A los dictadores les gustan las monarquías hereditarias.

Me viene esto a la mente tras oir que los hijos de Gadafi han sido ya detenidos y que pasarán a engrosar las celdas del Tribunal de La Haya. El mayor ,el más chulo ,el desafiante, perdió todo contacto con la realidad, como su padre, y ha acabado mal, como acabaron mal los hijos de  Sadam Hussein y los  hijos de Hosni Mubarak.

Y me alegro infinitamente. Tipos asquerosos como esos deben dar con sus huesos en  una celda y no en los palacios donde han crecido y han desgobernado los países en los que sus progenitores han hecho y deshecho todo.

Ahí teníamos a Gadaffi con sus hijos como herederos, lo mismo que a Sadam, y lo mismo y a Mubarak. Curiosa coincidencia. Y las tres familias despóticas e impresentables. No se el caso del dictador tunecino que tiene una señora de ordeno y mando y que precipitó su caída, ni se como anda de herederos el presidente sirio Asad. El, ya de por si, es el heredero de aquel asesino Hafez El Asad que mangoneó Siria una serie de décadas. Como también el dictador de Corea, hijo del siniestro Kim Il Sung, que ya ha designado un heredero en su hijo.

En el caso cubano ahí tenemos a Raúl, el hermanísimo, y en Venezuela  a Adán Chávez, el hermano de Hugo que calienta ya su silla. Le pasó a Ceauscescu y al propio Franco. Este remoloneó con su nieta pero al final dejó como heredero a un príncipe de España que tiene los mismos orígenes antidemocráticos.¿Por qué será que los dictadores aman tanto a su familia?.

En fin, que me alegro en el alma que Gadafi se vaya y que sus hijos, como los hijos de Mubarak estén a buen recaudo. Pero es que así son las dictaduras. Las basan en poderes personales ilícitos y totalitarios que quieren además que se transmitan genéticamente. Y afortunadamente acaban mal. Como las monarquías herediitarias.