Puta, que eres una puta!

Si hay una frase preferida por los agresores y maltratadores machistas es la que da título a este post, pronunciada a gritos mientras apalean, arrastran del pelo, golpean contra cualquier cosa que se encuentran en el camino, empujan por las escaleras, violan… y muy a  menudo asesinan.

Esta semana estamos viendo (por tanto viviendo) el horror “en directo”. Ya saben que  una cosa es oírlo o leerlo, y otra verlo. En este caso, el video de Estzer brutalmente apaleada en Alicante, muestra el horror y el dolor que se esconde detrás de cada mujer que sufre violencia machista. Verlo es muy, muy duro y aunque lo han pasado muchas veces por televisión, no dejo de estremecerme cada vez que lo veo. Pero también me ha estremecido saber que a este indeseable maltratador le pueden caer sólo 9 meses de prisión, incluso puede ser una condena de algo más de dos años. A mí viendo las imágenes me parece una porquería de condena. Luego se preguntan por qué todavía hay mujeres que no denuncian… Estzer, la mujer apaleada, no ha denunciado. Cuando vio las imágenes de su propia paliza no pudo ni hablar, se derrumbó y ahora tiene tanto miedo que ha asistido a declarar protegida por una mampara. Si sabe que el maltratador puede salir en nueve meses, ni me imagino lo que puede estar sufriendo. Si es que se puede sufrir más.

https://www.youtube.com/watch?v=RHynoyq388Y

Muchas mujeres han sufrido el maltrato en primera persona. Otras muchas como yo, hemos tenido cerca a alguien que lo ha sufrido. Es tal la impotencia y el dolor que no se olvida nunca. Yo viví una, cuando apenas tenía veinte años y  la recuerdo como si fuera ayer. El 25N de este año, en una lectura que hicimos en el Teatro Arriaga, narré el acto tal y como lo viví:

Lo he contado pocas veces, muy pocas, y no quise decir en la lectura que su «novio» mientras la pegaba le decía eso de “puta que eres una puta” porque no me pareció el momento, pero esa fue la realidad y ya era hora de hacerlo público, en honor de A. (cuyo novio nunca fue condenado) y en el de tantas mujeres que día a día, minuto a minuto sufren la violencia machista: 3.227 en Euskadi (denunciadas según Emakunde) entre enero y octubre de este año; hagan cuentas, 10 al día. Y sobre todo, no olviden que hay por tanto, 3.227 maltratadores (que se sepa) que han apaleado, insultado, golpeado, arrastrado, violado…

Mientras, se sigue presionando a las mujeres para que denuncien, pero el propio sistema no es capaz de garantizar su seguridad al mismo tiempo que continúa victimizándolas: son ellas las que tienen que ser llevadas a casas o lugares donde refugiarse, o estar alerta cada minuto de su vida, restringiendo así su libertad. Eso, cuando no se pone en duda la propia denuncia. Sin embargo, son los agresores los que deben estar encerrados y se hace necesario crear centros de control, porque son ellos los que comenten el delito.

Es por tanto necesario y urgente cambiar (empezando por el nombre) la Ley  Orgánica 1/2004, de 28 de Diciembre de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género / 1/2004, Lege Organikoa, abenduaren 28koa, Genero indarkeriaren aurkako babes osorako neurriei buruzkoa, ya que después de 12 años ha demostrado su ineficacia para acabar con la violencia machista, porque la prevención debe ser abordada desde otras perspectivas, porque el tratamiento de las que ahora considera víctimas debe cambiar radicalmente y sobre todo, porque las penas, así como los controles para los asesinos y agresores, deben ser mayores.  Si hay un tema importante que abordar en la nueva legislatura y por las nuevas parlamentarias y parlamentarios, es el de la vida y dignidad de las mujeres. Sin embargo, no he visto mucho movimiento al respecto, así  que ya están tardando! 

La violación y la mantequilla

“No quería que fingiese la humillación, quería que la sintiese”, son las palabras de Bernardo Bertolucci para describir cuál era su verdadera intención cuando rodó la famosa escena de sexo anal de El último tango en París. Haciendo esa afirmación dejaba claro que María Schneider, la actriz, era para él un simple objeto que utilizar para alimentar su ego de cineasta “conchaveando” al mismo tiempo con Marlon Brando para no decirle nada a la actriz y perpetrar la violación.

