OTEGI COMPARA LAS PROTESTAS COMO SI FUERAN «EL BOMBARDEO DE PEARL HARBOR»

Miércoles 16 de agosto de 2017

El portavoz de EH Bildu, Arnaldo Otegi, cree que hay «una especie de caza de brujas» contra la izquierda abertzale por sus discrepancias con el modelo turístico y ha destacado que «lo que daña» al turismo es «inflar» las protestas, que ha calificado de «incidentes», como si fueran «el bombardeo de Pearl Harbor». Además, ha trasladado a los empresarios de Hostelería guipuzcoanos que hay que «vender identidad nacional y cultural», y les ha pedido que propicien «unas condiciones laborales dignas».

¿A dónde vas?. Manzanas traigo.

-Oiga usted, Sr. Otegi, la violencia tiene grados y se empieza subiendo el primer escalón, no se le da importancia, y acaba usted organizando Pearl Harbor. Y usted lo sabe.

El problema no es de graduación, sino de sensibilidad humana y democrática. Y, al parecer, Otegi, que no controla a unos jóvenes nacidos, criados, crecidos y alimentados con el discurso de la violencia, éstas cosas, de cara al público, le parecen paparruchas. Pero no lo son. Evidencia dos cosas:

1.- Que Otegi no controla a su gente. En su invento de Bildu, Ernai es una fuerza y, la más violenta, porque Sortu es incapaz de embridarla y Ekaitz Rodríguez, al que se le va la fuerza por la boca, es un espantajo que no le ayuda en nada a Otegi a liderar Bildu.

2.- Que el mundo abertzale  que ha creído en la violencia para «liberar» Euzkadi sigue ahí, sigue  siendo violento, sigue sin aprender nada y sin olvidar nada. Y esto es un problema para todos.

¿Cómo se resuelve esto?.

Con pedagogía democrática y con un puñetazo en la mesa diciendo  que por ese camino no se va. ¿Que ese grupo se desgaja?. Pues que se desgaje. Euzkadi necesita una Izquierda Abertzale democrática, como España una derecha antifranquista. Querer mantener en el seno de estos partidos la radicalidad, no arregla nada. Una sociedad sana debe conocer quién es quién y el por qué de su lucha y si ésta es democrática o no.

Que salga ahora Otegi comparando la protesta democrática de la mayoría vasca  con una exageración, está fuera de lugar y nos ilustra de la debilidad de Otegi para encabezar una acción política nueva. La de Otegi es la vieja política que ya conocimos en el pasado. Tan vieja como  hablar hoy de Pearl Harbor.

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