Terrorismo Machista

Suena fuerte, lo sé… aunque realmente suena a lo que no debiera sonar: a sangre, a luto, a tristeza y a rabia, mucha rabia.

Esa rabia que hoy todas sentimos ante el asesinato de Maguette en Bilbao. Un asesinato fruto de la violencia machista. Un asesinato a degüello, posiblemente delante de sus dos hijas menores de cinco años, huérfanas de madre a partir de ahora. Maguette según todos los indicios, llevaba muerta más de 24 horas en su domicilio de Ollerías y sus hijas «velaron» el cadáver pensando… ¡vete a saber qué pensaban viéndola desangrarse mientras el asesino, su padre, huía! Afortunadamente ha sido detenido; ahora solo resta que la #JusticiaPatriarcal que nos tiene acostumbradas a sentencias ridículas, ofensivas y crueles para las mujeres (el caso de la Manada, es el máximo exponente) no se comporte como tal, y este indeseable sea condenado por su asesinato a sangre fría, como son en general  todos los asesinatos contra las mujeres y sólo por una razón: por ser mujeres.

A mí hoy me invade la rabia más que nunca. No sólo porque este acto criminal, máxima expresión de la desigualdad y el machismo haya tenido lugar en mi ciudad, en Bilbao, sino porque también hoy en una jornada que nos ha dejado sin aliento según pasaban las horas, hemos visto como Nuria también ha sido asesinada en Granada y como dos niñas de tres y seis años han sido asesinadas en Castellón por su padre para con ello vengarse y causarle a su compañera el máximo dolor posible. ¿No se atreven a decir que es terrorismo machista? ¡Piénsenlo!

Lo repito hasta la saciedad: es necesaria una implicación mayor de las instituciones para acabar con esta lacra que sesga la vida y la dignidad de las mujeres. Es necesario dejar la hipocresía de lado cuando se condena para luego  no aumentar los recursos humanos y materiales que son ineludibles para abordar el reto que supone erradicar la violencia machista. Es necesario dotar de presupuestos, cambiar las leyes, revisar el sistema educativo, hacer campañas de sensibilización durante todo el año (no sólo en periodos festivos), es necesario que nos creamos que el impulso político es absolutamente imprescindible en esta tarea de transformar la sociedad para acabar con la desigualdad y consolidar un sistema que deje de ser patriarcal y androcéntrico, donde las mujeres seamos dueñas de nuestras vidas, dejemos de ser victimizadas y sobre todo, seamos libres.

Y es que según cifras oficiales ya son 961 las mujeres asesinadas desde 2003. Según esas mismas fuentes, en el Estado español a día de hoy, 37. Pero esto es más que un simple contador y hay quien se ocupa de las que la ley no quiere reconocer como mujeres que sufren la violencia machista (fuera del ámbito de la pareja o expareja) pero que  para mí también cuentan y cuya cifra a día de hoy es de 43 y cinco niñasHoy en Bilbao somos una menos y nadie puede quedar impasible ante todo este terror machista. Llámenlo como quieran. Yo creo que hay que llamarlo ya sin ningún tipo de pudor, FEMINICIDIO.

#GoraBorrokaFeminista

Nota: #26Setiembre a las 10,30 concentración de 5 minutos en silencio en Ayuntamiento de Bilbao. A las 20,00 manifestación en Atxuri

Caldo machista en ebullición

Ane es una mujer joven de 25 años. Es parte de mi familia y desde hace tres, no es capaz de volver a casa sola por las noches. No sabemos qué le ha pasado porque por mucho que preguntemos para intentar ayudarla, no suelta prenda. Se nos parte el alma cada vez que llama a casa para que sus aitas bajen para acompañarla cuando ninguna de sus amigas o amigos han podido hacerlo. He hablado con ella mirándola a los ojos, para intentar convencerla de que no puede sucumbir al temor de que algo le vaya a ocurrir. Me mira con tristeza y me dice que tengo razón y que lo intenta, pero que por las noches a la hora de regresar a su casa, le invade el miedo y no puede dominarlo.

Es desgarrador comprobar como una mujer a la que hemos educado en la libertad, la igualdad y en el empoderamiento como mujer, no pueda hacer una vida normal en base a esos valores porque todos y cada uno se van al carajo cada noche. Ni que decir tiene que nos aterroriza pensar qué le ha podido ocurrir para que su vida se haya teñido de miedo y de falta de libertad.

