El lejano Oriente

TELESCOPIO

China y Japón están a nuestro oriente, pero lo de lejano merece matices, porque cuando Elcano utilizó dos años en circundar el mundo o Fogg ochenta días Irán era el Oriente medio y China el lejano, pero hoy día que un avión nos pone en Pekín en 12 horas y que el Telescopio Hubble moviéndose a 27.000 km/h. día y medio en dar la vuelta al globo… pues los conceptos cercano y lejano adquieren otro significado. El planeta Gaia siempre ha sido cercano y coqueto, pero nuestra pequeñez nos impedía verlo, excepto tras grandes catástrofes naturales. Dicen que “El grito” de E.Munch representa el cielo sobre Noruega tras la erupción de 1883 del volcán Krakatoa situado cerca de Java; explosión de tal virulencia que produjo diariamente durante meses difracciones de luz solar en la estratosfera al incidir sobre las partículas emitidas por el volcán y que dos años después aún eran un espectáculo crepuscular para los barceloneses que subían al Tibidabo a contemplarlo.

La Tierra es al parecer un pañuelo muy mal usado, porque el 13 de agosto la humanidad agotó todos los recursos naturales que Gaia puede generar en un año, seis días antes que en 2014; preocupante derroche, pues en el 2000 el agotamiento de recursos llegó en octubre. Falta de agua, desaparición de suelo fértil, reducción de biodiversidad, disminución del hielo ártico y glaciar… son consecuencia directa del exceso de consumo/consumismo humano con sus emisiones de gases invernadero, contaminación de océanos y atmósfera… Algunos miran esto como a un lejano Oriente; craso error, porque ya hoy, no mañana, los humanos necesitaríamos un planeta y medio para sobrevivir; tres si todos fuéramos “ricos occidentales”. Según los expertos nuestra huella ecológica supera las posibilidades de regeneración de la Tierra, agotándose nuestro presupuesto ecológico si no ponemos remedio.

A finales de año se celebrará en París una cumbre para atajar el cambio climático. Con decenas de miles de refugiados sirios y libios… e inmigrantes africanos llamando a las puertas de Europa, Grecia ahogándose, China viviendo explosiones tóxicas en Tianjin y de su burbuja económica, con la trágica amenaza de un IS que pasa a cuchillo al disidente, y aquí más cerca con un desempleo cabalgando a lomos de 5 millones de parados… con estos problemas inmediatos sobre el tapate parece improbable que la amenaza cierta pero más tardía del agotamiento de recursos nos mueva a actuar: lo urgente nos impide hacer lo necesario. Avisados estamos, porque los sirios pueden intentar entrar en Europa, pero si el planeta se agota… el recientemente descubierto planeta Kepler-452b, primo-hermano de la Tierra, se encuentra a 1.400 años-luz. Sería éxodo bíblico, opino.

Amigos, solo por dinero

El 30 de julio está declarado como el Día Internacional de la Amistad. Me parece que pocos ciudadanos/as lo conocen y no sabría certificar su grado de trascendencia efectiva, pero es loable este intento de la ONU por fomentar la inclusión de las diferentes culturas, el respeto entre ellas, la comprensión internacional y el respeto de la diversidad, especialmente entre los jóvenes y futuros líderes.

Siendo la amistad uno de los sentimientos más nobles y valiosos, es evidente que entre las metas y objetivos de este día esté el desarrollar la cultura de la paz y la no violencia, especialmente entre niños y niñas y adolescentes que serán los adultos de un mundo futuro-próximo con 11,2mil millones de habitantes a finales de siglo.

Pero mientras instalamos este encomiástico día “D” en el santoral civil, frente a esa amistad loada, lo real es que en Inglaterra están alarmados y hasta indignados con los europeos por dejar colarse a inmigrantes, sirios en especial, que huyen desesperados de una guerra en la que sus “amigos” del Estado Islámico les barren si no son de los suyos. Proponen vallas kilométricas para que la “amistad” no produzca tanto roce. Como ocurre más al Sur, con los inmigrantes libios o eritreos o de cualquier otro país pobre del que huyen de la guerra, del hambre… o de todo a la vez. En Europa esperan encontrar ”amigos”, pero se topan con sr.Fernández Díaz, y otros muchos que callan pero otorgan, que les llama goteras e ilegales, como si fuera ilegal huir del hambre o de la muerte segura. Fernández pregona el evangelio pero se olvida del buen samaritano.