cartel ultimo tango

He sido, lo digo en pasado porque ahora me cuesta afirmarlo, una gran devota de Bertolucci, de su Novecento, El último emperador y El cielo protector. Pero la verdad es que nunca me gustó El último tango; desde que la vi me pareció tremendamente violenta y la escena famosa de la mantequilla que tantas colas generó al otro lado de la frontera, ya desde el principio me pareció brutal. Todo ese rollo de nos conocemos y follamos sin decir los nombres en un piso vacío (quién no ha imitado lo del piso vacío en algún momento) me parecía sobrevalorado. Pero es que entonces allá por finales de los setenta y principios de los ochenta decir que aquello no te iba, sobre todo con las críticas tan sesudas que tuvo la peli, era de “estrechas”. Yo sinceramente, pude entender la atracción sexual incontenible que surgía entre Brando y Schneider (a quién no le ha pasado eso alguna vez) pero la escenificación no fue de mi gusto.

brando ultimo tango

Ahora, estas afirmaciones de pura y genuina violencia machista por parte del admirado Bertolucci, se convierten en una declaración de principios de un agresor sexual que debiera pagar por lo que hizo (Brando falleció en 2004). Es más doloroso aún, que el propio Bertolucci reconozca que ahora esto sería inaceptable pero que «entonces eran otros tiempos». Sí, los tiempos de El Caso, donde los asesinatos a mujeres eran simples crímenes pasionales y tiempos en los que miles de mujeres maltratadas y vejadas tenían que quedarse en casa encerradas a cal y canto, muertas de vergüenza y de miedo. Y en silencio (como María Schneider) porque si iban a la policía se burlaban de ellas y si se lo contaban a alguien las consideraban culpables, condenándolas a una eterna incomprensión.

Sí Sr. Bertolucci, otros tiempos en los que usted y su amigo Marlon Brando pusieron por encima de una mujer sus superegos, y confundieron lo que debiera haber sido una ficción, con la humillación y vejación, haciendo realidad una escena de violación con mantequilla incluida (porque así seguramente hacían realidad alguna de sus fantasías sexuales) sin que la actriz lo consintiera. María Schneider que rodó esta película cuando tenía 19 años (Brando 48) lo denunció hace años, pero nadie la creyó. Como tantas mujeres que denuncian día a día su situación y se las pone en tela de juicio.

Maria el último tango

Hay veces que la perversidad machista llega a límites insospechados cuando se trata de hacer daño a las mujeres por eso mismo, porque son mujeres. Pero para algunos, de toda clase y condición, serlo significa poder cosificarlas y hacer con ellas lo que quieran. Hasta matarlas.  Yo desde luego, ya hacía pasar a muchos de los que así las consideran por la humillación a la que a menudo son sometidas. Con mantequilla… o mejor sin ella. #ErasorikEzErantzunikGabe

25N: Y al día siguiente ¿qué?

Mil mujeres en los últimos diez años. Una violación cada siete horas… 45 son las mujeres asesinadas por violencia machista en el estado español. Sin embargo, las cifras oficiales dejan la cifra en 40 ya que solo registran las que han sido asesinadas por su pareja o expareja. Esta estadística deja fuera de la cifra total a los ocho casos que están en investigación, con lo que si se confirmara que son realmente asesinatos machistas, la cifra subiría hasta 48 a fecha 25 de Noviembre, Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres/ Emakumeen kontrako indarkeriaren aurkako Nazioarteko Eguna.

violencia against women 3

Tampoco quiero omitir una cifra aterradora: 25 menores de dieciocho años han quedado en situación de orfandad por causa de la violencia machista. Una cifra que pocas veces se visibiliza quedando en los informes como un dato más que parece no tener importancia. Todo un horror que en su conjunto debiera provocar vergüenza a cualquier país civilizado en pleno siglo XXI.

Dedicar un día del calendario a la visibilización de la Violencia Machista es algo necesario sin duda. Todos los medios de comunicación dedican páginas y minutos sobre el tema. Muchos testimonios, algunas cifras y condenas a mansalva pero desde luego, pocas preguntas necesarias a modo de crítica sobre la cuestión central que sin duda es cuestionar si se están haciendo bien las cosas porque las cifras siguen creciendo. Poca autocrítica y una carencia total de propuestas de soluciones para que no se produzca ni un asesinato más.  Por ello, un día al año no es suficiente: tenemos que estar alertas todos los días y a todas horas. Y toda esa visibilización que se produce el 25N, debiera replicarse día a día.

punto.lila (3)

Y es que además, debe ser un día también para el rechazo y la reivindicación sobre una cuestión que sin duda es central: la de los recursos que se utilizan para la prevención de esta lacra y sin duda para denunciar los recortes que en esta materia se dan. He dicho en reiteradas ocasiones que las mujeres deben ser tratadas como lo que son, personas independientes y dueñas de su libertad y que por lo tanto, la violencia machista debe ser abordada desde esta perspectiva y no desde la de únicamente hacerse cargo de las mujeres cuando ya la han sufrido, lo que nos pone en un situación de eternas víctimas. Aunque sin duda necesario, la solución no pasa sólo por órdenes de alejamiento (por cierto, a menudo inefectivas) ni pulseras a los asesinos y agresores. Pasa por medidas estructurales que tengan como objetivo transformar el sistema patriarcal que nos domina.

