Con las tetas al aire!

Femen

Bravo, Bravo y tres veces Bravo por las FEMEN!.Una acción como la ocurrida hoy en el Parlamento español es netamente necesaria, transgresora y sobre todo, tiene una repercusión mediática que cuántas campañas de marketing soportadas por miles de euros, quisieran para sí mismas. Y esto en el caso del aborto a punto de salir la Ley de Gallardón, es más que necesario por su eco, no sólo en el estado sino también por su repercusión en todo el mundo, para que quede patente que vamos a estar en la ley del aborto al nivel de los países más ultracatólicos, no respetando en absoluto los derechos de las mujeres que son inexcusablemente sagrados para nosotras.

 No puedo dejar de mostrar mi admiración por este movimiento y estas mujeres que, utilizando un símil operístico, se han mostrado más que Bravas.

Y es más, que lo hayan hecho interrumpiendo al impresentable de Gallardón me reporta tantas sonrisas y tanto bienestar, que viendo de nuevo las imágenes no puedo dejar de congratularme por la cara tanto del presidente del Parlamento, que las mira con gestos condescendientes auténticamente machistas, como la reacción del ministro de “injusticia” cuando ve que además de ser mujeres, salir con las tetas al aire, y reivindicar el aborto, oye con sus “santos oídos” que al aborto lo ponen al lado de la palabra sagrado. Al ministro, he creído entrever, le ha faltado por unos segundos la respiración. Hasta los micrófonos que se creían apagados lo han recogido: ¿aborto sagrado? Su cerebro no asimilaba estas dos palabras en la misma frase. Sólo le ha faltado decir a grito pelado: Anatema!

Creo que muchos de los presentes se han quedado con las ganas de decir “a la hoguera”. Qué nostalgia de aquellos tiempos de la Inquisición!. Aunque no se crean, disfrazada de otra manera, creo sinceramente que sigue funcionando.

Estas mujeres tan valientes (ya quisiera yo serlo!) han sido detenidas, cuando otros actos que han interrumpido la sesión parlamentaria anteriormente, sólo fueron sancionados. Y la derechona se escandaliza, además de por la interrupción en la celebración de lo que se considera la expresión máxima de la democracia (será por cierto “su” democracia), por cómo es posible que parte de la izquierda haya aplaudido la protesta de Femen. Me gustaría pensar que es imposible una mayor demostración de falta de democracia y sobre todo de respeto a las mujeres. Pero me temo que va a seguir siendo más que posible.

Ya sé que las han mirado como las locas feministas de siempre, incluso he llegado a oír en un canal de televisión que “son unas cochinas” (ya ven como en el recreo del cole). Por qué? Por enseñar las tetas? Por utilizar su cuerpo como arma de protesta en vez de como objeto de deseo? Hay algo mejor que desmitificar las tetas que éso?

Porque la clave está en cómo nosotras utilicemos nuestro cuerpo y no cómo ellos quieren que lo hagamos. Por eso las Femen son grandes. Y los parlamentarios, ministros y demás personal que han sido testigos de esta protesta hoy y las miraban con “asco y compasión” me dan pena. No se han dado cuenta de que esto no hay quien lo pare… enseñando y gritando dónde y cómo nos dé la gana para defender nuestros derechos. Sin tregua!

¡De arroces y relojes biológicos!

Reflexiono a propósito del artículo publicado en El País, No soy madre porque no quiero, porque llevo tiempo pensando en escribir sobre este tema y la publicación del artículo me ha servido de inspiración.

Me pregunto por qué a las mujeres que han decidido no tener hijos/as, se les pone tanto en cuestión. Además de soportar continuamente algunas de las famosas frases como que se nos pasa el arroz, o  que nos vamos a perder lo mejor que puede hacer una mujer, nos vemos sometidas a la consideración muchas veces de ser una mujer a medias”, es decir no completas. Como si la maternidad fuese la fórmula mágica que realmente nos hace ser mujeres de verdad.

