25N: 3.638 agresores machistas por las calles!

Sólo este año porque entre enero y octubre esa es la cifra de mujeres que han sufrido la violencia machista en Euskadi. Una cifra aterradora porque son miles de mujeres que han tenido que soportar todo tipo de vejaciones por parte de esos casi cuatro mil agresores. Miren bien porque, aunque no nos lo queramos creer, por estadística alguno andará cerca de nosotras muy probablemente…

Si hablamos de asesinatos en Euskadi por violencia machista, desde 2002 hasta el día de hoy han sido asesinadas 84 mujeres. Tres de ellas en lo que va de año. Sólo en Bilbao las agresiones sexuales han aumentado un 53,23%. Estamos hartas de decir que son cifras tremendamente escandalosas. Unas cifras que son una vergüenza para cualquier sistema democrático. Un sistema que sigue pivotando sobre el patriarcado y que debiera avergonzar a una sociedad que todavía se conforma con denunciarlo sólo en torno a fechas como la de hoy. El resto del año apenas breves comentarios cargados de hipocresía. Si de verdad fuera algo que se reconoce como inadmisible ya se hubieran tomado medidas para acabar con ello a todos los niveles. Y sobre todo con una transformación radical de la (in)justicia patriarcal que ha sido hoy una de las mayores reivindicaciones en las calles.

Son cifras pavorosas, primero por su dimensión, pero también porque en un año han crecido un 6,52% y sobre todo, porque son cifras basadas en las denuncias. Es decir, la punta del iceberg. Por eso, como cada año hemos salido a las calles para hacer un clamor de esta inadmisible situación que acaba minuto a minuto (y no es una exageración) con la dignidad y vida de las mujeres. Sólo por eso: por ser mujeres. No existe ninguna otra razón.

Las feministas que tenemos la suerte de trabajar desde las instituciones trabajamos duro para acabar con esta lacra, pero aunque imprescindible, esta lucha debe ser ya de una vez por todas una prioridad para conseguir la transformación de raíz de esta sociedad atendiendo a la educación, la economía, la seguridad y hasta la forma en que son pensadas las ciudades y cómo vivimos en ellas.

Mientras, he tenido la oportunidad de hacer una denuncia pública el pasado viernes en Bilbao en el Teatro Arriaga, con la firme intención de dar un paso más en la reflexión de las causas del porqué de la violencia contra nosotras y de los pasos importantes que en el último año se están dando. Lo comparto aquí para que se convierta en una reflexión conjunta sobre muchas preguntas que continuamente nos hacemos. Pero sobre todo, para convertirlo en una evidencia del momento histórico que nos está tocando vivir dentro del movimiento feminista y que ya no tiene marcha atrás.

Este es el texto de autoría propia leído:

https://www.facebook.com/EquoBerdeak/videos/2008580129435110/

Las mujeres llevamos siglos, muchos siglos sufriendo violencia machista. No existe ninguna sociedad en el mundo donde las mujeres no hayan sufrido la violencia de los hombres. Violencia que se ha naturalizado y se ha denominado de diversas formas para con el único fin de normalizarla. Y me produce una profunda rabia que la sociedad durante muchísimos años construyera un imaginario colectivo en el que todo se tapaba, se admitía y se construía en torno a «algo habrá hecho para merecérselo». Toda una forma de construcción patriarcal donde el silencio, la vergüenza y la culpabilidad han recaído sobre las mujeres en vez de sobre sus agresores.

Hablamos de asesinatos, sí, palizas, violaciones, golpes… pero también de los tocamientos, de los insultos, de los menosprecios, de las vejaciones psicológicas…Me pregunto por qué el silencio y la falta de credibilidad cuando las mujeres alzamos la voz ya sea para llamarnos mentirosas o para decir que somos unas exageradas han pervivido durante tanto, tanto tiempo.

La periodista y feminista Cristina Fallarás lo explica con claridad: «hasta ahora las mujeres no teníamos el espacio donde relatar en primera persona lo que nos ocurría» Se nos había negado esa posibilidad tanto desde las instituciones como de los medios de comunicación. Pero de repente acciones como #MeToo o #Cuéntalo en redes sociales, han ayudado a construir la memoria colectiva. Fueron cientos de mujeres las que hablaron contando su propia experiencia, entre ellas yo misma, y la denuncia se convirtió, como dice Fallarás, «no solo en memoria sino en una construcción sólida y en una evidencia vergonzosa».

