La demora….

Foto: Lady Madona

La palabra demora creo que fue la primera expresión “complicada” que siendo muy pequeño aprendí su significado.

En los años 60, la telefonía en los pueblos se basaba en concesiones que daba la compañía a particulares para que estos realizasen las labores de centralita. Normalmente estaban situadas en los portales de las casas y como mucho les hacían un pequeño cuarto donde colocaban la central telefónica, como os imagináis, la intimidad no era una cosa muy habitual en los locutorios, menos mal, que entonces el teléfono se utilizaba para acortar distancias y no para alargar conversaciones.

El aparato en cuestión estaba lleno de clavijas y cables que con especial maestría manejaba el “operador”. Recuerdo la frase “Haro, me copias, Haro, me copias” yo no entendía que quería decir aquello de copiar, pero pronto aprendí lo de “la conferencia con Bilbao tiene tres horas de demora” así que, no quedaba más remedio que esperar tres horas y volver pasado ese tiempo para poder hablar con la familia.

Mi única neurona, acostumbrada a ese sistema pronto sufrió una modificación, la llegada de los teléfonos a las casas particulares fue el primer paso, peor lo pasó –la pobre- cuando me dieron el primer teléfono portátil, ahora me han regalado un último modelo, solo le falta saber menear la cazuela para que haga un buen pil-pil.

Como ya está muy afectada –será por la edad- he decidió dejar de pensar, mirándolo bien, no hace falta, el teléfono lo hace por mi, “es la hora de tomar la pastilla de las doce” “a cien metros tiene la farmacia más cercana” “su amigo está en la siguiente manzana” susurra una voz femenina desde el cacharro. Trece llamadas me ha costado aprender que no hay que tocar el botón verde de la pantalla para descolgar, que hay que deslizar suavemente el dedo por la superficie táctil. Mi sobrina de cuatro años me está enseñando a manejarlo, hay que joderse, para esto hemos llegado hasta aquí.

Agur

Aquello era un suelo…..

Foto: elcineensusmanos.blogspot.com

Hoy día no se hacen las cosas como antes. Mucho diseño, mucha estética, mucha conceptualidad, pero lo que es fortaleza de construcción, dudo mucho que se asemejen a las de antaño.

Digo esto, porque creo que ni el mismísimo Palacio Euskalduna se podría comparar en resistencia a los cines de parroquia que había en mi infancia. Aquello era fortaleza. Aguantar a doscientos “asilvestrados” dando patadas en el suelo como locos,  acompañados de gritos y aplausos  cuando en la pantalla  aparecía por el horizonte el séptimo de caballería, que venían a salvar al chico bueno en el momento que estaba a punto de morir  en manos de unos malvados indios.  El sonido de aquella trompeta era la señal para que la marabunta se pusiese en marcha. Eso era aguante.

Tenemos que contar el peso de la “chavalería” y añadirle los kilos de cáscaras de pipas y restos de chuches que poblaban el suelo, además hay que contar con los “individuos” que habitaban en el cine escondidos en los pliegues del tapizado, que aunque su peso no era mucho individualmente hablando, al ser masiva la concentración, el peso se dejaba notar. Si a esto, le unimos el concepto vibrador que podía tener la sala en momentos puntuales, ya os contaré.

El olor a pino Menforsán, tapaba el resto de “perfumes” y socializaba el cine. Los cines mas “pijos” utilizaban otros ambientadores, “Ó de té” “Ó de vete tú a saber” el caso era diferenciarse.

Menos mal que los niños de ahora están más civilizados, solo se alteran, cuando a un “gormiti” le ataca un ser espacial y le destruye, o cuando Bob Esponja se pelea con su amigo Calamardo, –mi sobrina me pone al día- de todos modos, viendo una película de indios creo que no actuarían como nosotros, lo más probable es que a través de su móvil y conectados a Internet, conseguirían quitar la financiación a los indios y de esa forma se morirían solitos y ya no habría que dar patadas al suelo. Visto de esta manera entiendo que ahora hagan los edificios más débiles.

Agur

La chispa de la vida…

Talbot Sunbeam. Con este vehículo, hizo una de sus últimas apariciones Antonio Zanini corriendo el CS.

El agresivo diseño del Lancia Stratos causó furor entre los aficionados al motor de los años 80.

Clásico entre los clásicos. El mítico 911.

A algunos se les «acumuló» el trabajo en las curvas. (subida a Arrate)

Huelgas 2.0

foto: foropolitico.es

Que nada es como antes, ya lo sabemos casi todos, pero hay cosas que evolucionan a una velocidad pasmosa y a uno no le da tiempo de asimilar como quisiera. Las huelgas, aquellas huelgas que se preparaban clandestinamente con todo detalle, con el secretismo que requería la situación, aquello eran huelgas. Casi todas acababan en enfrentamientos más o menos campales con la policía, ya se sabía. Me viene al recuerdo las huelgas de Euskalduna, incluso en los momentos más duros existía organización entre los contendientes, la frontera natural era el puente y allí se ejecutaban los más duros combates, pero la hora del bocadillo era sagrada, una cosa es pelear por tus derechos y otra hacerlo con el estómago vacío, las cosas hay que hacerlas con fundamento, que luego te baja la tensión y ya verás.

Ahora el campo de batalla son las nuevas tecnologías. En la pasada huelga de los controladores el enfrentamiento se hizo en los foros de internet y en los platós de televisión. Hemos pasado del trabajador con el buzo azul lleno de grasa, al representante modelo con sus ojos verdes, rubio, con el pelo arreglado pero informal y una caída de ojos que para sí la quisieran muchos políticos. En mi barrio ya me han comentado alguna féminas, que no les importaría nada ir a la huelga con ese sindicalista. Eso es jugar sucio. Al loro, delegados sindicales, se acabó eso de ir con barba de dos días y sin arreglarse, a partir de ahora, gimnasio todas las mañanas, manicura y algo de tinte para el pelo, ah, y nada de alubias con morcillita, a comer verduritas e infusiones, que son muy sanas, y si no queréis, ya sabéis lo que hay que hacer, coger a un@ model@ maciz@ para que represente al sindicato, y a esperar los resultados. Hemos pasado de las pelotas de goma, botes de humo y porrazos a tirarnos bits, tags, blogs y webs. Qué cosas pasan.

Agur