Viernes 28 de abril de 2017
Vicente Talón, hijo de republicano, nació en Valencia en 1936. Estudió periodismo e historia y en 1961 vino a Bilbao una semana y se quedó cinco años. Trabajó en el Correo Español, fue enviado especial, corresponsal de guerra y director de la revista Defensa. Es una persona a la que le gusta la historia y escribió uno de los primeros libros sobre el bombardeo de Gernika. Y este jueves, organizada por la Sociedad El Sitio dio una conferencia en el hotel Indautxu. La víspera, en la presentación dl libro sobre la estatua de Mola, Aitor Lizarazu comentó que se iba a producir esta conferencia, me interesó y acudí.
La sala estaba llena lo que un día de partido a las 7:30 no deja de tener su mérito y la conferencia sobre el Bilbao que se encontró Talón en 1961 fue muy amena. Con 81 años tiene una cabeza en plena actividad y nos apabulló a datos.
Contó la impresión que le causó aquel Bilbao sucio del hollín de la fábrica Echeverria, la blancura de la piel de las mujeres, el puritanismo de la época, la Palanca, Paco el del Ducale, la censura que practicaban en El Correo Español sobre todo Antonio Guerrero Troyano prefiriendo él la censura a la autocensura, la existencia de los dos periódicos La Gaceta, católico, monárquico que no evolucionó ni se adaptó y murió y El Correo Español que comenzó a declinar con José Antonio Zarzalejos pero que tras la muerte de Franco supo poner las K convenientes, los nombres en euskera y ser más atrevido y plural y se llevó el gato al agua. No le importó decir que era un periódico monárquico que había sido franquista y que ahora tiene dificultades. Recordó al Diario Hierro que servía solo para la cartelera de los cines.
Contó anécdotas del director Antonio Barrena, del subdirector Esteban Calle Iturrino que para salvarse de la guerra se recluyó en el manicomio de Bermeo y cuando fueron a rescatarle los llamados “nacionales”, al abrir la habitación se presentó enérgicamente como el alcalde de Bilbao y los guardias se dijeron, ”Ay va, éste está más loco de lo que pensábamos”, y habló de varios reportajes hechos en Euzkadi y luego en el Diario Pueblo.
Fue todo, como he dicho, ameno e interesante, y en el coloquio posterior le pregunté por la figura de José Echeverria Novoa que fue el gobernador civil de Bizkaia de mayo de 1936 a octubre de ese año donde traspasó el poder, en nombre de la República, a José Antonio de Aguirre. Contó como gracias a Echeverria Novoa los militares no se sublevaron en Bizkaia pues controló todos los teléfonos de tal forma que llamaba Mola le salía él a contestarle y que lo entrevistó en Miami, donde falleció y está enterrado y donde le enseñó la maleta con la que había ido al exilio. Le dio cientos de fotografías y documentos cosa que no logró cuando El Correo pasó de la calle Ledesma a la calle del Verdel (luego la cambiaron a Pintor Losada pues el Correo no podía tener su sede en calle con nombre tan vulgar) y de cómo se perdieron todas las fotografías que estaban en cristal con una emulsión de plata, y luego las de papel que fueron directamente a la basura. Contó asimismo como todos los expedientes de la vieja Audiencia fueron asimismo a la basura y de como él salvó algunos expedientes de niños adoptados por familias mexicanas, expedientes que fueron destruidos.
Contó que había entrevistado para su tesis de grado al recientemente fallecido y homenajeado ex ministro Utrera Molina que era procurador en las Cortes franquistas y de cómo recibió la visita de una persona influyente para decirle que votara SI a la ley de Reforma del régimen o lo pasaría mal. Se reunió con su familia y coherente con sus ideas votó NO. Luego ya no fue nadie y se convirtió en un personaje franquista pero irrelevante.
Tras acabar fui a saludarle. Se acordaba que la última vez que nos habíamos visto que había sido cuando llegó a Madrid en visita oficial el presidente de Mexico Vicente Fox y se quedó firmando libros.
Me pareció una conferencia interesante y llena de datos.