Yo, como cualquier mujer cabal, entiendo la maternidad como una opción absolutamente libre. El problema es que muchas veces no lo es. Pero es que todo este discurso patriarcal responde a una sola razón, la de continuar siendo recluidas en nuestro papel reproductivo y doméstico mientras el ámbito productivo, el público, y con ambos los de mayor prestigio, siguen siendo predominantemente masculinos. Hace tiempo ya lo denunciaba en mi artículo [Enlace roto.], desde una perspectiva más económica, pero ahora quiero denunciar cómo sistemáticamente se nos acusa de egoístas y sobre todo se nos calla la boca al grito de “tú no eres madre y no puedes opinar” cuando participamos en este debate. Y es que tampoco soy política y hablo de política, y tampoco soy creyente y hablo de religión. Nada me desautoriza. Pero es que hablar de temas como la maternidad están actualmente sublimados y parece que otorgan un estatus diferente, por no decir superior, a las mujeres que son madres. Y todo este discurso androcéntrico es, desde mi punto de vista, una trampa. Una trampa reforzada últimamente con el discurso actual de la maternidad y crianza natural que puede derivar en una “mística de la maternidad” peligrosa.

Me canso de escuchar a mi alrededor y sobre todo en los medios de comunicación, expresiones como: ser madre es lo mejor que me ha pasado en la vida o la experiencia de ser madre es la más maravillosa que le puede pasar a una mujer, y se me ponen los pelos de punta. Y yo respeto, pero entiendo que cada mujer debe hablar de su experiencia y no se debe objetivizar lo subjetivo, contribuyendo a que parezca un valor universal. Con ello no se hace sino contribuir a fomentar los valores patriarcales que han creado una sociedad injusta y desigual, fruto de la cual las mujeres seguimos siendo ciudadanas de segunda, bajo el lema de que para ser una Mujer “como dios manda” (quién sino), hemos de ser buenas madres y esposas. Porque al final, el cuidado de los hijos e hijas, como el de todas las personas dependientes, cae mayoritariamente en las mujeres.

Este sistema nos necesita para seguir reproduciéndonos, y para ello elabora un discurso en torno a la familia tradicional que invisibiliza y repudia otras formas de entender la sexualidad, la familia y la propia autonomía personal. Miren sino como para “ser buenas” y no «raritas» hay que tener bebés, pero por otro lado, si dos lesbianas quieren tenerlos se les pone las trabas que hagan falta. La hipocresía rezuma por todos los lados en este sistema arcaico, mohoso y lleno de meapilas.

 Y además, y para colmo, dentro del imaginario colectivo existe la creencia de que las mujeres que además de haber decidido no tener hijos/as, han decidido no tener pareja, no practican sexo. Se convierten así en unas estériles sociales, porque en el fondo hablamos de lo mismo, de reproducir la familia tradicional. Que está bien, para quien lo quiera, pero que hay otras formas de relacionarse. Y a propósito del sexo, nada más lejos de la realidad: en general la actividad sexual suele ser prolija, enriquecedora y sobre todo libre, muy libre.

Detrás de todo ello, esta por supuesto el miedo que se tiene a la capacidad de decisión e independencia que tenemos las mujeres, cada vez mayor sin duda, porque no vaya a ser que se me “desmanden” y me den la vuelta a esta sociedad injusta e insolidaria y se acaben los privilegios para muchos. Pero eso es lo que hemos empezado a hacer. Y mientras tanto, déjense de arroz y de relojes biológicos. Nos aburre!

¡Méteme mano que me dejo!

Una se queda sin palabras ante la supina torpeza sexista que ha cometido Loterías del Estado en su anuncio “1 de cada 3 quiere tocarte. Déjate”. Me pregunto yo todos los días viendo la televisión, oyendo la radio, viendo los medios impresos o en internet, cómo las empresas anunciantes siguen saltando a la palestra por poner en marcha campañas que hasta la mujer menos concienciada como feminista, se siente no respetada.

Y pasa tan a menudo que no me queda más que pensar que los cabestros que no sólo hacen los anuncios (las agencias, creativos, etc.), sino que algunas personas responsables de aprobar las campañas, o viven en los mundos de Yupi o son idiotas.O que se les va la olla (pongan delante la consonante que prefieran). Lo siento, pero no se me ocurre otra justificación. Bueno si, machistas en esencia. Y en el caso de una institución pública, como ha sido esta vez, yo creo que es de juzgado de guardia. Y miren que es fácil el filtro. A ti, responsable de comunicación, te presentan la campaña y sólo tienes que preguntarte si a tu hija, tu compañera o a tu madre les ofendería, o si a ti te gustaría verlas en el lugar de la mujer que protagoniza  el spot. Tendría que ser obligatorio pasarlos por una comisión de igualdad, ya que visto lo visto, “per se” no hay manera.