Hoy que estamos aquí en torno al 25 de noviembre construyendo relatos en torno a las violencias sobre las mujeres, debemos hacerlo con la voz en alto y la mirada de frente. Siempre. Dice la escritora Chimamanda Ngozi Adichie, autora del Manifiesto Todas las personas deberíamos ser feministas que «el silencio es un lujo que no nos podemos permitir».

Hoy es una oportunidad más para preguntarnos por qué tanta violencia en todos los sentidos contra nosotras y tan pocas voces que hasta ahora lo hayan denunciado. Pero se abre un tiempo nuevo, porque ahora ya nadie nos puede poner en duda, ya nadie puede mirar para otro lado y menos las instituciones. Porque ahora somos imparables y no nos vamos a callar. En definitiva, porque ahora el silencio se ha acabado. Isili egotea amaitu da.

#NosqueremosVivas #ErasorikEZerantzunikGabe #GoraBorrokaFeminista

 

Calladitas estábamos más monas

Y digo estábamos porque el silencio se ha acabado. En las I Jornadas Internacionales Feministas organizadas por el semanario digital CTXT que se han celebrado los dias 8 y 9 de noviembre en Zaragoza, si algo ha quedado claro es que no hay quien nos pare, ni nos calle. El primer día comenzó con la presentación del  barómetro realizado por 40dB y dirigido por la prestigiosa ex-CIS Belén Barreiro bajo el título El Feminismo en España, ¿realidad o burbuja? y que lanza porcentajes tan potentes como que el 58,6% de las mujeres se sienten feministas aunque solo milita el 1,2% de la población; que una de cada cuatro mujeres afirma haber sido agredida, pero solo el 8% lo denunció y diversos temas interesantes y relevantes al respecto que os invito a consultar.

Pero esto sólo fue el principio, no habiamos hecho nada más que sentarnos y empezaron a participar en distintas mesas y debates hasta 40 mujeres de diferentes países: diversas, politólogas, periodistas, escritoras, indigenas, gitanas, activistas, sociólogas, políticas, de color, trans… y todas con un sólo objetivo: cambiar la sociedad desde el Feminismo. Hasta 700 mujeres estuvimos allí escuchando, aplaudiendo, emocionándonos, y sobre todo disfrutando de momentos e intervenciones valiosas pero sobre todo muy inspiradoras.

Me voy a dejar muchas de las que componían el programa en el tintero. Disculpas. No puedo sin embargo, dejar de nombrar a la inmensa Cristina Fallarás explicando como nunca se nos ha creído cuando denunciabamos la violencia machista (o exagerábamos o mentíamos) simplemente porque nos han estado robando  el espacio para construir una memoria colectiva a través de nuestras narraciones en primera persona. Ella lo consiguió poniendo en marcha su #Cuentalo (en el que yo misma participé con mi experiencia personal). Puso voz a las mujeres contando sus relatos de violencia machista y así, el silencio se acabó. Ni monas, ni calladitas vamos a estar porque ahora, ya por fin somos imparables.

Quiero nombrar a Marina Sáenz, que estudió la carrera en Bilbao, por cierto. Profesora de Derecho en la Universidad de Valladolid y activista transexual, por su asertivo y enriquecedor testimonio.

A Rosa María Calaf con la que tuvimos la suerte de compartir desayuno y que hizo estallar al auditorio en aplausos cuando afirmó que «las niñas tienen que dejar de querer meter su pie en un zapato de cristal y romper a patadas el techo de cristal». Una mujer con una vitalidad que impresiona.

A la incisiva Pepa Bueno cuando los aplausos volvieron a retumbar al resumir en dos líneas (como gran periodista que es) cómo hablamos nosotras en público y como hablan ellos.

A Rosa Martínez Diputada de Unidos Podemos en su brillante análisis entre Economía y Feminismo.

A Lolita Chávez por su siempre generoso y estremecedor relato y a la que agradezco esa frase que me entusiasma y que ella tanto utiliza: «las mujeres tenemos que acuerparnos«.

A Cristina Narbona por su excelente discurso, a Rokhaya Diallo hablando sobre el yihab y el empoderamiento de las personas racialiazadas desde su condición de mujer negra y musulmana y a Almudena Grandes haciendo honor a su apellido cuando rotunda afirmó «hay que dejar de aceptar que nuestra literatura es minoritaria y que la masculina es universal». También a la incansable Andrea Momoitio con su mochila llena de Pikaras, y sobre todo, a Ada Colau por su brillantez, su capacidad para empatizar con todas desde el minuto uno, y su sinceridad.

