A Felipe González se le va la olla

Felipe González no se anduvo el miércoles por las ramas y reconoció abiertamente que está perdiendo la simpatía por este PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba. González, que hizo esas manifestaciones durante su intervención en un curso de la Universidad Complutense en San Lorenzo de El Escorial (Madrid) sobre la gobernanza en América Latina, comentó: “Soy militante socialista, así me voy a morir, pero ya les he advertido a mis compañero que soy muy raro, que estoy perdiendo la simpatía. Soy militante y no simpatizante, y lo normal es lo contrario”.

El ex presidente no está conforme “con muchas cosas de las que se han hecho” en los siete años de gobierno de Zapatero, y se calla lo que puede, “por aquello de jarrón grande en apartamento pequeño, que es lo que somos la gente como yo, un jarrón chino enorme en un apartamento chiquito”. Expresión por cierto que me la copió ya que es un venezolanismo que usé por primera vez. Ahora bien, lo de jarrón grande en apartamento pequeño es de una megalomanía espantosa.

Y, como en otras ocasiones, se refirió a su condición para decir que a los que son como él se les supone “un valor” y por eso sus partidos “no quieren romper el puñetero jarrón y echarlo a la basura, pero donde quiera que lo ponen, estorba, porque dice cosas”. “Si yo estorbo, imagínense lo que estorbará (José María) Aznar, pobrecito”, ironizó.

Lo de éste González, con casa en Marruecos, amistades en Mexico y poca reflexión socialista es de siquiatra.

Es el segundo encontronazo del ex líder socialista con su partido en poco tiempo. Hace dos semanas, Felipe González recomendó a Rubalcaba que abandonara el Gobierno de Zapatero “ya” y éste le replicó que no le diera consejos. Luego, en una posterior conversación con periodistas, el hoy candidato se declaró “sorprendido” porque, en privado, González le había dicho lo contrario tiempo atrás.

A Felipe González de un tiempo a esta parte se le va un poco la olla. Después de decir aquella salvajada de que estuvo a punto de volar a la cúpula de ETA, después de haber salido de rositas del caso Gal, después de que a él y a Aznar le respeten íntegramente su pensión de ex presidentes, canonjías incluidas, después de haber sido el responsable de haberse cargado la política industrial y haber apostado por el pelotazo, una de las grandes  causas de la crisis, después de negarse a presidir el PSOE y la Comisión Europea, después de haberme copiado lo de los “jarrones chinos” que yo traje de Venezuela, después de haberle aguantado Rubalcaba todas sus desapariciones y depresiones en la época en que el primero era ministro de presidencia y portavoz del gobierno, después de que se niega a comparecer en sede parlamentaria para nada,  viene con éstas chulerías que flaco favor le hacen a su partido.

Todo ésto solo puede ser entendido gracias a su endiosamiento y soberbia, defectos indignos de un hombre serio y  de estado como él se considera a sí mismo.

¡Que se vaya a pasear con su nueva compañera y deje a la política en paz!.