Amistad, seguramente con réditos, es cerrar una playa pública en Francia para que el rey saudí disfrute. Gesto mucho más amistoso que la ley propuesta en Israel para condenar con 20 años de cárcel por lanzar una piedra a un tanque… si eres palestino, porque si eres colono judío puedes quemar una casa con niño palestino dentro para provocar así que otro palestino en venganza se líe a tiros contra un autobús de judíos… y que siga la rueda de la amistad.

Guardiola va en la lista independentista… acudía a la selección española de fútbol solo por dinero”. Vamos, como todos. A ver si los españolísimos Casillas/Ramos juegan gratis con “su roja”. Porque para amigos, los más difíciles los cercanos, y si no que se lo pregunten al populista/populachero Revilla-Cantabria que amaga a “sus amigos”de Cataluña con cerrarles las fuentes del Ebro; esto es ser amigo-español a un tiempo “¡Olé tus …!”

Necesitaremos una buena sobredosis de amistad para convivir tantos con tantas ambiciones en el mismo espacio donde hoy “solo” cabemos 7mil millones, a no ser que antes encuentren entre Yuri Milner y Stephen Hawking otro planeta habitable.

 

Inmigrante gotera

INMIGRANTES PATERA

Hasta ahora había escuchado multitud de calificativos, todos muy despreciativos, para mentar a refugiados e inmigrantes, lindezas compendio de una caterva de retuercepalabras para describir al diferente llegado de otros lares. Como si buscar refugio o trabajo fuera despreciable además de ilegal. Pero el ministro de Interior (garrote y concertinas) ha acuñado un nuevo término, inmigrante gotera.

En los últimos meses nos llegan sobre todo de Siria y Eritrea, personas que huyen del horror, de la persecución y de la muerte. En el reparto de refugiados al Estado Español le habían correspondido unas 5.800 personas, no sé si son muchos o pocos, pero sí que necesitan acogida. Y aquí se les ha dicho que verdes las han segado, que ya somos demasiados y que es imposible acogerles, porque, y aquí le ha brotado al ministro la parábola evangélica de la casa con goteras, que la solución no es repartir el agua sino taponar la entrada; de acuerdo, pero mientras tanto acojamos el agua que nos corresponda.

Es meritorio el esmero e interés que se toman Fernández&PPboys en taponar la entrada a las personas, pero no a las mafias que traen pasta o a las armas que se cuelan con pasmosa facilidad y hasta impunidad por las fronteras.

El agravante en “estos goteras” es que huyen de una guerra a tres bandas donde son víctimas seguras, de uno o de otro. Viene a la memoria la diáspora de miles de perseguidos que tras la guerra incivil española huyeron a generosos países acogedores. Algunos estaban en trance de una guerra y acogieron a huidos, eran pequeños y acogieron, otros eran pobres y acogieron refugiados españoles… Más adelante, en los sesenta, la maleta y la frontera fueron un cotidiano español hacia la Europa de las posibilidades. Y ahora mismo, nuestros jóvenes preparados buscan refugio laboral en países de acogida. Flaca memoria la del grupeto gobernante, quizá porque como el ministro posiblemente nunca tuvo que huir del régimen franquista, ni emigrar a Alemania, ni buscar el trabajo que sí le ofreció aquí rápidamente su buena ubicación socioeconómica.

Del sr. ministro descoloca su acendrado catolicismo, otorgador de condecoraciones a vírgenes y de comunión frecuente, olvidando quizá la principal virtud cristiana: ¿Caridad? Puede que incluso para un supernumerario sea más fácil predicar que dar trigo y olvidar el 25:35 de Mateo, “porque tuve hambre y me diste de comer; tuve sed y me diste de beber; fui forastero y me recibiste”.

Si no acogemos al necesitado, a qué debemos esperar, a qué el acuerdo entre el multimillonario Yuri Milner y el astrofísico Stephen Hawking de resultado y contactemos vida en otro planeta.

 

Felices lectores

mas HOMERLeer es felicidad. No sé cuántos libros leerán ustedes, pero según un estudio de psicólogos publicado en la revista Social Indicators Research, “las personas felices leen, los infelices ven la televisión”. Según el sociólogo John P. Robinson coautor del informe, el pupurri de los infelices ven un 20% más tele que los felices. Ver la televisión es una actividad pasiva que puede producir placer momentáneo pero infelicidad a largo plazo, pues además de barata y cómoda no requiere esfuerzo ni compañía, mientras que leer produce satisfacción a largo plazo porque requiere esfuerzo y nos socializa mejor.

