gelatina neutra.
4 cucharadas pequeñas de café soluble
Edulcorante líquido (al gusto)
1 onza chocolate negro
6 fresas
1 kiwi
1 piel de naranja
50 gr de frambuesas

ELABORACIÓN
La mitad de la leche la he metido cinco minutos al congelador para que se ponga bien fría.
Con el resto la he puesto en un cazo al fuego a calentar.
Le he ido echando cucharadas de cafe y revolviendo bien para que se diluyera.  Aquí hay que probar el café y cuando te guste paras, yo he echado 4 cucharadas pequeñas, se trata de preparar un café rico, luego se echa el edulcorante, pruebas y vas rectificando.
Sacas la leche fría y viertes el sobre de gelatina.  Mezclar muy bien.
Cuando la leche que tienes calentando rompa a hervir, incorporas la mezclada con la gelatina y sigues revolviendo para que quede perfectamente diluido.
Echar en el recipiente y a la nevera.
A la hora sacas y rallas por encima el chocolate negro y las fresas (que estaban en el congelador y te permiten rallar más cómodamente).
Vuelves a guardar en la nevera.
Cuando saques para emplatar, estará perfectamente integrada la ralladura, corta a tu gusto y sirve.
Aquí yo le he raspado naranja y he incorporado a modo de adorno (que por cierto están buenísimas) unas frambuesas.
Delicioso.  Este dulce te permite incorporar la fruta que tu quieras.

GALERIA DE IMAGENES

Preparamos el café
Preparamos el café
Incorporamos la gelatina
Incorporamos la gelatina
Rallamos el chocolate, las fresas y el kiwi
Rallamos el chocolate, las fresas y el kiwi
Detalle de nuestro dulce de gelatina de café
Detalle de nuestro dulce de gelatina de café
Hemos coronado nuestro postre sano con dos frambuesas, pero vale manzana, pera, granada...
Hemos coronado nuestro postre sano con dos frambuesas, pero vale manzana, pera, granada…