Escotes a tutiplén!

Oír a estas alturas que hay mujeres que consiguen trabajo porque enseñan su escote, se acuestan con su jefe u otras perversidades fruto de los estereotipos que perduran en nuestra sociedad, me parece como poco, bastante frívolo en el contexto actual de paro, rescate y recesión que estamos viviendo

Llevo escuchando este tipo de argumentos durante toda mi vida, bueno, ese y otros, como que hay mujeres que mantienen sexo con sus jefes para ser ascendidas(disculpen por ser tan recatada, porque evidentemente cuando alguien se refiere a este tema, otros verbos más sonoros y explícitos son los que se usan ), o que las mujeres entre ellas se despellejan cuando trabajan juntas… En fin, una sarta de gilipolleces que sólo responden al machismo imperante que desafortunadamente también cala en el género femenino.

Así que me llevo las manos a la cabeza cuando leo estos días a una súper triunfadora diciendo que tenemos que ser reinas que no encuentren problemas en afrontar cualquier tipo de barrera que les impida triunfar en la vida. Lo de reina omito comentar, porque además de ser republicana no me gusta, y el resto de la frase la doy por supuesto. Señoras/es triunfadoras, eso lo hacemos millones de mujeres todos los días, no para triunfar, sino para simplemente vivir que no es poco en estos tiempos de penuria teñidos de desigualdad y falta de solidaridad. Además, lo de triunfar me chirría un poco. Hay mujeres que quieren vivir y trabajar y eso ya es un triunfo, y no necesariamente lo que los conservadores liberales denominan triunfar, que se refiere sobre todo a escalar en puestos de trabajo y que está escandalosamente estereotipado.

Sino que se lo pregunten a las Mujeres que están en paro en Euskadi que son el 51,17% de la población total. Y a la precariedad en la que viven en el mundo laboral: firman menos contratos indefinidos que los hombres y entre las mujeres la mitad de los contratos firmados son a tiempo parcial, mientras que entre los hombres el porcentaje es del 23,5%. Y ya no es por la formación: las mujeres tienen el más alto nivel de formación que se ha tenido nunca, vamos en mayor porcentaje que ellos a la Universidad y sacamos mejores notas. Desgraciadamente son tan malos tiempos que según los últimos datos, es entre la población universitaria donde más ha aumentado el paro. Decir malos tiempos es poco… come on baby and rescue me!

Así que si una mujer se pone un escote, dejemos de juzgarla en base a esos estereotipos y como somos inteligentes y con capacidad de discernimiento no lo enfoquemos como que está utilizando las malinterpretadas “armas de mujer”. Lo lleva porque le da la gana, que es algo que a muchos hombres les cuesta entender porque huele a independencia y libertad.

Eso sí, cabestros y cabestras  hay en todos los sitios. Uno me llegó a decir una vez que las mujeres mejor que fuéramos tapaditas a  trabajar, porque sino él no podía concentrarse. La respuesta era clara: el problema lo tienes tú y no ellas. Quieres que dejen de hacer lo que desean para evitar algo que tú no puedes controlar. Eso algunos musulmanes lo resuelven mejor: te ponen un burka y asunto zanjado. Al final es lo de siempre, como de alguna manera se transige con los derechos masculinos al dar por supuesto que prevalecen sobre los femeninos, a las mujeres nos toca siempre renunciar a algo.

Así que lo de los titulares de la noticia del escote en un periódico de derechas es sólo un síntoma de lo que está pasando y del retroceso que puede producirse en el terreno de la Igualdad como no nos movilicemos y estemos en estado perpetuo de vigilancia. Yo de todas formas, prefiero que me pille con escote, eso sí, que se tape quien le de la gana.

Carta a una amiga en paro.

 

Estos días ando de la ceca a la meca ya que se está celebrando, el Foro para la Igualdad en Euskadi. Es un Foro para la reflexión en el que se repite constantemente los niveles de desigualdad en los que todavía estamos, la precariedad y pobreza femenina y cómo no, siempre aparecen como estrellas invitadas los datos del paro femenino fruto de la desigualdad laboral que casi nadiequiere aceptar.

Tanto es así, que no puedo dejar de pensar en ti querida amiga que estás en paro y que muy a tu pesar, sólo eres un número más entre los que  conforman esa tremenda cifra que no va a dejar de crecer. Tú, amiga, que fuiste despedida con cuatro mujeres más y nadie dijo nada. Tú que con una carrera profesional brillante y una carrera académica, sacada a pulso de tus ratos libres igualmente espectacular, no te sirvieron para que alguien lo valorara. Ser mujer y estar cerca de los 50, no te ayudó, pero lo que es peor, me temo que vas ser invisible de aquí en adelante. Qué sociedad más ciega! En cualquier país europeo se valora la experiencia, el talento y la trayectoria de las personas y la importancia que ello tiene en la transmisión del conocimiento. Aquí, la mayoría de las veces sólo se les valora a los varones. Alguien que sabe mucho de esto me lo decía claramente hace unos días: si fuera un hombre sería un “fichaje”. Si eres mujer no te valoran. A nadie le importa. Eres una viejuna en el mejor de los casos, y una menopáusica en el peor  de ellos