Esto no es fácil lo sé, y no lo es porque sobre todo requiere de una apuesta fehaciente para dotar de recursos y medidas a la lucha por la Igualdad. No valen sólo palabras y no vale el politiqueo, porque  si de verdad importase la vida de las mujeres, esto debiera abordarse sin más dilación por parte de los poderes públicos.

NO a la ViolenciaMachista

Las feministas siempre hemos afirmado sin pelos en el lengua que la Violencia Machista es una #CuestióndeEstado y cuando lo hacíamos nos decían que nos estábamos saliendo del tiesto. El pasado 15 de Noviembre, quizás por la cercanía del 25N, el Congreso dio el primer paso, de forma unánime, para crear un Pacto de Estado contra la Violencia Machista. Sin duda, un gran paso que corre el riesgo de quedarse en papel mojado si no se ponen los medios suficientes para que ni una mujer más, ni una sola, sea asesinada, violada, agredida o discriminada. Me queda la duda de si la próxima noticia al respecto la tendremos el próximo 25 de Noviembre. Sería vergonzoso ¿no creen?

Nueva legislatura, nueva Ley de Igualdad

Con el adelanto de las elecciones al Parlamento Vasco, se ponen en marcha los motores para empezar a diseñar qué queremos y necesitamos los y las ciudadanas de Euskadi de cara a la nueva legislatura. Un tema clave que hay que abordar sin duda, es el de la Igualdad entre mujeres y hombres.

Ya han pasado más de 11 años desde que entrara en vigor la Ley 4/2005, de 18 de febrero, para la Igualdad de Mujeres y Hombres en Euskadi. Esta ley fue en su momento el resultado de una gran actividad dentro de la agenda pública (con Emakunde a la cabeza) y contó con la participación de diferentes colectivos feministas y grupos de mujeres comprometidas en llevar a cabo y hacer realidad el avance hacia la igualdad. Desde su aprobación, se convierte en el marco de referencia de las políticas de igualdad en la CAE y marca un hito al integrar, dentro de sus principios generales, la perspectiva de género en todas las políticas que lleven a cabo los poderes públicos.

Sin embargo, una ley no lo es todo: a menudo se confunde la igualdad real con la igualdad formal provocando lo que se ha venido a denominar el «espejismo de la igualdad» es decir, creer que como hay normas que defienden la igualdad ésta ya está conseguida. Y nada más lejos de la realidad: como afirma MacKinnon, “Mientras el dominio masculino sea tan efectivo en la sociedad (…) ni siquiera una garantía legal de igualdad entre los sexos producirá igualdad social”.

igualdad

Aunque el marco normativo para la igualdad de oportunidades es amplio, hay muchos factores que contribuyen a que la Igualdad real no sea un hecho conseguido ya que legalidad y realidad son, todavía hoy, cosas distintas. La igualdad formal no implica igualdad real ya que aunque la normativa al respecto es imprescindible, no es suficiente, siendo necesario un cambio en los valores que transformen la sociedad y erradique las desigualdades. Son necesarias leyes sin duda, pero estas deben ser cumplidas y es el estado quien deber ser garante de su cumplimiento.

Es cierto que la Ley Vasca 4/2005 fue pionera y referente para otras muchas en el estado español, pero no es menos cierto que han pasado once años y es necesaria una revisión profunda de la misma. Sobre todo porque está redactada con un lenguaje laxo en muchos casos, y falta una clara actitud sancionadora en su incumplimiento ya sea por una entidad o individuo. Al fin y al cabo, se obliga a poco utilizando verbos como fomentar o promover… y por tanto, la obligación que se deriva, es cuando menos incierta.  En este sentido, y además de otros apartados de la ley que requieren un vasto y pormenorizado análisis de cada capítulo, quiero destacar dos temas transcendentales donde esto ocurre más claramente, como son los capítulos referentes a los Planes de Igualdad y la actuación en el sector privado.

Otro tema crucial que hay que abordar con urgencia es el de la Violencia Machista. Hay que dar pasos importantes para avanzar en la erradicación de esta lacra que menoscaba la libertad de las mujeres y acaba con sus  vidas.  Hace falta dejar de preguntarse qué más podemos hacer y poner en marcha un gran Pacto Interinstitucional que aborde este tema de forma transversal. La Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género estatal es a todas luces insuficiente y hay que cambiarla, pero lo referente a este tema en la ley vasca, debe ser también objeto de revisión.

stop machismo

A esta ley le ha llegado la hora de renovarse a través de una reflexión profunda acorde a la situación actual. Es por ello que pienso que este debiera ser uno de los temas claves a abordar por el Parlamento Vasco en la nueva legislatura. Nuestra economía, avances sociales y por tanto el bienestar de la sociedad vasca dependen de que la igualdad entre mujeres y hombres sea de una vez por todas real y no sólo formal. Y las leyes deben estar hechas con ese objetivo. Leyes pioneras y avanzadas que se cumplan con rigurosidad, y sobre todo que sean fruto de una radical apuesta por esa transformación social que acabe con la discriminación y con la consideración de que el 52% de la población, las mujeres, sigan siendo a día de hoy, ciudadanas de segunda.