En el placer momentáneo estaremos de acuerdo, porque el soporcito que produce la caja tonta (o inteligente) es muy relajante; en lo de la felicidad a largo plazo hay división de opiniones. “He pasado muchos años sin leer ni escribir y soy una persona superfeliz”, mi vecina echa por tierra las sesudas conclusiones de mr. Robinson, quien también tiene su razón porque mientras ves la tele no tomas el sol, ni respiras aire puro, ni haces ejercicio, ni te socializas… y te culturizas menos. Lógica que argumenta Martin de la Fuente en “No es lo mismo ver la televisión que leer”, explicando que el mundo cultural ha sido de elites, mientras que la televisión era una realidad del gran público.

Según el CIS, el 35% de los españoles/as no lee nunca, y en el último año la mitad no ha comprado ni un libro y un 70% no ha ido a una biblioteca, mientras se ve tele cuatro horas y media al día por habitante/año.

Aunque entre quienes leen prefieren el papel(80%), se espera que en 2017 libro-papel y libro-digital confluyan y comience el principio del fin del papel. Quizá será por esto que el gobierno mantiene el IVA del 4% al libro-papel, pero aplica con expectativas el 21% al digital. Esto unido a la crisis que ha reducido el consumo de libro-papel y a los cambios en los hábitos intelectuales, con la creciente dedicación a las nuevas tecnologías, hace que con frecuencia la preocupación por estar continuamente conectados a la red no nos deje disfrutar de otras actividades placenteras como la lectura.

En consecuencia, algunos creen que la sociedad actual camina peligrosamente hacia un progresivo empobrecimiento cultural y humano. Hacia una sociedad vacua, un mix entre “Un mundo feliz” de Huxley y “La sociedad del espectáculo” de Guy Debord.

Si los libros de papel, poco leídos, son además relegados a recuerdos del pasado por el digital al que se aplica un IVA-21%, ya me dirán quién podrá ser feliz en este país de iletrados. Veremos la tele, aunque seamos infelices.

 

Mordazas y leyes

CREMALLERA

Supongo que muchos y muchas habrán experimentado en propia carne lo que es morderse la lengua, o toda la boca hasta lacerarse, para no decir a quien detenta el poder (o la porra) la verdad que escuece, pero que escocería más en la venganza segura del receptor que no desea recibir crítica alguna. Quizá la mordaza sin ley sea posiblemente la ley mordaza más acerada, la conocida autocensura.

Pero por si acaso ésta no funcionara, el 1 de julio entró en vigor la pomposa Ley de Seguridad Ciudadana y la Reforma del Código Penal, es decir 44 nuevas razones por las que cualquiera puede ser sancionado, siempre que no sea delito, con multas de 100 hasta 600.000 euros; de pasada se excluye al juez y a la tutela judicial efectiva, de modo que la sanción te la puede endosar cualquier policía o autoridad administrativa sin que tenga que justificarse. Arbitrariedad “democrática”, algo parecido a la ley de vagos y maleantes del franquismo santificado. Recordándote que han subido las tasas judiciales, primero abona la multa y después si quieres puedes reclamar pleiteando ante un juez “de pago”.

Tras leer las nuevas conductas sancionables, me planteo si en una protesta callejera un policía aporrea a un manifestante, eres periodista, sacas una foto. ¿Cuál es el acto delictivo? Adivinen… pues sí: sacar la foto. O si el vecino del 2º es policía y se le demanda por moroso, ¿puede denunciarnos por acoso a la autoridad? Y si por venganza me pilla sin DNI al bajar la basura, ¿me puede retener seis horas en comisaria? ¿Y si quien no lo lleva es él? Son situaciones chuscas, pero con esta normativa en la mano cualquier cosa pensable sería posible, porque junto a normas de puro sentido común y de respeto a la convivencia con los demás, subyace la idea motriz de domeñar arbitrariamente bajo la autoridad gubernamental el derecho de la ciudadanía a la protesta como instrumento de cambio social, así como un ataque directo-preventivo a los derechos ¿fundamentales? de libre expresión y manifestación. Ninguna medida para prevenir los delitos de cuello blanco. Claramente se criminalizan actos de participación política y movilizaciones de protesta, así que me tendré que autocensurar antes de escribir una línea transgresora sobre alguno de los impúdicos borbones.

Porque volvemos a estar donde estuvimos: “eres ciudadano/a culpable hasta que no demuestres tu inocencia”. ¿Pero en democracia no era exactamente al revés?

El problema de leyes tan graciosamente represivas es que si no actúas como piensas puede que termines pensando como actúas. Tal vez sea éste el fin último de la ley, que te reprimas tú misma.