Así que te he visto en pura desesperación por no tener eso, ninguna esperanza. Vagando alrededor de ti misma sin encontrar el rumbo. Pidiendo ayuda a gritos cuando pocos tuvieron la enorme paciencia de escucharte, porque si alguien pudo hacerlo pasó de largo y los que no podíamos hacer nada, nos moríamos de pena al verte llorar. Viajaste tan dentro de ti que estuviste a punto de perderte. Hasta tus amantes te dieron de lado. Siempre creíste que te querían por cómo eras, pero estabas equivocada. Posiblemente lo hicieron por lo que significabas en su imaginario masculino. Te dolió, pero no te sorprendió. Igual es que nunca esperaste nada de ellos. Y cuando tus propias lágrimas te ahogaron, el desencanto te había dejado paralizada y la decepción recorrió como una bala tu cerebro de lado a lado, empezaste a respirar, con dificultad. Apenas se te oye, pero respiras.

A veces, cuando estoy contigo no puedo evitar un sentimiento de compasión pensando que tú te crees que lo has superado, pero yo veo que la línea para volver atrás es tan delgada que siempre me estremezco. Otras veces, te admiro por tu esfuerzo titánico, por querer vivir y sobre todo, por querer cambiar de vida en una sociedad que te ha dado la espalda. Porque nadie que conozco es tan fuerte y tan vulnerable a la vez. Porque estás aprendiendo a mirarte tú misma y no a través de la mirada de los demás. Y no me queda otra que quererte. Aunque visto lo visto, lo mejor es que te quieras tú. Y no tengo duda de que estás en ello.  Larga vida, amiga, pero eso sí, siempre cerca de mí.

 

Pelendengues!

Busca, busca...

El 22 de febrero se celebra el Día Europeo por la Igualdad de Salarios entre Mujeres y Hombres. Si ya sé que la mayoría del personal piensa que lo mejor sería que estos días no existieran, ni tampoco el día de la Mujer, ni tantos otros…sobre todo aquellos que tienen que ver con la reivindicación de nuestros derechos… Nadie ve tan mal el día de la Infancia, del Cáncer, del Sida o tantos otros. En fin, argumentos banales fruto de esta cultura patriarcal que tanto nos cuesta quitarnos de encima… si a mí también: a demás de ser humana soy Mujer (¿o al revés?). En todo caso estoy convencida de todo lo contrario. Días así son necesarios porque se ayuda a la concienciación sobre estos temas de justicia social y sobre todo porque los visibiliza. Ya saben que todo aquello que no se ve y de lo que no se habla, no existe. El día que no existan desigualdades no hará falta tener días especiales, porque aquello que lo originó que no es otra cosa que la desigualdad, habrá desaparecido.

Y es así que nos vemos obligadas a recordar que todavía, aunque muchos no se lo crean, hay desigualdades en los sueldos entre mujeres y hombres: sólo en Euskadi dicha brecha está cifrada en un 22%. Pero es más, la diferencia salarial entre hombres y mujeres en puestos de alta cualificación es de un 31,8% según apuntan algunas investigaciones. Más allá de eso que es crucial, está la desigualdad en la contratación, en la promoción y la representación de las mujeres en las direcciones de las empresas. En la CAE sólo el 30% de los puestos de Dirección están ocupados por mujeres (es decir 1 de cada 4) y en puestos de Alta Dirección sólo hay un 7% de mujeres, lo que significa que el empresariado es netamente masculino. ¿Saben al respecto un dato significativo?: de tanto directivo que nos rodea sólo el 9.4% tiene estudios universitarios? Sí en Euskadi.

Pero claro, ellos están hasta los pelendengues (utilizo esta bonita palabra en extinción porque ellos utilizan otra mucho más ofensiva y testosterónica), de tanta reivindicación y tanta paridad, porque para ellos elegir mujeres siempre es sinónimo de no elegir a los que realmente valen… valen para qué ¿con qué criterios?. No será el de la formación claro, ni el de que lo están haciendo mejor. Miren sino el mundo que nos rodea en estos momentos…

Es evidente por tanto que hay una clarísima falta de suficiente masa crítica femenina necesaria para que las mujeres ejerzan una influencia significativa. Así que amigas no nos queda otra que manos a la obra, o mejor dicho manos al poder… femenino, claro!!!

Paradas!