Puede que Ane esté entre las 3.465 mujeres (un 7% más que en 2016) que han sufrido violencia machista en Euskadi entre enero y octubre de este año, según datos de Emakunde: más de once mujeres al día que han sido vejadas, violadas, humilladas… la última, ayer mismo en Barakaldo donde una menor ha denunciado haber sido agredida sexualmente por cuatro jóvenes. Ya ven, las manadas se han puesto de moda y conocemos nuevos casos cada día: es lo que tiene sentirse más machotes cuando uno se cree protegido entre colegas a cuál más machirulo. El caldo machista está en ebullición.

Pero termina el año y aunque duela hay que hacer balance. Un balance trágico en el que la violencia machista ha dejado dos mujeres asesinadas en Euskadi y  52 mujeres y nueve de sus hijas e hijos en el resto del estado español.  Sin olvidar que 26 menores se han quedado sin madre. Si llevamos esta cifra al número de feminicidios las asesinadas son 90, según aporta la red feminicidio.net. 

Vuelvo a preguntarme y les invito a que ustedes se hagan la misma pregunta, si en vez de mujeres hubiera sido otro tipo de asesinatos, ¿qué se hubiera hecho? ¿Una simple declaración institucional? ¿Un rechazo simbólico? Sólo a nivel mediático una cadena de asesinatos como la que se produce cada año en el estado español hubiera tenido una repercusión mediática exponencialmente más intensa. Recordemos, porque no hay que dejar de hacerlo, que en quince años 920 hombres han asesinado a sus parejas o exparejas. De nuevo cifras oficiales que dejan en los márgenes de las estadísticas todas aquellas que fueron asesinadas por hombres familiares, amigos…

Cifras, estadísticas, declaraciones, condenas de lo políticamente correcto… pero ¿saben? lo que necesitamos son medidas. La primera de ellas es la de dotar a la lucha contra la violencia de género de un presupuesto honesto con la gravedad de lo que está ocurriendo. Sin embargo, estamos asistiendo al arranque del Pacto de Estado contra la Violencia Machista aprobado en Julio, con importantes carencias desde mi punto de vista, y que de sus más de 200 medidas acordadas después de amargos debates, ninguna ha sido puesta en marcha a día de hoy.

Estos días hemos visto como por fin, se va a dotar al Pacto con 200 millones de euros. De ellos, 20 corresponde a los Ayuntamientos. Hagan la cuenta: unos 2.400 euros de media por cada uno. Una cantidad pírrica para hacer frente a lo que empieza a denominarse ya, terrorismo machista. Hace falta mucha, mucha voluntad política para acabar con la violencia machista, y esa evidente falta de voluntad es la que está permitiendo que las mujeres sean asesinadas, violadas, humilladas y despojadas de su dignidad. Alguien tiene que poner fin a esta lacra, y ante la pasividad de los políticos, me temo que solo las feministas vamos a poder hacerlo con mucha presión en las instituciones, sí, pero también en las calles.

Y es que el machismo campa a sus anchas y  los machirulos no dejan de insultar  a las mujeres y poner en entredicho la lucha feminista, incluso los que se tienen por más intelectuales porque oigan, si algo tiene el machismo es eso, que no distingue de condición ni de intelecto: pone a todos los machirulos al mismo nivel, es decir el del puñetero barro.

Sigamos luchando porque miles de mujeres se lo merecen y porque ya vale de simples condenas autocomplacientes. No nos cansaremos de insistir. Somos feministas y estamos acostumbradas a resistir. Soy feminista y mi compromiso es serio y contundente. Cada día mayor, cada año con más rabia, y este que acaba es solo un preludio de lo que vendrá. Si dicen que este 2017 fue el año del feminismo, ahora empieza lo bueno!

 

Si tocan a una, nos tocan a todas!

Esto del sobeteo, el meterte mano, los tocamientos y otras variantes de abusos sexuales a las mujeres se producen día a día. No exagero. A veces este tipo de agresiones se disfrazan de lo que irónicamente suele denominarse normalidad e incluso hay algunos que las tacharían de «naturalidad». Quién no se ha sentido alguna vez incómoda por esa mano que se detiene un poco más de lo normal cuando pasa por tus hombros o espalda. Ya saben, cosas que se han hecho siempre porque alguien creía que estaba en su derecho… y nosotras callábamos.

