Tú ganas más, porque yo gano menos!

82 son los días que una mujer necesita trabajar más al año para ganar lo mismo que un hombre. Esto se traduce en dinero en que las mujeres ganan 5.744 euros menos al año que los hombres, por trabajos iguales. Esta cifra era de 5.500 euros el año anterior, lo que significa que la brecha en vez de estrecharse se ensancha más y más.

Estas cifras salen estos días a la palestra debido a que el 22 de febrero ha sido el día que ha sido denominado como el “Día Internacional por la Igualdad Salarial entre Mujeres y Hombres”, que no es más que una jornada en la que se ayuda a reivindicar y visibilizar esta realidad tan evidente, pero con una gran resistencia social a ser aceptada.

En el interesante video editado por la Sin Igualdad salarial no hay Igualdad social, se muestra en escasos tres minutos, cuál es la trayectoria profesional de un hombre y una mujer que se licencian y empiezan a trabajar al mismo tiempo. El final es demoledor: él se jubila con una pensión de 2.000 euros, y ella con una de 700 debido a las injusticias que día a día se comete con las mujeres en el ámbito laboral. Y no es ficción: es un ejemplo claro y paradigmático de la brecha salarial y sus consecuencias. Y si lo ven, van a reconocer muchas situaciones que han vivido en su empresa o que ha sufrido alguna mujer que conocen. Se identifica de una forma abrumadora esas “pequeñas injusticias”, naturalizadas en la práctica, que nos han llevado al escenario actual.

Sin embargo, continuamente nos encontramos con una gran resistencia a reconocer tal injusticia social: muchas, muchas personas creen y argumentan que esto es un tópico, que no lo han visto nunca en sus trabajos y que no conocen a nadie que le haya ocurrido, y algunas dicen (aunque muchas lo piensen), que eso será porque las mujeres trabajan menos.

Lo que es evidente es que cada vez más estudios avalan y certifican esta diferencia cifrada en un 22,55%. El Informe de Impacto de Género dice explícitamente que una mujer puede cobrar hasta un 41,3% menos que un hombre. En 1988 la brecha era del 30%, así que lamentablemente y teniendo en cuenta la transformación que ha sufrido nuestra sociedad en 25 años, no hemos avanzado mucho, por no decir nada. Y por poner un ejemplo, un sector donde se ha identificado una de las más brutales diferencias entre los salarios de hombres y mujeres es el científico: hasta un 30%. ¿De qué nos está sirviendo tener la generación de mujeres mejor preparadas de nuestra historia? En otros tiempos esta disculpa podía servir. Ya no.

Así que me temo que como siempre no queda otra que reivindicar nuestro derecho a tener un salario igual por el mismo trabajo pero sobre todo incidir y luchar para que las condiciones sean las mismas. Es decir oponernos y desmontar este sistema patriarcal que prima la masculino sobre lo femenino en todos los ámbitos de nuestra vida, excepto en el ámbito doméstico y reproductivo, a donde nos relega e intenta convencernos insitentemente y de mil y unas maneras que es donde debemos estar.

Visto todo esto, puedo afirmar que es innegable que un hombre gana más a costa de que las mujeres ganen menos. Así de claro, de injusto y de cierto. Y hay que frenarlo. Denunciaba Mary Wollstonecraft (pionera del feminismo de raíz ilustrada) hace ya más de dos siglos, el hecho de que las mujeres parecieran dedicarse más a sacar brillo a sus cadenas que a tratar de sacudírselas. Yo desde luego, animo a romperlas… y brillar por ello.

Publicado por

Carmen Muñoz

Feminista. On Fire!

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