Acaban de salir a la luz pública los datos del paro del mes de diciembre. Como siempre desoladores… y ciertamente desalentadores porque la tendencia al crecimiento es clara y no hay visos de que esto se arregle. Al revés, va empeorando.
Viendo los datos lo primero que me causa incertidumbre es que los últimos aportados por el Eustat cifra el número de personas paradas en 116.900 mientras que Lanbide en su informe de diciembre registra dicha cifra por encima de los 145.000. Es decir, hay alrededor de 28.000 personas que se quedan en el limbo del desempleo el cual es el peor de los limbos en el que se puede estar en estos momentos.
Pero en lo que me interesa poner el foco es en cómo se tratan los datos en los medios de comunicación a la hora de lanzar las cifras. El Correo apostilla en su información sobre estos datos: “el comportamiento por sexos benefició de manera radical a las mujeres que mejoraron su nivel de ocupación….”. Explicar de manera sesgada unos datos, sobre todo si vienen de una fuente periodística, deja mucho que desear. Si además se ponen calificativos como lo es decir “de manera radical”, denotan ignorancia y bastante parcialidad en el objeto del que se está hablando.
Es verdad que en los últimos meses ha aumentado más el paro entre los hombres y ha disminuido entre las mujeres, pero es cierto también y hay que decirlo, que en la referencia anual son las mujeres las más perjudicadas, con un incremento del 8,03% frente al 5,83% correspondiente a los hombres. Las mujeres suponen, al cierre del año 2011, el 51,0% del total de las personas paradas. Si queremos dar la noticia y ser objetivos pongamos los datos, pero con imparcialidad y perspectiva y sobre todo sin apelativos tremendistas como es el caso expuesto. Esta forma de comunicar distorsiona la realidad y confunde a las personas que las leen o escuchan al dar excesiva credibilidad al medio que las emite.
Actuemos en nombre de la justicia social e intentemos visibilizar la realidad del mercado femenino. Claro, esto si alguien está interesado en hacerlo. Así y hay que decirlo, la situación de la mujer en el mercado laboral vasco está mejorando: si hace diez años el peso de las mujeres en el total del empleo era del 37,5%, hace tres años era del 43,1% y en el primer trimestre del 2011 era del 45,3%. Buenas noticias de las que todas y todos debemos alegrarnos. Pero esto no evita constatar otros datos alarmantes como que la brecha de género en la Tasa de Actividad alcanzó en el año pasado 12,74 puntos. Amplia brecha, o demasiado amplia diría yo, todavía.
Y por supuesto no puedo terminar sin mencionar que la preocupante tendencia a la precarización del trabajo durante estos tiempos de crisis es indudable. Y esto afecta también en mayor medida a las mujeres. Por ejemplo, en diciembre pasado el 50,6% de los contratos fueron firmados por hombres, pero es que además, éstos firmaron más contratos indefinidos, las mujeres sin embargo, más temporales. Si se quiere hay indicadores, muchos, para analizar con detenimiento temas de tanto calado social como este. Limbos pueden existir, pero en este caso, no hay limbo que valga: si el paro y la precariedad tienen un nombre… ese nombre es Mujer!

Lo vamos a necesitar!

Lo vamos a necesitar!!!

Este año no acaba bien para las Mujeres. Con un saldo de 60 victimas mortales de la violencia machista, me atrevo a ponerle la etiqueta de año negro en lo que a ello se refiere. Y no me consuela que haya habido menos víctimas que en el 2010, que fueron 73, eso es sólo una buena noticia pero enseguida se vuelve a teñir de negro cuando miramos un poco más atrás y observamos un retroceso con respecto al 2005, en el cuál hubo 57. Y es que me parecen tantas, tantas mujeres muertas: 5 al mes, más de una por semana!!!!

Así que me vuelvo a indignar cuando la nueva ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (tremendo que la Igualdad esté a la cola del Ministerio) se atreva a denominar la violencia machista como violencia en el entorno familiar, cuando no llevaba ni 48 horas en el Gobierno. Y a mi, quizás porque soy muy susceptible, más que parecerme un simple giro lingüístico, me parece el principio de lo que se nos viene encima en políticas de Igualdad a partir de ahora.

Y me pregunto cómo va a llamar entonces al acto netamente machista (mejor dicho brutalmente machista) cuando a una mujer sea violada, agredida o asesinada por un hombre que no sea de su familia…. No entiendo esa fobia al término “género”, cargándose así el trabajo y pensamiento de muchos años del movimiento feminista, de leyes promulgadas, de libros escritos, de la lucha de tantas mujeres sin la que Vd, sra ministra no estaría ahora en el poder.

Y eso es lo que me molesta profundamente, que lleguen unas frescas, como diría Amelia Valcárcel, y no valoren que todos los derechos que tenemos actualmente las mujeres, entre ellos acceder a puestos de poder (aunque de forma flagrantemente desigual, de eso ya hablaremos el año que viene) es fruto del trabajo de muchas otras mujeres que nos han precedido y que contra viento y marea, pelearon para que ahora además de seguir avanzando, sigamos disfrutando de los derechos conseguidos, y sobre todo, para que sigamos luchando, reivindicando y denunciando de forma que las que las niñas y mujeres de las siguientes generaciones, no pierdan ni un ápice de lo ya conseguido y vivan en una sociedad más igualitaria que la actual.

Así que sra. ministra y mandatarias/os del nuevo gobierno, les envío mi mensaje claramente: no vamos a dejar que nos quiten nada de lo conseguido, aunque sé que lo van a intentar…. Así que no me queda más remedio que brindar por un nuevo año +Feminista que nunca… lo vamos a necesitar!!!!