Han sido dos días emocionantes. Dos días sonriendo y aprendiendo. Han sido dos días para transformar el mundo a través del Feminismo. Ese Feminismo que como dice la Fallarás es Solidario, Internacional y sobre todo Revolucionario. Por eso estamos muy, muy #OrgullosasdeSerFeministas. Y por eso, ya  #NoHayMarchaAtrás. 

Nota: algunas fotos son personales y otras están capturadas directamente de www.ctxt.es

 

 

El alcalde machirulo

El asco me invade hasta la médula:“YA SOMOS TAN CONOCIDOS COMO MARBELLA O BENALMÁDENA. ALGO ESTAREMOS HACIENDO BIEN” han sido las declaraciones que el alcalde machirulo del Partido Popular de Torrox ha realizado ante el asesinato por #ViolenciaMachista a una mujer en su localidad.


No es este un post de muchas palabras. Es un post porque este hecho me produce tanta repugnancia que lo único que puedo decir es que lo que se merece este tipejo no es que únicamente le reprueben, sino que pidan su dimisión y todos los grupos municipales hagan lo posible para que deje la alcaldía, deje la política y se meta en una cueva que es de donde nunca debió salir.

Cualquiera, pero sobre todo alguien que articula pensamientos de tal calaña y que representa como alcalde a toda una comunidad, debe dejar de ser su representante político. Jactarse de «hacer algo bien» por salir en los medios por el asesinato machista de una mujer, es una vergüenza que no debe recaer en los 16.000 habitantes de este bello y encantador pueblo que tengo la fortuna de haber visitado a menudo cuando era pequeña.

Señor… no me importa ni su nombre pero tiene usted muy poca vergüenza. Primero por decir lo que ha dicho, y segundo por no decir lo que realmente debiera haber dicho que es algo tan sencillo como reconocer que es una humillación que su pueblo salga en las noticias porque en su seno una mujer ha sido apuñalada salvajemente por su pareja que encima tenía orden de alejamiento y que ustedes poco hicieron para protegerla.

Claro que con semejante mentalidad, quien pone en manos de este tipo de autoridad la vida de las mujeres. Me preocupa por lo que se ha sabido pero es más preocupante aún por los que piensan y actúan igual pero no salen en los medios: todo ahí soterradito hasta que ocurre algo y el ego de uno que se cree dueño del poder, se hace realidad.

Sé que ha pedido disculpas, pero le va a costar mucho haberse enorgullecido de poner a Torrox en el mapa de esta manera. Ni la mujer asesinada ni las y los habitantes de su localidad se lo merecen.

Mientras aquí en Bilbao el sábado dia 6 nos vestiremos de negro para tumbarnos en el suelo, enfrente del Ayuntamiento de Bilbao y condenar todos los asesinatos machistas; también el de Torrox, no tengan duda! #WomenInBlack

962 mujeres asesinadas desde 2003

Terrorismo Machista

Suena fuerte, lo sé… aunque realmente suena a lo que no debiera sonar: a sangre, a luto, a tristeza y a rabia, mucha rabia.

Esa rabia que hoy todas sentimos ante el asesinato de Maguette en Bilbao. Un asesinato fruto de la violencia machista. Un asesinato a degüello, posiblemente delante de sus dos hijas menores de cinco años, huérfanas de madre a partir de ahora. Maguette según todos los indicios, llevaba muerta más de 24 horas en su domicilio de Ollerías y sus hijas «velaron» el cadáver pensando… ¡vete a saber qué pensaban viéndola desangrarse mientras el asesino, su padre, huía! Afortunadamente ha sido detenido; ahora solo resta que la #JusticiaPatriarcal que nos tiene acostumbradas a sentencias ridículas, ofensivas y crueles para las mujeres (el caso de la Manada, es el máximo exponente) no se comporte como tal, y este indeseable sea condenado por su asesinato a sangre fría, como son en general  todos los asesinatos contra las mujeres y sólo por una razón: por ser mujeres.

A mí hoy me invade la rabia más que nunca. No sólo porque este acto criminal, máxima expresión de la desigualdad y el machismo haya tenido lugar en mi ciudad, en Bilbao, sino porque también hoy en una jornada que nos ha dejado sin aliento según pasaban las horas, hemos visto como Nuria también ha sido asesinada en Granada y como dos niñas de tres y seis años han sido asesinadas en Castellón por su padre para con ello vengarse y causarle a su compañera el máximo dolor posible. ¿No se atreven a decir que es terrorismo machista? ¡Piénsenlo!