Y así, día tras día, hora tras hora, vemos repetirse los estereotipos patriarcales sin que a casi nadie le “chirríe”. Sólo al grito de los colectivos feministas y grupos de mujeres que velan porque no se reproduzcan en la publicidad, en el cine, en las empresas y en las casas, cualquier tipo de ataque que menoscabe los derechos de la mujer y el avance hacia la igualdad, se consigue algo, poco, pero algo. Imagínense sin dichos movimientos.

Y a mí, que como a muchas mujeres nos ofende todo este tipo de desatinos y además, como soy mal pensada, muchas veces creo que son hechos a conciencia, me siento como si me estuvieran metiendo mano hasta donde nadie se puede imaginar. Y mira que me gusta tocar y que me toquen, y mucho. Pero ni me dejo, si no me da la gana, y menos si alguien sin ningún tipo de impunidad lo da por hecho, como que el cuerpo de las mujeres es un bien común y aquí todo el mundo pilla y nosotras sumisas, nos dejamos. Pocos son los anuncios que se retiran y muchos los que ofenden, y sobre todo nadie da la cara, excepto unas disculpas efímeras y condescendientes que a nadie convencen y nadie se las cree. Bueno si, los que quieren seguir metiendo mano sin pedir permiso. Sinceramente, que les den!

¿Más mujeres asesinadas?

Cuántas mujeres más tienen que morir para que se frene de una vez por todas esta execrable lacra social que es la violencia machista y que esta semana, en menos de tres días ha acabado con la vida de 4 mujeres?

Y en lo que va de año ya son 22 las mujeres asesinadas en el Estado español y la primera en Euskadi, y si una ya es mucho, en cinco meses hablar de tantas muertas pone los pelos de punta. Ha sido tan grave, que el Gobierno español ha cogido el micrófono y ha lanzado a la opinión pública que en Junio se van a poner en marcha nada más y nada menos que 250 medidas para luchar contra la violencia machista.

Y yo me pregunto: dónde estaban todas esas medidas hasta ahora… en un cajón esperando que hubiera tantas muertes como las que ha habido esta semana? Porque si hacen falta 250 medidas es que es muy evidente que quedan por hacer muchas cosas y están diagnosticadas; pero ahí han estado callados a ver si mientras tanto se ahorran un poco de dinero a costa de que mueran las mujeres. Desde 2011 en el Estado español se ha reducido un 31% el presupuesto en Igualdad y prevención en la lucha contra la violencia machista. Emakunde (responsable de la atención a las víctimas de la violencia machista) había previsto una reducción del 20% (en los presupuestos que no llegaron a aprobarse). Estos recortes, tal y como llevamos denunciando hace mucho tiempo, es indudable que tienen consecuencias directas sobre las mujeres. He aquí la prueba clara de que así ha sido. Y es una vergüenza para la razón recortar en las partidas que pueden evitar que las niñas y mujeres sean maltratadas, violadas y asesinadas.

Porque la violencia machista se manifiesta de muchas formas: con gritos, humillación, golpes, secuestro, tortura y muerte. Y hay que decirlo así de claro y dejarse de medias tintas que parece que encima nos tenemos que sentir culpables por rechazar un sistema que aunque de boquilla lo denuncia (ya he visto a dos políticos hoy muy enfadados con el tema) luego hace poco por atajarlo.

Y ya por último, lo que también me molesta tremendamente es que cada vez que hay mujeres asesinadas, últimamente se añada la coletilla de “si había denunciado o no”. Y este matiz me parece muy perverso, porque parece que las mujeres somos responsables de acabar con el problema a través de las denuncias. Es decir, nosotras no hemos creado el problema pero parece que tenemos la responsabilidad de solucionarlo. Y es que las medidas que se pongan en marcha, deben abarcar no sólo a las mujeres víctimas de la violencia, sino también a los hombres como grupo objetivo. Además, las mujeres deben dejar de ser tratadas como víctimas que necesitan protección y asistencia y deben ser tratadas como sujetos activos que luchan por sus derechos y su autonomía.