Y aunque afortunadamente en Euskadi las cifras de violencia machista contra las mujeres se ha reducido en 2016 con respecto a 2015 (Mayo), en un 9,2%, no es menos cierto que  el total de actos delictivos contra ellas se cifra en 1.678: casi 5 al día, es decir 5 mujeres agredidas y por ende 1.678 agresores. Y esto dentro de las cifras oficiales. A mi sinceramente, se me ponen los pelos de punta. Tengan en cuenta que todas esas agresiones de las que hablaba al principio, serán de las menos denunciadas…

Además, debemos añadir las asesinadas. Según feminicidio.net, a día de hoy son 52 las mujeres asesinadas por violencia machista en el Estado español. El impagable trabajo que hacen las organizadoras de este proyecto (ahora por cierto en plena campaña para conseguir mecenazgo y poder continuar con su labor) cuenta entre ellas, dos asesinadas en Euskadi: Margarita en Gasteiz el pasado junio y la bebé de un año, Alicia, en Barakaldo en enero.

No es NO

Este desolador panorama se agrava, si cabe, en verano con las fiestas, las juergas, las verbenas y todos aquellos momentos en los que las actitudes machistas y agresivas campan a sus anchas. Los hechos de este año en Pamplona en Sanfermines, dejan constancia de que desgraciadamente así es. La misma madrugada del día 7, a escasas horas de empezar la fiesta, ya fueron detenidos 5 tipos por violar a una mujer. Todos. Entre el sábado y domingo, otros cuatro por tocamientos y abusos sexuales. La buena noticia es que las mujeres cada vez tienen menos miedo y denuncian, y gracias a estas denuncias, estos machistas agresores pasan a disposición judicial. Otra cosa es cómo vayan a ser castigados y cuándo estarán de nuevo en la calle. La mala es que la violencia machista no cesa.

Las fiestas o el alcohol no hacen a los hombres ni machistas ni agresores. Sólo los que lo son y viven «agazapados» encuentran su hábitat perfecto en esas circunstancias para, sin poner freno a sus peores instintos, ejercer la violencia machista en todas sus manifestaciones. Miren, el otro día en una celebración a la que acudí, un tipo al que le debí parecer muy simpática, fue a hablarme al oído y me paso la lengua por la cara. Le mandé a la mierda, pero a partir de ese instante condicionó mi forma de poder vivir la fiesta como a mi me hubiera dado la gana, y a lo que tengo pleno derecho. El alcohol no es excusa.

san fermin sin agresiones

Así que cuando digo «si tocan a una nos tocan a todas», es siempre de una u otra forma la verdad. Todas nos sentimos violadas, sobadas, tocadas y maltratadas. Y cuando son asesinadas, todas sentimos que se nos va una parte de nosotras. Esto como ven, es auténtica sororidad.  Mientras, reivindicamos nuestro derecho a ser libres, dueñas de nuestro destino y que ningún baboso, violador, ni maltratador condicione o en el peor de los casos, acabe con nuestras vidas. #NOesNO

#NosQueremosVivas

#MachismoMata

25N: Nos Queremos Vivas!

25N 2015 acto insti

ESTOY VIVA. Sí, ESTAMOS VIVAS. Y así es como nos queremos: VIVAS.

Quizás sea una cuestión de suerte, porque la violencia machista es como una ruleta rusa: no sabes quién la va a sufrir y no entiende de color, origen o condición. Y todo ello por una razón que no podemos y no queremos  cambiar: SER MUJERES.

Cada día se me hiela el corazón, porque no hay uno en el que no haya mujeres que sean agredidas, maltratadas, asesinadas… o que no sufran toda clase de micromachismos en su vida cotidiana.

Y de tanto que se hiela el corazón, se ha convertido en cristal, ante una sociedad que se ve incapaz de acabar con esta repugnante lacra que pone en juego la vida de las mujeres. Porque sí: Nos Están Matando. Por ello, al mismo tiempo cada hora, cada minuto y cada segundo, el corazón se torna en acero y metal para no dejar de denunciar, para no dejar de luchar y para no dejar de gritar… En definitiva, para no claudicar: PARA SEGUIR VIVAS.

Texto propio leido en acto institucional celebrado en Bilbao, hoy 25 de Noviembre: Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

punto.lila