Lo repito hasta la saciedad: es necesaria una implicación mayor de las instituciones para acabar con esta lacra que sesga la vida y la dignidad de las mujeres. Es necesario dejar la hipocresía de lado cuando se condena para luego  no aumentar los recursos humanos y materiales que son ineludibles para abordar el reto que supone erradicar la violencia machista. Es necesario dotar de presupuestos, cambiar las leyes, revisar el sistema educativo, hacer campañas de sensibilización durante todo el año (no sólo en periodos festivos), es necesario que nos creamos que el impulso político es absolutamente imprescindible en esta tarea de transformar la sociedad para acabar con la desigualdad y consolidar un sistema que deje de ser patriarcal y androcéntrico, donde las mujeres seamos dueñas de nuestras vidas, dejemos de ser victimizadas y sobre todo, seamos libres.

Y es que según cifras oficiales ya son 961 las mujeres asesinadas desde 2003. Según esas mismas fuentes, en el Estado español a día de hoy, 37. Pero esto es más que un simple contador y hay quien se ocupa de las que la ley no quiere reconocer como mujeres que sufren la violencia machista (fuera del ámbito de la pareja o expareja) pero que  para mí también cuentan y cuya cifra a día de hoy es de 43 y cinco niñasHoy en Bilbao somos una menos y nadie puede quedar impasible ante todo este terror machista. Llámenlo como quieran. Yo creo que hay que llamarlo ya sin ningún tipo de pudor, FEMINICIDIO.

#GoraBorrokaFeminista

Nota: #26Setiembre a las 10,30 concentración de 5 minutos en silencio en Ayuntamiento de Bilbao. A las 20,00 manifestación en Atxuri

Juana Rivas #JusticiaPatriarcal

Él, un agresor condenado en su momento por maltratar a Juana Rivas pero es a ella a quien criminalizan, condenándola a prisión y a no poder estar con sus hijos. Esta es una sentencia más de la a quien no le importa las mujeres y que nos escandaliza día tras día, sentencia tras sentencia. ¿Había posibilidad de una condena más dura? seguramente no y aquí la justicia machista de nuevo funciona en «modo rodillo» llevándose a las mujeres y a sus derechos por delante a modo de escarmiento.

Dicen las y los expertos que han leído la sentencia que es durísima, injusta y excesiva en su redacción por la utilización de un lenguaje machista que solo me puede hacer pensar sinceramente, que los tribunales tienen que hacérselo mirar: se atreven a afirmar sin  ningún tipo de pudor que Juana utilizó el maltrato de su ex pareja para quedarse con sus hijos. Un escándalo reforzado porque justamente eso, que fue maltratada, se les ha olvidado tenerlo en cuenta como un factor determinante a la hora de analizar la defensa de Juana.

Ya sé que me van a acusar de demagoga pero es que miren, nosotras estamos hasta los ovarios de que la peña violadora campe a sus anchas por las calles (llámese #LaManada o los que se escapan de la cárcel) y de que los asesinatos y agresiones sexuales a mujeres sea el pan nuestro de cada día sin que las sentencias a los culpables sean casi nunca acordes con el delito. Hasta los ovarios y más allá de que la violencia machista tiña de negro nuestras vidas, porque en este país precisamente eso, la vida de las mujeres, su dignidad y sus derechos salen realmente baratos.

Es posible que Juana haya cometido errores en todo este proceso pero el apoyo que ha tenido en las calles y la fuerte crítica que ha sustentado el poner en el centro del debate que un maltratador no puede ser un buen padre, ha sido lo que ha hecho que una gran parte de la sociedad haya estado de su lado. Hoy también lo tengo más que claro y estoy de su lado porque es una vergüenza que se condene a quien quiere proteger a sus hijos que también y al igual que ella, son víctimas de violencia machista.  Y lleva este tema unas horas en los medios y ya me he aburrido de escuchar que ella ha cometido un delito y que tiene que pagarlo tal y como contempla el sistema judicial. Pues eso, que lo que hay que cambiar YA, son las leyes. Ese es el verdadero fondo de la cuestión.

Necesitamos leyes con perspectiva de género, que entiendan lo que realmente  implican las violencias machistas y que aborden el problema desde la óptica de los Derechos Humanos, porque de otra manera se seguirá reproduciendo el orden patriarcal y androcentrista existente donde continuamente se criminaliza a la víctima. Y esto no es un deseo, es un llamamiento a «sus señorías» sentadas en el Congreso para que cambien el sistema judicial y pongan en marcha #LeyesFeministas . Mientras, salgamos a las calles, escribamos y gritemos para pedir el indulto de Juana Rivas porque #TodasSomosJuana .