La violencia machista es una consecuencia del orden patriarcal en el que nos ha tocado vivir, y sólo cambiando este orden de forma estructural se puede acabar con ella de raíz. Por eso, las medidas que se pongan en marcha deben estar enfocadas a activar ese cambio en la sociedad. Si no es así, me temo que la lista de asesinadas, violadas y maltratadas seguirá creciendo…la pregunta es ¿cuántas más?

La derecha y la iglesia, calladitas!

Llevo tiempo intentando escribir sobre la reforma de la Ley del aborto que nuestro “amigo” Gallardón se trae entre manos (él y sus amiguitos de la iglesia), y no me decido. Se está escribiendo tanto, tan bien y con tanta razón, que a una ya le quedan pocos argumentos que esgrimir en contra de la barbaridad que estos energúmenos carcamales están a punto de poner en marcha.

A la conclusión que llego es que realmente esto de la vida humana que tanto defienden, se la trae bastante al pairo. Si con la contrarreforma (sólo escribirlo se me ponen los pelos de punta) quieren proteger a los no nacidos, o lo que ellos consideran que son no nacidos, argumentando que la vida es vida desde que ellos lo dicen, simplemente porque tienen la razón por encima de todo, me pregunto qué pasa con los miles de mujeres que van a tener que abortar poniendo en peligro sus vidas, y posiblemente llegando a morir, porque las condiciones en que van a tener que hacerlo puedan carecer de las mínima garantías para su salud. Estas por lo que se ve, no tienen derecho a la vida!

Ya, ya me sé la respuesta que me darían: que no aborten y si lo hacen, pues miren como que se lo merecen en cierta forma. Por tanto, mi conclusión es que lo que realmente está detrás de todo esto, es que no pueden soportar  que podamos hacer lo que nos dé la gana. No pueden con ello y se empeñan en ser ellos mismos los que quieren decidir, sobre nuestras vidas, sobre nosotras, sobre todo.

Ningún país en el que esté prohibido el aborto, ha conseguido que ninguna mujer aborte. Ningún país que ha restringido una ley del aborto creyendo que así se iban a reducir, lo ha conseguido. Esta cruzada que el ministro de injusticia está llevando a cabo para salvar su alma, imagino por muchos de los pecados que según su religión comete día a día, le reportará el cielo, cree él. A nosotras nos lleva derechas al infierno.

Al infierno de hace más de 30 años, donde a costa de la movilización de muchas mujeres y de los colectivos feministas, se consiguió allá por el año 1985  una ley que aunque ya venía llena de carencias, poco a poco ha ido ajustándose a la realidad de nuestros derechos reproductivos. Me viene a la memoria la vergüenza por la que tuvieron que pasar aquellas once mujeres de Basauri entre 1976 y 1982 en aquel vergonzoso juicio que se denominó “las 11 de Bilbao” y que sacó a la calle a todo el movimiento feminista y muchas mujeres solidarias, consiguiendo al final además de ser indultadas, sentar un precedente para que fuera aprobada la Ley del aborto por el Gobierno de Felipe González.

Igual lo que ocurre es que menosprecian nuestra capacidad de movilización y de reivindicación creyendo que el movimiento de mujeres está fragmentado y que no va a pasar nada… pero están muy equivocados. Hay cosas, y el aborto es una de ellas, con las que las mujeres no vamos a transigir, porque es nuestro derecho querer decidir sobre nuestro cuerpo, nuestras vidas y la de los hijos e hijas que vayamos a traer a este mundo. Porque estos elementos no entiende que lo que estamos reivindicando es eso, nuestro derecho a decidir, y que eso no significa obligar a que ninguna mujer  aborte si no quiere hacerlo.

Así que no, no  nos vamos a dejar… porque creemos firmemente en  lo que dice el cartelito que ilustra este post: las mujeres decidimos, la sociedad nos respeta, el estado garantiza y la derecha y la iglesia se callan. AMEN!