Decía Amelia Valcárcel allá por 2012: “Cada vez que (el Feminismo) ha reclamado igualdad, siempre se le ha respondido con una explicación de por qué la igualdad es imposible o una explicación de por qué la igualdad todavía no existe y su condición de posibilidad ha de remitirse a un futuro incierto”. Si el futuro está en nuestras manos, hagamos que sea cierto.

MacKinnon, C.A. 1995. «Hacia una teoría feminista del Estado»

Valcárcel, A. 2012. «La política de las mujeres»

 

Si tocan a una, nos tocan a todas!

Esto del sobeteo, el meterte mano, los tocamientos y otras variantes de abusos sexuales a las mujeres se producen día a día. No exagero. A veces este tipo de agresiones se disfrazan de lo que irónicamente suele denominarse normalidad e incluso hay algunos que las tacharían de «naturalidad». Quién no se ha sentido alguna vez incómoda por esa mano que se detiene un poco más de lo normal cuando pasa por tus hombros o espalda. Ya saben, cosas que se han hecho siempre porque alguien creía que estaba en su derecho… y nosotras callábamos.

Y aunque afortunadamente en Euskadi las cifras de violencia machista contra las mujeres se ha reducido en 2016 con respecto a 2015 (Mayo), en un 9,2%, no es menos cierto que  el total de actos delictivos contra ellas se cifra en 1.678: casi 5 al día, es decir 5 mujeres agredidas y por ende 1.678 agresores. Y esto dentro de las cifras oficiales. A mi sinceramente, se me ponen los pelos de punta. Tengan en cuenta que todas esas agresiones de las que hablaba al principio, serán de las menos denunciadas…

Además, debemos añadir las asesinadas. Según feminicidio.net, a día de hoy son 52 las mujeres asesinadas por violencia machista en el Estado español. El impagable trabajo que hacen las organizadoras de este proyecto (ahora por cierto en plena campaña para conseguir mecenazgo y poder continuar con su labor) cuenta entre ellas, dos asesinadas en Euskadi: Margarita en Gasteiz el pasado junio y la bebé de un año, Alicia, en Barakaldo en enero.

No es NO

Este desolador panorama se agrava, si cabe, en verano con las fiestas, las juergas, las verbenas y todos aquellos momentos en los que las actitudes machistas y agresivas campan a sus anchas. Los hechos de este año en Pamplona en Sanfermines, dejan constancia de que desgraciadamente así es. La misma madrugada del día 7, a escasas horas de empezar la fiesta, ya fueron detenidos 5 tipos por violar a una mujer. Todos. Entre el sábado y domingo, otros cuatro por tocamientos y abusos sexuales. La buena noticia es que las mujeres cada vez tienen menos miedo y denuncian, y gracias a estas denuncias, estos machistas agresores pasan a disposición judicial. Otra cosa es cómo vayan a ser castigados y cuándo estarán de nuevo en la calle. La mala es que la violencia machista no cesa.

Las fiestas o el alcohol no hacen a los hombres ni machistas ni agresores. Sólo los que lo son y viven «agazapados» encuentran su hábitat perfecto en esas circunstancias para, sin poner freno a sus peores instintos, ejercer la violencia machista en todas sus manifestaciones. Miren, el otro día en una celebración a la que acudí, un tipo al que le debí parecer muy simpática, fue a hablarme al oído y me paso la lengua por la cara. Le mandé a la mierda, pero a partir de ese instante condicionó mi forma de poder vivir la fiesta como a mi me hubiera dado la gana, y a lo que tengo pleno derecho. El alcohol no es excusa.

san fermin sin agresiones

Así que cuando digo «si tocan a una nos tocan a todas», es siempre de una u otra forma la verdad. Todas nos sentimos violadas, sobadas, tocadas y maltratadas. Y cuando son asesinadas, todas sentimos que se nos va una parte de nosotras. Esto como ven, es auténtica sororidad.  Mientras, reivindicamos nuestro derecho a ser libres, dueñas de nuestro destino y que ningún baboso, violador, ni maltratador condicione o en el peor de los casos, acabe con nuestras vidas. #NOesNO

#NosQueremosVivas

#MachismoMata